Partida Rol por web

Trillo frunció el ceño y señaló la humareda.

- ¿Alguien se nos ha adelantado?- preguntó. Miró a sus compañeros. El plan era pasar noche en el hotel, tal vez ellos lo necesitaban, pero él no.- ¿Adelantamos la misión? Puedo acercarme y ver que está pasando- sugirió.

─Manda cojones, joder, la torre está en llamas. Veo reflejos de llamas y una humareda. Con la ilusión que me hacía volarla...

Gastelu no perdia oportunidad de hacer cachondeo con cualquier cosa, incluso un edificio en llamas que ponía en peligro la propia misión. Que era una putada estaba claro, otra cosa era cómo se lo tomara uno.

─¿Intentamos llamar por teléfono para ver si han hecho nuestro trabajo o vamos para allá a ver qué o quién encontramos? Yo voto por echar un vistazo. Toma, Trillo, sé discreto... ─dijo alargándole al super-pulga unos binoculares.

Solo habían dos palabras para lo que sus sentidos la habían dicho y hecho entrar en aquel estado de alerta. - A cubierto. - Salió de su boca mientras tiraba del vasco hacia abajo y se acercaba a asegurarse de que Silva hacía lo propio.

Y no, no había sido el olor a humo, ni verlo alzarse en lo alto, llevado por el viento el cual avivaba las llamas de lo que era su objetivo a destruir. Si no lo que más allá de todo aquello la mujer, o más bien el animal que aguardaba en su interior, logró ver más que oír u olfatear. - Son tres, al menos tres. Huyen de la torre. - Susurré para todos tirando esta vez de Silva para que se agachase. - Si yo les he visto...

- Esto no me gusta nada. Huele a trampa. - Era una jodida paranoica, sí, pero eso me había mantenido a salvo las últimas semanas. - El Régimen vuela la torre y nosotros pagamos por ello... - Susurro, desconfiada de lo que estoy viendo. Pero lo que me escama y me preocupa es que Silva esté entre nosotros. Es la única pieza que no encaja en todo aquello.

Miré a Silva y al vasco, la verdad es que eran los únicos que me daban un poco de confianza. El muerto era eso... un muerto emocional. - No me sigáis. Espero que "deje" a alguno vivo para poder hablar con él. - Dije quitándome la chaqueta y dejándola caer, para correr hacia el bosque, en dirección hacia donde corrían aquellos tipos. Mi calzado fue lo siguiente en perder, luego la parte superior de la ropa y los pantalones de abrigo... el resto... se rompería o modificaría en cuanto cambiase mi piel...

Cristina salta de la moto de nieve y parece lanzarse hacia los causantes, veis como se aleja aunque todavía estáis a tiempo de lanzaros detrás de ella y acompañarla en su cacería nocturna.

Gastelu le pasa unos binoculares a Trillo, aunque seguramente el no-muerto iría saltando hasta la torre aunque un par de explosiones de gran magnitud que hacen temblar el suelo le indican que no ha quedado en pie seguramente. Con los prismáticos podéis ver que los hombres que vuelan a un par de metros del suelo son en realidad tres tecnificados. En ellas podéis ver dibujada una estrella roja. Sin lugar a dudas las armaduras son soviéticas.

Uno de ellos, el más corpulento ya que debe medir al menos tres o cuatro metros su armadura parece divisaros y se dirige hacia vosotros. Al momento los otros dos también, Cristina sigue avanzando hacia ellos mientras se transforma con ganas de comenzar una buena pelea.

Mientras te acercas a los tres humanoides que has visto, comienzas tu transformación. A medida que te vuelves más animal comienzas a percibir olores que antes no detectabas. Uno de ellos es el olor a napalm y de metal. Son tecnificados y uno al menos posee un lanzallamas. No hueles plata de momento lo que te da cierto consuelo.

Uno de ellos gira hacia vosotros y el resto lo siguen en cuestión de un par de segundos. Parece que os han detectado por lo que deben tener al menos visión nocturna o algo similar. Como te vas acercando puedes verlos con mayor claridad:

- Son tres uno de ellos de gran corpulencia y dos de corpulencia normal.

- En sus emblemas tienen grabado la estrella roja de la URSS. Son sin duda rusos, enemigos en teoría de la ideología nacional.

