Partida Rol por web

Lucas te escuchó en silencio, asintiendo más por inercia que porque estuviera confirmando tu versión. Aceptó de buen grado tu mano. Notabas su agradecimiento en el rostro.

-Si estabas allí, ¿por qué no te encontraron después?

No había duda o inquina en su pregunta, aunque eso no hizo que te sintieras menos culpable. No le habías contado a nadie lo que había pasado allí.

-Lo intentaré - concluyó, más para sí - ¿Sabes? - Pudiste notar su mirada cómplice y ligeramente vergonzosa se posaba sobre ti. - Rebecca... me da miedo - te dedicó una escueta pero divertida sonrisa. Recordabas muy bien al Lucas de aquella época. Un niño demasiado movido, demasiado travieso y, aunque no quisiera admitirlo entonces, demasiado miedoso. - En realidad, creo que siempre lo hizo. - Entonces se echó a reír.

Segui con la mirada a Ryan e Isabella cuando salieron del Gran Comedor, casi agradeciendo aquel breve lapso de intimidad con Sarah. No estaba bien. Estaba clarisimo que no estaba bien. Y, a pesar de que aquel gesto de Isabella a Sarah hizo que frunciera ligeramente el ceño, mi atencion se desvio inmediatamente hacia Sarah, cuando volvio a hablar.

-¿Que que te diferencia? Que tu estás aqui. Que tu no has sido ni eres una traidora. Que siempre has tenido claro donde esta tu lealtad y donde esta tu lugar. Eso es lo que te diferencia de el. - dije, dolido y molesto con Fisher. No es que me sorprendiera que acabara con sus huesos en Azkaban. Hacia tiempo, mucho tiempo que sospechaba de el. Sin embargo, ahora que estaba encarcelado, mi paranoica mente me decia a voces que quizas era demasiado obvio. Que era posible que debiera buscar un culpable menos obvio que el.

Pero entonces, cuando estaba a punto de volver a preguntar a Sarah, Cassandra nos interrumpio, con uno comentario de lo mas mordaz, que me dejo fuera de juego- ¿Juntos? ¿De que coño hablas, Cassandra? Si, nos casamos este verano. - la encare, molesto, sin deshacer el abrazo sobre Sarah. Ni le debia ningun tipo de explicacion, ni iba a dejar a mi amiga desmparada por un comentario tan gilipollas como aquel- Desde luego, manda cojones que despues de todo lo que ha pasado vengas con esas. - añadi, sin ocultarle mi malestar porque se hubiera metido en aquel terreno. Sin embargo, hubo algo mas que hizo que mi vista se volviera hacia Sarah, con una mueca de sorpresa, cuando nombro a Lucas.

-Espera... ¿Lucas y tu...? - detuve ahi la frase, sin tener muy claro si preguntarle si estaban juntos o si lo habian dejado. Desde hacia mucho tiempo estaba bastante cantado que Lucas se preocupaba mucho por Sarah. En exceso tal vez, para tratarse de tan solo un amigo. Pero... ¿Yo tambien me preocupaba por ella, no? Y, despues de lo sucedido, tenia claro que si fuera necesario, no dudaria en sacrificarme, como habia hecho Lucas, si con ello me aseguraba que ella estaria bien.

Sin embargo, el hecho de que Cassandra utilizara el verbo "olvidar" dejaba claro, por otra parte, que si hubo algo, era posible que ese algo ya no existiera. Y me di cuenta de que, en los ultimos meses, habia estado demasiado preocupado por proteger a todo el mundo, como para pararme a preguntar a alguno de mis amigos por temas mucho mas triviales, mas mundanos como podian ser sus sentimientos. Hasta ese punto habiamos llegado.

Y asi, mire a la pelirroja, esperando su reaccion, dispuesto a sacarla de alli si Cassandra se ponia pesada.

-No te pongas así, Nathiel - la falta de interés del tono de Cassandra te enfadó todavía más - Era un simple comentario. Además, me alegro de que no lo estéis. Ella se merece algo mejor... alguien como yo. - No continuó, pero su mirada habló por ella.

-Lárgate, zorra.

Pero no lo hizo. A pesar de la advertencia que escondían las palabras de Sarah y la tensión que, de repente, se había apoderado de su cuerpo.

-No le sigas el juego, Liam - contestó con una mueca, aunque sin huella del odio lanzado apenas unos segundos atrás. - Lucas es Lucas, como ha sido siempre. - Se removío en tus brazos, recolocando su posición. - Mi último novio intentó matarme. Quizá deba plantearme cambiarme de acera.

