Partida Rol por web

Habías quedado con Grey con la excusa de que necesitabas hablar sobre su metodología en los entrenamientos. Lo bueno de eso es que no le resultaría extaño que Isabella fuera contigo. Lo malo... que podría ser algo más complicado llegar a la materia que a ti más te interesaba.

- ¿Tienes claro cómo vamos a hacerlo?

Isabella sabía de tus intenciones pero todavía no habías compartido posturas con ella. No hasta que tuvieras claro que Grey serí accesible. No lo conocías en exceso, pero habías coincidido con él lo suficiente como para saber que no había vuelto a ser el mismo desde la muerte de Samantha. En realidad, de una u otra forma parecía que ninguno de vuestros antiguos y nuevos profesores estaba en su mejor momento. Lógico, teniendo en cuenta el abanico de pérdidas que cargaban en su espalda.

No dio mucho tiempo para explicaciones. Cuando girasteis la esquina para llegar al pasillo en el que se encontraba el despacho de Grey os lo encontrasteis de frente dirigiéndose hacia vuestro lugar de reunión.

- Justo a tiempo - comentó, con una cordial sonrisa. Abrió la puerta con un gesto de varita y la sostuvo en su interior esperando a que hicierais lo mismo que él. - Pasad. No tenemos tiempo que perder.

Al final no habías conseguido encontrar a Isaac. Debía haberse marchado ya cuando llegaste a la Sala Común para dejar todas las cosas que habías utilizado en el Baño. Tampoco te importaba. La pregunta de Kate y la reacción que habías tenido ante ella era lo único que ocupaba tu mente. Chasqueaste la lengua molesta. ¡En esos momentos había cosas más importantes en las uqe pensar! Como la inminente reunión con Rouvin. Pero... te habías sentido tan expuesta... En tu interior deseabas que la reunión se alargara tanto que no tuvieras que ver a la Hufflepuff hasta la hora de la comida.

Llegaste al despacho de Erika un poco antes de la hora señalada. La ansia te había jugado una mala pasada pero, estando allí, no veías motivo para no entrar en el interior. Al rodear con la mano el pomo de la puerta un rápido pensamiento pasó por tu mente: ¿ya se habría terminado el efecto del Veritaserum? (*) ¿Serías capaz de 'verte las caras' con Rouvin en esas condiciones? No había mucha elección. Quizá te habías precipitado un poco con Kate, pero la situación requería algo así. Ahora tocaba asumir las consecuencias.

Desde tu posición podías escuchar el ruido en el interior del aula. Decidiste dejar a un lado todos esos pensamientos sin sentido y ponerte manos a la obra. No había tiempo que perder.

Erika te recibió con su habitual sonrisa. Algo más cansada y menuda que la de tus recuerdos, aunque ya te habías acostumbrado a ese cambio. Parecía como si se le hubieran instalado encima cinco años de golpe.

- Pasa Vinny, estaba terminando de ordenar unos asuntos.

Era increíble como, incluso habiendo dejado de ser profesora, su mesa estaba llena de pergaminos amontonados sin ninguna coherencia u orden aparente.

- Es increíble la cantidad de trabajo que tengo. Parece que se reproduce... - la notabas ligeramente agobiada. Seguía recolocando los materiales en la mesa, dejándose un espacio enfrente para poder sentarse con tranquilidad. Te miró justo en el momento en el que tu cara era un reflejo de lo que estabas pensando: ¿sería ese un buen momento? - Tranquila, me vendrá bien hacer un descanso.

No habíais hablado explícitamente de la razón por la que habías llegado allí, pero ninguna habíais olvidado vuestra última conversación en las Tres Escobas. Al menos tú no... y si no lo habíais hecho con esa ingente cantidad de alcohol en tu organismo, era imposible que a Erika se le hubiera pasado por alto.

- Bulgaria, ¿no? - te miró con una sonrisa cargada de inteligencia. - Empieza tú. Dime qué sabes y qué quieres saber - levantó las manos en un gesto que denotaba transparencia. - Te responderé en todo lo que me sea posible.  - Un extraño brillo atravesó sus ojos, aunque no siguió hablando. Era tu turno.

