Partida Rol por web

Sangre para Tempus

Malrick (Origen)

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20/09/2014, 14:56

Las ansias de aventura corren por vuestras venas, palpitantes de vigor y juventud. Se acercan tiempos tumultuosos, con la inquieta Mulmaster una vez más agitando las controversias de las tierras centrales de los reinos y enviando hombres a una guerra suicida contra Alcázar Zhentil. La incertidumbre domina el ámbito político, ensombreciendo las relaciones políticas de las ciudades bajo el manto de la duda.

Respondiendo a vuestra llamada interior arribáis a Calaunt, un lugar poco seguro donde flota la magia malvada y el esclavismo. La legislación es muy tímida y la autoridad cuasi-simbólica. Es una ciudad libre en el sentido absoluto: Un paraíso para aquellos que buscan eludir la ley. Es bien sabido que bajo estas condiciones se mueven grandes masas de dinero, algo que a vos no os importaría poseer. A diferencia de la mayoría de los que aquí habitan, vos no sois un mal hombre. La ausencia de leyes os parece suficientemente atractiva como para castigar a los criminales con vuestra propia justicia y, de paso, quedaros con su oro.

En vuestro primer día de visita buscáis en vano algo destacable dentro de la ciudad, pero no encontráis mucho de interés. La ciudad es un heterogéneo amasijo de edificios de piedra gris, apretados unos contra otros sin parques ni árboles que alegren el conjunto. Las calles adoquinadas de la ciudad suelen estar sembradas con restos y el hedor de las tenerías junto a los muelles. Se respira una polución difícil de soportar en todos los rincones y por un momento desearíais estar en cualquier otro lugar de Abeir-Toril.

Tras unas cuantas horas de andadura el sol comienza a menguar, y vuestras piernas os exigen un descanso. Tampoco estaría de más algo que echarse a la boca, os comenta vuestro rugiente estómago. Ahora ya no estáis en casa, y estaría bien encontrar una manta bajo la cual esconderse cuando la noche se apodere de las calles y la poca seguridad que las vigila se desvanezca.

Lo que a la ciudad le falta en orden le sobra en ocio. Habéis anotado un total de cuatro posadas donde podríais pasar la noche: El Fuego Rojo, donde muchas personalidades y celebridades de Calaunt se reúnen noche sí y noche también, el Unicornio Llorón y la Doncella Burlona, dos tabernas de excelentísima calidad pero seguramente de un altísimo precio también, y por último la Cabeza del Dracolisco, un sitio tranquilo y destartalado, un tanto snob, frecuentado por viejas glorias desvanecidas y cuyas tasas deben ser las más asequibles de todas.

Cualquiera de estas tabernas podría ser una opción válida donde descansar y, quién sabe, quizás enterarse de alguna oferta de trabajo interesante que haga a vuestra ligera bolsa ganar un poco de peso.

 

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20/09/2014, 15:48
Malrick

Como todo un principiante ando cuidando tanto la bolsa ante la posibilidad de perder mi dinero en las manos de alguien amigo de lo ajeno. Pero otra preocupación tiene mi cuerpo y diferente a la de la cabeza, tengo que sosegar el estómago que me pide comida.

Tras repasar las posadas pienso un momento mientras saco cuentas mentalmente de lo que tengo y podría tener si consigo una misión. la "Cabeza del Dracoliscio" es buena opción para el bolsillo inmediato, pero si uno quiere conseguir una misión seguro lo hará entre gente que esté al día y "El Fuego Rojo". Entre tantas celebridades seguro habrá alguien que necesite una espada a sueldo.

Apretando con una mano la bolsita con las monedas y con la otra acariciando el crujiente estómago tomo rumbo hacia la posada del fuego con la luz del sol que va cayendo hasta extinguirse en el horizonte.

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22/09/2014, 01:46

Aclaradas vuestras ideas inclináis el paso hacia la posada de El Fuego Rojo, no muy lejana a vuestro paradero actual. Vuestro sentido de la orientación todavía no ha afinado su puntería en esta ciudad, pero tras dar unas pocas vueltas conseguís encontrar el establecimiento.

No obstante, cuando estáis a punto de entrar en el lugar, algo os desconcierta. Un hombre de avanzada edad, aspecto desaliñado y cara de pocos amigos ha chocado torpemente con vos, abalanzándose con todo su peso. Habéis logrado contener la embestida sin problemas, y el sospechoso ha proseguido su camino sin siquiera pedir disculpas.

Pero la bolsita de monedas que habéis estado apretando todo este rato ya no se encuentra en vuestras manos... - Sólo hay una explicación posible. - Pensáis, cuando os giráis hacia el hombre y contempláis cómo está comenzando a acelerar su paso.