Sabías a la legua que no lo decía en serio. Pero no era eso lo que se te había quedado grabado en el cerebro. Era la tranquilidad con la que había hablado de Scott Sean. Pensar en él hizo que, una vez más, te dieras cuenta de que para vosotros había pasado una vida entera.

-¿Qué me he perdido este tiempo? ¿Algo que deba saber?

- No...no lo sé.- No era la primera persona que le preguntaba aquello y aunque tenía una idea bastante aproximada de quién le había sacado de aquel laboratorio, le daba miedo expresarlo en voz alta y confirmárselo a sí misma. Si se enteraban de que Rebecca había sido quien le había sacado de ahí y que, además, había acudido al rescate del ministro inglés por petición suya...- Lucas...¿te fías del ministro? Del nuestro.- aclara. No dejaba de darle vueltas en la cabeza al porqué le había pedido que le salvara cuando parecía ir en contra de cualquiera de los retorcidos principios que formaban parte del código de honor de su antigua amiga.-Creo que Rebecca quería que lo salváramos. ¿Por qué?- No se atreve a confesarle cómo sabía aquello y decide dejar que su amigo piense que se trata de algún tipo de intuición femenina. 

El último comentario del ex-Gryffindor le hace girar la cara hacia él para mirarle a los ojos con una diminuta sonrisa. ¿Lo decía en serio? ¿Siempre le había dado miedo? Resultaba curioso, ya que ella nunca había visto nada raro en Rebecca hasta el incidente un par de años atrás. - A mi también.- confiesa, con la cara de una niña a quien acaban de pillar robando una piruleta. Por supuesto que le daba miedo. Le daba miedo la facilidad con la que conseguía manejarle, sin necesidad de ser parte de aquel pequeño grupo de sujetos experimentales. Le daba miedo poder estar equivocándose y condenando a muerte a los que eran sus amigos de verdad por creer a la que no era más que un recuerdo del pasado.- ¿Por qué crees que se unió a ellos? ¿Crees que la manejan a ella también? ¿Que puede que en realidad no sea más que otra marioneta?- No era la primera vez que preguntaba aquello, pero creía recordar que sí era la primera vez que se lo preguntaba a Lucas. Empezaba a pensar que ella era la única persona que se planteaba aquella posibilidad, la de la inocencia real de Rebecca. 

Jamás negaría que le llamó la atención la simpatía que ahora, Bella y Sarah tenían la una con la otra. Pero no era algo que ahora mismo se planteara, ni le importaba. Ahora solo le importaba que Bella estuviera bien. Así que cuando ella tiró de él, se dejó llevar, poniendose en pie y dejandose arrastrar por ella.

¿Cuantas veces se habría repetido aquella escena? ¿Cuantas veces ella habría tirdo de él, llevandolo de un lugar a otro, o ella dejandose arrastrar por él? Ni ella ni él eran los dos jóvenes que comenzaron el colegio. Tantas cosas habían cambiado... ella era la exnovia de su mejor amigo, ahora muerto. Por contra, su mejor amiga, antes la novia de él, ahora estaba muerta.

Cada vez que lo pensaba, era más consciente que ella era de las pocas cosas que le quedaban en la vida.

El lugar de reposo, intimidad y descanso de los dos sería aquella hendidura en el pasillo, donde su espalda acabó contra la pared, sintiendo la fría roca en las heridas aun por cicatrizar, en la espalda. Cerró los ojos, estrechando a la chica entre sus brazos, mientras la atraía hacia él.

Comenzó la frase, y antes de que pudiera añadir nada, sintió aquellos labios sobre los suyos, aquellos que llevaba tanto sin catar, que ahora tanto deseaba y tanto necesitaba. Un corto régimen de pasión y deseo, un corto régimen de cariño y amor. - Ahora... lo único que importa es que estas aquí, a mi lado. - Acarició su rostro, acarició su mejilla, tomando sus cabellos y pasandolos por detrás de la oreja, mirandola finalmente a los ojos, con una mezcla de cercanía y añoranza.

- ¿Como estas? - Esa era, precisamente, la pregunta que no quería hacerle, y precisamente, la única que podia hacerle.

-¿De Macnair? - Se giró hacia ti con el ceño fruncido, como si la pregunta le llamara la atención. - ¿Tú no? - Se mantuvo de nuevo en silencio, intentando evaluar tu reacción. - Es decir... es el Ministro, pero no lo era cuando empezó todo esto... - giro el dedo índice sobre sí mismo, señalando a su alrededor - ...y tampoco parece estar relacionado con Clarks.

