Partida Rol por web

Camináis hacia el spa con tranquilidad, no hay nadie en el exterior con el frío que hace y mirando las nubes parece que de noche habrá también mal tiempo.

- Se avecina ventisca...y una de las gordas. Aquellas nubes... - dice señalando unas nubes negras a lo lejos en el horizonte que el viento empuja hacia el hotel. - ...no traer nada bueno. Espero que el resto pueda llegar en el funicular si no la misión se complicará bastante.

Para el spa existe un acceso por el interior pero también otro externo aunque menos transitado. Xabier parece haberlo visto en un paseo matinal pero aún así se equivoca un par de veces en encontrarlo y dais un rodeo bastante grande hasta que por fin encontráis la entrada para el spa. Debe hacer bastante calor dentro porque un conducto de ventilación no para de emanar vapor a una temperatura agradable ya que el frío del exterior hace que no queme. Os quedáis cerca de esa salida antes de entrar mientras Xabier sigue hablando.

- Por fin, y pensar que fui de los mejores de mi promoción en orientación. Mejor no comentar esto con el Capitán, se reiría de mí aunque él lo ve todo desde el aire, parte con ventaja - sonríe al decir eso. A continuación hace una pausa y vuelve al tema que habías comentado antes - Los tiempos cambian, incluso en España. Ya no es privilegio nacer hombre y aunque antes solo fuera privilegio de los varones puedes hacer que cambie a partir de ahora. Está en tu mano lo que suceda. 

Abre la puerta y accedéis al spa. El calor os envuelve y notas que se sonrojan tus mejillas. Al menos en el interior se debe estar a treinta grados.

- ¿Nunca has estado en un spa? Pues entonces los disfrutarás, éste no sé como será pero seguramente haya varias piscinas con aguas con diferentes temperaturas o salas de vapor. Puedes incluso darte un masaje, siempre que no pidas el más caro pero primero habrá que pedir que nos den un bañador y un gorro para el pelo. 

Camináis hacia la recepción y Xabier pide amablemente la ropa, os cambiáis cada uno en el respectivo vestuario de vuestro sexo y volvéis a coincidir en la entrada. Os han dado unos zuecos de goma similares a los que usa el personal médico y una toalla de color azul con el logo del hotel bordado en dorado. La toalla es de muy buena calidad, suave y abrigosa.

- Vayamos a una piscina templada, creo que será lo mejor para relajarnos y veremos que ambiente hay.

Entráis en la piscina de agua templada, es relajante sin lugar a dudas. En la misma hay varias personas, entre ellas un grupo de japoneses y destaca un joven pelirrojo de pelo largo. 

- Lo se. No me pida que se lo explique, pero los animales notamos cuando va a cambiar el tiempo. - Le dije a Silva con una leve sonrisa. Al menos sacaba una cosa útil de mi condición. Miré al hombre a los ojos, no sabía que era el funicular ese y me sonaba algo lejano e inaccesible para mí. Además, aquello formaba parte del otro equipo y su misión y, aunque condicionase la nuestra, iba a sacar provecho del tiempo que estuviésemos allí metidos.

En cambio si había escuchado lo del spa y la curiosidad y las ganas me podían. Así que seguí a Silva en silencio. No le entendí la broma del Capitán que hizo, pero tampoco es que tuviese la mente muy ágil en aquel momento, porque sentí en mi piel y en mi olfato los cambios de temperatura que venían según las corrientes de aire y los distintos aromas del lugar.

- Es un régimen opresor con avances mínimos. No es un privilegio nacer hombre pero los puestos importantes de cualquier empresa, pública o privada, los cargos políticos... siguen siendo vuestros. Solo nos han dado más cuerda para que dejemos de quejarnos, pero en el fondo, todo sigue igual. - Le dije sin ocultar nada mi desagrado con aquella sociedad controlada por unos pocos.

- Digamos que mi economía nunca me ha permitido nada de esto, señor. - Respondí a Silva tras su pregunta sobre el spa. - Masaje. - Que bien sobana aquella palabra, sobre todo después de ser cosida a balazos y tener el cuerpo aún bastante magullado por ello.

Minutos después, regresé cambiada y lista a la recepción. La verdad era que simplemente por la comodidad del traje de baño, la temperatura y la toalla, merecía la pena estar allí. - Te sigo, pero te aviso que acabaré metiéndome en todas las piscinas. - Le dije con una brillante sonrisa. De alguna manera me sentía como una niña en un patio de recreo nuevo y quería sentirlo y experimentarlo todo.