Cuando Kate llegó a la Sala Común de Hufflepuff Matthew ya estaba duchado y cambiado. Permanecía tumbado en uno de los sofás, charlando animadamente con Scott. De Quidditch, por supuesto. La chica no pudo evitar poner los ojos en blanco, ligeramente molesta. Le había costado, pero finalmente había conseguido que su amigo le confesara que, aun teniendo a Derek Malfoy a tiro, había sido demasiado lento como para sacarle la información que tanto estaban buscando. Y ahora, después de la charla que había tenido, era más consciente que nunca de lo necesaria que habría sido completar con éxito esa misión.

Ese pensamiento se entremezclaba con la incredulidad y la sorpresa de saber que la pista había procedido de Isabella Black. Era posible que nunca fuese capaz de asimilarlo con éxito. Fuese como fuese, esa no era la cuestión en esos momentos. Después de mucho pensarlo, había llegado a la conclusión de que podían tener una nueva oportunidad. Ian Muller era una de las personas que había estado con Derek en la fiesta. Estaba en Hogwarts, y era el primo de Matt. Blanco y en botella, ¿no? O quizá no tanto... Era una oportunidad. Ahora debíais saber cómo aprovecharla.

Kate caminaba por los pasillos sintiendo un dolor tremendo en todas las articulaciones. Si no fuera porque al día siguiente el entrenamiento sería igual de duro, fijo que tendría unas agujetas de campeonato.

- Vamos, no te despistes. Es nuestra oportunidad para encontrar más información.

Tras el rato en el baño, donde Kate había esperado pacientemente a recuperar el control de sí misma por completo y de paso a arreglarse como era debido, la chica tenía más claro que nunca que debían ponerse las pilas en las investigaciones. Se habían quedado muy atrás y por culpa de la borrachera del chico, habían perdido a Malfoy.

- Suerte que te llevas bien con él.  Fijo que colabora con nosotros. Y recuerda, vayamos directamente al grano.

Aquella ducha me habia sentado genial, para qué engañarnos. Me habia tomado mi tiempo, dentro del poco margen que tenía, y habia limpiado las heridas despues del combate con Ryan que, aunque no eran pocas y suponia que dentro de algunas horas me harian ver las estrellas, no eran ni de lejos las mismas que soliamos hacernos en el pasado.

Cuando bajé, lo hice habiendome cambiado de ropa, con unos vaqueros, una camiseta oscura y una sudadera. Miré a mi alrededor, esperando a que Ari bajara, aunque aun no tenia muy claro si estabamos haciendo o no lo correcto. Era algo que debiamos discutir aun.

Me acerqué a uno de los mullidos sillones de la sala, y me deje caer en el, sacando un paquete de cigarrillos, que abri, lentamente, acabando por encenderlo en medio de la sala. Al fin y al cabo, ya no teniamos aquellas estupidas normas, ¿no? Y disfrute, como pocas veces, del placer de darle una calada en la sala comun.

Me sentia exhausto, pero relajado. Muy relajado. Y, durante unos instantes, una sonrisa aparecio en mis labios. Y cerre los ojos, aspirando el humo de aquel cigarro, disfrutando, por primera vez en mucho tiempo, de mi estancia en Hogwarts.

A cada minuto que pasaba lejos de Kate más disgustada estaba por el modo en que había terminado su reunión. Por un lado le había demostrado que podía confiar en ella pero, por Dios, ¿cómo no se había dado cuenta en sus años como compañeras de lo frívola que era la chica? Empezaba a pensar que en realidad, aunque confiaran, nunca más volverían a ser amigas. La próxima vez que hablaran le pediría que respetara su intimidad.

Por suerte su mente enseguida de distrajo con el desorden presente en el despacho de Erika y con la reunión que se traían entre manos. Saludó a la mujer antes de tomar asiento como tantas otras veces.