Se puso de pie, alejándose un paso de ti y girándose sobre sus talones para quedarse frente a ti.

-Pero habrá que investigarlo. No podemos dejar suelto ningún cabo, por tonto que nos parezca. Ya nos la han metido doblada demasiadas veces. Sobre todo, si Rebecca está interesada en él. 

Parecía muy decidido, pero su ritmo de palabra descendió al mínimo cuando preguntaste por tu antigua amiga.

-Creo que actúa por voluntad propia, y eso es lo que me da más miedo. Le estarán prometiendo algo, o quizá la estén chantajeando. Pero Rebecca no está siendo controlada como ella hace con nosotros. Eso seguro.

Se encogió de hombros, con cierta pinta de cansado.

-Aunque sea una marioneta, aquí nada es blanco o negro. Rebecca ha hecho mucho daño, nunca se lo perdonarán.

-Cómo... ¿cómo era ella antes?

La vocecilla de Nicky os descolocó. Estabais tan metidos en vuestra conversación que os habíais olvidado que no estabais solos allí.

-¡Nicky!

Oliver también estaba allí. Al parecer, escuchando porque no le quedaba otra opción. Parecía ese tipo de personas que preferían mantenerse en la ignorancia antes de jugar con una información que fuera demasiado dura para él.

Sarah no fue la unica que se tenso ante la respuesta de Cassandra. Y, a decir verdad, llevaba tanto tiempo sin preocuparme por aquel tipo de cosas, las normales de nuestra edad, que fui consciente de que habia perdido la practica en ellas. Quizas por eso, inicialmente, me costo tanto controlarme, en especial al escuchar aquel ultimo comentario-Claro que merece algo mejor que yo. Algo que, desde luego, no eres tu. - respondi, clavando mi mirada en aquella imbecil,controlandome para no seguir yendome de la lengua. Ultimamente tenia los nervios a flor de piel y, durante un instante, me vi apuntandola con mi varita, callandole la boca durante, al menos, lo que restaba de dia.

No, no merecia la pena. Yo nunca habia sido asi. Me negaba a comportarme de aquella forma.

-Paso de niñatadas. - fue lo unico que dije, negando, al tiempo que miraba a Sarah, con una media sonrisa- ¿Vamos a darnos una vuelta? Ya se me ha olvidado la ultima vez que me fume un cigarro tranquilo contigo. - dije, intentando sacar de alli a mi amiga, notando aquella extraña tension en su cuerpo, que desaparecio acto seguido, de repente, como si se hubiera esfumado de forma repentina. Entonces comenzo a hablar de Lucas y de Scott, algo que realmente me sorprendio. Y no fue el hecho de que me desmintiera lo suyo con Lucas, sino la forma que tuvo de hablar de Scott. Un Scott al que aun recordaba intentando asfixiarme- Mira, ya tenemos algo en comun. A mi tambien intento matarte... A lo mejor la cotorra tiene razon y deberiamos acabar liandonos... - comente, alzando ambas cejas, intentando quitar hierro a todo aquello, y convertirlo en algo mucho menos duro de lo que en realidad era. - Porque yo de cambiarme de acera, paso, ¿eh? - dije, manteniendo aquella expresion divertida, que en realidad ocultaba una profunda preocupacion por ella.

Entonces formulo aquella ultima pregunta, ante la que acabe por separarme ligeramente de ella, para acabar poniendome en pie, tendiendole una mano para que me acompañara, con una sonrisa- Uhm. Muchas cosas. Pero tengo una idea. Yo te cuento lo que tu te has perdido, y tu me cuentas qué hay dentro de esa cabecita tuya. ¿Hay trato? - dije, manteniendo aquella mano, la unica humana que me quedaba, frente a ella, esperando a que aceptara mi trato y mi invitacion, ignorando deliveradamente a Cassandra.

No recibiste respuesta durante un largo medio minuto. Isabella permanecía apoyada sobre tu pecho, rodeando el tronco de tu cuerpo y dejando que tú hicieras lo mismo con ella, protegiéndola de lo que se os avecinaba a pasos agigantados.

-Sobreviviré.

Por supuesto que lo haría, era Isabella. No había otra opción.

-No ha sido para tanto, Ryan. San Mungo fue peor. Al menos en Bulgaria pasábamos gran parte del día intubadas e inconscientes.

