Partida Rol por web

Cuando los humanos finalmente huyeron, Hécate habló con autoridad, clamando que debían ir a informar a los ancianos. Edgar alternó la mirada entre ella y el lobezno atrapado.

- Adelantate tú, si quieres. Yo me quedaré con él. Creo... que puedo ayudarlo.

En forma lobuna, se acercó al joven animal herido y miró el cepo. No veía muy factible abrirlo en su estado actual, pero no podía convertirse en homínido, necesitaba que el otro lobo confiase en él. Se comunicó con él mediante gestos lobunos, indicándole que era amigo. Se volvió hacia Viviane y Kate, y les habló en garou.

- Alguna de las dos debería ayudarme a liberarlo, pero para eso necesitaréis pulgares oponibles. Yo permaneceré en lupus para calmarlo.

En cuanto el chico asiático salió corriendo, Kate se había girado hacia el lobezno, preocupada por él, y sin pararse mucho a pensar en lo que hacía había empezado a hablarle con aquella especie de lengua que tenían los lobos. Seguía haciéndosele dificil la forma simple y directa que empleaban para comunicarse, pero el mensaje era sencillo: ya ha pasado todo, tranquilo, ya estás a salvo.

Y le había acercado el hocico al pequeño, para que la olisqueara si quería, intentando transmitirle seguridad y confianza, llegando incluso a lamerlo para calmarlo. Miró a Ed un instante.

- Mejor vuelve tu a la forma humana, Ed. Si necesitas dos manos para algo, siempre será mejor que sean las tuyas ¿no? Después podemos llevarlo con nosotros al Clan... yo misma cargaré con él. 

 Hécate, a pesar de saber que había que ir a informar, se quedó para asegurarse de que sus compañeros de manada no tendrían ningún problema ni con el cachorro ni con la trampa.

Al ver que todo estaba controlado, la lobezna esperó a que Erick desapareciese de su campo de vista antes de volver a su forma homínida en busca del cuaderno. Se le hizo un poco raro ver uno de sus viejos cuadernos, aunque tampoco es que en la escuela los hubiese utilizado mucho. Ojeó las páginas mientras volvía junto a Kate, Ed y Hécate, y después los miró.

-Ya tenemos el cuaderno y la cámara. ¿Ayudo y luego los llevamos? -preguntó, manteniendo la distancia con el cachorro atrapado.

El lobezno estaba más asustado que agresivo, y mientras uno le distraía, otro pudo abrir el cepo en forma Homínida. Una vez liberada su pata, el lobezno emitió un gemido lastimero. Tenía una herida bastante seria que apenas le permitía caminar. No había ni rastro de su manada, ni ningún olor característico que permitiese establecer una relación con ningún otro lobo que ellos hubiesen visto antes.

El lobezno volvió a gemir mientras trataba de alejarse lentamente. Así de herido era cuestión de días que muriese.

Edgar adoptó su forma homínida, que ahora venía acompañada de un juego de prendas hechas con pieles que en esos meses había logrado que alguien le dedicase. Él habría preferido ropa normal, pero ni disponía de ella ni había vuelto a la ciudad a comprársela (ni tenía dinero con que hacer tal cosa). Aprovechando que Kate distraía al lobezno, abrió el cepo que le apresaba y observó como se intentaba alejar de forma lastimera.

- No te preocupes, pequeño. No voy a dejarte así...

Se acercó al animal e, ignorando sus gruñidos poco amenazantes en su estado, se agachó a su lado y puso suavemente la palma de la mano sobre la pata herida. Cerró los ojos y recordó lo que le había enseñado el espíritu de unicornio, con el que se había encontrado en uno de sus paseos por la penumbra en el bosque cerca del túmulo. No había contado a nadie ese encuentro, ni había encontrado hasta ahora ocasión para usar el don que había aprendido.

Las manos del chico empezaron a irradiar calor, y las heridas del cepo parecían cerrarse a su toque.

