Partida Rol por web

Por fin la tripulación del Anima había encontrado las cartas de navegación de la isla perdida, unas cartas mágicas que indicaban la situación de la isla pedida, una isla que aparecía durante  5 días del mes para después desaparecer sin dejar rastro durante el resto de días de ese mes y de nuevo aparecer al mes siguiente y desaparecer y así durante todos los meses del año.

La mar estaba tranquila y un viento suave golpeaba a los miembros de la tripulación que contentos con el éxito andaban tranquilos por la cubierta del barco, el Capitán Samael cantaba viejas canciones piratas mientras la brisa hacia ondear sus largos cabellos rizados.

Samael era un viejo pirata nadie esta seguro de su nacionalidad, como se dice en la jerga era sal vieja, hay quien dice que entre sus allegados se encuentra Allende el pirata castellano y la tuerta la dueña de la tasca de la tuerta, sus marineros mas viejos saben que Samael se convirtió en pirata cuando su amada fue asesinada por la inquisición desde entonces surca los mares, abordando todo barco de la inquisición que se topa en su navegar.

Bubua era un Vodaccio que fue abandonado siendo un bebe en el mar, cuanta que la madre océano le llevo hasta Samael que al ver al pequeño lo adopto es el miembro de la tripulación mas veterano y a ojos de todos el hijo del Capitan, Bubua siempre apoya las decisiones del capitán y si alguien se revela el mismo se ara cargo de la situación.

Thorsofhn un hechicero de las artes Laerdom que con su poder apacigua los mares cuando hay tormenta y escribe mágicas runas por el casco del Anima para hacer del navío un poderoso enemigo, su mano repleta de runas había mutado convirtiéndose casi en una garra que desprendía un alo verdoso, los efectos adversos de la magia solía decir el hechicero. Como hechicero es muy respetado y temido por el resto de tripulación.

Paco Gómez es el contramaestre gran amigo de Samael dicen que eran amigos incluso antes del asesinato de la mujer del capitán cuando nombraban a Samael normalmente lo acompañaba el nombre de Paco Gómez.

Hector es uno de los veteranos lleva en el anima cosa de un año largo su vocación por la medicina lo ha convertido en uno de los hombres mas respetados abordo, además cuentan que se unió a Samael  porque le salvo la vida tras una pelea en la que el capitán sufrió graves heridas y desde entonces el propio capitan se cuida de que Hector siempre este a gusto y a salvo.

Sandoval de Montaigne, es el nuevo cocinero de la tripulación se unió a la misma hace unas semanas antes de partir en busca de las cartas de navegación de la isla perdida y si no fuera porque es difícil encontrar un autentico cocinero que se quiera unir a un barco y menos aun a uno pirata las veces que lo han llamado marinero de agua dulce a modo de burla se habrían triplicado ya que su experiencia como marino data desde el día que entro en el barco es decir unas semana. No obstante tras algunos encuentros fortuitos y demostrar su habilidad con los cuchillos mas allá de trinchar un cerdo y picar unas frutas la tripulación dejo de burlarse de el y empezó a verlo como un posible lobo de mar.

Felix entro a formar parte de la tripulación gracias al viejo jefe de cocina Fausto el cual murió en la última travesía antes de embarcar en busca de las cartas, como muchos lleva poco mas de un año en el anima pero la muerte de Fausto lo entristeció con la llegada de Sandoval de Montaigne como cocinero y además hermano de nación le había levantado el animo.

Felipe Hernández esta en la tripulación desde hace poco mas de un año pero se ha convertido en uno de los hombres indispensables en la tripulación solo hay una cosa que disgusta enormemente a Samael y es su desenfreno con las mujeres mas de una vez le ha advertido que su lujuria le llevaría al fondo del mar.

Valeria llego al navío hace un 2 meses aproximadamente aunque es una mujer se ha conseguido el respeto de la tripulación con sus artes adivinatorias y poniendo en un aprieto a mas de un marinero garcías a su lengua y su magia.

Las gaviotas sobrevolaban el cielo siendo prueba de la cercanía de la costa, los rayos de sol eran apreciados por la piel de los marineros que se calentaban dando una agradable sensación a los mismos.

La madre océano había sido buena con ellos en esta última travesía y por fin todos soñaban con la isla perdida y los tesoros que encontrarían en ella. La vela mayor estaba abierta e hinchada con la brisa que llevaba al ánima en dirección a Bucca.