Lo decía con la tranquilidad de quien era testigo de una tragedia a kilómetros de distancia. En su rostro tampoco había muestra de haber pasado por ese infierno. Apenas una irreversible marca de ojeras y una palidez más pronunciada de lo normal, si cabía.

-Necesito tiempo... y a ti. Y olvidar. También olvidar.

Fue el momento. Lo presenciase como a cámara lenta. El débil parpadeo, la humedad en la córnea y el agua salada descendiendo hacia su mandíbula. Las lágrimas cayeron en silencio. Hasta llorando Isabella mantenía su firmeza. Lentamente se quitó las lágrimas del rostro, como si no hubiera pasado nada.

-Tenemos que hablar del primogénito Malfoy.

-Sí, vamos - aceptó Sarah, sin quitar los ojos de Cassandra, quien tampoco lo hacía de vosotros. Le disteis la espalda, sabiendo que en su rostro mantenía esa desquiciante suficiencia. Tu comentario sobre vuestro posible lío relajó la situación.

-Ahora resultará que somos almas gemelas, ¿eh? Por desgracia, tendremos que sobrevivir a esta guerra para comprobarlo - Se levantó junto a ti, chocando su hombro contra su brazo. - No te rajes, ¿eh?

Miró tu mano durante un par de segundos, ignorando también a Cassandra.

-Hay trato.

El "Eso sería bastante estúpido" le arrancó una sonrisa torcida cargada de sarcasmo. El Ministerio no se había caracterizado hasta el momento por sus decisiones sensatas, para empezar el grado extremo de secretismo al que sometían a la población había acabado conllevando demasiadas muertes innecesarias que ahora se traducía en miedo y desconfianza. Lo raro era que aún no se hubieran alzado voces de protesta pidiendo la dimisión del actual Ministro, aunque podía ser simplemente que la gente tuviera demasiado miedo como para exponerse en una manifestación. Claro que la falta de otro candidato aceptable también dificultaba el proceso. Algo le decía que la gente de a pie alternaba entre el resquemor y la cobardía en su día a día.

- La verdad es que pongo bastante en duda las decisiones políticas actuales que puedan derivar de lo que ha sucedido en Bulgaria estos últimos días. Sería interesante saber qué tiene que decir Macnair a todo esto porque dudo que su secuestro haya sido sólo por el espectáculo de la ejecución pública. Algo le habrán sacado. Lo importante es saber el qué... o si dice que de su boca no ha salido nada, porque entonces lo más probable es que  desde ahora o ya incluso de antes, esté en el ajo de algún modo - su desconfianza y su cinismo se juntaban para criticar con saña aquella sociedad a la que tan orgullosamente había pertenecido. Aunque, por lo menos, intentaba que su razonamiento fuera objetivo -. Además, es imposible saber quién es un traidor, a tu recuerdo me remito, así que, sinceramente, no tengo mucha fe en la cordura de nuestras acciones como país - los nombres de los padres de Isaac resonaban en su mente con el recuerdo que les había traído Verónica. ¿Por qué? ¿Por qué habían estado metidos en algo que les había costado la vida de su hijo pequeño y, finalmente, sus propias vidas? Todo seguía emponzoñándose más, volviéndose más, oscuro. La verdad era tan escurridiza que dudaba que algún día pudieran atraparla -. Y aún capturando a Yovkov... - se encogió de hombros, sin mostrar la frustración que sentía -...es una buena baza pero hasta ahora cada vez que le hemos intentado sonsacar información a alguien ha muerto inmediatamente, no sabes si por algún veneno que les inoculan o por alguno de los extraños poderes que tienen. Así que no me extrañaría anda que empezaran a hacer estupideces mal justificadas.

La sorpresa inicial de Lucas queda aclarada cuando Arianna añade sus sospechas sobre el interés de Rebecca por McNair. Por suerte, parece ponerse de su lado, expresando su deseo de echarle un ojo al asunto. 

- Sí. Deberíamos. ¿Cómo llegó ahí? ¿Tú lo sabes? ¿Crees que podría haber sido todo una especie de montaje o una trampa para cargarse a gente de nuestro bando?- Arianna no había tenido la menor idea de que habían cogido al ministro hasta que había llegado al abarrotado salón donde iba a tener lugar la ejecución. Casi había acabado con la vida de un inocente intentando dar el cambiazo por el Ministro y, de no haber sido por su encuentro con Rouvin y Blair, probablemente se habría acabado metiendo en un buen lío luchando por una causa que en realidad defendía a ciegas. 

