Partida Rol por web

Llegaron al aeropuerto cuándo todavía era de noche, pero no paso mucho tiempo para que el sol comenzara a mostrarse, iluminando con sus rayos todo el lugar donde estaban.

Habían llegado en auto y salido bien temprano en la mañana, el viaje fue tranquilo y en silencio pues sus choferes no eran demasiado habladores y la mayoría de las preguntas que podrían haber tenido ya habían sido contestadas.

Apenas llegaron vieron que había muchos aviones yendo y viniendo y varios parados, esperando claramente por ustedes, el poder e influencia de la fundación Kido los dejaba fascinados una vez más pues vieron que varios aviones mostraban el logo de esta.

La señorita Kido por supuesto estaba allí, tras una charla nocturna con algunos pocos que pudieron dormir mejor que nunca y se sentían llenos de energía por alguna extraña razón.

Una vez que todos descendieron de sus vehículos se les dio el pasaje y su pasaporte, todo tramitado por la empresa a una velocidad sorprendente, también se les dio algo de dinero para que se manejaran una vez llegaran, al parecer a algunos no los esperarían al llegar al país y deberían de buscar su lugar de entrenamiento solos, tal vez como parte de la prueba.

La señorita Saori los saludó a todos y se quedó esperando para ver si alguien quería despedirse una vez más de ella o charla con sus compañeros antes de separarse por un largo tiempo.

¡Guau! Sí que es importante...

- Espero que nos veamos pronto señorita Kido. - digo haciendo una reverencia. - La prometo que seré más fuerte la próxima vez que nos veamos.

Y tras esto, me dirijo a mi avión.

Thera miro los aviones en silencio mientras pensaba..
"Voy a casa Maestro..... Prometo pasar todo el entrenamiento.... Se lo juro..."
Mire a mi alrededor por si veia a Isabelle, y si la veia, le mostraria mi dedo indice para luego mirar a las estrellas con una sonrisa, comenzando a subir al avion.

La noche había pasado como una brisa confortable, tanto que le costó despegarse de las sábanas, queriendo conservar ese momento un poco mas, hasta que la enfermera le levantó para hacer que tomara su medicina y de paso no perdiera el vuelo. Se despidió del personal de la enfermería y del resto del lugar, y tomó un par de flores de su sitio preferido. Orquídeas azules, más concretamente. por lo demás, traía consigo una bolsa colgada al hombro, pequeña y liviana con un par de mudas de ropa solamente, y sus medicinas. La ropa que llevaba puesta no difería de otros días, con las ropas ceñidas por debajo y el haori blanco bien cerrado. Y por supuesto, su broche en el cabello, donde pertenecía. Entrando al aeropuerto, vio todo con ojos poco felices, se sentía demasiado perdida. Sin embargo, antes de embarcarse de lleno en su objetivo de encontrar su vuelo, se acercó a la joven Kido, y le tendió el pequeño grupo de flores azules.

-Estas son mis favoritas, espero encontrar mas en India. ¡Hasta luego! -esa frase llena de sencillez y una sonrisa parecían ser toda su explicación.

Kurono avanzó en silencio a su avión, sabía que sería un viaje corto. Sólo se dió vuelta por un momento y saludó a Okko -Suerte en tu viaje, que no te maten demasiado pronto.-

Jukka había descansado muy bien y estaba energético y ansioso por lo que venía. Luego de la despedida de la señorita Saori, tomó sus cosas y se dirigió con velocidad para conseguir un buen lugar en el avión. Una nueva vida se aproximaba, llena de desafíos, pero sobre todas las cosas, el niño esperaba volverse más poderoso. Mi vida la llevo yo solo adelante y debo estar lo mejor preparado para ello.

Isabella te miró y cerró los ojos sonriendo ante tu gesto para luego con sus dos manitos en el bolso que llevaba delante de ella, subir la escalera para tomar el avión que la llevaría a Italia.

-Lo mismo digo, quiero verte con una reluciente armadura en unos años- se rascó la nariz y te levanto el pulgar luego, antes de comenzar a reírse con los brazos como jarras y dirigirse a su avión.

La señorita Kido sonriendo les respondió a todos los que se despidieron de ella.

-Yo también lo espero y estoy segura de que lo serás- le respondió a Erika quien fue la primera que se acercó a saludarla.

Tomó con agrado las flores que le obsequió Daisuki y sintió su perfume.

-Son hermosas, estoy segura de que encontrarás muchas cosas interesantes allí, cuídate- contesto sonriendo.

Y así con cada uno de los que fueron a despedirse, a medida que iba pasando el tiempo los aspirantes fueron abordando sus aviones y estos fueron despegando, había comenzado el gran viaje que definiría sus vidas.