Partida Rol por web

Al fin después de la tensa reunión y un par de miradas de desconfianza entre el elfo y un par de miembros de aquel grupo tan dispar se separaron. En seis horas en el Blue Nixie no era mucho tiempo para prepararse para lo que suponían se les venía encima así que tendrían que actuar con prontitud. Poco a poco la sala quedó vacía dejando a una pensativa Lavinia en soledad.

Cornelius se separó en su camino del resto de componentes de la expedición he hizo en soledad su camino hasta el distrito donde se alojaba. Debia cambiarse con ropas mas adecuadas para cazar a un hombre y armarse como era preciso. Khunder le recibió con alegría desbordada, una pata de jamón curado pelada hasta el hueso descansaba encima de la cama, Khunder le miró con ojos inocentes rascó la puerta indicando que estaba listo para partir donde decidiera su amo. A la salida de la posada Adler fua asaltado por un furioso posadero armado con una sartén exigiendo además del precio de la habitación una moneda de oro extra por el mejor jamón que le había robado aquella "bestia peluda del averno". Khunder siguió con la mirada inocente, Adler sospechaba que el animal debía practicarla largo y tendido en sus horas de soledad, cada vez era más convincente.

Tras arreglar el asunto con el furioso posadero abonando el precio abusivo del jamón y ser sumariamente expulsado con amenazas de llamar a la guardia si "aquel delincuente peludo volvía a meter el hocico por alli" Cornelius aprovechó para darse una vuelta por el muelle y tratar de averiguar algo del lugar donde se dirigían. Se sorprendió de ver que la ciudad parecía estar preparandose para algún tipo de festividad, colgando guirnaldas verdes en forma de serpientes por los balcones y a través de las calles más estrechas, la fiesta de las serpientes le dijeron que se llamaba, para celebrar la liberación de Tashlutta de los Yuan-ti hace 50 años. Cornelius, paseando por el puerto en busca del blue nixie tuvo la fortuna de encontrar un viejo parlanchín que años atrás había sido uno de los guarda de Tashlutta que había asaltado la cueva del Kraken en un golpe a los contrabandistas de la época. Se trataba de una serie de cuevas que daban a la costa, a unas sesenta millas de Tashlutta al este. Estaba formada por una cala natural medio oculta y una serie de grutas conectadas que la habían convertido en un paraiso para los contrabandistas. Ahora decían que la cueva estaba desirta aunque el anciano lo dudaba, por tres veces le apostó su jubilación a Adler de que la cueva era un reducto de la Hermandad Escarlata, una violenta hermandad de piratas aunque era lo único que evitaba que por aquellas aguas peores alimañas acosaran a los barcos honrados. Ante la pregunta de quien podría ser peor que una hermandad de piratas el anciano sonrió y contestó llanamente "demonios del mar, hijo, demonios del mar".

Tras aquella larga conversación con el anciano casi había expirado el plazo de las seis horas, así que él y Khunder empezarón a recorrer el muelle hasta econtrar el Blue Nixie, una poderosa embarcación de tres mástiles que se preparaba para zarpar de nuevo, algunos de sus compañeros de caza ya estaban allí, entre ellos Jack Sparrow vociferando a los marineros.

Cuando los compañeros se sapararon, Jazzminne quedó sola en la mansión escuchando el rugir de su estómago. Tenía seis horas por delante para asaltar la cocina de la Vanderboren o aprovecharlo en algo más.

Salgo de la estancia, sin mirar atrás, me dirijo hacia las cocinas pidiendo algo de alimento. Una vez saciado mi apetito me dirijo hacia la posada a recoger mis cosas y para ver si hay algún mensaje para mi.

Después quiero ir a comprar unas mudas nuevas y unas herramientas de ladrón nuevas de gran calidad (recuerdo que se me rompió alguna ganzúa)

Jazzminne asaltó sin piedad la cocina, aprovecho que la furibunda Kora no estaba en casa para zampar hasta que el pantalón amenazó con desabrocharse por si mismo. El atracón le sentó bien, y a pesar de que se sentía un poco pesada recuperó rápidamente las fuerzas. Las siguientes horas las pasó vagabundeando entre las callejuelas de la ciudad buscando unos nuevos aparejos de oficio para reemplazor los dañados durante su última excursión nocturna.