- Si quieres puedo ser tu ayudante, estoy buscando trabajo - soltó antes de que pudiera, de nuevo, ponerle freno a su lengua, que parecía dispuesta a revelar sus más íntimos pensamientos siempre y cuando se la alentara a hacerlo. Puso cara de póker, ocultando que aquello no había sido un comentario voluntario pero en cuanto la animó a preguntar su lengua se desató de nuevo -. Sé muchas cosas, pero no sé hasta qué punto son útiles. Mi gran pregunta es qué relación hay entre el trinomio formado por Rebecca Mclaggen, la ley a favor del acercamiento y Bulgaria - dijo el nombre de Rebecca sin poder evitarlo, a pesar de que se arrepintió de inmediato. Aquel había sido su comodín para con su hermano y ahora ya lo había perdido. Su rostro mostró de forma inequívoca su frustración -. Y también quiero saber quién es el licántropo al que acusan de las muertes de los adolescentes y quién es la verdadera familia de June y en qué colaboráis con mi hermano y por qué mi hermana está muerta y por qué yo estoy viva y cuándo le lanzaron la imperius a Moses - su discurso había perdido fluidez con tanta "y". Era pura verborrea de preguntas sin respuesta que llevaba desde hacía tiempo en su interior y que la pregunta de Rouvin había desencadenado. Y aún así, era físicamente incapaz de parar - y por qué Arianna hizo que Rebecca se marchara y por qué Clarks sigue viva y si Lucas Reedmon está también bajo una imperius y si Jason Starks lo está y si Scott es un traidor y si esa niña era en realidad Rebecca. Tengo muchas preguntas - logró parar, más o menos, pero era sólo porque su mente se había quedado temporalmente en blanco así que hizo lo posible para atajarla -. ¿Tienes alguna de las respuestas?

Arianna finalmente dijo que sí. Se tomó algo más de tiempo de lo esperado en ducharse y arreglarse, exhausta por el entrenamiento sufrido. Por ello, cuando bajó en busca de su 'cita' se encontró con que Liam estaba a punto de salir por el cuadro de la señora gorda. El camino fue de lo más tranquilo. Apenas os encontrasteis a un par de personas con las que intercambiasteis un simple y cordial saludo. A pesar de que llevabais un mes en Hogwarts apenas habíais hecho relación con el resto de alumnos. Lo mismo ocurría entre ellos. Por alguna razón, había una sensación de distanciamiento y precaución entre vosotros. Quizá fuera porque estabais siendo entrenados par una guerra que desconocíais y en la que no teníais claro qué bando ibais a defender.

Si los pasillos estaban casi vacíos, la desolación de los terrenos os encogió el corazón. Llegasteis hasta el lago en silencio. Las ansiedad por ver lo que os esperaba se entremezclaban con la incertidumbre y el posible peligro. ¿Y si no era Lucas? ¿Y si era él pero intentaba haceros algo malo? Su lealtad había sido puesta en duda hacía mucho tiempo... ¿quedaba alguna posibilidad de que recuperara vuestra confianza?

- Gracias por venir.

Escuchar su voz os sobresaltó, aunque conseguisteis disimularlo. Solo tuvisteis que daros la vuelta para encontraros por fin con vuestro antiguo amigo. Estaba apoyado en una de las rocas del lago. Debía haber permanecido oculto allí hasta asegurarse de que erais vosotros. Su ropa estaba llamativamente arrugada. Sus ojeras habían llegado a límites insospechados. Estaba bastante pálido y mucho más delgado, aunque se le veía sano. La pequeña sonrisa que se había instalado en su boca contrastaba con la ansiedad y preocupación de sus ojos. No dejaba de miraros ni un solo momento, manteniendo las distancias. Como si no confiara en su seguridad. Como si creyese que cualquier momento podía ser su final.