Bucca es una isla pirata cercana a castilla donde esta La Tasca de la Gitana lugar recomendado para buscar tripulación ya que a pesar de que el océano había sido piadoso con ellos los encuentros fortuitos con otros barcos habían echo algún estrago en la tripulación.

En el palo mayor se encontraba Bubua el vigía, Samael estaba al timón y Thorsofhn se encontraba en la proa del barco, el resto de tripulación estaba por la cubierta hablando de la aventura y las hazañas logradas en la búsqueda de las cartas mágicas de navegación e imaginando las aventuras que encontrarían en la isla perdida, el balanceo del barco al ser golpeado por las olas era agradable.

-Abrid la vela del palo de mesana y asentarla que el viento esta cambiando, estamos a barlovento y hay que aprovecharlo para la virada. Grita Samael.

-Lobos de mar soltar la driza del trapo trasero. Grita desde la plataforma del palo mayor  Bubua, con su catalejo en la mano y haciendo gestos desde las alturas.

Hector se encontraba apollada en la barandilla de la cubierta mirando al mar, ensimismado por el ruido de las olas y las canciones del capitán cuando los gritos del mismo le devuelven su mente al barco donde esta su cuerpo.

Su función principal en el barco era otra, la de sanar, pero, cuando no se tiene que dedicar a esta, participa en las labores de navegación como cualquier otro marinero. Así que estiró su espalda con los brazos hacía el cielo y se dirigió a la popa a realizar la tarea que mandaba babua.

Félix no dejaba de ver al frente, se encontraba emocionado por la promesa de los tesoros que los aguardaban pensando en lo que haría con su parte.
Posiblemente pagar deudas, era difícil perder los viejos hábitos.

Las voces del Capitán y Babua lo trajeron al barco de nuevo, se arremango la camisa y se dirigió a popa para cumplir las ordenes.

- Vamos camaradas que los veo lentos. – Después de decir esto soltó una risotada y corrió tras sus compañeros. El no era más que un novato comparado con estos marinos.

—¡Vamos grumetes, ya habéis oído, moved el culo y haced algo útil! —grito para dar importancia a lo dicho por Bubua. Desde mi posición, al lado del timón, puedo ver si se cumplen las órdenes o no.

Parece que de momento, todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, pero por si acaso— ¡Al que se quede de brazos lo colgaré del palo mayor mientras le enseño lo que es un velamen atado a uno de ellas!

Sandoval, que esa mañana se encontraba de un perfecto buen humor, tarareaba las canciones del capitán aunque todavía no conocía ninguna. Llevaba apenas unas semanas en el barco y aunque aún seguía echando el desayuno del día anterior cuando se picaba la mar, le empezaba a coger el truco a eso de andar patizambo para mantener el equilibrio.

Se acercó al grupo de popa y puso sus enormes brazos a trabajar, tirando de los cabos de las velas según se lo iban indicando los mas veteranos. Y aunque no siempre le indicaban cual era la cuerda adecuada y a veces acababa en el suelo por culpa de un mal movimiento, o por ser arrastrado por una de las sogas o incluso azotado por una vela descontrolada, sabían que el bueno de Sandoval solo ensancharía su sonrisa ante la broma, enseñando todos sus dientes de lobo y anotando el nombre del bastardo que se la había jugado para luego meterle laxante en la sopa.

- ¡Aviso que al que me joda con una broma esta mañana, le jodo yo esta noche el estofado! - Advirtió con su portentosa voz mientras emitía una risotada descomunal que hizo temblar la papada con fuerza.

Felipe se había levantado espitosos. Había estado cantando durante toda la mañana. Notaba como la costa se le acercaba. Olía ya el dulce aroma de las promesas femeninas. Se le notaba radiante, pero los marineros ya se habían acostumbrado a sus formas.

No es que fuese un marinero demasiado experimentado, pero su destreza hablaba por ella sola. Había decidido por cuenta propia que eso de manejar los aparejos del barco. Y lo hacía aceptablemente bien para ser novato.

En cuanto escuchó la orden se dispuso a cumplirla, con una rapidez y perfección que distaba mucho de los primeros días que zarpaban, cuando podías ver a un Felipe decaído y triste por no ver más mujeres. Cuándo lo único que le preocupaba era cuánto tardarían en llegar a su destino.