Se sorprendió de ver que la ciudad parecía estar preparandose para algún tipo de festividad, colgando guirnaldas verdes en forma de serpientes por los balcones y a través de las calles más estrechas. Primero hizo un alto en la posada donde se alojaba, de nuevo se volvió a sorprender del lujo desmesurado de la habitación y que las trabajadoras y los sirvientes se acordaran de su nombre. Todo estaba como lo había dejado salvo un detalle. Encima de la cama había una nota manuscrita.

Cita :

Tras pasar por unos cuantos meracaderes no demasiado honrados se hizo con un juego de ganzuas que la satisfizo. Se sorprendió de lo rápido que pasaba el tiempo entre gente turbia y aceleró el paso hacia el muelle. Había una calma tensa despúes de lo sucedido dos noches atras con la captura del los Dragones de Loto y tal.

Al acercarse al puerto la elfa se vió invadida por el olor a mar y pescado andó unos minutos hasta que localizó un poderoso navío de tras mastiles con el casco pintado de azul. La última vez había subido por la cadena del ancla, esta vez lo haría de forma más ortodoxa. Junto a las escala que daba a cubierta ya estaban algunos de sus compañeros, entre ellos Jack vociferando a los marineros.

Uldrich salió furioso de casa de Lavinia, si no fuera porque necesitaba el dinero y que el maldito yugo de la bruja le encadenaba a aquella tripulación desparecería de allí mismo con la velocidad de un vendabal. Al menos había conseguido la promesa de su patrona de que podía dejar allí tranquilamente al caballo, su montura sería tratada como merecía.

Regresó a la posada con la esperanza de encontrar a Misha en ella, no ubo suerte. Había salido a primera hora de la mañana con el restro de tripulación de la Enlutada para reparar el barco. Allí solo le esperaba Thimoty que se abalanzó a saludar a Nordal. Airuf estaba como siempre tumbado al lado del caballo en los establos. Uldrich se preguntó si habría el mismo problema con el perro que con el caballo.

Salió con el joven paje y ambos animales hacia la casa de Lavinia, tras empacar y adecentar su sequito no le quedaba mucho más tiempo libre.  Se sorprendió de ver que la ciudad parecía estar preparandose para algún tipo de festividad, colgando guirnaldas verdes en forma de serpientes por los balcones y a través de las calles más estrechas de casa a casa. Una vez todo listo en casa de la Vanderboren recibió un estuche con pergaminos. Casi era la hora de partir así que empezó a recorrer el muelle hasta econtrar el Blue Nixie, una poderosa embarcación de tres mástiles que se preparaba para zarpar de nuevo, algunos de sus compañeros de caza ya estaban allí, entre ellos Jack Sparrow vociferando a los marineros.

Jack sabía que no tenía tiempo que perder si quería que el Blue Nixie partiera en seis horas, ya había estado en la embarcación y la conocía vieja pero robusta. Pero tardaría más de lo que suponía que debía durar el viaje en hacerse con ella, además se suponía que el barco ya tenía tripulación y un capitán con lo que auguraba un viaje difícil. Se sorprendió de ver que la ciudad parecía estar preparandose para algún tipo de festividad, colgando guirnaldas verdes en forma de serpientes por los balcones y a través de las calles más estrechas de casa a casa. Pasó por el dique seco donde trabajaban sus hombres con ainco para devolver al agua a la Enlutada, esperó encontrase con Misha pero salvo verla unos segundos esta desapareció arguyendo que debía ir a revisar la madera para el nuevo mástil.

Pese a la oposición del Sr. Stimbak, Jack consiguió hacerse con un par de marinos de confianza, Fendar y el viejo August con su Loro. Cuando llegó al Blue Nixie el capitán del navío un tal Rondal Steward, no aparecía por ningún lado, el resto de marinos no parecián muy contentos con el cambio pero estaban informados de ello así que con gestos de astío se pusieron a trabajar.

¿Con quien creen que están tratando? ¿no pido trato especial, pero si que me traten como un igual?Cada vez tengo mas claro que S'har tenia razón.

Una vez en la posada ya mas calmado, después de dejar que Timoty saludase a Nordal, le pedí que preparase todas mis pertenencias para partir. Le indique que el y mi caballo permanecerían en casa de la Señorita Vanderboren y que ayudase en lo posible durante mi ausencia, ya que la misión no esta exenta de riesgo y no era cuestión de ponerlo en peligro.