En la ducha Arianna se había pegado su buena media hora meditando sobre si debía acudir a la cita. Quería ver a Lucas. Quería que le dijera que Sarah estaba bien, que no habían conseguido matarla. Necesitaba saberlo. Pero, por otro lado, Lucas solo se había comunicado con Liam. Sabía que seguía confiando en ella. O al menos es la sensación que tenía desde su breve encuentro con él en el hospital. Y fue lo que le había dicho entonces lo que le hace decidirse y bajar aprisa las escaleras, con el pelo mojado todavía ondulando tras de sí, para reunirse con Liam e ir al lago. Lo alcanza justo cuando está atravesando el retrato de la dama gorda. 

- Menos mal...no te has ido todavía. 

Conforme se acercan al lago, la inquietud de la pelirroja va en aumento. ¿Estarán bien? ¿Será él? No puede dejar de frotarse las manos entre sí, sintiendo la espera como interminable. Está apunto de sugerirle a Liam que den media vuelta, pero entonces la oye. La característica voz del periodista, aunque desprovista de su habitual alegría. Echaba de menos la voz y el entusiasmo del Lucas original. 

- Lucas...¿estás bien?- la pregunta escapa de su boca sin que pueda evitarlo. Tarda unos instantes en registrar la figura de su amigo, pues había girado en la dirección de su ojo malo y eso le había impedido localizarlo en un primer vistazo. Por supuesto que no está bien. Está mucho más delgado, raquítico, y sus ojeras oscurecen enormemente su cara. Pero lo peor de todo son sus ojos, lo que estos reflejan. Ha venido solo, como la última vez. De repente, siente cierto temor ante lo que aquello pueda significar. Por favor, que no la hayan encontrado.- ¿y Sarah...?- comienza, sin terminar de verbalizar su temor. Éste se aprecia perfectamente en el brillo de su ojo sano, aquel que no está cubierto por el parche. 

Era agradable charlar de quidditch con Scott. Mat lo echaba de menos, como muchas otras cosas. Se había olvidado de lo mucho que disfrutaba del día a día. Sin embargo, cuando Kate los interrumpió, no tuvo más opción que aceptar. Ya la habia cagado una vez, no la iba a cagar otra.

Estaba listo! Te estaba esperado. Mintió Matt. Por el habrían seguido todos hablando tranquilamente. Supongo que nos vemos después, Scott. Te dejo a ti a cargo del partido de quidditch, ¿vale?

Tras despedirse, salió de la sala común con Kate. ¿No me vas a perdonar lo que hice? Quiso saber. No fue mi culpa. Tuve que beberme tres jarras, una copa y dos chupitos para conseguir lo que conseguí y me dejasteis completamente solo. Hizo un gesto de indignación exagerado, claramente de coña. Ni siquiera podía mantenerme en pie, como para intentar hablar!

Además, ¿porqué te preocupa tanto esto ahora? Quiso saber. Es una pista de Isabella, lo más probable es que no nos lleve a nada, o que nos lleve por el mal camino. 

-Ya pensaba que ibas a darme planton, pelirroja torturahombres... - le dije, con una media sonrisa, bromeando, al ver a Ari aparecer por alli con tanta prisa. Sin embargo, el tono de aquella broma dejaba claro que, en aquella ocasion, era mi forma de liberar la tension y el nerviosismo que se estaban apropiando de mi por momentos. No, no tenia claro nada sobre aquel encuentro. No tenia claro nada sobre Lucas, ni sabia si sería hostil o no. Ni siquiera tenia claro que no nos estuviera llevando a la tumba.

Caminé con ella, en silencio, en direccion al lago. Su presencia alli me tranquilizaba, por una parte, aunque por otra me preocupaba. ¿Y si nos atacaban? ¿Y si era una trampa?¿La habria puesto en peligro? Pero... ¿Como iba a negarle ver a Lucas? No, no podia hacer eso. Habia que correr ese riesgo.

Y por fin llegamos al lago, sin que vieramos rastro de nadie. Sin embargo, justo cuando iba a hablar a Ari sobre qué hacer si aquello era la boca del lobo, apareció Lucas, a nuestra espalda, como si hubiera estado esperando el momento oportuno. Hacia mucho, mucho tiempo que no lo veía. Desde aquel día de Navidad en el que ni siquiera nos habiamos dirigido la palabra. Y verlo alli, de repente, provocó en mi una extraña sensación, una cálida y reconfortante.