 

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22/09/2014, 14:10
Malrick

- ¿Pero qué te pasa borracho? - Le digo al sujeto que me choca y lo empujo para sacármelo de encima, pero cuando se va me doy cuenta de que también me ha sacado algo de encima a mi, mi dinero. Me doy vuelta para ubicarlo e ir tras sus pasos que ya comienzan a apurarse. Cuando te agarre te abro al medio hijo de mil... Sin pensarlo mucho también apuro mi paso pero no a un simple caminar apurado, sino a correrlo ya teniendo una mano en el mango de la espada.

Notas de juego

¿Tengo que tirar algo para correrlo?

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24/09/2014, 16:39

Vuestra intimidación ha tenido un resultado inmediato, pero inesperado. El hombre, visiblemente muy nervioso, ha reaccionado dándose la vuelta y lanzando la bolsa contra vuestra cara. La distancia que os separa es mínima, por lo que a duras penas tenéis tiempo para bloquearla con vuestro puño.

Con el impacto la bolsa se abre y las seis monedas caen a vuestros pies. Con extraordinaría velocidad flexionáis las rodillas y las recogéis, algunas de ellas cayendo todavía del aire, agradeciendo que no salieran disparadas hacia el cielo. Nuevamente tomáis carrerilla para alcanzar al individuo; él ha aprovechado para tomaros unos pocos pasos de ventaja y desenvainar un diminuto y oxidado puñal.

Contempláis la situación nuevamente: vuestro oponente es anciano, va mal armado y se encuentra aterrorizado. Si decidieráis luchar, no tendría ningúna posibilidad real de haceros frente. Su vida está en vuestras manos.

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24/09/2014, 23:49
Malrick

La bolsita con las monedas en la mano me hacen bajar por un momento el ímpetu con el cual me estaba acercando al ladrón más cuando este se frena y me enfrenta con un oxidado cuchillo por un momento desconfío que sea sólo él el que me está robando y quizás esté cayendo en una celada.

Tengo la diestra sobre el pomo del arma y la siniestra agarrando firmemente la bolsita pero no la dejo mucho tiempo ahí, la introduzco dentro de la camisa a la vez que me paro un poco más relajado y atento al entorno. - Suelta eso, no tengo ganas de lastimarte. -


Si no veo a otros que estén con él.

Viendo que está asustado y seguramente con mucha hambre y sed mastico un poco de bronca para mis adentros pero termino resoplando y cambiando la mirada por una más amistosa. - Tengo hambre y sed, pienso entrar tomarme una buena cerveza y comer un guisado, si quieres hacer lo mismo te invito. - Sin mucha dilación primero doy un par de pasos sin darle la espalda y luego si giro para ir directo a la posada donde busco una mesa vacía o una con un par de lugares libres y que el resto de los comensales no les moleste mi presencia.


Si veo a otros que estén con él.

Al ver a otros que están dando vueltas a mi acecho apoyo ahora ambas manos sobre los pomos de mis armas a la expectativa. Mirando de reojo a todos los que tengo a la vista, esperando ver quien se mueve primero para desenfundar y abrirlo al medio.

Notas de juego

¿Tiro algo para ver si me están rodeando?

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27/09/2014, 14:26

Gratamente sorprendido, el hombre guarda su puñal con suma rapidez y después se arrodilla ante vos – Perdóname noble ser, pues la desesperación me arrebató la poca sensatez que me quedaba. – Reprimiendo vuestra furia y restándole importancia al altercado, entráis juntos en El Fuego Rojo.

El local se muestra de lo más festivo. Sus visitantes son numerosos y variados, contando con representantes de muchas razas. La especialidad de la cocina, el pastel de jabalí, está teniendo un éxito particularmente grande esta noche y las chicas de placer se pasean por las mesas donde abunda el vino, buscando clientes potenciales.

Pero vuestros fondos no están para derroches, por lo que os conformáis con una cena frugal y unas cuantas cervezas en una reservada esquina. Vuestro compañero devora los platos como si se tratase de una bestia salvaje que llevara días sin llevarse nada a la boca. Cuando, por fin, consigue saciar su hambre, os relata su situación:

Calaunt nunca fue un lugar bendito, por así decirlo, pero tampoco era la guarida de criminales y granujas que es hoy. Quien más quien menos, todos haciamos nuestras piruetas sobre la ley, pero nunca sobrepasamos ciertos límites que considerábamos "humanos" El hombre suspira y acaba con su cerveza de un último trago. - Todo ha cambiado en la ciudad desde que se instalaron los Capas de la Sombra.