- Si le están chantajeando está tan controlada como el resto. Pero tienes razón. Ni siquiera sé si yo misma podría perdonarle.- Y eso que lo estaba intentando, pero la espinita de la muerte de su padre seguía ahí clavada, junto a los ataques indiscriminados a gente que le importaba. - Me gustaría pero...- una voz le hace pegar un pequeño respingo, interrumpiendo la frase. ¿Cuánto tiempo llevaban escuchando? Ella había estado hablando en susurros pero no se había dado cuenta de que su compañero hacía ya ratos que utilizaba un tono de voz más bien normal. ¿Pensarían que ella era un topo? No había tenido mucho contacto con la pareja como para saber si la curiosidad de la chica era genuina o si estaba tratando de sacarles información e incriminarse a sí mismos por algo que no habían hecho. 

- Pues...era una chica normal, no sé. Algo metida en si misma. No hablaba con mucha gente pero era simpática. Aunque, ahora que lo pienso, a veces tenía algún comentario bastante ácido.  Pero era buena gente.- O al menos lo había sido, desde la percepción de Arianna, hasta que empezó a salir con Ryan. Ahí era cuando ella se había sentido traicionada, ya que la chica había desvelado literalmente todos sus secretos al que por aquel entonces Arianna consideraba un impresentable. La Rebecca de ahora no tenía que ver con esa chica introvertida del pasado. Ahora se había convertido en una especie de zorra manipuladora y el motivo seguía sin estar claro para la pelirroja. 

Lucas abrió la boca para hablar pero la cerró al darse cuenta de hacia dónde iban tus suposiciones. Se quedó callado, con la boca semiabierta, el ceño fruncido y mirada pensativa. No había caído en esa posibilidad.

-Hostia pues no lo sé - comenzó, aún pensativo. - Está claro que se lo llevaron en el ataque al Ministerio - el solo recuerdo del atentado te provocó un escalofrío.

-Me dijeron que estuvieron a punto de cargárselo - comentó, con tranquilidad - ¿Crees que serían capaces de llegar tan lejos?

En su rostro te diste cuenta que era consciente de lo absurda que era su pregunta. Por supuesto que serían capaces de ello, el ser humano os había decepcionado demasiado en los últimos meses como para no creerlo.

-No nos imagino trabajando puerta con puerta con Rebecca en el futuro. - concluyó, poniéndose de pie. - Si es que algún día conseguimos llegar a ese punto y no acabamos como Isaac.

Nicky te escuchó en silencio. Si no le importaba lo que le decías lo disimulaba muy bien.

-Algo muy gordo tuvo que pasarle entonces - concluyó,

Acabe por salir con Sarah al pasillo, con mi brazo sobre su hombro como punto de apoyo, como si temiera que en algun momento pudiera desvanecerse. Era como si, desde que la recogiera en aquel laboratorio, fuera mas consciente de su fragilidad, de lo que necesitaba protegerla, despues de todos aquellos años en los que se habia convertido, sin duda, en mi mejor amiga.

Entonces solto aquel comentario al mas puro estilo Sarah, que me arranco una media sonrisa, haciendome mirarla desde arriba, recuperando aquel aire chulesco mio de años atras que tanto tiempo llevaba enterrado. Joder... ¿Cuanto hacia que no me permitia el lujo de relajarme asi? ¿De frivolizar con ese tipo de cosas? Ni siquiera lo recordaba. - ¿Rajarme, yo? ¿Y perderme la oportunidad de catar a este pedazo de hembra? ¡Jamas! -bromee, dandole un ligero golpe con mi cadera, a modo de broma, mientras le dedicaba una media sonrisa.- Asi que ya sabes... Cuando quieras te espero... - continue, con un guiño divertido, continuando mi camino hacia el patio del reloj.

Y una vez fuera, acabe por sentarme en una de las balaustradas de piedra, sacando mi paquete de tabaco para colocarlo en mi mano metalica, que seguia completamente inmovil- ¿Quieres? - pregunte, mientras me colocaba el cigarrillo en la comisura de los labios, acabando por encenderlo, dandole una larga calada- Bueno... Empiezas tu. - dije, palmeando la piedra a mi lado, a la espera de que se sentara conmigo y poder hablar con ella tranquilamente- ¿Que es lo que no me has contado, Sarah? - dije, mirandola a los ojos, con aire comprensivo, dispuesto a escuchar cualquier cosa que tuviera que decirme, por complicada que fuera.