Lucas era mi amigo, desde hacia mucho tiempo. Y, a pesar de lo que habia sucedido aquel año, a pesar de todo lo que nos habiamos ocultado, me dolia toda aquella situacion, me dolia desconfiar de el, pensar que podia ser un traidor. De ahi que su presencia alli fuera una mezcla de emociones. Y es que las ganas de abrazarlo tan solo eran comparables a las ganas que tenia de sacar mi varita y apuntarle con ella para saber sus intenciones.

Por eso decidi actuar con cautela: ¿Con quien te sorprendi hablando la noche que me diste el puñetazo? - le pregunté, antes de nada, con todas las alarmas activadas, visiblemente nervioso, esperando su confirmacion. No queria bajar la guardia. No, hasta que no pudiera estar totalmente seguro de que era el, de que no habria problemas. Y sabia que, si habia vivido durante aquellos meses solo la mitad de lo que habiamos vivido nosotros, sabría que aquel gesto era necesario, que no habia acritud alguna en mi pregunta, sino solo preocupacion.

Y la forma en la que la varita se habia escurrido hasta mi mano, la forma y la tension con la que mis dedos la sujetaban eran prueba de ello.

Entre la idea de un baño con Vinny y Kate, o un baño con Isabella, la segunda alternativa era infinitamente más apetecible. Sin duda, aquella había sido la elección correcta en todos los sentidos. Por suerte o desgracia había otras cosas que hacer, otras competencias que dejaban aquellos momentos para casos y situaciones puntuales.

Y ahora, nos encontrabamos en el pasillo, en dirección al despacho de Miller Grey.

- Aidda. - Fue la única palabra que pronunciaron mis labios. Algo que había leído mientras intentaba sacar a Isabella de San Mungo, y que suponía que podría servirnos ahora para esto. Después de todo, la información no dejaba de ser un producto. - Yo siempre lo tengo claro. - Acabé por decirle, parándome junto a la puerta y mirándola fijamente a los ojos durante unos segundos, momento en el cual mi mano se levantó, golpeando la madera para llamar a la puerta.

Pero no esperaba que Grey tuviera una respuesta inmediata, ni encontrármelo dispuesto y a la espera de nuestra presencia. Miré de reojo a Isabella, antes de volver la vista hacia Miller, haciéndome a un lado cuando sacó su varita y abrió la puerta. - Cambio de planes. - Le comenté a la chica, viendo que llegar al hilo que deseaba tocar sería algo más complicado, por ahora. Así que saqué la varita, entrando en su despacho y dejando sitio a Isabella a mi derecha.

- ¿Por qué tanta prisa? -

La pregunta de Arianna hizo que se relajase un poco. - Estoy bien. Sarah también - se apresuró a contestar, levantando la mano ligeramente para pedir calma. - Está escondida. Era muy arriesgado que ella se expusiera, por eso solo he venido yo. - de repente un recuerdo de las grandes sonrisas de Lucas apareció en su rostro - Te envía salud...

- ¿Q-qué? - la pregunta de Liam le pilló por sorpresa. De todas las cosas que esperaba que le preguntasen quizá esa era una de las más remotas. - Con Isabella - la respuesta fue clara y precisa. - Aunque no te di el puñetazo por eso. - concluyó con tranquilidad. Entonces levantó las dos manos, mostrandolas vacías. No había varita en ellas. - He venido solo a hablar. A responder vuestras dudas, y a pediros ayuda. - Dio un par de pasos hacia vosotros. - Sé que no confíais en mi - su  mirada solo se dirigió hacia Liam - pero en estos momentos es necesario. No tenemos mucho tiempo.

Entró a su despacho con rapidez, metiéndose la varita en la capa con la misma agilidad con la que hacía todos sus movimientos. Claramente tenía prisa.

