Partida Rol por web

Al escuchar sus palabras sonrío.

Avanzo hacía la feríferia de lar arboleda, acercandome al lugar de los sacrificios. Conforme avanzo, ejecuto un par de disparos cercanos para derribar algunos árboles más para bloquear el camino, y fingir que disparo a la distancia, después de todo, ¿quién dispara cerca de si mismo?.

Conforme avanzo observo que tipos de armas llevan. Puede que esos herejes lleven algo que pudiera servirme.

Ves que los incautos mercenarios van cayendo uno tras otro a pesar de que algunos no se adentran demasiado en la arboleda... algunos llevan un lanzagranadas que usaron infructuosamente contra alguno de los árboles desde los que pudieron llegar a pensar que provenían tus disparos.

- ¡Estúpidos mortales! ¡Seréis testigos del poder de un verdadero Dios! - gritó el hombre encapuchado a la vez que de sus mangas empezaban a salir enjambres de abejas que comenzaron a distribuirse por toda la arboleda, con lo que ello significaba...

- Si a este valiente cretino le gusta tanto la caza, ¡veamos que tal se comporta convirtiéndose en presa! - dice con malicia mientras notas como varias de las abejas te localizan.

Acumulo mis energías mientras avanzo como un rayo hacia aquel hombre misterioso. Un minuto, eso es todo lo que necesito. Acumulando mis energías me preparo para el combate, disparo a algunos de los hombres con lanza granadas y robo sus armas. Insectos, ellos son maleables, y sería inútil matarlos uno por uno. Usando los lanza granadas disparo al suelo, a lso árboles y a las paredes para derribar las masas de insectos. Se que ese hombre tiene otro as bajo la manga, por ello disparo a sus pies para que no vea de donde vendrá mi ataque.

Sigo cargando, mis ojos brillan y puedo contemplar todo el lugar como si fuera el viento, salto por las paredes para obtener un mejor angulo, y disparo a la cabeza de ese extraño sujeto.

En el momento que efectúas tu disparo, un grupo de abejas se arremolina delante tuyo formando una especie de escudo, pero la fuerza del impacto hace que la capucha del hombre se eche hacia atrás y revele su rostro... Ves a un hombre pelirrojo, con barba y aspecto de Europeo, griego o italiano quizás, pero eso no te parecía importante en ese momento.

- Veo que si queremos librarnos de ti tendré que encargarme personalmente... ¡Yo Aristeo, hijo de Apolo pondré fin a esta afrenta! - dijo el hombre según se disponía a luchar contra ti.

Preparo mis pistolas y apunto. Acumulo mis energías y pienso. Un minuto.

Aristeo al ver que permaneces a la defensiva empieza a saltar hacia tu posición, dándote cuenta que mientras las abejas sigan repartidas, ocultar tu presencia será muy complicado.

A su vez ves como las energías de tu contrincante también se acumulan a su alrededor.

Sigo acumulando, y me preparo para activar todas mis habilidades.

Aristeo carga con todas sus fuerzas hacia ti y trata de propinarte un puñetazo que a duras penas eres capaz de parar, poniéndote a la defensiva y perdiendo parte de la concentración.

- ¡Vamos cazador! Estoy seguro de que eres capaz de más que esto... ¡demuéstrame tu poder! - dice Aristeo mientras compruebas como su cosmos empieza a arremolinarse alrededor de sus brazos.

Sonriendo, sigo acumulando mis fuerzas, mientras empuño mis armas, y una pequeña lente empieza a formarse sobre uno de mis ojos. Avanzo con un salto para colocarme lo mas cerca de Aristeo, y realizo dos disparos.

Aristeo al ver los dos disparos trata de cubrirse con los brazos, consiguiendo así atenuar el daño que podías haberle infligido, pero eso no te importaba tanto, la marca ya estaba colocada y podrías tenerle tan bien localizado como él parecía tenerte a ti.

- No esta mal cazador, pero espero que todavía puedas entretenerme algo más... - Aristeo sigue concentrando su energía que no ha podido liberar al ser puesto a la defensiva.

Acumulando un poco más de energía en una de mis pistolas, al cuál empieza a resonar con mi energía..

