Partida Rol por web

Vale

Cuando estáis a unos quince metros, Mialee distingue claramente que las figuras que asoman por las saeteras, pese a la oscuridad, no son más que maniquiés. La pareja se acerca con cuidado y lo confirma. La elfa, cuando sopla algo de viento a su cara detecta cierto tufo, un olor desagradable e intenso, aunque ¿qué puede oler tan mal?

La pareja de exploradores se mueve en sigilo, a MIalee la váis siguiendo bastante bien, lo que no es muy buena señal. Neblin se funde entre las sombras, avanza agazapandose y con su tamaño tenéis trabajo para seguirle. La elfa es mejor punto de referencia. Se detienen un instante a unos ¿veinte metros de las murallas? En cualquier caso al cabo de un momento se vuelven a acercar. ¿Acaso les han dado el alto y les han obligado a rendirse? Contenéis el aliento mientras la elfa a apenas unos metros de las murallas de piedra alza la cabeza por unos instantes y os preguntáis si es correcto permanecer aquí quietos...

- Será mejor avisar a los demás, le dice a Neblin mientras se vuelve y les hace gestos al resto del grupo para que avance.

Será mejor que nos movamos...

Sin saber que era exactamente lo que había pasado para que Mialee se detuviese y les hiciese un gesto de acercarse, Galid se prepara para avanzar. Aun así deja a sus compañeros que vayan delante, quedando el ultimo del grupo.

Avanzáis hacia la antigua fortaleza enana, os asombráis de la solidez de los muros considerando el tiempo que ha pasado y el trato que ha recibido, la construcción se encuentra en un magnífico estado. Las puertas de la entrada son un par de bloques enormes de piedra. Los techos son bastante altos, 6 metros (20 pies) creando la sensación de una entrada majestuosa y bien defendible. A ambos lados cuando os ponéis al lado veis unos maniquies donde antaño debía haber guardas.

Avanzáis resueltos hacia las puertas cuando con una rafaga de viento Mialee vuelve a sentir el mismo olor que hace unos minutos y de inmediato sabe que algo va mal, algo va muy mal... lo cual es confirmado cuando desde arriba por unas aberturas os arrojan una jabalina, por fortuna Neblin está agil. El rastrillo a vuestras espaldas cae y el sonido del metal golpeando la piedra os pone la piel de gallina.

Neblin empuja la puerta, pero con poco éxito, la verdad es que no ayuda mucho

Morgran se acerca a una de las aspilleras y apuntando su símbolo sagrado dispara un rayo de luz concentrada...

¡Abrid las puertas!