Partida Rol por web

Scythe

Escena 1: El contrato

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31/10/2018, 13:15
Álvaro Díaz de Vivar

No presté demasiada atención a las objeciones de Trillo acerca de la misión, asumiendo que todos esos inconvenientes que planteaba estaban ya calculados, aunque aguardaba que le fuera explicado cómo. Sin embargo, enarqué una ceja con suspicacia al comprobar que no dispondríamos de falsas identidades, aunque pronto comprendí el motivo. Fingir ser otras personas no tenía ningún sentido si ese agente era capaz de reconocernos. En cambio, buscar una excusa para estar a bordo del tren por otros motivos podía, si no librarnos de sospechas, al menos hacerle dudar.

¿Ese vuelo de prueba incluye... prácticas de tiro? -Pregunté discretamente, queriendo saber si todo mi equipo estaría a bordo, incluido el armamento- Me gustaría saber cómo ha terminado una oficial de Inteligencia como mi secretaria personal. ¿No estaría sobrecualificada para el puesto? -Quise saber, pues confiaba en que hubieran solventado esa pequeña incongruencia en la "fachada" que debíamos mostrar- Doctor Fischer, el traidor es ante todo un auténtico profesional, a tenor de lo que se cuenta de él. Por sus compradores no puedo aventurarme, pero estoy seguro de que Sombra no es un descerebrado ni un inconsciente, de modo que, si asegura usted que es la forma correcta de transportar el material, eso hará. Dicho ésto, debemos suponer que llevará el material con él o que lo ocultará cuando acceda al Orient Express en un lugar que considere lo bastante seguro y que pueda tener vigilado. ¿Tenemos algún indicio de si trabaja sólo o cuenta con asociados? -Pregunté a De La Cierva o a Silva, quien recogiera el guante- ¿Y datos para identificarle? Una fotografía, al menos...

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01/11/2018, 12:14
Cristina Blanco Gutierrez

Miré al vasco ante su pregunta, encogiéndome de hombros como respuesta. - No quedarse con hambre, supongo. - Le respondí con calma. La verdad era que no había pensado en ninguna opción al respecto, pero tampoco era algo que realmente me importase. - Aún así, gracias por satisfacer mi curiosidad. - Le indiqué al hombre con gesto amable, antes de volver a mirar a los demás.

Tardé un poco empezar a comer aquel plato. No era que no me gustase, al contrario. Olía de maravilla. Pero aquel no era mi sitio. Yo estaba por debajo de tantos lujos y modales. Pero en mi casa siempre me repetían lo mismo:  "donde fueres haz lo que vieres" y eso hacía: observar como comían aquel plato. Y es que hacía tiempo ya que yo ponía la sopa en un bol y bebía directamente del mismo. Estaba segura de que si pedía un bol, me lo traerían, al igual que al vasco la chuleta. Pero no era lo correcto, así que imité al resto de los invitados, usando la cuchara como los demás.

Mientras, iba escuchando las preguntas, las ideas y los planes que tenían para nosotros. Me agradó saber que no iría con el "hombre insignia" del Régimen y que al menos estaría con el vasco y el inquietante muerto. Miré a Silva, quien sería nuestro líder de grupo, lamentándome en ese momento de que no fuese Mayo quien nos acompañase. Las instrucciones facilitadas tenían sentido, sobre todo si esa torre daba cobertura a toda aquella zona. Pero jamás había trabajado en algo así y las dudas comenzaron a surgir en mi cabeza. 

- ¿Qué se espera de mí? - Pregunté en voz alta, después de limpiarme con un poco de brusquedad, la boca con la servilleta y dejarla arrugada sobre  la mesa, olvidando las enseñanzas de mis padres en ese momento. - Entiendo que cada uno tiene una función específica en esta... aventura. Pero, no veo mi papel en todo esto. El señor Gastelu puede convocar una bomba en la torre y hacerla volar en mil pedazos... Podría entender que se requiriesen mis habilidades para rastrear a ese Sombra, siguiendo su olor, pero... no se. Me encuentro un tanto perdida en todo esto. - Empezaba a pensar incluso que me venía todo grande, miré a Silva, mi nuevo "líder", buscando quizás alguna respuesta, para luego clavar nuevamente mi mirada en el inspector durante unos segundos, retirándola antes de que alguien se percatase de ella.