- No parecen haberte visto a ti, pero han detectado a los otros.

- Puedes percibir el sonido de sus motores, son muy silenciosos por lo que intuyes que tienen acceso a tecnología moderna.

─¡Aiba, la ostia, a ese garrulo lo conozco! ─exclamó Gastelu a sus compañeros restantes mientras invocaba un rifle de francotirador, mirilla incluida─ ¡Esto va a ser duro, tíos!

Aquella situación había pasado en un momento de un paseo para hacer explotar una cosa a que nos explotaran en la cara los planes de la Unión Soviética. ¿Bastaría un rifle de francotirador? Dudoso. Pero por algo había que empezar. Lo siguiente sería un lanzagranadas. O granadas. O tal vez granadas cegadoras. Cualquier cosa, ya se vería. Si algo hacía bien Gastelu era improvisar...

Trillo observó como la mujer se acercaba a las tres figuras, que ahora veía claramente. No parecían especialmente amigables. En cuanto el más grande de ellos les vió, pareció encararse. Si querían pelea, pues pelea tendrían. Trillo saltó en su dirección. Si hacía falta que se liara a golpes con ellos, lo haría.

- Yo me encargo del grande- murmuró, antes de saltar.

Mi transformación se completa cuando me he alejado lo suficiente de los míos y, por la contra, me he acercado más a quienes han hecho el trabajo por nosotros. Lejos de ser una trampa, parece que otra nación tiene los mismos interes que nosotros, o más bien que nuestro régimen, para destruir al menos la torre.

El aire viene a mí viciado por el metal que portan aquellos hombres, mejorados tecnológicamente en instalaciones soviéticas. Recuerdo que todo empezó con miembros mecánicos para gente que había perdido un brazo o una pierna, incluso para quien había nacido sin ellas... pero todo  lo que se hace para el bien, tiene su lado oscuro... y eso hace que algunos acaben siendo aberraciones de la ciencia... Auténticos señores de la guerra.

Olfateo nuevamente, hay un lanzallamas con ellos. No detecto plata, pero el fuego puede ser muy peligroso si no se controla. Como el animal que soy ahora, busco la ventaja de la espalada y me muevo en sigilo tras ellos, controlando sobre todo al más rezagado de ellos y su camino a seguir, mientras que dejo que mis sentidos me sigan dictando lo que tengo ante mis ojos...

Has oído hablar de ellos, en los ambientes que frecuentas se habla del grupo de héroes de la URSS que defiende el comunismo y al proletariado. Su nombre es VULKAN KOMITE, son antiguos soldados de las FFEE de la Unión Soviética que se prestaron voluntarios para vestir esas armaduras, son un equipo muy coordinado que llevan operando mucho tiempo juntos.

─Vulkan Komite, fuerzas especiales soviéticas con armaduras de alta tecnología, estamos jodidos... ─dijo Gastelu suspirando finalmente para concentrarse mientras preparaba el tiro.

Lo más probable es que si alguno de aquellas bestias pardas llegaban al cuerpo a cuerpo con el vasco lo reducirían a picadillo. Bueno, tal vez no, al fin y al cabo Gastelu era un superviviente, pero que llevaba las de perder estaba claro...

Cuando escucha lo que dice Gastelu vuestro líder os indica:

- Adoptemos una posición defensiva, su potencia de fuego es muy grande...

Veis que dirige su moto de nieve hacia un grupo de árboles.

- Gastelu conmigo...Trillo si puedes enfrentarte a ellos lánzate...pero no sé de qué armamento disponen...

Dicho esto aumenta la velocidad y cuando llega al grupo de árboles coloca la moto de nieve a modo de parapeto y saca un fusil automático con un acople de lanzagranadas. Parece que se dispone a abrir fuego si es necesario.

Tu transformación hace que todo lo que te rodea cobre una nueva perspectiva, el olor a metal de los tecnificados inunda tu olfato, el sonido de la nieve y el susurro de sus propulsores silenciosos hacen eco en tus oídos, la luz de la luna ilumina tus ojos...Todo se ve más claro, más nítido...y encima la rabia aumenta. Notas como las ganas de acabar con esos enemigos empiezan a crecer en tu interior.

