Partida Rol por web

El tipo que vigila la puerta observa como Vincent se aproxima apurando su cigarro. Cuando comprueba que éste se queda a una distancia prudencial parece relajarse. Vincent le echa una mirada: no lleva uniforme de segureta y su traje es demasiado barato para ser de los de seguridad VIP. Tiene pinta de tío duro, de la calle. Probablemente es algún eventual contratado para vigilar una puerta sin importancia, como es la de servicio.

A Vincent parece no importarle una mierda el segurata. Es más, no sólo parece, es que en verdad le importa una mierda. Pero ya que está allí, le mira a la distancia mientras cala de su cigarrillo, y esboza una media sonrisa.

- Eh, ¿qué pasa? Necesito apartarme un rato, tío. Vamos. Con semejante desfile inagotable de culos y tetas allá - señala con la mirada la entrada a toda luz - hay dos opciones: o dar una gran vuelta por ahí o hacerse una buena paja.

Exhala el aire, dejando caer la ceniza. Se mantiene donde está, impasible.

- No se puede elegir sólo una para follarla, ¿eh?

El tipo intenta mantenerse serio pero no puede evitar una sonrisa. Desde luego lo que Vicent pensaba se transmuta en cierto: no es un profesional y es un tipo de la calle.

- No tío. Ya me gustaría. De todos modos aquí la cosa no es lo mismo, sólo es la entrada de pringados. Oye. ¿No tendrás uno no?- señala el pitillo de la mano de Vincent.

Alex se pone en alerta durante un instante, pero pronto vuelve a relajarse. Parece que el tipo no va de malas así que Alex se relaja detrás de Vincent esperando la reacción de éste.

De vez en cuando mira fijamente al segureta, sin apartar la vista durante un instante. Un rato después vuelve la mirada al entorno.

Vincent sonríe, mientras saca su cajetilla.

- Tío, tengo como para un ejército. Espero que te gusten negros.

Se acerca, sin más, sin problemas. ¿Acaso no le pidió uno? El metal cruje un instante antes de abrirse, y ya estando a un paso de distancia, Vincent extiende la palma para ofrecerle que se coja el que quiera.

- Has tenido mala suerte, ¿eh? Aunque seguro que alguno de estos pringados te puede acercar a una de esas. ¿O te tienes que quedar aquí estacionado toda la noche? - saca el mechero, y cala de su cigarrillo.

El hombre baja el par de escalones que hay hasta la puerta y coge un cigarro de la pitillera. Vincent se lo enciende y contempla como el tipo exhala el humo con verdadero placer:

- Que va. Una puta mierda. Toda la noche aquí mientras esos hijos de puta se ponen morados ahí arriba de bebida y coca, follando en los reservados. Mi tío me ha mandado aquí para joderme ¿sabes? Yo me muevo en mi ambiente pero tuve un marrón y ahora hace esto para degradarme.

¿Su tío? Probablemente este pringado sea el sobrino de algún mafioso de media estofa metido en el tema de la protección a los famosos.

En ese momento sale por otra puerta trasera Rids. Al ver a Sazdja y Vincent les hace una seña para que se acerquen mientras se dirige al fondo del callejón, a un rincón.

El matón de la puerta toma el cigarro de Vincent y fuma mientras ambos hombres van discretamente al encuentro de Rids.