Mientras observaba como Edgar atendía al asustado y hudizo lobezno, Kate hacía lo posible por distraerlo y retenerlo, pensando en que aquel era un truco muy bueno que no sabía que su compañero tenía.

- No sabía que eras capaz de hacer eso, Ed... estoy impresionada. - Comentó, sin perder de vista al pequeño. - Pero aunque le curemos, este pequeñajo poco podrá hacer solo por aquí.... y quizá haya más trampas cerca. Insisto en que deberíamos llevarlo al clan con nosotros, junto con el cuaderno, la cámara y la trampa. Quizá alguno de nuestros mayores sepa que hacer con él o podamos cuidarlo hasta que sea bastante mayor...

 Hécate se acercó al lobezno, olisqueando.

- Sí... pero esto me sigue pareciendo muy raro. Se supone que aquí no debería haber furtivos... Por cierto, ¿qué pone en el cuaderno?

Viviane dibujó una media sonrisa al ver como Ed curaba al lobezno. Se acercó y le palmeó la espalda mientras Kate comentaba las circunstancias en las que se encontraban.

-Sí, estoy de acuerdo en llevárnoslo, Kate. Esta vez ha sido un lobezno, pero podíamos haber metido la pata nosotros, incluso. El Clan habrá bajado la guardia sin querer. -se giró hacia la metis e hizo un gesto de despreocupación-. Es el cuaderno de biología. Parecen simplemente notas para un trabajo o algo así. No creo que tenga mucha importancia. Si queréis puedo quedarme rastreando un poco la zona por si encuentro algún cepo más mientras avisáis al resto.

Edgar sólo respondió a las muestras de admiración de sus compañeros con una sonrisa. Estaba bien sentirse útil de vez en cuando, y dado que él no era el más útil en las habituales cacerías, ahora por lo menos sentía que había algo que podía hacer por sus compañeros de manada, además de hablar con los ancianos, algo en lo que no era malo del todo a pesar de que Dom les colase ese bulo meses atrás. Pero ante la propuesta de Viviane, recuperó una actitud un poco más seria.

- No creo que sea prudente que alguno de nosotros se quede solo, y menos si no sabemos exactamente qué peligros puede haber... como has dicho, quizá hay más cepos, y si por un despiste o por la razón que fuese cayeses en uno, no tendríamos modo de saberlo y venir a ayudarte. Yo podría acompañarte, Vi; pero ahora mismo, veo más urgente dividirnos en dos parejas, una que lleve el lobezno al clan y advierta a los ancianos y el otro que retroceda en busca de Donny y Ash y les ponga sobre aviso.

Miró a su primo lejano de cuatro patas, y luego a los demás.

- Si os parece bien , yo iría con el peque, por si se le reabriese la herida...

Decidieron hacer lo que Edgar había propuesto, al menos en parte. El Galliard volvió con Donny y Ashley y el lobezno mientras el resto se quedaban para rastrear la zona.

Poco después de que los cuatro lobeznos se fueran, mientras Ashley se miraba las uñas de Glabro de un modo casi cómico para pasar el tiempo, apareció Edgar con un joven lobo en brazos, bastante nervioso y con sangre en las patas y el morro. Ashley alzó una ceja.

-Creo que con la cierva tenemos de sobra. No hacía falta que cazarais nada por vuestra cuenta.

Las tres chicas, ahora solas, tuvieron oportunidad de rastrear la zona. Con el agudo olfato lupino no tuvieron problema para localizar una presa desangrada. Más que eso: destrozada. Había un conejo de tamaño considerable partido en dos por la acción de un cepo. Las tripas goteaban por los lados y la sangre había sido absorbida en su mayoría por la tierra. Daba la impresión de que los cepos no estaban diseñados para presas de ese tamaño, sino más grandes. El conejo había tenido muy, muy mala suerte.

Edgar se acercó a los dos glabros que habían quedado atrás cuando Ashley insinuó que el lobezno que él cargaba era para comer. No pudo evitar reprimir un escalofrío. Se volvió hacia Donny.