Sarah se echó a reír. Con esa risa absorvente, fresca y arrasadora que siempre le había caracterizado. Definitivamente, por unos segundos habíais vuelto años atrás.

-No gracias.

La seriedad con la que lo hizo te llamó la atención. Sarah nunca había estado enganchada, pero no perdía la oportunidad de darle unas cuantas caladas a un cigarro. Se sentó a tu lado despacio, como si hubiera estuviera a punto de llegar un momento que había intentado evitar por todos los medios.

Escuchó tu frase, aunque por un momento estuviste a punto de volver a hacerla. Estaba callada, quieta. Con la mirada fija en el suelo, no en ti. Tan poco Sarah Clarks que te asustó.

-Estoy embarazada, Liam.

Me extraño que Sarah rechazara aquel cigarro. Sin embargo, fue su expresion lo que me dejo claro que algo pasaba. Algo que desconocia, desde luego.

Asi pues, observe a la chica, en silencio, escrutando su rostro, al tiempo que daba una larga calada al cigarro, esperando que comenzara a hablar. Sin embargo, la unica frase que la chica pronuncio hizo que me atragantara, comenzando a toser, de manera compulsiva.

-¡¿Que?! - exclame, mirando acto seguido a mi alrededor, sin saber si alguien nos habia escuchado, entre toses- ¡Joder!  tire inmediatamente el cigarro, como acto reflejo. ¡No podia fumar delante de una embarazada!- ¿Como que estas embarazada? ¿De quien? Sarah... ¿Estas segura? - la mire entonces, totalmente descolocado, sin saber bien que hacer o decir al respecto hasta que supiera mas sobre aquello.

No era una cuestión de sobrevivir. A esa conclusión había llegado el día que enterró a Regina. Era una cuestión de vivir, pues el sobrevivir o no hacía mucho que ya no consideraba que fuera cosa suya, o no. Pero ahora solo importaba que estaba allí, peor o mejor, pero estaba allí. Tendrían tiempo de mejorar las cosa.

Y aferró con algo más de fuerza a la morena contra él, con aquella sensación de que si la soltaba, escaparía y no volvería más con él. Escuchó sus palabras, y no podía pensar más que en lo equivocado que a él le parecian sus palabras. La diferencia entre San Mungo y Bulgaria es que él no sabía donde encontrarla, no sabía como sacarla de allí.

No sabía como estaba.

- En Bulgaria no sabía donde estabas. - Se justificó así, dejando claro que para él había sido mucho más dificil de lo que ella le parecía. Había pasado meses luchando por ella, en decenas de frentes distintos. Y seguiría haciendolo porque ella, seguía siendo la siguiente de aquella macabra lista.

Pasó su mano por la mejilla, acariciandole el rostro. Apartó algunos de sus mechones de pelo a un lado, dejándole un beso en la frente y otro en los labios aprovechando la intimidad que aquella muesca en la pared les proporcionaba. - Tendremos tiempo. Y me tendrás a mi. - Olvidar... olvidar no sería tan sencillo.

Pero haria lo que hiciera necesario por ayudarle a olvidar. Llegaría incluso a pagar el precio más alto, dejando que incluso lo olvidara a él, si así ella fuera feliz otra vez.

Pero cuando ella derramó aquella lágrima, algo dentro de él se rompió. Nunca la habia visto llorar, jamás, y no fue algo emotivo, ni mucho menos. Llevó la mano hasta la muñeca de ella, antes de que ella se secara aquella lágrima, solo para ser él quien lo hiciera. Esa era su promesa, que él siempre estaría para apoyarla. Jamás estaría sola.

Pero lo que no podría negar, es que le sacara aquel tema. Josh Malfoy. Su mejor amigo, y su ex.

- ¿Que tiene que ver Malfoy con todo esto? -

-Está claro que habrá que investigarlo - soltó Andrea conforme Vinny hacía su reflexión. No volvió a decir nada hasta que salió a la palestra el tema de Isaac. Pero sus palabras quedaron eclipsadas por la pregunta de Rachel.

-Tú estabas saliendo con él, ¿verdad? - Ella y su hermano estaban un par de metros alejados de vosotras, no lo suficiente como para no integrarse de esa manera en la conversación. - ¿Crees que lo sabía?

-Si no fuera porque el recuerdo lo trajo ella - continuo, Reuben - parecería que es el motivo por el cual está en Azkaban.