-Tu has querido al Cazador, y eso es lo que tendrás.

La primera vale sale directo contra la marca en el cuerpo de Aristeo, pero en lugar de atravesarlo la bala se fragmenta liberando una fina red que lo envuelve rápidamente. Sonrío ante la escena y engatillandole al cuello susurro.

-Arrepientete de tus pecados, y el señor te aceptará en su santa gloria.

Aristeo ves que alza las manos ante tu ataque y vislumbras como sus abejas empiezan a reunirse para formar lo que parece un muro, que absorbe parte de la metralla que formaría la red, pero no lo suficiente para detenerlo por completo y Ariesteo se ve parcialmente paralizado, ocasión que aprovechas rápidamente...

- Impresionante... pero... ¿quién será más rápido? ¿Tu disparo o mis abejas? - Aristeo a pesar de encontrarse en una clara desventaja seguía mostrando su orgullo...

La aparición de sus abejas me había tomado un momento por sorpresa, pero al fin había podido apresar a Aristeo y encañonarlo, sin embargo, su orgullo no cejaba.-Veo que no sabes como rendirte Aristeo.- Una de mis armas acrecenta su tamaño, hasta convertirse en una pequeña escopeta. -Descansa en paz.

Dos disparos, uno de espeta para acabarlo, una bala para rematarlo.

Aristeo lanza sus abejas al pequeño espacio entre tu arma y su cabeza, y casi consiguen cubrirlo, pero llegan tarde y los impactos golpean con fuerza la cabeza del hereje...

- Gran victoria cazador... pero no te confíes, esto solo ha hecho nada más que comenzar... - dice mientras su vida se escapa y su cuerpo cae inerte al suelo desde las ramas de los árboles donde peleábais.

Una vez pasan unos instantes el sol empieza a brillar con fuerza... incluso con rabia... y empiezas a sentir un súbito ataque de calor que empieza a asfixiarte...

- ¿Quién se ha atrevido a matar a mi emisario...? - La voz parece clavarse como un puñal en tu alma y todo a tu alrededor parece desaparecer para dar la impresión de estar en otro plano de existencia...en el cual tu huesped... una figura alta con pelo de color rojo ardiente te observa con furia... Y por primera vez sientes que el rosario que te dejó el padre Quinto resuena fuertemente con tu alma.

Sorprendido, molesto y asustado por tan sorpresiva  intromisión, salto hacia atrás con la intención de apartarme de aquella luz que quema mi alma, mientras la enorme presión en mi pierna me alerta d lo ultraterreno del enemigo.

-Yo, quien desafía la injusticia. Yo, quien lucha por la paz. El que desde las sombras acecha a los enemigos de su pueblo, y a los herejes que sacrifican sus corazones ante el temor.

- Injusticia... paz... nobles palabras en boca de un simple insecto, ¿qué sabéis los mortales sobre justicia y paz? Solo sabéis mancillar todo lo que tocáis... y la muerte de Aristeo no quedará impune... - el hombre hace un leve gesto con la mano y de pronto sientes como un fuego te rodea y empieza a consumir...

Y cuando pensabas que todo estaba perdido... la energía del rosario empieza a rodearte, vistiéndote con una armadura con motivos del Imperio Romano y en tu mano aparece una lanza cuya punta es de color carmesí...

- Entiendo... eres uno de los elegidos... eso explica que haya podido acabar con Aristeo... pero yo... Apolo... te daré muerte... y así padre estará complacido...

Admirado ante el inesperado milagro, no puedo evitar admirar cuan poderosa en la mano de dios para con sus hijos. La justa misericordia del señor se ha mostrado hacia uno de sus menos dignos hijos. Pero debo hacer uso del milagro para la paz del mundo.

-Apolo. Tu has causado destrucción y muerte sin sentido. Quien recibirá el justo castigo serás tú. ¡Solo hay un dios!

Acumulo mis energía, y mientras desato el justo castigo sobre Apolo saltando al frente y disparando mi pistola escopeta contra Apolo, seguida del disparo de mi pistola. Un disparo, solo necesito un disparo para marcarte.