- Está bien, poneros cómodos - continuó, mientras organizaba los papeles de su mesa y llevaba la mitad de ellos hacia uno de los armarios del despacho. - Ryan me comentó que queríais hablar conmigo - el sonido de su voz se hacía algo más difícil de entender con su cabeza escondida entre los estantes. - Perdonad las prisas, tengo un día de locos - continuó, volviéndose hacia vosotros y sentándose en el sillón. - No hubiese estado mal que nos asignasen a este programa quitándonos nuestras otras obligaciones. Pero parece que es mucho pedir. - Se quedó observándoos con las manos entrelazadas sobre la mesa.

Erika te miraba fijamente, con la boca entreabierta y completamente paralizada. Seguramente estaba preguntándose como habías sido capaz de decir todo eso tan rápido y sin nisiquiera respirar. No era difícil pensar que lo más probable es que nunca te hubiese visto así.

- Está bien... vamos por pasos - dijo finalmente, tocándose la frente con cierta desorientación. - Lo de ayudante podemos valorarlo, aunque será mejor que dejemos el tema para después de la conversación pendiente para esta tarde. - En esos momentos recordastes como la propia Rouvin había hecho especial hincapié en que fuerais pensando en vuestro futuro laboral. - Doy por hecho que nuestra conversación quedará acogida en un acuerdo de confidencialidad.

No esperó a que respondieras. Esa era su condición, pero confiaba en ti lo suficiente como para saber que ibas a complirla.

- Como bien sabrás, hace unos años su familia se marchó a Bulgaria. Fue un tema bastante sonado porque los McLaggen siempre habían tenido muy buena posición en el Ministerio. Muy pocas personas lo saben, pero fueron ellos quienes lideraron el primer intento de acercamiento muggle. - Se encogió de hombros, sin darle gran importancia al asunto. - Por supuesto, en el momento en el que se marcharon la política quedó paralizada.

- No sé por qué murió tu hermana, quien es la familia de June o por qué Moses estaba bajo la maldición imperius - no te pasó desapercibido como sus ojos se empañaban. Suspiró con cierto pesar. - Será mejor que te cuente lo que sé, en mi propio orden.

- Hace un año nos llegaron noticias de que la familia McLaggen había sido asesinada. En realidad, solo aparecieron los cuerpos de los padres. Eso hizo que nos pusieramos a investigar. No tardamos en darnos cuenta de que no se trataba de un caso aislado. En los últimos años se han registrado varios casos de familias mágicas en las que los padres eran asesinados y no quedaba rastro de su hijo. Nos costó algo más encontrar el patrón, pero también detectamos desapariciones de squibs y niños huérfanos.

- Cuando presentamos toda esa información al Ministerio nos quitaron el caso y se lo pasaron a los Inefables. No supimos nada más del asunto. Entonces empezaron las muertes en Hogwarts, y decidimos volver a investigar. Lo hacemos a espaldas del Ministerio, por eso nos reunimos en lugares y momentos poco convencionales. - Se refería a las Tres Escobas. - Y por eso necesito que no hables de esto a nadie. Pondrías en peligro toda nuestra actividad.

- Sobre lo demás. No sé nada de Scott, Jason o 'esa niña' de la que hablas. Tampoco sé en qué momento le lanzaron el imperius a Moses, vosotros estabais más en contacto con él. - No pudiste evitar sentirte algo infantil al escuchar tus palabras en su boca. - Tampoco de la relación de Weasley con Rebecca. Lo que sí que sé es que, por alguna razón, McLaggen y quien quiera que sea con quien trabaja está buscando a Starks. Y por eso ella y su amigo el periodista llevan escondidos varios meses.

Te había respondido a varias de tus preguntas, tanto con respuestas satisfactorias como con negativas. Pero había algunas que se habían quedado en el tintero. Quizá porque no se acordaba (la habías bombardeado con preguntas), o quizá porque no quería seguir ahondando en ellas. No podías saberlo con claridad.

Ya estaban llegando a la puerta. No es que siguiera molesta con él. El efecto del alcohol para alguien que no estaba acostumbrado debía de ser horrible, pero había decidido que si quería las cosas bien hechas, ella debía de estar presente. Aunque eso nunca se lo diría a él, por supuesto.

