Partida Rol por web

Los cuatro compañeros cruzais los parques de la zona, cada rascacielos de diseño contemporáneo posee su zona ajardinada donde ejecutivos y empresarios salen a distraerse durante su jornada. Es casi mediodía cuando llegais a vuestro edificio, ocho plantas de alto, de un color rojo vivo y limpio, unas ventanas grandes y tintadas, por un lado la salida del párquing subterráneo.

La puerta automática se abre con el sonido característico y pasais frente a la portera que os dedica una sonrisa.

Algunos chupapapeles se mueven arriba y abajo, gente que trabaja para una empresa de cuentas y almacenes de DragonFly, una tapadera para muchas de sus operaciones financieras, los trabajadores aquí no conocen lo que hay más allá de la 3a planta, ni deben.

Cogeis el ascensor hasta la tercera planta, planta máxima hasta la que sube y cruzándola de un lado a otro vais hasta un despacho vacío en el que un segundo ascensor con cámara de seguridad os identifica antes de subir automáticamente, acabais de llegar de revisar el último envío de armas a los almacenes de Dragonfly en el distrito Rojo y llegais a la sala de descanso: una televisión de plasma, un par de sofás en caoba corvada importados de Italia y algunas plantas es todo lo que se necesita para que este trabajo merezca la pena.

La muchacha se encontraba sentada, hasta que la fuerza de la gravedad no encontró resistencia sobre ella y la deslizó hasta dejar el culo fuera del sofá, en la televisión se emite un programa de preguntas y respuestas, el famoso "¿Quien quiere ser rico?", Ariel lo observa absorta con el mando a distancia pegado a su cadera y sus manos sobre su vientre plano. Uno de vosotros lleva los papeles de recuento del almacén, faena para ella ahora al veros entrar resopla levantando la vista para veros entrar.

Que rápidos ¿Os costaba mucho tardar un dia entero en traerme esto y así dejarme descansar?

No pienso moverme de aquí hasta que termine el programa, van por la sexta pregunta y seguro que éste tipo se lleva el bote

Ariel alarga la mano, esperando el fajo de papeles de alguno de vosotros

Podeis sentaros sin miedo, el jefe se ha encerrado en el despacho a comer así que no saldrá hasta que tenga que ir al baño

Salto sobre uno de los sillones y me siento con las piernas cruzadas (a lo indio), no me gustaba sentarme de otra forma, miro la tele mientras parpadeo exageradamente ante cada cambio de cámara del programa, me frotaba las manos deprisa y no dejaba de mirar a la pantalla.

-Eres la primera persona que conozco que se queja de la eficiencia-Comento de carrerilla, tan deprisa que es casi imposible entender una sola de las palabras que he dicho.

Me pongo de pié encima del sillón y me apoyo en el respaldo mirando a mis compañeros -Dadle los papeles y que se ponga a trabajar-Digo un poco más lentamente, me vuelvo a girar hacia la tele sin sentarme y comento- No se lo llevará estos programas están trucados-Comento

- Es la "B".- digo nada más entrar - La respuesta. Es la "B". - repito ante la sorprendida mirada de mis compañeros.- Tome los papeles señorita Gretchem. Espero que estén bien los informes, he hecho lo que tenía en mis manos para ello.

Mi voz suena como cuando entregas un informe que no deberías haber hecho tú y después de hacerlo te recriminan por hacerlo demasiado pronto.

Y ahora señorita Gretchem, -cambiando el tono de voz a uno más sereno y tranquilo- ¿es posible que ya que no he efectuado, todavía, el entrenamiento con armas de fuego se me disponga de una daga, navaja o machete en condiciones? Espero no tener que usarlo, pero ya sabe, nunca se puede esperar nada bueno de este mundo.

Jack entra tras sus compañeros, observando los rincones. Bajo la campera de cuero lleva la riñonera del arma, junto con las esposas. Las bromas sobre actuar el papel de un policía de poli lo tenían sin cuidado; después de todo la seguridad era su vida, y romper narices una especie de talento natural.

Su paso firme lo llevó hasta el sillón, donde se dejó caer con más ruido que gracia. Jugó con el zippo , sin buscar los cigarrillos... aunque pronto haría una visita al área fumadores.