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01/11/2018, 13:21
Trillo

- Desde luego, si nuestro único trabajo es acabar con esa estación de radio, estaría bien saber algo más de la misma- comentó Trillo.- Si la cosa se limita a acabar con el suministro eléctrico de la estación e inutilizar la antena, ¿Porque hace falta tanta gente?- preguntó.

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05/11/2018, 18:40
Xabier Silva y Andrade

- Tenemos planos de la torre de comunicaciones y de las instalaciones. Pero ahora mismo no los vamos a revisar...durante el viaje lo veremos y prepararemos todo. - comenta el soldado que mira a la licántropa y le dice - ...la torre está rodeada por un bosque y hay vigilancia en el mismo. Y hablo de vigilancia de verdad, no de policías con ganas de un segundo sueldo. En el bosque creo que te desenvuelves bien según tengo entendido...y necesitamos tus capacidades de rastreo y visión nocturna en dicha misión. Todos habéis sido escogidos por algún motivo que ayudará en la misión. Así que de momento disfrutad de la cena, luego veremos los pormenores y reuniremos el equipamiento que sea necesario, si es que necesitamos algo más.

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05/11/2018, 18:45
Juan Tomás De La Cierva

De La Cierva decide contestar a Álvaro:

- Nuestro traidor viaja con su pareja y un equipo de seguridad. Sabemos que dos de sus guardaespaldas son metahumanos, que suelen trabajar para IDESS. Tenemos fotografías de él, muchas además. Le encanta salir en las fotos...y sabemos de sus asociados. Tenemos un par de agentes que están cotejando ahora a las personas que formarán parte del viaje y de la fiesta posterior en los Alpes para saber si algún conocido suyo o nuestro estará presente. - luego recuerda lo de las prácticas de tiro y mientras afirma con la cabeza comenta - ...su arma irá en la maleta. Si todo sale bien podremos vender unos cuantos equipos por Europa y encima acabaremos con un traidor.

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07/11/2018, 14:50
Aitor Haurtxohondatu Gaztelumendi - "Gastelu"

─Qué sencillo parece, ¿verdad? Seguro que todo sale a pedir de boca ─comentó el vasco, mordaz─ Les sugiero que disfruten de la cena... ─"porque puede ser la última" parecía sugerir, aunque no iba a ser el caso, todavía tenían que hacer un largo viaje hasta Suiza. Pese a todo el tono era el que era, en adelanto a lo que tendrían por delante.

Aitor no miró a los representantes del régimen porque no le apetecía enfrentarse a sus miradas reprobatorias, más bien prefería degustar la chuleta y las patatas. Las patatas estaban muy ricas, sabían conseguir un buen jugo en el que estuvieran bañadas esos puñeteros gabachos, vaya... Todo el mundo tenía su manera de enfrentarse al estrés y a la angustia y la suya era una manera muy vasca de hacerlo.

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07/11/2018, 16:08
Álvaro Díaz de Vivar

Me satisfizo saber que mi arma se encontraría a bordo del tren, aunque esperaba no precisar de ella dada la naturaleza de la misión, pero siempre había sido más soldado que espía, pese a la insistencia de mi mentor en que me formase para ello con ánimo de ascender. De hecho, durante toda mi formación me había repetido una y otra vez en mi fuero interno que no debía olvidar lo que era ser soldado, al contrario que muchos de nuestros compatriotas de Inteligencia. El caso es que contar con un arma suponía un plan de contingencia del que no quería prescindir.

Las dudas de Blanco y Trillo quedaron rápidamente dirimidas. El inmortal parecía desear sacar de quicio y poner en duda constantemente la planificación. A decir verdad, agradecía la configuración de los equipos, pues los miembros más díscolos de aquel reclutamiento habían terminado en el equipo de Silva, a quien compadecía. En otras circunstancias me habría satisfecho el reto de convertirles en piezas de un engranaje bien engrasado, pero no contábamos con tiempo para ello.

Reprimí una ligera sonrisa bajo mi mostacho al reconocer la sabiduría de incluir a la señora Blanco en el equipo que debía inutilizar la antena, dadas las circunstancias del lugar y su... naturaleza. Una mujer lobo en un bosque, muy inteligente.

Esos guardaespaldas... -Apunté, tomando finalmente un poco de la comida que tenía delante, por mera educación- Conoceremos sus capacidades, debo suponer...