- ¿Desde cuándo no estoy interesada? Si dijeron algo de Bulgaria, está claro que Isabella nos llevaba por la buena pista. Una pista importante y quiero saber. Lo que no entiendo es por qué tu primo no te lo advirtió o dijo en su momento. Además... no es Isabella, pero Ryan parece que me quiere en su "super equipo secreto privilegiado" y quiero tener mucha más información que él.

¿Tan confidencial sería? ¿Cómo debería Kate actuar para sacar dicha información? ¿Ir al grano? ¿Allanar el terreno?

No. Directos al grano.

Además, se sentía incapaz de no ir al grano. Una vez en la puerta, llamó dos veces:

- ¿Ian? Somos Kate y Matt. ¿Podemos pasar?

- ¿Preparado?

Deje escapar un hondo suspiro de alivio. Por dos razones: la primera, Sarah estaba bien. Y eso, ya hacia que me sintiera bastante mejor. La segunda: Lucas era Lucas. Y aquello, desde luego, era un alivio.

Relajé entonces la presion sobre mi varita, dejando que se escurriera de nuevo hasta mi muñequera, dejando escapar una breve sonrisa nerviosa- Lo siento, tenia que comprobar que eras tu. A estas alturas ya me creo cualquier cosa... - dije, sin acrituda, a Lucas, sintiendome feliz de que quien estaba delante mio fuera realmente mi amigo.

Entonces mire a Ari, y luego a el, señalandola con la palma de mi mano- Se que me habias citado a mi solo, pero pense que te alegrarias de verla. - dije entonces, relajando ligeramente mi sonrisa. Mi actitud habia cambiado mucho desde Navidad, y estaba más dispuesto a dialogar, a intentar confiar en aquellos que me importaban. Que siempre me habian importado- Iba a decirselo tambien a Kate, pero se escapo con Vinny antes de poder hablar con ella... Si quieres podemos decirle algo... - dije, antes de nada, demostrando que no habia ni rastro de aquel rencor de meses atrás, cuando ambos competiamos por ella. Aquella competicion habia terminado para mi.Y era estupido seguir guardando rencor a mi amigo.

Asenti entonces, escuchándolo, hasta que llegó a la parte de la confianza- Lucas... hace meses que apenas confio en nadie. Todos hemos estado demasiado tensos y nos hemos ocultado demasiadas cosas. Pero supongo que aun estamos a tiempo de arreglar eso, ¿no? - dije, acabando por tenderle mi mano humana, la misma en la que mi varita habia estado hacia algunos segundos. Era mi forma de firmar la paz con el, de hacer que las cosas volvieran a estar en su sitio.

-Necesitamos saber. No podemos ayudar ni protegernos si no sabemos a que nos enfrentamos. Necesito que nos cuéntes de qué va esto, qué ha pasado. Solo sabemos que era la proxima victima. Que suponiamosque la atacarian a ella. Desde entonces no sabemos nada mas... Cuéntanoslo todo, Lucas. Y nosotros te contaremos lo que podamos. - y entonces, me levante la manga de la sudadera, dejando al descubierto mi antebrazo, y la marca que habia en el. Las dos marcas a aquellas alturas. El mensaje estaba claro, incluso para Lucas. Habia cosas de las que no podiamos hablar: no, a menos que quisieramos acabar muertos.

- Pasad.

Era la señal que necesitabais. Kate no perdió el tiempo y en una milésima de segundo ya se adentró en el despacho. Era muy parecido al del resto de profesores aunque estaba algo más vacío. Se notaba que ese no era el verdadero lugar de trabajo de Ian.

- Sentaos - señaló con la mano los dos sillones que había frente a su escritorio. - Matt me ha dicho que queríais hablar conmigo - Se sentó en su asiento, recomponiendo su postura con tranquilidad. Se quedó mirándoos durante unos segundos, con los codos apoyados en los brazos del sillón. Su mentón descansaba sobre sus manos entrelazadas. - Vosotros diréis.