- El cargamento estaba bien, rutina, esas mierdas, dijo Jack. Hola, por cierto, le recuerda en una broma recurrente. Acaso dormimos juntos y no lo recuerdo? Ya no existen los buenos modales, termina con una ancha sonrisa cordial. Lo cierto es que Ariel le cae bien, y si el alcohol fluye en la fiesta de fin de año piensa acorralarla en algún rincón con poca luz.

- Lo que me importa es la katana esa que encargué. Les dí esta dirección, sabes si llegó?* Jack ultimamente está en fase "friki japonés" y hasta le ha mostrado a todos el tatuaje de pez koi que piensa hacerse.

Ariel coge los papeles del DrM pero no les dedica ni un vistazo solo se echa hacia delante para ver más pixelada la enorme pantalla cuando el jugador del concurso sentencia: "La respuesta A, los murciélagos", el presentador se frota las manos y el concursante pierde todo su dinero "La respuesta correcta era la B".

Ariel se echa por encima de Jack estirándose por encima de las piernas, dejando que la camisa se levante hacia arriba y enseñando su vientre plano nada atlético y dejando los papeles colgando de sus manos sin cuidado. - Sé si ha llegado... Bueno me bajo a la quinta planta, estaré pasando esto a ordenador, daos un descanso creo que esta tarde teníais formación con el jefazo, cuando termine yo os lo subo a los dos

Ariel mira una vez más la televisión, esperanzada en que una nueva promesa aspirante al premio gordo aparezca en ella, pero ahora solo hay anuncios y aprovecha para desengancharse y marcharse

Pasa media hora, tal vez menos, buscais por los canales sin encontrar nada de interés, adelantos de informativos y noticiarios del mediodía con algunos programas del corazón de Colossus City, sin contar los innumerables canales dedicados en exclusiva a la publicidad. Asomandoos por el pasillo podeis ver las puertas de despacho, todas abiertas excepto la del jefe, de cristal ahumado, siempre cerrada, sin saber nunca si realmente está ahí. Teneis algo de hambre, la cafetería se encuentra en la primera planta del edificio, pero preferís esperar a la hora de comer para no desestructurar vuestro horario de comidas.

Y justo cuando alguno está pensando en arrebatar el mando a su compañero para apagar el infernal televisor empieza a sonar una alarma, viene de un despacho cercano, el despacho de Molly.

La alarma es un pitido estridente y muy molesto pero de bajo volumen, Molly sale disparada con el cuerpo hacia delante si se quedara un momento quieta caería de bruces al suelo, lleva unos auriculares retro en el cuello y un ordenador portátil, de los muchos computadores que tiene en su despacho, entre las manos. Cruza el pasillo y llega hasta la sala de espera sobresaltada de encontraros a vosotros haciendo el vago por los sofás.

Eh uhm, pensé... pensé que estaría aquí Ariel, bien mejor que vayais vosotros

c/Brown cerca de la estación de tren, una carpintería o un entre-suelo, no sé que me han dicho...

Parece que han muerto un par de policías y hay riesgo para los civiles

id para allá y buscad al comisario, decidle que vais de parte de Caperucito Rojo

Va, va, va espabilad no puedo daros muchos más detalles, no sé como está la situación

-¡Joo!-Exclamo dando un salto del sillón-Estaban a punto de dar un documental sobre mutaburrasaurus-Digo decepcionado y con la cabeza gacha-¿No podemos quedarnos una horita o dos? ¿Que prisa hay?-Pregunto suplicante, había visto programas muy aburridos y mucha pulicidad, ahora que empezaba algo interesante teníamos que recoger el campamento-Porfa, porfa, porfa, porfa-Digo a la velocidad del rayo-No me lo puedo perder-Digo con los ojos brillantes como si fuera un asunto de vida o muerte-Eran unas criaturas fascinantes parientes de los iguanodontes-Afirmo como si fuera un argumento mucho más pesado que el que había dado ella.

- Interesante... Hay movimiento- comento.

Ha pasado media hora pero parecen cuatro. Hasta ahora estaba en un estado de letargo en posición bípeda o, dicho de otra forma, dormido de pie.

- Vamos Ian, mueve el culo, ya sabes que en la red tienes todo lo que quieras ver. Tiempo tendrás- digo animando a mi compañero para salir corriendo.

Dicho esto me dirijo hacia el ascensor y pulso el botón mientras mis compañeros vienen.