No puedo evitar soltar un suspiro al meterme en aquel agua. Siento que mi cuerpo se relaja y como mi regeneración se reactiva, liberando algunos músculos tensos. Ojeo a quienes nos rodean y no puedo evitar mirar al grupo de japonenes. Silva nos advirtió sobre ellos... - Quizás podría intentar escuchar lo que dicen desde aquí. - Susurré al hombre con disimulo.

De algo tenía que servir tener el oído tan agudo.

─¿No? ¿Entonces por qué han pedido un entrecôte? Mire que como se equivoque y le llegue frío a su jefe no me hago responsable... ─dijo Gastelu entreabriendo el recubrimiento metálico del plato para que los gorilas pudieran entrever el contenido absolutamente real y sus narices detectasen el inimitable aroma de la carne en su punto. Había que reconocer que aquellos suizos no eran malos cocineros y el olfato tiene una conexión muy directa con el cerebro y las emociones. Si hubiera sido humo de madera el instinto sería de preocuparse y buscar una salida, pero siendo aquel manjar, aquellos rusos pronto iban a convertirse en una prueba viviente de los experimentos de su camarada Paulov...

Y todavía me dejarán pasar. Sólo faltaría que lo hicieran. Lo jodidamente fácil que habría sido un "Ah, pues lo siento" y volver por donde había venido a disfrutar de un entrecôte, pero no, aquí estoy, jugándomela para salvarle el culo a un régimen que odio. Puta mierda de vidad, de verdad.

Curiosamente de aquellos pensamientos sombríos sólo emergía una expresión fácilmente confundible con el hastío, ese incomodarse con nimiedades tan propio de las clases altas.

Los gorilas no parecen estar tragándose lo del entrecot. Te estudian de arriba a abajo y parece que la situación se tornará en breve hostil hacia el pobre "camarero". 

Uno de los gorilas hace un gesto a su compañero que parece ir a preguntar si alguien ha pedido el entrecot, al menos en caso de pegarle una paliza a Gastelu será uno contra uno.

Trillo observa desde la distancia la escena por si debe intervenir y ayudar a su compañero.

Afinas tu oído, no es difícil para ti hacerlo. Escuchas que están hablando en su idioma por lo que lamentablemente no puedes entender nada de lo que dicen pero notas por su tono de voz y seriedad que es algo importante. Parecen nerviosos, incluso puedes oler la adrenalina que hay en ellos a pesar de estar en un spa y que deberían estar muy relajados. El único que no parece nada nervioso ni preocupado es el joven pelirrojo. Parece estar disfrutando del spa, también es el único que no ha abierto la boca desde que habéis llegado y parece estar totalmente relajado con los ojos cerrados.

Más que entender, por mera intención crees que están preocupados por alguien que no está o no ha llegado aún. Es más intuición que otra cosa pero parece tener sentido porque cada poco revisan las entradas del spa.

A tu lado Xabier parece relajarse y disfrutar por primera vez desde que comenzó la misión. Puedes ver algunas cicatrices en su espalda y en el hombro. Seguramente metralla que ha recibido en la guerra con Marruecos que ha sido la más reciente que ha sufrido el país. 

Con los ojos cerrados y con su cara apuntando al techo de la piscina te pregunta en un susurro:

- ¿Dicen algo interesante?

Luego apoya ambos brazos en el borde de la piscina y deja que sus piernas floten. Notas algunos crujidos en sus articulaciones y músculos que te dan a entender que había mucha tensión acumulada. 

─Muy bien, debo haberme equivocado. Lamento las molestias, buenas noches ─se despidió el vasco con una sonrisa forzada.

Mierda, joder, Gastelu, casi te pillan por querer echar un vistacito de nada. ¿Dónde ibas con un maldito entrecôte? ¿Creías que era un pase a todas partes?

Lo que durante un instante en la mente de uno parece una magnífica idea, en la práctica, sólo unos segundos después, se convertía en una idea nefasta. El mundo estaba lleno de vídeos "cómicos" de trompazos que así lo atestiguaban. Había que saber rectificar, huir para poder pelear otro día. Gastelu se iba con el rabo entre las piernas, de regreso al ascensor. Si es que le dejaban, claro.

Putos rusos... ─musitó en vasco.

Ante lo productivo de mi "anomalía" me encontraba ahora con el problema del idioma. - No podía complicarse más. - Pero no me rendí. Habían más factores en juego, como el tono de voz, el olor de sus cuerpos, las feromonas dadas en los animales, algo no demostrado en humanos, pero que podía percibir con mis sentidos, los latidos de sus corazones y todo esto sin necesidad de mirar.

- No lo dudo. - Respondí a Silva. - Lástima que no aprendiese japonés en la escuela. - Me permití bromear y sonreír dando así la sensación de estar relajándome y divirtiéndome en aquel spa, algo que realmente pasaba... pero tapando también lo que ocurría con mis sentidos.