En cuanto Airuf tras pensármelo detenidamente y sospesar si podría tener el mismo problema con el que con mi caballo, opte por que me acompañase ya que ¿quien sabe si podría sernos útil para seguir algún rastro? Incluso podría avisarnos de algún peligro que nosotros no veamos o montar guardia mientras descansamos.

Si al capitán no le gusta que se aguante, Airuf viene conmigo.

Ya decidiré si se queda en el barco o desembarca con nosotros.

Jack supervisó los preparativos, dando las ordenes oportunas y ayudando allí donde hacía falta. Había mucho que hacer y muy poco tiempo. Los preparativos le obligaban a ir venir de la enlutada.  En uno de los viajes se reunió con su segundo, Stimback. Allí le contó que sabía de la existencia de un tesoro, y le conto lo que había visto en su viaje a la pequeña isla, sin decirle donde estaba el sitio

Una vez cornelius llega al tablón de embarque, me paro y me quedo pensativo.

Es la primera vez que veo un barco como este... ¡¡demonios!! ¡¡es la primera vez que subo a un barco!!

Cuando Sparrow se da cuenta que está allí abajo quieto y sin hacer nada le responde:

Tengo entendido que antes de subir a un barco se tiene que pedir permiso del capitán... y eso le corresponde a usted... ¿no?

Le verdad es que no tengo ni idea... pero creo haber leído algo parecido en alguna novela de marineros... almenos que no parezca que estás asustado... ¡¡Demonios!!¡¡Y yo sin pasar por un templo!!

Cuando ya estamos fuera de la posada miro a Khunder.

Ya sé que te lo prometí... Ya sé que estabas aburrido... Pero sabes que no me gusta que hagas eso sin mi permiso... pero ¿sabes que? da igual...

Tenemos un trabajo cada vez más emocionante... ¡¡ahora nos toca ir en barco!! Allí deberás portarte bien, o te querrán echar al agua y no podré evitarlo.

Parece ser que nuestro hombre ha tomado una ruta marítima para hablar con mala gente...

Varyan se acerca al varadero, cargado con su mochila y sus bártulos. La brisa marina le acaricia el rostro, sacudiendo su pelo, las gaviotas vuelan a ras de agua,cercando alguna presa,  la algarabía habitual del puerto silencia sus graznidos. Ante sus ojos se haya la embarcación, que tan conocida le resulta y que tantos recuerdos hace aflorar en él.  Aquí está, serena, imponente como siempre, esperándolo.

La Blue Nixie - piensa para sí - Volvemos a vernos amiga mía, ¿Cuantos viajes hemos hecho juntos? tantos que ya no acertaría a contarlos -la contempla con atención- Realmente no has cambiado nada, sigues siendo esa belleza temperamental que desafía a los elementos - le habla desde sus pensamientos, de la misma forma que lo haría un marino, dirigiéndose a la mujer a la que reencuentra, tras años de ausencia de su hogar.

Su caminar lo lleva ya cerca de la rampa de embarque. Ya puede divisar, entre las gentes que pueblan el muelle de atraque, a alguno de sus compañeros. El tipo misterioso de los guantes, Cornelius.

Está claro que decía la verdad cuando contó que no había pisado la cubierta de un barco en su vida - sigue hablando para si-  Míralo, si parece un grumete recien enrolado, en su primer día de travesia - se sonrie- pero... ¿Con quien habla?

Algo más distrae su atención. Ha hecho su aparición el Capitán - Sparrow, si mal no recuerdo -.

- ¡¡Capitan!! ¡¡Permiso para embarcar!! - le espeta desde la distancia, haciéndose notar-.

Mientras espera la respuesta de Sparrow, echa una ojeada a los aledaños del bajel, buscando alguna otra cara conocida.

Respirando la brisa marina, sintiendo como el sol del atardecer se posa suavemente sobre mi delicado rostro, y con una sonrisa en los labios llego a los muelles. No tengo muy gratos recuerdos de las otras veces en las que he estado por aquí. Pero en este caso la situación es diferente, y después de tantos días encerrada, disfruto de la libertad y del tiempo suave que está haciendo.

A lo lejos veo la Blue Nixie, por un momento una sombra de pesar acude a mi rostro cuando recuerdo la última y primera vez que subí en el navío. Con un caminar grácil me acerco. Veo que Jack ya se encuentra, como siempre intentando manejar el cotarro... Bueno, él es el capitán, aquí si que tendré que obedecerle... Ummmh. Bueno, ya veremos... Una sonrisa pícara asoma a mis labios, mientras compruebo que Cornelius y Varyan también se hallan en el embarcadero...