En tu interior sabes que son enemigos poderosos pero tienes ganas de probar tus garras con ellos. Garras que ya están creciendo en lo que antes eran tus suaves dedos. Ahora no serían capaces de dibujar...pero sí de atravesar metal.

Uno de los tecnificados, el que parece más voluminoso se dirige hacia ti, los otros dos cogen altura. Se van a una distancia que no podrías alcanzar.

Uno de los tecnificados, el más grande se aleja parece que ha visto otro enemigos. Los otros dos tecnificados se elevan en el aire a gran velocidad, parece que van a atacar desde gran altura lo que es la táctica más normal para una situación bélica de este tipo.

El único que sería capaz de alcanzarlos saltando de momento es Trillo aunque por poco tiempo ya que su altura dentro de poco será inalcanzable.

Ya no hay tiempo para arrepentirme de nada. Lo se y la bestia en la que me he convertido no permitirá que me retracte de mi decisión. El olor a fuego y metal inunda mis fosas nasales y expulso vapor por mis fauces, mientras que mis ojos se encienden bajo el resplandor de la luna. El más grande de todos, se gira a por mí, mientras que los otros dos se elevan en el cielo. Pero yo ya no presto atención a nada, salvo a mi presa... grande y poderosa, que se lanza hacia mí, haciéndome correr hacia él en una peligrosa carrera.

No pienso. Ahora solo hay instinto animal. El salvajismo de la bestia se ha apoderado de mí y su cálida sangre bombea con fuerza por mis venas, llevando la adrenalina que se genera en mi cerebro a cada músculo de mi cuerpo y la rabia, a mi corazón y mis garras, las cuales brillan en medio de la noche bajo la luz de la luna, que se refleja en el manto blanco de nieve que en breve, estará cubierto de sangre.

Corro, sintiendo el frío en mi nariz, usando mis cuatro extremidades para hacerlo más rápido. Mi primer ataque ha de ser el más fiero y feroz, el que determine cual de los dos es el más fuerte y poderoso. Si logro hacerle ver que soy yo, el mismo temor hacia mi figura le hará ser derrotado. Pero para eso solo tengo una oportunidad y no debo desaprovecharla. La bestia lo sabe y no detiene su ritmo... sino que se centra más en el salto previo al ataque que pretendemos dar.

El tipo grande se escabulló, buscando otro blanco, pero los dos más pequeños intentaron coger altura para atacarles de lejos. Trillo no iba a permitirlo. Cayendo donde había estado la armadura más grande, se impulsó y saltó hacia arriba, con intención de agarrar a uno de los enemigos.

Aquello era una situación que de un momento a otro iba a convertirse en una batalla campal. Les habían visto y ya estaban eliminando testigos, así que no iban a parar hasta hacerlos desaparecer.

Estamos jodidos ─pensó para sí mientras hacía aparecer un rifle de francotirador entre sus manos.

Gastelu no tenía ni idea de la marca o prestaciones que podía tener esa cosa, sólo sabía lo de las películas: gran alcance, gran potencia. Era lo que se suponía que necesitaban en ese momento, así que el vasco se aprestó a disparar.

─¡¡La ostia, joder!! ─exclamó al efectuar el disparo. Lo que no te enseñaban en las pelis es que el retroceso de un monstruo de esos, sin estar debidamente entrenado o preparado podía suponer dislocarse el hombro con relativa facilidad. La realidad era una putada a veces...

Estrella de Hierro, el impresionante tecnificado soviético se prepara para enfrentarse a la bestial transformación de Cristina. Un licántropo contra una armadura tecnológica, como si se tratara de la medieval lucha entre el caballero contra el lobo.

Cristina es más rápida a pesar de que la nieve dificulta un poco su salida para tomar impulso y empezar el ataque, de un inmenso salto se planta a la altura del coloso rojo. Un choque de titanes sin lugar a dudas. 

La licántropo saca a relucir sus inmensas garras y araña el metal de la armadura produciendo daño a pesar de la dureza del metal. El piloto que va dentro de la tecnoarmadura nota el daño del golpe. Un golpe muy fuerte para ser producido por una bestia que debería ser fácilmente vencida.