Esos desdichados provienen del más profundo de los abismos, te lo digo yo. Compinchándose con las clases nobles, han aprovechado los vacíos legales para acumular riquezas más allá de lo imaginable, llegando a asesinar a familias enteras si era necesario, sólo por su codicia. Si os encontráis con uno de ellos, que no os engañen sus palabras envenenadas; los que hemos sido sus víctimas sabemos que no existe el honor ni la piedad en su corazón, si es que tienen uno.

Sospecho que el duque Iritar es el gran responsable de todo esto. Su sed de poder siempre le ha hecho anhelar el título de Cetro Supremo, un sinónimo que empleamos para referirnos al líder gobernante de Calaunt. Bellas Thanatar es su actual portador, pero Iritar no se ha molestado en ocultarle su antipatía.

Tampoco es que Bellas Thanatar sea ningún santo. No es más que un ambicioso coleccionista de artefactos que se aprovecha de su posición política para financiarse sus búsquedas y excavaciones... Pero si los Capas de la Sombra están apoyando a Iritar y le llevan a la cumbre del poder, entonces me temo que todos estaremos condenados...

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28/09/2014, 20:08
Malrick

Ese jabalí parecía ser la perdición de todos esa noche pero sería algo que no podría darme el gusto y todo por ser amable con un viejo que me intentó robar. Y si no soy yo el que es bueno con él quien más. Pago la cuenta tras llenarme lo que pude el estómago porque de cada plato que venía uno y medio eran para el anciano me quedo pasmado ante tanta glotonería, ni los enanos y que digo, ni los medianos deben de poder engullir tanto como este sujeto.

Miro las monedas restantes mientras pido la última ronda de cerveza y es ahí con nada más que llevarse a la boca el invitado se pone a relatarme sobre las idas y venidas del lugar. - Hermoso sujeto este Iritar pero cuando te refieres a gente de los "abismos" es algo figurativo. ¿O no? - Escucho su respuesta atento y asombrándome al mismo tiempo por cuanto sabe y ahí se ven los años que tiene encima, el conocimiento que uno tiene a través de la vida pasada y las suelas gastadas.

- Una última pregunta antes que nos tiren a la calle porque no estamos pidiendo más tragos. ¿Donde un hombre como yo puede ganar buen dinero? Mejor que ese que seguro paga Iritar a las espadas en alquiler. -

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30/09/2014, 16:40

Que los dioses me protejan, porque yo ya he perdido la capacidad de discernir un hombre de un baatezu... Tan grande es la crueldad que he visto en el género humano que mis palabras se quedan cortas. - Responde el anciano, un poco más ebrio de lo que debería estar – En cuanto a tu petición... Si lo que te interesa es hacer gran fortuna, para ello tienes que hacerte amigo de la gente adecuada. Mejor consejo no podría darte, excepto la advertencia de que los bienes materiales corrompen a sus dueños y que, en mi opinión, con poco basta para ser feliz.

Un sonoro eructo se escapa de la boca del hombre. Después, tratando de disimular, prosigue – Parecéis un buen hombre. Mi recomendación es que hables con ese gnomo sentado en la mesa del centro: Santrin. Creo que es una de las pocas buenas almas que habitan en esta cloaca, pero tampoco te dejes encandilar por su sonrisa de bonachón. Estoy seguro de que con él podrás hacer buenos negocios, siempre y cuando no intentes timarle.

Notas de juego

Has ayudado a una persona necesitada (660 PE).

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30/09/2014, 23:38
Malrick

Quien hubiera dicho que una simple bebida y comida me serviría para saber todo lo que necesitaba saber para comenzar en este lugar. Su consejo si bien útil no me parece porque hay un montón de aventureros que tras tantos años de correrías han abierto una posada y cuentan historias todas las noches a desconocidos o habituales que la escuchan una y otra vez. No tengo apuro en terminar mi vida aventurera porque ni ha comenzado pero quizás esa sea una buena meta, pero primero hay que comenzar.

De entre todas las cosas que va diciendo me queda dando vuelta dos más que nada. ¿Qué demonios es un Baatezu? Y obviamente ir a hablar con el gnomo mencionado. Le doy un par de monedas de plata con un gesto amable acompañado de una sonrisa. - Espero que la suerte te acompañe más de lo que lo hace ahora. Gracias por el consejo y las recomendaciones y quizás cuando volvamos a compartir una mesa seas tu el que me invite y de paso seguir conociéndonos un poco más. Por cierto, mi nombre es Malrick así sabes a quien dirigir la invitación en nuestro próximo encuentro. - Me levanto despacio para poder ir terminando mi bebida y me la juego el todo por el todo, con lo poco que me queda de dinero que ya no es casi nada y quizás no tenga para pagar la noche voy directo hacia la mesa donde se ubica el gnomo pero antes de llegar freno a una mesera y le pregunto que está tomando el gnomo.


Si me alcanza el dinero lo hago, sino de otra bebida que si me alcance.