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08/11/2018, 23:57
Azucena Ruiz

Al plantear algunas dudas, el Señor Díaz se unió a las mismas, solicitando algunas informaciones más antes de pedir al Doctor Fischer información sobre el virus y a quienes formaríamos equipo con él el reunirnos tras aquella cena. Asentí en silencio ante la propuesta, aguardando a que el anfitrión respondiera a nuestras dudas.

Finalmente fue el Señor Silva quien lo hizo, respondiendo también a las palabras de quienes también se habían pronunciado, entre quienes se encontraba el Doctor Fisher; quien nos ofreció detalles sobre las cepas que debíamos recuperar.

Mientras el que sería el jefe de mi equipo continuaba desgranando la misión y haciendo nuevas preguntas, la otra mujer de aquel peculiar grupo también mostraba sus dudas respecto al cometido que se le había asignado. El “hombre muerto” también se pronunció, en aquel tono que ya había empleado antes, como si quienes habían organizado aquella misión no supieran lo que estaban haciendo. Comprendía cierto grado de desconfianza en lo referente a lo que nos habían encargado, pero precisamente la elaboración del plan no me parecía algo sobre lo que dudar, pues el régimen era el primer interesado en que la misión tuviera éxito y se suponía que quienes se encargaban de planear todo aquello eran profesionales.

Las inquietudes de los presentes fueron respondidas por Silva y De la Cierva, tras lo que Gastelu volvió a manifestarse con aquella tranquilidad e ironía que ya había mostrado antes, haciendo que me preguntara si aquella aparente tranquilidad era real y qué se estaría jugando para haber accedido a colaborar.

Díaz volvió a hacer un apunte, queriendo saber más sobre los guardaespaldas, mientras yo continuaba degustando el primer plato; a pesar de que cada vez sentía mi estómago más cerrado. Había permanecido callada, prestando atención a cuanto se decía y a la actitud de los presentes. Quien más quien menos había intervenido, salvo alguien, que precisamente estaría en mi grupo.

- ¿No tiene ninguna duda? – pregunté al Señor Ballesteros en voz baja tras posar la cuchara y limpiarme cuidadosamente con la servilleta de tela, dando el primer plato por terminado.

Esperaba animarle así a plantear las dudas que tuviera, pues más que no tener ninguna, me daba la impresión de que se sentía cohibido ante aquella situación; lo cual no me extrañaba.

- Señor De la Cierva, en cuanto a mi puesto de secretaria personal del Señor Díaz, ¿cuál es la versión oficial? – volví a preguntar, pues aunque Díaz ya lo había hecho, a De la Cierva y Silva se les había pasado responder a dicha cuestión. – Es improbable que Sombra conozca mi faceta como Oficial de Inteligencia, pero fácilmente podría descubrir en qué trabajo. Imagino que han pensado en algo para justificar ese cambio de empleo y que han arreglado todo para que no tenga problemas en mi lugar de trabajo.

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09/11/2018, 13:41
Leopoldo Fischer

La conversación seguía fluyendo con las continuas preguntas y respuestas para ir esclareciendo, poco a poco, los detalles de la inminente misión que estaba por devenir. Sin embargo, el Doctor había permanecido silencioso durante las últimas intervenciones, limitándose a seguir con la mirada a los interlocutores, algunas con cierto reproche, otras con cierto interés, esperando la respuesta de los anfitriones para seguir ampliando la información con la que contaban.

Todo ello mientras seguía formulando hipótesis sobre los metahumanos presentes, aunque cada teoría seguía añadiendo preguntas difíciles de responder sin las pruebas adecuadas. Y aunque la curiosidad científica siempre había sido algo imperativo en su vida, esta vez debía imponer el sentido común y priorizar la misión – Yo también tengo cierrto interés en saberr a qué tipo de “habilidades” nos estamos enfrrentando… - comentó tras el apunte del Señor Díaz de Vivar al respecto.

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09/11/2018, 16:19
Germán Ballesteros

Germán estaba callado aunque no absorto. Seguía la conversación con suma atención pero había decidido, una vez más, pasar inadvertido. Así era Germán Ballesteros. A veces incluso a su pesar. Y por mucho que en ocasiones prefiriese dejarse ver un poco más la cuestión era que no le salía de natural prestarse como el alma de ninguna fiesta. Había recogido las manos bajo el mantel para evitar seguir desgranando los primeros acordes de "España cañí" de nuevo. Evidentemente no era ni el momento ni el lugar para pasodobles o patriotismos de folletín. Quizá fuesen los nervios los que le habían hecho repiquetear con los nudillos la famosa tonada sobre el mantel de lino... o quizá el hambre.