- Pero están nerviosos, salvo el pelirrojo que les acompaña... y esperan a alguien. - Le conté en un susurro antes de sumergir mi cabeza bajo el agua y disfrutar de aquella sensación durante unos segundos, antes de ascender de nuevo a la superficie. - Tienen la adrenalina disparada y eso no es bueno... y menos en un sitio como este.

El gorila que queda no parece muy convencido y más cuando su compañero regresa negando con la cabeza.

- Se debe haber equivocado, aquí nadie ha pedido nada.

Al menos le permiten irse de rositas y sin ningún golpe a cambio, ya que un puñetazo de esos armarios dos por dos podrían haber desmontado al vasco.

Trillo observan cómo hablan entre ellos y cuando Gastelu entra en el ascensor para irse a su habitación uno de los gorilas decide bajar por la escalera. Parece que los rusos van a seguirlo y ver si es en verdad un camarero o no, ha levantado sospechas y eso no es bueno. Trillo tendrá que impedir que lleguen a seguirlo o la tapadera de Gastelu se verá comprometida y con ella la del resto del equipo. El plan no era malo pero puede que demasiado descarado. 

Xabier escucha en silencio lo que tus sentidos agudizados han notado.

- El pelirrojo debe ser un operativo, seguramente uno de sus famosos hitokiris... - dice tranquilamente y luego te aclara - ...un agente entrenado en eliminar amenazas. El resto deben ser diplomáticos o delegados comerciales a los que han enviado como tapadera para encubrir una acción. Eso puede complicar y mucho las cosas, Gastelu es demasiado llamativo para una operación encubierta y un operativo así está entrenado para detectar a otros y eliminarlos...

Notas preocupación en sus palabras aunque luego añade.

- Pero con el descaro que tiene el vasco es posible que no se tomen en serio...eso puede salvarle la verdad. De todas formas hablaré con él para evitar problemas. 

Se sumerge en el agua y cuando emerge susurrando te comenta:

- Me interesa saber a quién esperan...podemos vigilarlos un rato más. En la piscina no se está nada mal y tengo curiosidad por saber a quién esperan o qué ha salido mal...no hay descartar que algo haya salido mal, puede que tuvieran un plan y se haya ido al garete. A ver si es porque hemos recuperado ya los viales...

Los japoneses siguen hablando y sólo dejan de hablar cuando el pelirrojo levanta levemente la mano y les susurra algo. Son solo unas pocas palabras pero hacen efecto, parece tranquilizar a un par de ellos aunque el resto siguen estando nerviosos aunque ya no hablan tanto. El chico sigue relajado.

Tras media hora larga esperando otro asiático se acerca a ellos y les indica algo. Marchan todos con él, notas caras de alivio y su adrenalina ya es apenas perceptible. El chico pelirrojo se queda en la piscina, parece que no va con él lo dicho o simplemente quiere seguir relajándose.

- Es un personaje muy peculiar, pero quizás esa su mejor baza para pasar desapercibido como doble agente o lo que seamos... - Susurré con disimulo a Silva.

- No tengo prisa por salir del agua. - Le dije con voz más clara y una sonrisa. Andar siempre con cuchicheos no era bueno. Si al menos hubiésemos disimulado desde el principio y nos hubiésemos hecho pasar por pareja, podría haber colado tanta conversación íntima. Aunque tampoco estaba segura de que yo supiese actuar de esa manera con él ni con nadie.

Así que seguí disfrutando del baño, mientras que mis sentidos permanecían alerta.

El hitokiri aquel me tenía intrigada. Su sangre era fría. Sobretodo comparado con los indivíduos que le acompañaban. Si se mantenía así siempre sería un duro rival llegado el momento... y esperaba que no llegase nunca ese enfrentamiento.

Pasada media hora en el agua, empezaba a sentirme como una pasa. Los japos no parecían tener prisa por irse, al igual que sus nervios, hasta que llegó el tipo aquel. - Parece que recibieron tranquilizadoras noticias. - Le susurré a Silva. - Ha sido casi como inyectarles un calmante en vena.

» Podemos quedarnos un rato más en el agua y esperar a que se marchen... tengo su olor captado. Podría rastrearles... sí, como un perro. Así su amigo no sospechará si salimos ya del agua y nos cambiamos.

No estaba segura del todo si era buena idea seguirles o que lo hiciésemos los dos. - Lo malo es que, aunque sepamos donde van, no entenderé lo que dicen...

Con disimulo, Trillo sigue al matón que fue tras Gastelu. No hay profesionalidad ni paciencia hoy día. En vez de esperar su oportunidad, se ve obligado a actuar. Y eso le cabrea, le cabrea bastante.