Buenas chicos... Se nota que estoy de muy buen humor. Saludo con la mano a Jack y me acerco con la bolsa a la espalda. Y bien capitán, ya dirás que tenemos que hacer... Digo con un tono bastante agradable en mi voz y haciendo un gesto de saludo al igual que alguna vez he visto a los marineros... Bueno, él es pirata, no se si se saludan así, pero bahh...

Poco a poco los miembros de la expedición se fueron reuniendo, el primero fue Adler, que se autodenominaba cazador ataviado con ropas austeras y de cuero, había sustituído sus eternos guantes por dos de grueso cuero, a ambos lados del cinto dos cimitarras y pegado a su flanco un enorme perrazo con mirada traviesa con el que parecía mantener una profunda discusión, Vayran que le seguía a lo lejos en dirección al Blue Nixie no supo decidir quien había ganado la discusión.

Al llegar observaron a unos marineros observando a Sparrow y maldiciendo en voz baja. Parecía que la noticia de volver a embarcar tan pronto no había sido del gusto de la tripulación. Y mucho menos aquel cambio subito de capitán.

Era una hora poco común para trabajar en el muelle, a aquellas horas normalmente los estribadores buscaban el olvido en el alcohol y en las carnes de las putas baratas que se arrastraban ofreciendose por los muelles. Poco a poco un enjambre de vagos y curiosos rodearon a los marineros mirando como trabajaban. Un par de putas les increparon por estar ocupando a aquellas horas su zona aunque bajo las miradas furibundas de los marineros fueron apartadas a empujones por unos chulos que no querían problemas.

El barco era un caos controlado, con los marineros corriendo de un lado a otro descargando barriles y cajas a toda velocidad y jack vociferando maldiciones y ordenes, parecía que Jack recibía ayuad en el mando de un viejo tuerto con un loro amarillo en el hombro y de un gordinflón barbudo con un pañuelo roñoso cubriendole la calva. Ambos parecían despertar cierta tensión entre el resto de tripulantes del Blue Nixie pero al parecer nadie quería problemas. La última en llegar fue Jazzminne tras escabullierse entre las hilera de vagos y curiosos que rodeaban la caravela. El único que faltaba para unirse al grupo era el taciturno elfo que había abandonado la Mansión Vanderboren con los animos encendidos. Se miraron los reunidos entre ellos sin saber si se presentaría. Jazzminne se presentó ante Sparrow pero la contestación vino a su espalda.

Una voz rasposa llena de furia contenida sorprendió a la elfa por la espalda. Soy el Capitán Rondal Steward, capitán del Blue Nixie. Que coño estais haciendo en mi puto barco!! Dijo levantando el puño temblamblando de furia.

Jazzminne se giró como si hubiesen estado a punto de clavarle una daga en el costillar y miró de hito a hito al recien llegado y a la compañía que traía tras él. Se trataba de un hombre que ya se adentraba en la cuarta década de vida, vestía ropas de marino holgadas con una camisa abierta que dejaba ver un pecho peludo y fibrado. La larga melena la llevaba recogida por un pañuelo de pirata y encima un sombrero de ala ancha. Se movía con el eterno balanceo del que está más acostumbrado a vivir en el mar que en tierra firme mientras apoyaba su mano izquierda sobre la empuñadura de un sable que parecía acostumbrado a manejar. Detrás suyo un par de marineros un tanto ebrios y un semi elfo rubio vistiendo una armadura de cuero tachoñado tintada de verde oscuro que parecía estar divirtiendose enormemente con aquello.

El capitán Steward estaba tan cerca que la joven elfa pudo oler el olor a sudor agrio mezclado con el del alcohol.

Si!! Que coño estais haciendo con su puto barco!! Repitió mientras se llevaba a los labios una jarra de vino.

Jack observó la teatral aparición del anterior capitán. había vivido estas aciones demasiadas veces, asiq eu sabía que si no le paraba los pies ahora, el viaje se podría complicar.- Malditas ratas de agua dulce. En este viaje el único capitán que hay soy yo. ¿Esta claro?  y ahora será mejor que movais vuestros culos. 

Jack se acerco a la elfa y a sus nuevos compañeros. -Venid os enseñaré vuestras dependencias.