Matt asintió a Kate antes de que esta llamase a su hermano, resignado. Siempre confiaría en ella, pero sentía que había información que él no tenía. Aunque bueno, tal vez se iba a enterar ahora. Lo que más le sorprendió fue lo de Ryan. En su cara se podía ver el asombro. No-me-lo-puedo-creer. Dijo, marcando cada palabra de forma exagerada, enfatizando la sorpresa. Que afortunada. Ryan Jackson se ha interesado en ti. Esbozó una sonrisa traviesa, pero luego se puso serio. Yo vigilaría mis espaldas.

No se fiaba de Ryan. Nunca lo había hecho y, pese a lo que había hecho en el callejón por salvarlos a todos, no terminaba de fiarse. Era un ser miserable, con una mente odiosa y al que solo le interesaba él mismo y los que tenía cerca. Y solo si podía sacar algo, probablemente. Adelante. Dijo, permitiendo que kate entrase primero.

Hola! saludó animado. No quería que esto fuese un interrogatorio. Tiene que ver con lo de la anterior noche. Esa en la que salimos, que por cierto, no conseguirte encontrarme pareja. Le dedicó una mirada de indignación fingida. Es sobre lo que quería preguntarle a Derek, pero que no pude por el alcohol...

Empezaba a ponerse nerviosa,  y más que por lo que le había explicado Erika era por el escaso control sobre sí misma que tenía en aquellos momentos. Sólo lo había experimentado una única vez pero la despreocupación que aportaba la embriaguez desde luego no la daba el Veritaserum. Empezaba a entender la preocupación de Isaac el día que ella misma le había sometido al proceso.

En cuanto a la información era fragmentaria, sabían cosas pero no las mismas que ellos y había puntos que se contradecían directamente, o al menos así se lo parecía.

- No lo entiendo. Rebecca McLaggen y todos los que deben estar con ella están forzando a las familias a posicionarse contra el acercamiento pero ¿dices que fueron sus padres los primeros en promover esa ley?  - Vinny tenía la mirada perdida, intentando atar cables -. McLaggen no sólo está propiciando todas estas muertes, está "vengándose" de Ryan por algún motivo, le deja notas. Quizás por eso murió Faye, porque sabía que eso haría que él y yo cortáramos - no se daba cuenta de estar compartiendo información personal con una mujer a la que realmente ni le iba ni le venía. Seguía hablando, simplemente vomitando el contenido de sus pensamientos que buscaban un punto de partida, una conexión mayor -. Fue Moses el que mató a Faye y él estaba siendo controlado por McLaggen. Y en las Tres Escobas, aquel día, había una niña con Jason Starks y luego él apareció desmayado, por eso pensamos que puede que sea Rebecca - se llevó una mano a la frente, masajeándose los músculos en tensión -.  Hay alguien de nuestro curso que también ha estado tras los ataques, alguien atlético y fuerte, posiblemente un jugador de quidditch, y sólo puede ser Scott o Mathew - cerró los ojos un segundo. Maldito Veritaserum. Cuando los volvió a abrir se encontró con la mirada fija de Erika, para la cual encontró una sonrisa con la que corresponder, débil, pero una sonrisa al fin y al cabo -. Sólo intento buscar una conexión - se excusó. Ella misma necesitaba poner sus pensamientos en orden pero en aquel momento le costaba; su mente no dejaba de bombardearla con imágenes que intentaba relacionar con todo lo que sabía -. Vale, veamos... - frunció el ceño, buscando las palabras necesarias para formar una pregunta en un formato considerablemente menos agresivo que el anterior -. Andelin está con vosotros en esto, ¿verdad? - de algún modo seguía necesitando corroborar que su hermano estaba del lado de los "buenos", si es que tal extremo moral existía -. ¿Hay algún modo de qué contéis conmigo o estoy directamente descartada por joven? Por cierto, lo que me has contado no explica lo que sucede en la actualidad en Bulgaria.