- Mesera, que le sirvan otra copa al señor que yo invito. - Hablando en un tono lo suficientemente alto para que el llamado Santrin me escuche. Con una sonrisa amistosa me doy vuelta y encaro directamente al gnomo inclinándome a modo de saludo porque se que no les gusta mirar para arriba para hablar a todas las razas de escasa altura. - Buenas noches señor, me presento a usted. Mi nombre es Malrick y estoy interesado en hablar un poco de negocios con su persona si me lo permite. - Busco asiento en la mesa para sentarme en caso de que acepte la bebida y mi ofrecimiento de hablar de negocios.

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02/10/2014, 21:23
Santrin

El gnomo se ve visiblemente preocupado y apesumbrado, pero acoge de buen gusto vuestro saludo y la invitación.

Buenas noches, Malrick. Puedes ahorrarte las formalidades. - Suspira el pequeño hombrecito. - No sé qué es lo que te ha hecho llegar hasta Calaunt, pero créeme cuando te digo que daría la mitad de mi fortuna por estar en cualquier otro sitio.

Los negocios son un tema del que siempre estoy dispuesto a hablar, pero esta noche es una excepción. Se supone que debería haberme encontrado hace días en esta taberna con uno de mis pocos amigos: Argos, y su aprendiz y protegida, Asilem. Pero todavía no han hecho acto de presencia y estoy comenzando a perder las esperanzas.

He escuchado que una elfa ha entrado esta noche en la ciudad. Es posible que se trate de Asilem, pero lo dudo... Porque de serlo, iría acompañada de su maestro. Estoy cansado de estar aquí bebiendo y comiéndome las uñas. ¿Por qué no vas a echar un vistazo? Si se han metido en problemas, por favor ayúdales y guíalos hasta aquí.

La entrada de la ciudad está vigilada por estúpidos guardias que se dedican a interrogar y extorsionar a los turistas. También el templo de Loviatar se pasa los días abduciendo a los pobres incautos y torturándolos, sólo por honrar a esa estúpida deidad a la que sirven. ¡Podría haberles pasado cualquier cosa!

Deberías ser capaz de reconocerlos fácilmente. El hombre es un paladín, de elevada estatura y edad madura. Siempre anda acorazado bajo su armadura, que no se quita ni para dormir. La mujer, como ya os he dicho, es una elfa, bastante jóven y alta para su edad, pelirroja y blanca como la nieve.

Si consigues encontrarles, o por lo menos saber donde diablos se han metido, te pagaré un centenar de monedas de oro... - Promete, llevándose las manos a la cabeza y mirando hacia el techo, como si esperase un milagro.

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04/10/2014, 23:56
Malrick

El encuentro no está saliendo como esperaba cuando escucho su relato y también la parte donde dice que ésta ciudad no es el mejor lugar para quedarse de paso siquiera. Realmente debe estar podrida esta manzana. Aunque tales pensamientos se esfuman cuando escucho la parte de 100 piezas de oro a mi persona por traerle a alguien por un lado me hace sentir que me haré rico rápidamente pero por otro que tanto dinero por algo tan simple tiene que esconder algo más, pero prefiero callarlo por ahora teniendo en cuenta que el gnomo está al parecer muy afligido por la demora del tal Argos y su aprendiz Asilem. - Puede contar con ello, tendrá noticias mías. - 

Incorporándome del asiento parto raudo y determinado hacia la entrada indicada en primera instancia ya con el aviso de que los guardias son unos brabucones y que seguramente no me la harán fácil, seguro un buen soborno por la información si es que es real y encima soportar su brabuconería, qué más da.

Quizás pueda buscar información por otro lado y evitar los guardias. A medida que me voy acercando a las puertas busco esos típicos niños que están pidiendo siempre a la gente que pasa un par de monedas y veo ahí una oportunidad de evitar el encuentro con los guardias. Busco alguno que se vea como el más despierto o que aparente dirigir al grupito de mocosos y le hago señas para que se acerque. - ¿Quieres ganar un moneda fácil? Dos si lo que pido lo haces rápido. - Tiento con la idea de dinero rápido al niño sabiendo que estos viven todo el observando los "clientes" potenciales y un paladín seguramente es alguien que debe llamar la atención más teniendo en cuenta que debe ser bastante orgulloso y con un andar distinto al resto de los comerciantes y viajeros.

Notas de juego

Todo el recorrido lo hago viendo hacia las personas que estén circulando por las calles o entrando/saliendo de las posadas y/o tabernas que coincidan con la descripción.

¿Cuánto dinero me queda?

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06/10/2014, 19:15

Notas de juego

Pongamos que te quedan dos monedas de oro. Magnífica interpretación, por cierto. Seguimos en la otra escena.