El consomé ese estaba de órdago pero le había llenado apenas un porcentaje ínfimo de su escuálido estómago. Y ya hacía tiempo que se había percatado de que De la Cierva había ordenado marchar los segundos pero estos, como la información que los mandamases iban proporcionando, se demoraba hasta el tedio. Germán alzaba los ojos y buscaba algún movimiento en la cocina... algo que pudiese delatar qué era aquello que estaba llamado a ser el plato estrella de aquel ágape... ¿un buen marisco gallego? ¿Un chuletón como el que se estaba hincando el vasco? ¿Acaso un pescado fresquísimo del Cantábrico? - Joder... si es que es verdad que en el norte se come de diez. - pensó Ballesteros para sí.

Y con esto igual él mismo había dado con la clave según la cual no solía partitipar en las conversaciones múltiples. Germán se tenía a sí mismo para conversar y raro era el momento en el que él mismo no estaba debatiendo con su propio yo. ¿Egocentrismo o locura...? Como decía el poeta... "aquel que habla solo espera hablar con Dios un día". - Aunque, ¡caramba!, lo ideal sería que ese día llegue lo más tarde posible.

Y en esas estaba cuando la voz de la muchacha le sacó de sus entresijos teológico-gastronómicos. Tanto que le sobresaltó al verse interpelado y en la palestra... debiendo respuesta a una pregunta que, en verdad, no había terminado de escuchar.

- Pues... verá, señorita Ruiz... ¿señora o señorita? En fin... la cosa es que yo no soy de muchas palabras. ¿Dudas...? Pues supongo que las mismas que todos los demás. Pero precisamente porque todos los demás ya las están formulando y que personas mucho más duchas que un servidor en estrategia las están respondiendo, casi que mejor me quedo callado y empleo la "sinhueso" para dar cuenta de lo que nos echen en el plato. Por lo pronto, prefiero dejar a los profesionales hacer su trabajo.

Y dicho esto rubricó su silencio con un trago de aquel riquísimo caldo riojano que no paraban de servir en las copas. No quería beber demasiado porque, ya se sabe, mucha bebida y poca comida suele ser mala proporción. Pero claro, ¿cuándo se iba a ver en otra como aquella? Aquel vino tenía que costar lo mismo que su semanada.

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12/11/2018, 15:42
Xabier Silva y Andrade

- Sobre los guardaespaldas, dos son puro músculo: Ogro y Gargantúa. Son dos bestias pardas realmente, el otro guardaespaldas no lo conocemos todavía. Sabemos que es japonés y que parecer ser un espadachín. - dice Xabier - Sobre Ogro y Gargantúa habrá que evitar el cuerpo a cuerpo...son duros pero no muy inteligentes. Ambos estaban en las Compañías de Reserva General de la Policía Armada, su uso fue en las huelgas de Duro Felguera y en la de los Altos Hornos de Vascongadas. Ellos hacían retroceder a los manifestantes y bueno...acabaron con la vida de unos cuantos... - lo último no parece sentirse muy orgulloso de ese dato.

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12/11/2018, 15:47
Director

Te suenan ambos apodos. Dos moles duras como la piedra, con poco cerebro y muchísima agresividad.

"Ogro" es famoso por haber hecho descarrilar un tren lleno de manifestantes de UGT y CCOO que acabó en tragedia (47 muertos y más de cien heridos).

"Gargantúa" no es tan conocido, pero sí recuerdas que lo han mencionado algunos mandos en la Guerra de Marruecos, él solo tomó dos nidos de ametralladoras y salvó la vida de muchos soldados españoles. Fue condecorado por ello, al parecer siguió sus pasos en la Policía Armada.

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12/11/2018, 15:52
Juan Tomás De La Cierva

- Señorita Díaz, la versión oficial es que se ha asignado a una traductora como secretaria del Capitán Azor. Si Sombra husmea, cosa que dudo, sólo se verá que es traductora oficial del ministerio desde hace poco. Los agentes que como usted están destinados a antenas figuran con sus puestos normales. En este caso aunque sospeche que es una agente entrenada, sólo será su desconfianza natural...aunque en este caso sería acertada. Pero no se preocupen por las versiones oficiales...pueden ser cambiadas o modificadas llegado el momento... - un escalofrío os recorre a todos la espalda. Se ve que al fin y al cabo este hombre está alineado con el régimen para bien o para mal.