-Grandullón! Que nos harás hoy para cenar?? - Felipe había apodado así a Sandoval, le caía enormemente bien. Aunque claro, a quién lo le cae bien la mano que le da de comer?

Cuando hubo terminado repasó el barco, quería que estuviese lo mas perfecto que podía estar para que no hubiese ningún contratiempo. Todo el mundo lo notaba, Felipe necesitaba descargar.

Una vez más Valeria pasba el tiempo que podía contemplado el horizonte, no es que le desagradase trabajar con los demás pero evidentemente eran tareas fatigosas no muy adecuadas para quien no fuera rudo, cosa que no era, pero mejor dedicarse a atar cabos que a fregar, así que cuando el capitán exhortólas tareas iniciales se apresuró a buscar una en que no tuviera que hacer excesivo esfuerzo fisico.

¡ánimos hombrones, creo que se nos recompensará debidamente si somos dilgentes, presiento un interesante porvenir!

Desde el piso alto donde Paco y Samael observaban a la tripulación se puedo oír.

-¡Al que se quede de brazos lo colgaré del palo mayor mientras le enseño lo que es un velamen atado a uno de ellos!

Todos se dirigieron a la popa empezando por hector y Felix que animo a los demás.
- Vamos camaradas que los veo lentos.

Los hombres mas experimentados subieron rápidamente por los obenques hasta la verga de mástil de trinquete desde allí indicaron a los demás que soltaran los cabos de la vela.

Entre medio los hombres se hablaban y gritaban.

- ¡Aviso que al que me joda con una broma esta mañana, le jodo yo esta noche el estofado! – Dijo Sandoval, nadie lo dudaba la ultima vez atascaron varios beques.

A su vez Felipe ensimismado con la idea de un cercano encuentro con alguna fémina pregunto.

-Grandullón! Que nos harás hoy para cenar??

La respuesta era obvia pero ya que lo acababa de decir el cocinero.

Valeria observaba desde el firme del barco como trabajaban sus compañeros todavía no se había acostumbrado a las duras labores de la mar pero animo a los hombres en su trabajo.

-¡Animos hombrones, creo que se nos recompensará debidamente si somos dilgentes, presiento un interesante porvenir!

Los animos tuvieron efecto y al fin la vela  se abrió, el viento la sacudió de un lugar a otro pero con movimientos rápidos y concretos por parte de la tripulación, el trapo se hincho con el viento dando impulsó al navío.

Samael se sentía contento al ver trabajar a su tripulación.

-Marineros espero no ver ningún ballestrinque flojo… Bubua!!! ¿que ves desde las alturas?. Grito el capitán al vigía para acto seguido proseguir con otra nueva canción mientras alargaba las cartas de navegación a su contramaestre Paco.

-Compañero notas algo extraño en estas cartas de navegación. Le dijo a su camarda.

-Los marineros que lleven un año en el barco venir aquí los demás ir estibando esos sacos de comida como os indique Sandoval.

- ¡Esta noche toca estofado, Hermoso Felipe! - Respondió Sandoval a su compañero de aventuras. - ¡Y si me consigues una buena moza cuando lleguemos a puerto, tendrás ración especial! ¡Pero no de las que te gustan a tí, que parece que no les den sus madres de comer! ¡Yo quiero una buena mujer que pueda sujetar una jarra de cerveza entre las tetas! - Tronó una poderosa risotada y siguió a sus cosas hasta que lo mencionó el capitán.

- ¡Vamos haraganes! ¡Ganaos las habichuelas! ¡Ya habéis oido al capitán, que esos sacos no se van a mover solos! - Repitió la misma fórmula que anteriormente había usado Paco para darse un poco de importancia, dando palmas al aire con fuerza. Sandoval era un recién llegado y no sabía nada de la mar, pero estaba claro por sus formas que anteriormente había comandado hombres y que era lo suficientemente espabilado como para dar unas cuantas instrucciones sencillas. Con enérgicos movimientos de brazos fue organizando a los dos o tres grumetes dispuestos a hacerse cargo de una tarea como aquella, preparando los sacos vacíos, las cajas de madera, los barriles y demás recipientes que iban a necesitar para cuando tocaran tierra y subieran víveres al barco.

Ante la pregunta del capitán, miré las cartas de navegación. A priori las veía como unas cartas normales, pero nunca se sabía...