El matón pasa a tu lado sin percatarse de tu presencia ya que va buscando a tu compañero. En esa parte de las escaleras no hay nadie por lo que puedes atacarle sin ningún miramiento. Lo que debes pensar es que vas a hacer luego ya que su compañero se dará cuenta de que no ha regresado.

La situación se mantiene, el japonés de pelo rojo sigue disfrutando del baño y no parece mostrar interés por vosotros en estos momentos por lo que aprovecháis para seguir disfrutando de unos minutos de tranquilidad. Xabier piensa y le suma la información que le vas indicado.

- La experta en idiomas está en el otro equipo, pero cuando estemos todos juntos nos podrá echar un cable con las traducciones. Si fuera árabe no tendría problema, o ruso...pero el japonés no es lo mío. - dice Xabier - Así que han recibido noticias alentadoras, interesante...

Se sumerge un momento y ves como se mantiene con la cabeza debajo del agua unos segundos, al emerger te comenta:

- Más tarde daremos un paseo por el hotel y me dirás en qué parte se hospedan. Creo que les haremos una visita para ver qué encontramos en sus habitaciones...si vienen tú podrás detectarlos y eso nos servirá para evitar que nos cojan con las manos en la masa.

El japonés sigue impasible, parece como si estuviera en trance. En la piscina va entrando más gente así que podéis relajaros al ver cómo otros se colocan cerca del japonés y ni se inmuta aunque claro con algunos de los bañadores que hay queda claro que son turistas aunque seguramente Gastelu llevaría un bañador más colorido que los que estáis viendo.

Xabier parece pensar lo mismo y sonriendo añade:

- Gastelu no desentonaría en la piscina ahora...puede que le comente que baje a darse un baño luego...espero que no la esté liando...

En ese momento tienes un extraño presentimiento, puede que sea un sentido lobuno del peligro que desconocías y sabes que ahora mismo Gastelu acaba de hacer algo peligroso. 

Escucho atenta a Xabier y asiento con la cabeza con calma, dibujando una sonrisa, tratando de relajarme y dejar ver que solo somos dos amigos haciendo planes para más adelante. Aunque los planes sean de espionaje.

Empiezo a darme cuenta mientras hablamos del valor de mi maldición para la misión y empiezo a plantearme si no enfoqué todo aquello mal desde el principio, aferrándome a lo malo de ser un licántropo en lugar mirar el lado positivo de aquello.

Pero que mi padre me diese el legado familiar en su lecho de muerte, que mi madre se volviese loca de golpe por su muerte y mi cambio y la persecución de mi primo, no me habían ayudado precisamente a valorar aquello de una manera positiva. Quizás esta misión, la presencia de Xabier... me ayudasen a aceptar lo que soy.

La piscina se comienza a llenar y el japonés parece estar en su salsa. - No creo que se mueva de aquí... - Le susurré a Silva refiriendome al pelirrojo. Y en ese momento me habló del vasco.

No se porqué sentí algo raro, como si mi instinto animal me avisase de que Gastelu estuviese en peligro por algo. - Tengo una extraña sensación... quizás solo sea preocupación por sus palabras pero... creo que deberíamos buscarle y ver si está bien... - Le susurré a "mi superior".

Además, dudaba que allí pudiésemos hacer mucho más que relajarnos y a pesar de quedarme con las ganas de un masaje, averiguar si el vasco estaba bien se había convertido en una necesidad.

En cuanto Gastelu sale del ascensor se da cuenta de que algo malo ha pasado, escucha pasos que vienen por las escaleras algo apurados y entiende que uno de los gorilas rusos está tras sus pasos. Trillo parece querer cortarle la carrera al ruso pero es posible que necesite ayuda.

Gastelu tendrá que subir un par de tramos de escaleras para encontrarse con el agente ruso y con Trillo pero es algo fácil de hacer, sobre todo si luego hay que deshacerse de las pruebas.

- No sabía que teníais premoniciones pero me fío de ellas conociendo al individuo... - dice por Gastelu - ...tengo la extraña sensación de que ha intentado algo alocado y sin sentido...

Dicho está salís de la piscina, te ayuda a salir amablemente y ambos disimuláis de que no estáis con prisa. Vais a cambiaros a los respectivos departamentos y quedáis en la salida de la piscina. Al cabo de cinco minutos ya salís secos y vestidos para poder ir en ayuda de Gastelu, esperando que al menos Trillo esté cerca del vasco.

Camináis hacia el hall de hotel cuando Silva te pregunta:

- ¿Puedes localizarlo desde aquí? El hotel es bastante grande y hay muchos olores que pueden desorientarte...pero es mejor saber dónde está cuánto antes para no andar dudando hacia dónde vamos y levantar sospechas entre el personal del hotel y de otra gente...