- Como nos pregunte si se han callado ya los corderos, no sé tu pero yo saldré corriendo.

Siguió acercándose a ellos, aún con el lobo herido en brazos.

- Hemos encontrado a este lobezno atrapado en un cepo, y un par de nuestros antiguos compañeros de instituto tomando notas e intentando liberarlo. Lo del cepo es raro, porque se supone que esto es una reserva. Kate, Hécate y Viviane se han quedado rastreando la zona en busca de más trampas, pero la opinión general es que deberíamos volver al clan y avisar de ésto... ¿no os parece?

Kate levantó una ceja, sorprendida, y si no fuera por que estaba en forma de lupus, suponía que hubiera estado asqueada. Aquello no era normal. El recuerdo del lobezno atrapado en un cepo similar ahora le resultaba incluso más dolorosa.

- ¿Soy la única que tiene la sensación de que, sea quién sea quién haya puesto estos cepos, no pretende conseguirse precisamente la cena?

Con cierto recelo, Kate se acerca al cepo y olisquea en busca de algún olor peculiar.

Donny había estado limpiando la zona en la que estaba de ramitas y hojas con el pie, esperando quizá que la concentración que requería la actividad justificara que no hubiera cruzado una palabra con Ashley desde que se quedaron solos. La llegada de Edgar fue un alivio; le parecía que hacía horas que no escuchaba una voz.

-Sí, claro. ¿Qué hacían esos aquí? -preguntó, aunque lo de "nuestros" supuso que iba dirigido a Ashley. Él sólo había ido al instituto dos horas.

En vez de volver a coger la cierva cambió a lupus. Si había gente rondando por la zona no quería arriesgarse a que le vieran en esa forma. Estaba seguro de que si eso ocurría se iba a ganar un zarpazo, así que mejor evitarlo ya. Y los sentidos de lobo eran un buen plus.

- Pues un trabajo de biología, por lo que hemos leído del cuaderno que les ha quitado Viviane antes de que les asustásemos en forma de lobo. No creo que lo del cepo sea cosa suya... - dijo Edgar, para luego quedar un momento en silencio - ...o por lo menos es lo prefiero pensar.

A algunos de esos chicos los conocía desde hacía bastantes años, y no les imaginaba poniendo trampas en un bosque protegido, ni siquiera a los capullos de la clase con los que no había intercambiado una frase amistosa nunca. No le gustaría tener que tomar medidas contra sus antiguos compañeros... Se acordó de Celia. Y al acordarse de ella, le vino todo de vuelta otra vez, todas las cosas en las que intentaba no pensar. Ya había logrado que apenas se le viese en la cara cuando le daba uno de éstos ataques de nostalgia. Cuando ocurría eso, lo mejor era ocupar la mente con algo.

- ¿Vais a dejar la presa? - le preguntó a Donny - Tampoco es que estemos bajo asedio por fuerzas del Wyrm. Yo creo que no hace falta. Basta con que volvamos directos al clan... Y busquemos a alguien competente para que se encargue de este pequeño. Yo he hecho lo que he podido pero no está fuera de peligro.

-¿Los de clase haciendo algo útil? -Ashley se echó a reir. Se imaginó a alguna de sus amigas animadoras, como Britt y Jess, poniendo cepos y pillándose las manos en el proceso. Desde luego, ninguno sabría hacer la O con un canuto. De eso se había dado cuenta tan pronto había puesto los pies en el Clan de su padre. La gente empleaba demasiado tiempo hablando de ropa y de trivialidades mientras los realmente competentes morían para salvarles el culo. Aunque no toda la ropa estaba mal...- No creo que hayan hecho nada. Y menos si estaban haciendo un trabajo. Habrán venido a estudiar la fauna de la reserva y ya está. Lo que sí me preocupan son los cazadores... si son furtivos ni tan mal. Pero si son gente de esa empresa del Wyrm o algo así...

Sacudió la cabeza.

-Yo no pienso dejar la presa. Donny, coge de ese extremo. Nos lo llevamos. Los demás que vengan luego, que saben el camino.