Felipe ya llevaba un poco más de un año en la tripulación, así que como Samael mandó, él hizo. Se acercó rápidamente donde se habían reunido Samael y el boquerón.

-Para lo que usted quiera capitán.- comentó cuando estuvo cerca de la pareja. Sin embargo, miraba constantemente a las alturas, la palabra Tierra ya sonaba por la boca de Babua con ilusión en la cabeza de Felipe, y mujeres bellas aparecían delante de un Felipe imaginario. Después del breve ensimismamiento, volvió de sus cabilaciones para mirar al capitán y lo que tenía entre manos.

El capitán llamo a los hombres que ya tenían un año navegando con el  Anima y entre ellos se incluía a Félix; así que acudió de inmediato al llamamiento de Samael.

- A sus ordenes Capitán. –

No podía quitarse la sonrisa de la cara; dentro de poco estaría bebiendo y apostando. Y si la fortuna le sonreía y las palabras no le fallaban compartiría la cama con una bella mujer o dos.

El buen humor en la tripulación contagió una sonrisa en el rostro de Héctor mientras las velas se hinchaban
impulsadas por el viento. Cuando el capitán les llamó para observar las cartas de navegación, las miró con interés pero
su mente viajó a la distante castilla y le llevó a preguntarse por el bienestar de su hija.

Pero pronto la conversación le trajo de nuevo al barco y se preguntó con curiosidad el motivo de la pregunta
del capitán. Examinó el mapa de nuevo pero no encontraba nada de particular. Miró al capitán esperando que
les aclarara el motivo de su extrañeza.

Más trabajo a repartir,será mejor prestarle más atención mientras los expertos no están a mano.

Mientras los demás iban acudiendo con el capitán a discutir el asunto de las cartas de navegación, que si bien valeria no entendía correctamente, al menos era capaz de entender la importancia que tenían. Era posible que hubiera algo que no estuviera antes, o que ya no se viera; fuera lo que fuera parecían problemas y ella quedaba excluída de la discusión. No es que le preocupase, pero seguro que servirles unas copas y fisgonear habría sido menos fatigoso y áspero. Buscaba a su alrededor quien la ayudase, así que se dedicó a prodigar "querido..." a quienes aún quedaban por la borda.

Cuando Sandoval escucho las órdenes del Capitán Samael alentó a los grumetes a que le ayudaran tomando como ejemplo la conducta del contramaestre Paco.

-¡Vamos haraganes! ¡Ganaos las habichuelas! ¡Ya habéis oído al capitán, que esos sacos no se van a mover solos! –

Mientras los hombres más experimentados se posicionaban junto a Boquerón y Samael para observar las cartas de navegación,
Tras observar detenidamente las cartas nadie vio nada anormal en las cartas.

Mientras tanto Sandoval en cubierta guiaba con movimientos enérgicos de sus brazos a los menos experimentados, algunos bajaban a la despensa los sacos de comida que no se habían consumido mientras otros preparaban los barriles vacíos para rellenarlos cuando llegaran a tierra de manzanas, trigo y otros productos primos.

Sumidos en sus tareas nadie se dio cuenta de que poco a poco el radiante sol fue tapado por una densa nube y la suave brisa que tan agradable había echo la mañana se convirtió en un viento medio que golpeo a los marineros sacándolos de sus pensamientos y provocando un escalofrió en muchos de ellos.

-Mis marineros que acertados estáis al afirmar que estas cartas de navegación no tienen nada extraño, ese es el motivo por el que tardamos tanto en encontrar las cartas mágicas de navegación.- Dice Samael sonriente-Mientras la isla esta oculta las cartas mágicas son exactamente iguales que cualquier otra carta de navegación, solo durante los cinco días del mes en que la isla abandona el 7º Mar para aparecer en alguno de los mares de Théah es posible identificar las cartas mágicas.

Nada más terminar de hablar el bello de la nuca del Capitán se erizo y su sonrisa desaparecio de su rostro al sentir el frió viento golpear su cuerpo, sus negros ojos como pozos sin fondo se posaron en el cielo.

Mal augurio. Pensó para si mismo el Capitán.

Bajo su mirada para ver si Thorsofhn estaba trabajando y era cosa de su magia, pero el hechicero estaba en proa escudriñando el horizonte.