Jack estira los brazos en el sofá, flexionando sus grandes músculos. Se levanta con una sonrisa, y toma a Ian del cuello para levantarlo y guiarlo "amablemente" hasta la puerta. Iguanadon-qué?! Chico, qué es esa mierda? Acaso no sabes que existe el porno?

Sonríe en la dirección de Molly. Lo sacaremos bueno, no te preocupes. Y nos encargaremos de tu problema.

- Alice, nos acompañas? A Ian no le iría mal presencia femenina, ya sabes... enseñarlo como va eso de la relación entre las especies, los hombres son de marte y las mujeres de saturno o algo del estilo.

Se dirige hacia la puerta, acomodando el arma en la sobaquera.

Llegamos al edificio después de revisar el ultimo envío de armas. Subimos al tercer piso,vedado para las personas no autorizadas, y nos colamos a un ascensor oculto que nos lleva a una de espera.

Ariel, cómo casi siempre, estaba mirando un programa de concursos en la pantalla de plasma. Dr.M le entregó los informes del envío, mientras que Ian criticaba el programa que mostraba la televisión. Jack le pregunto a la muchacha si había llegado u encargo que había hecho, lo que me recuerda que yo también había hecho uno:

- Oye, Ariel. ¿Y mis cosas? ¿Te acuerdas del "Táser", la "Pistolera de Cadera" y los cinco "Botiquines Básicos"? ¡Te los pedí cómo hace una semana!

Justo se lo pregunto mientras ella se va camino a la quinta planta del edificio, así que no obtengo ninguna respuesta. Me siento en uno de los sillones para mirar la tele junto a mis compañeros, pero no hay nada entretenido a lo que prestar atención.

Pasa una medio hora de lo más aburrida hasta que nos llaman al servicio: una emergencia cerca de la estación de tren. Ian  quiere quedarse a mirar un programa sobre lo que parece ser una leyenda urbana, pero Jack, amistosamente, lo saca del sillón y lo guía hacía la puerta antes de hablarme:

- Alice, nos acompañas? A Ian no le iría mal presencia femenina, ya sabes... enseñarlo como va eso de la relación entre las especies, los hombres son de marte y las mujeres de saturno o algo del estilo.

- ¡Por supuesto! ¿Nos vamos a pie o en auto? Si nos tocan un par de ruedas, yo conduzco. ¿OK?

Resignado a ir ya que mis compañeros no tenían consideración hacia los programas educativos digo resinado -Está bién, vosotros ganais, Molly porfa, grábame el documental, ya he visto varios documentales que en internet no salen y puede que este sea uno de ellos-Pido mientras arrastro los piés guiándome por Jack cuando dice lo de las relaciones entre las especies contesto-Bueno Jack, si que sé bastante de eso, aunque es uno de los grandes misterios entre las especies extintas, por ejemplo, se cree, que el famoso tiranosaurio se apareaba y el macho permanecía con la hembra, al menos lo suficiente como para criar a los recién nacidos, pero estudios recientes indican que puede que vivieran en manadas de dos individuos con sus crías permanentemente en cambio, es seguro que el Didelphodón, un vínculo perdido entre reptiles y mamíferos se emparejaba de por vida-Digo con una cara de suficiencia como la de un niño de primaria que consigue resolver una ecuación de dos incógnitas.

Salís de la sala de espera por la sala de despachos hasta el ascensor, vais deprisa, corriendo y al picar el ascensor... y esperar a que suba... hace que perdais toda la adrenalina que por un momento habíais empezado a secretar. Bajais a la cuarta planta y la cruzais por las habitaciones de puertas cerradas que conforman los dominios de Ariel, quien, por cierto, sale de una de ellas con un fardo grande y una Katana que coloca en manos de Jack

¿Os ha avisado ya Molly? Bien entonces. Aquí lo llevais todo va, venga va seguidme - Ariel se ha puesto por encima una chaqueta azul, con una falsa placa, en su cadera se ve una pistolera de cuero negra con una magnum.44 enfundada -¿Qué? Yo también voy, ibais listos si creeis que andando ibais a llegar a tiempo, vamos en mi coche.

Bajais en el ascensor de la tercera planta hasta el párquing donde Ariel os invita a subir a un turismo bastante viejo, color granate y de tapicería polvorienta. Salís deprisa del párquing, el bajo del coche resuena por una conductora imprudente, pero una vez en la carretera, trata de ir lo más deprisa posible sin riesgos.