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13/11/2018, 11:18
Aitor Haurtxohondatu Gaztelumendi - "Gastelu"

Por un lado opresión armada en forma de dos "bestias pardas", una de las cuales acabó con la vida y golpeó salvajemente a saber a cuántos vascos, y por otro versiones oficiales modificables a conveniencia. Ese era el Régimen al que íbamos a servir. Aunque por una vez era para salvar vidas. Claro está, porque estaban diseñando un virus para acabar con vidas humanas "a porrillo" con un arma condenada internacionalmente... Daba para estar bien contento.

Gastelu miró a los dos hombres que respondían las preguntas y suspiró, haciendo un leve esfuerzo para que no apareciera un bate de béisbol o un cuchillo con el que acabar con aquellos inmundos representantes de lo que el mundo no debería ser. No podía permitirse un exabrupto, Ainhara no debía sufrir porque su novio se pusiera de mala hostia, por mucha razón que tuviera. Ajo y agua. Miró su chuleta con un poco de asco (se le había ido el hambre repentinamente) separó el plato de delante de él, separó un poco la silla y se echó hacia atrás, reclinándose ligeramente mientras cruzaba los brazos. Le hubiera gustado poner los pies sobre la mesa, pero no era el lugar ni el momento.

Notas de juego

Por mi parte está todo dicho, esperaré hasta que nos trasladen a la zona de misión .

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23/11/2018, 22:56
Director

La cena prosigue sin más comentarios importantes, tras tomar un buen postre y alguno una copa de licor junto con un buen habano os indican que habrá dos puntos de reunión al día siguiente. Uno para cada equipo:

- El equipo comandado por Álvaro Díaz de Vivar se reunirá en el Talgo que sale en dirección a París a las 20 horas del día siguiente.

- El equipo comandado por Xabier Silva se reunirá en el aeródromo de Cuatro Vientos para coger el dirigible que los llevará a los Alpes Suizos a las 21 horas.

Os indican que llevéis una maleta con vuestras pertenencias, el equipamiento (armamento, material especial, etc...) corre a cargo de la empresa. Lo único que Juan de La Cierva os pide es que le indiquéis lo que necesitáis para tenerlo a punto antes de partir.

Notas de juego

- Indicad lo que necesitéis. Mañana de noche o Domingo ya os posteo en las nuevas escenas.

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28/11/2018, 14:41
Aitor Haurtxohondatu Gaztelumendi - "Gastelu"

Notas de juego

No tengo claro que Gastelu pueda conseguir grandes cantidades de explosivos, así que, si no es el caso, pediría que pusieran en cantidad generosa para volar por los aires la torre de comunicaciones encomendada.

Máster: Puedes pedir cantidades ingentes de explosivos.

Jugador: pido cantidades ingentes de explosivos xD

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28/11/2018, 15:08
Cristina Blanco Gutierrez

Al final la reunión se terminó convirtiendo en una amena cena donde no faltaron las preguntas, algunas bromas y la tensión generalizada por el motivo de estar allí todos los presentes. Por mi parte, me fui relajando poco a poco. Durante el segundo plato comencé a dejar de mirar y controlar las puertas de acceso al local y la de entrada y salida de la cocina. Me sentía relativamente cómoda y tranquila. Para el postre, había desechado por completo la idea de que mi primo o bien aquellos monjes, cruzasen cualquier puerta y diesen conmigo.

Seguí sin tomar ni pizca de alcohol y me alejé lo que pude del humo de los cigarros y habanos que se encendieron en la sobremesa. Mis ojos se clavaron en de la Cierva justo cuando nos indicó que llevar. - Ropa, ropa adecuada. - Dije al hombre. - Cada vez que cambio de... piel, mi ropa queda reducida a jirones si no tengo opción a quitármela antes. Es lo malo que tiene aumentar de tamaño sin control. - Me ruboricé un tanto al darme cuenta de que estaba confesando que al volver a mi aspecto humano, lo hacía sin ropa alguna que me cubriese. - Puedo llevar mi propia ropa, pero quizás ir con "cualquier cosa" puesta, atraiga más la atención. - Razón no me faltaba. Mi vestuario se componía de ropa recogida por ahí. - Solo tengo unas condiciones: nada de faldas, vestidos ni tacones...

Con esto di por concluida mi charla con todos ellos, salvo alguna sonrisa arrancada por algo ocurrido en el momento, guardé el más absoluto de los silencios hasta nuestra despedida.