Partida Rol por web

Gracias de todos modos.- Le respondió al cajero con un ligero movimiento de hombros mientras retiro el dinero.- El emperador protege.

Después buscó al adepto que acababa de atenderle entre la multitud. Cuando le encontró caminó hacia él y esperó a que terminara de atender a la mujer que había atendido después de nosotros. El emperador protege.- Le saludo.- Disculpe, pero se me olvidó pedirle un extracto del saldo y los últimos movimientos de mi cuenta.- Le enseña nuevamente la llave y añade.- Orday, Vorlin Orday.

El adepto revisa de nuevo la cuenta con visible malestar y responde: de esta cuenta no se gurdan los movimientos por expreso deseo del propietario, puedo decirle que le quedan mil ochocientos tronos. Está claro que no es suya ¿quién dijo que era usted?

Caécus miró ligeramente por encima del hombro al asesino mientras pensaba.- No, si la culpa es solo mía, para que narices haré caso a nadie.- Inmediatamente se quitó esos pensamientos de su cabeza y centró su atención en el adepto que tenía delante de él y estaba comenzando a desconfiar.

Le dije y le repito ahora que mi nombre no es otro que Vorlin Orday.-Le dijo impregnando sus palabras de toda la arrogancia que pudo.- Y me alegra comprobar que los protocolos de seguridad de la Mano Dorada siguen siendo tan eficaces como de costumbre. Habría sido una lástima tener que mover mis créditos a otra compañía. Que tenga un prospero día.- Con toda la tranquilidad del mundo se guardó la llave entre los bolsillos y dio media vuelta para abandonar el edificio.

EL acólito se queda un poco confuso cuando le dices que eres Vorlin Orday pero enseguida la corrección hacia los clientes y tu saber hacer disipan sus dudas: Por supuesto, disculpe mi desconfianza pero tenemos que asegurarnos, teclea unas runas y saca otro papel que te entrega.

Con la llave y la nota informando de los créditos disponibles en la cuenta de Orday a buen recaudo, Caécus le dijo a Caín mientras caminaban hacia la salida.- Si las cuentas de Orday estaban vigiladas puede ser que alguien nos vigile de camino al la mansión Stropes. Mis dotes para el contraespionaje son nulas, estaría bien que estuvieras atento por los dos.

Dame los doscientos créditos y saca el dinero restante. Saldré el primero y daré una vuelta por los alrededores. Si hay algún problema te avisaré. Una vez salgas dirígete a la mansión Strophes, te seguiré a cierta distancia. Mira constantemente hacia atrás, como si sospecharas que te siguen, yo me percataré de quién se esconde cuando lo hagas.

El adepto meditó durante unos segundos la petición de Caín.- Tú eres el experto.- Le dijo antes de entregarle los dos créditos. -Sal, yo te sigo en cinco minutos.

Se puso a hacer cola mientras esperaba a que Caín saliera. Cuando el asesino abandonó el edificio Caécus miró su crono para calcular los cinco minutos que debía esperar. Los dejó pasar sin llegar a hablar con ninguno de los adeptos de la Mano Dorada, Orday era un maldito paranoico, quién sabía que otras medidas de seguridad había establecido en su cuenta, tal vez hubiera establecido un límite diario, o impedido que se pudiera dejar a cero la cuenta. Se había salvado por un pelo la última vez que hizo caso a Caín y no pensaba volver a jugársela sacando más dinero de la cuenta de Orday.

Cuando pasaron los cinco minutos establecidos, Caécus salió a la calle y camino a la mansión Strophes, mirando, tal como le había dicho Caín, constantemente hacía atrás, como si sospechara que alguien le seguía.

Caecus avanza por las calles mirando hacia atrás como han quedado, Caín le sigue e intenta ver si alguien más lo hace pero llegan a casa de los Strophes tras un buen rodeo y no han descubierto a nadie.

Misión cumplida.- Dice el adepto al llegar y reunirse nuevamente con sus compañeros en una de las salas de la mansión Strophes.- De los dos mil créditos que había en la cuenta que Orday sacamos doscientos y nos vinimos. Yo creo que no nos ha seguido nadie, pero Caín es el experto en eso.

¿Y vosotros? ¿Ha sido productiva la mañana?

descansar de mis amables heridas... - respondió con cierto cansancio - bien hecho - luego miró a Cain y esperó su respuesta del asesino del grupo

No vimos a nadie, pero estoy convencido de que nos han seguido...sacamos dinero de las cuentas de Orday. ¿Dinero que él no podía sacar? Temo que nuestra coartada haya sido descubierta.

¿descubierta? creo que después de la emboscada eso quedó claro, y esta noche veremos cuanto se no has descubierto - se giró y encaró a Caín - pero dime, que te hace pensar eso ahora

El difunto tenía una gran cantidad de dinero que no quiso retirar por miedo a que le mataran. No hubiera solicitado dinero por los documentos de no haber estado seguro de que era más sensato realizar la transacción que retirar sus fondos. No hay duda de que el banco estaba siendo vigilado, aunque no hayamos visto a nadie.

Orday solicitó que no se almacenaran los movimientos de su cuenta, así que algo de sentido común sí que tenía.- Confirma el adepto recordando lo cerca que estuvieron de estropearlo todo en la sucursal.- El caso es que si nos han descubierto esta noche lo sabremos. Sea como sea, de momento, poco más podemos hacer con esta llave.

Entonces debemos prepararnos bien para esta noche. Llevad lo que consideréis indispensable y las armas más apropiadas. Apropiadas -recalcó-. Pero que nadie se ponga demasiado paranoico.