- чертовски сука!!! - jura el soviético tras recibir daño. Su soporte vital lo estabilizará pero la sacudida ha sido muy intensa, nota como se mueve dentro de la ajustada armadura y la energía cinética del golpe se transmite del metal a sus huesos. No es un golpe suficiente para matarlo pero sí para demostrarle que la enemigo que tiene delante es peligrosa, más peligrosa de lo que había supuesto hace unos segundos. Otro golpe así y acabará seguramente con su vida

Debido al golpe sale despedido hacia atrás unos metros, aunque se mantiene en el aire mientras ve como la bestia desciende suavemente a la tierra y se prepara para el siguiente ataque. Ahora le toca a él atacar y decide enviarle una ráfaga de su ametralladora gaitling.

La ametralladora dispara a corta distancia produciendo un ruido atronador, algunos proyectiles alcanzan a Cristina sin poder hacer nada por esquivarlo. Las balas perforan limpiamente el pelaje y los músculos, por suerte no son balas de plata ni tampoco proyectiles explosivos lo que harían que seguramente perdiera momentáneamente un miembro. Gracias a la luna que es una licántropo y posee capacidades de regeneración ya que sin esa capacidad seguramente sería su primer y último combate en serio.

El disparo de Gastelu alcanza al objetivo aunque no le provoca ningún daño. Parece que el blindaje soporta el daño. Trillo pega un inmenso salto pero la velocidad de los tecnificados es mayor al activar sus postquemadores y no tienen que luchar contra las fuerzas de la gravedad.

En un abrir y cerrar de ojos los dos soviéticos apenas se ven desde el suelo, protegidos por la noche podrán iniciar su ataque desde la altura. Trillo es posible que resista el ataque debido a su condición pero tanto como Gastelu como Silva no. El militar debe tomar una decisión y le grita al vasco:

- Gastelu coge la moto y huyamos entre los árboles...entre ellos no podrán vernos bien y les dificulta el vuelo... - se monta en su moto y abre el gas al máximo para girarla y meterla entre la arboleda. Antes de apretar a fondo el acelerado te vuelve a gritar - Trillo aléjate también...¡¡¡Corred!!!

El tecnificado ruso coge altura, en sus sistemas puede visualizar a los tres enemigos...aunque por poco tiempo. Un misil es lo mejor para esta situación. Un ataque a la zona y reducir todo a cenizas en un radio de al menos doscientos metros. Pena que no le hayan permitido cargar una termobárica ya que le encantaría ver la devastación que produce esa clase de armas.

- Potemkin...Я только что получил эти чертовы швейцарцы, и мы уходим...

Un misil de pequeño tamaño sale de su espalda y apunta sobre su hombro. En unos segundos esos enemigos serán historia y podrán volver a la base a tomarse tranquilamente unos vodkas y disfrutar de una nueva misión cumplida en nombre de la madre Rusia.

Con un sonido sordo debido al temporal que rodea a ambos el misil sale disparado hacia el suelo a gran velocidad. En un par de segundos llegará al suelo y verán un bonito cráter.

Siento como mis garras se hunden en el metal de la armadura y como llego a la carne del hombre que hay dentro. Pero no es suficiente para acabar con él, aunque sí como para dejar su traje lo suficientemente magullado y con una buena brecha por donde seguir atacando. Pero mi enemigo no se rinde y abre fuego contra mí.

La adrenalina, el calor de mi cuerpo, incluso el frío en mi pelaje... toda hace que sienta las balas quebrar mi piel y cruzar mi carne, pero no el dolor de las mismas. Mi respuesta a su ataque es un fuerte gruñido, mostrándole mis colmillos y mis garras, no espero a que deje de disparar para lanzarme a de nuevo al ataque.

Mientras me muevo, siento como algunas heridas se van cerrando mientras que otras nuevas se abren. Debo acabar con él antes de que su balas logren dejarme tan débil, que ni me regeneración pueda salvarme. Avanzo con velocidad hacia la armadura, sin dejar de mostrar mis colmillos y mi fiereza a quien se encuentre dentro de aquel traje. El miedo es un factor que debe jugar de mi lado y debo aprovecharlo siempre que pueda. Salto de nuevo sobre mi víctima, dejando que sea la bestia quien se encarge de buscar lo que ansía: la sangre y carne de quien esté en ese traje escondido.