Mientras rebuscais en el saco vuestros efectos personales Ariel saca de la guantera una bolsita de plástico con algo dentro

Tened, coged uno cada uno y colocáoslo en el tórax, justo por debajo de las costillas, no ahí no , en el lado izquierdo, los hizo el Doctor Kant* y los tenía yo en el almacén, en caso de ser heridos de gravedad dadles un golpe con fuerza

Se trata de unos parches adhesivos, de una pulgada de anchos, con un relleno que parece metálico, con una púa por el lado adhesivo, no tienen buen aspecto, pero el Dr Kant es de fiar. Al verlos, el DrM puede deducir que debe ser una pequeña dosis de adrenalina con un diminuto pincho para autoclavárselo, será raro si la dosis es la adecuada....

Pasais por avenida Kermand y ya pronto llegais a la c/Brown, se ve el resplandor de luces de coches de patrulla y ambulancias y algunos curiosos que deambulan por la avenida cambian su rumbo para acercarse a echar un vistazo. Ariel no se detiene y se dirige directamente al destino.

Jack se entretiene revisando su pedido. No es una de esas cosas de exhibición que les venden a los muchachitos entusiastas del manga. Él conoce su trabajo, y conoce a quien comprar.

Este es un elemento para dañar gravemente. Con un filo que asusta de solo verlo; y una empuñadura que le permite poner toda la fuerza de sus muñecas, y sus brazos, en ella. 

Su aspecto no parece gran cosa, funda rígida negra sin detalles, mango apenas decorado. Pero no es lo que busca Jack, es simplemente perfecta... y sonríe.

Se coloca el puto parche, otra cosa más para meterse en las venas, no jode... y parecen estar llegando. Ariel conduce rápido, como si mañana no importara, y esto le ensancha más la sonrisa. Alguien más tiene ganas de tomar algo? Esta noche? Hace mucho que no salimos a distendernos, en grupo, fuera del trabajo...

Sentado en la parte de detrás, a lo indio también en el coche, respondo a Jack -Me parece bién, me apetece tomar un zumo de manzana o una cola-Contesto con cara de felicidad-Pero ahora nos toca currar-Digo quitando de golpe la cara de felicidad-Que palo-Comento mientras miro por la ventanilla, imaginando lo que estarían diciendo en el documental sobre los hábitos migratorios de los mutaburrasaurus.

Decidí no ponerme el parche. Nunca he terminado de confiar en los inventos médicos de los demás. Y menos si son tan "caseros". Si me hieren de gravedad espero estar consciente y poder inyectarme la adrenalina de mi equipo médico yo mismo. Y si no, mala suerte. En esta vida a veces se gana y otras se pierde.

Para no coartar a los demás y no hacerles notar mi desconfianza, quito el pincho de metal disimuladamente y me coloco el parche, ya inútil, en el costado izquierdo de mi cuerpo. A continuación tiro el pincho en el hueco entre el asiento y la puerta del coche.

El recorrido es corto. Noto que estamos en el lugar del suceso ene l mometno que unas luces giratorias me ciegan y unas sirenas me ensordecen por momentos. Siempre he odiado las señales de los coches de emergencias. Ponen nervioso a cualquiera.

Bajo del coche y sigo a Ariel.

En camino hacía la acción nos topamos con Ariel, quien nos estrega los pedidos que habíamos efectuado Jack, Dr.M y yo. Por mi parte, guardo los cinco botiquines básicos dentro de mi mochila, me saco el cinturón que sujeta mis jeans y lo remplazo por la pistolera, antes de enfundar el táser en el hueco de la misma.

Nos subimos al auto, aunque no me toca conducir, y nos dirigimos hacia nuestro destino. Durante el viaje, que resulta ser muy corto, Ariel os pasa una bolsa. En su interior hay un parche para cada uno y nos lo tenemos que colocar en el tórax, justo debajo de las costillas. Cómo viajo en la parte trasera del auto, mirando hacía la ventanilla izquierda, me giro un poco para que mis compañeros no vean mucho de mí mientras me coloco el parche. No quiero mostrar mucho de mi cuerpo, no sea que ellos piensen mal de mi...

En un momento Jack nos propone salir a tomar algo a la noche. No le costo por el momento. tal vez el trabajo dure todo el día y la noche.