Biarritz, departamento de Pirineos Atlánticos

Sol y playa, un destino cojonudo si no fuera porque estás ahí por orden de IDESS. La agencia M tiene una misión para ti, y como recompensa te permitirán pasar un fin de semana en una casa rural (vigilada claro está) con Ainhara. Unas migas de la tarta que sería poder estar con ella el cien por cien del tiempo, pero algo al menos. Además no la has visto en semanas y tienes ganas de estar con ella.

A tu lado está Corso, será tu compañero en la misión. Nunca habías trabajado con él hasta este momento y apenas sabes cosas sobre su vida...lo poco que sabes es que es gallego y es porque su acento lo delata. Es joven, de veintipocos años...todavía tiene cara de niño. Físicamente es moreno y parece estar en muy buena forma.

Tu compañero te mira y te dice:

- Según tengo entendido mañana es cuando debemos realizar la misión, ¿es tu primera vez? - te pregunta intentando romper el hielo ya que desde que os dejaron allí tras un viaje de cinco horas en coche apenas habías intercambiado un par de frases completas. Parece que como a ti no le gusta que vigilen lo que dice o hace.

Vaya saco de vida, por un amor verdadero que se da en esta mierda de sociedad hipócrita y encorsetada y tienen que irnos a poner tantas trabas, tantos obstáculos. Si pudiera les metería a los cerdos de IDESS el palo que parecen llevar de fábrica metido en el culo, pero si lo hiciera mi historia de amor sería todavía más difícil y trágica, así que decidido a volver a ver a mi Ainhara cuanto antes, hago de perro bueno y consiento en pasar por el aro. Además, no me apetece otra paliza.

El viaje en coche ha sido una paliza, pero me he acomodado lo mejor posible: cojín de avión para el cuello, unas revistas porno extranjeras (creo que alemanas o danesas, hay mucha rubia pechugona), un libro de fantasía medieval (los mundos inventados son siempre mundos inventados y si no pretendes comentar con otros el libro sino disfrutar de su lectura tanto da que los detalles difieran un poco), algo de tabaco rubio, unas gominolas, un kebab, un walkman con auriculares y un par de cintas magnéticas de grupos punk vascos que no conocía... La verdad es que cuando llegamos al destino se nota que he pasado por ese vehículo. Pero un Rolex de imitación (o las revistas porno, no lo tengo muy claro) oportunamente olvidado en mi asiento mejora el ánimo del conductor.

Confieso que no estaba de muy buen humor durante el trayecto, así que he estado un poco callado... bueno, vale, no le he dirigido una puñetera palabra al chico, ¿vale? Soy un puto borde. Y además ¿a quién llamo "chico"? ¡si debe tener mi edad! ¡¡Abuelo Cebolleta!!

─Sí, la verdad es que sí, es mi primera vez. O sea, mi primera misión. Ejem. ¿Tú has hecho muchas misiones? ─no tiene pinta de que le haya podido dar tiempo a hacer muchas misiones al muchacho, pero bueno, nunca se sabe con estas cosas─ Ah, y perdona que haya sido tan borde, pero esos tíos me ponen nervioso. Me molesta ser el pringado al que usan para comerse sus marrones. ¿Sabes de qué va la cosa? Yo estoy "pez". ¿Quieres algo de comer? ¿Un cigarrillo? ¿una birra? ─ofrezco, un poco por costumbre, es fácil ser generoso con mi poder y aunque lo material está sobrevalorado, está bien ser educado y ofrecer un poco de confort, si se puede.

Estáis en el paseo marítimo de Biarritz, y hay bares cerca donde tomar una birra.

- Te acepto la birra... - te responde con una sonrisa - ...tercera misión, espero que esta no nos salga rana...tienen la costumbre de improvisar demasiado y dejarnos vendidos...

Esto último no te suena bien, pero para IDESS sois seguramente prescindibles hasta que vuestro nivel sea comprobado. 

Corso saca un papel con una dirección y te la pasa, es la dirección de vuestro piso franco para esta misión.

- Me comentaron que en el piso tenemos el equipo necesario, hay que abrir una caja fuerte y dar un cambiazo...me dijeron que eres experto en ambas cosas...abrir y dar el cambiazo... - parece que a él lo han informado algo más que a ti, incluso le dieron la dirección del piso franco - ...y perdona la pregunta pero me gusta saber con quién voy a currar y viendo que no tienes pinta de voluntario, ¿cómo te tienen cogido?

─Bueno, a mí se me da bien improvisar. Será que siempre tengo a mano lo que necesito... Yo, bueno, un experto, un experto... No se me da mal, tampoco es que me pasara el día haciendo esas cosas. Cogido... por los huevos, nunca mejor dicho. Tienen a mi chica, tío, tengo miedo a lo que le puedan hacer si me niego a seguirles el rollo. Pero vaya, que en mi caso es como normal, pero tú pareces legal, ¿cuál es tu historia?

El chico tiene una sinceridad que me gusta, me resulta reconfortante. Tiene las narices de preguntarle a un macarra como yo, un tío de aspecto chungo... y hacerlo educadamente. No me hace de menos, eso está muy bien, no es un estirado oficinista ni un creído.

Me llevo un pitillo a la boca, lo enciendo con el zippo de antes y aspiro una larga calada antes de dejar salir el humo. Antes de guardar el zippo me fijo en que tiene labrado en la carcasa un dragón galés de aspecto imperial y arqueo una ceja inevitablemente, prefiero no saber de dónde habrá salido el mechero. Estos poderes míos... Si fuera un tío listo y estudiado haría pruebas y estudios científicos, a ver de dónde salían, pero los únicos tipos listos que conozco son los del IDESS y no me apetece nada que me usen de conejillo de Indias, así que voy a permanecer con la boca cerrada un tiempecillo más.

Tomo la dirección del papel, la memorizo y miro a mi alrededor, como si eso fuera a orientarme en una ciudad que no he visitado nunca. Me fijo en la placa de la calle donde estamos y sigo la conversación.

─Yo... puedo hacer aparecer cosas. ¿Tú puedes hacer algo... raro? ─le pregunto mientras saco del bolsillo un mapa de la ciudad y comienzo a consultar nuestra posición, a ver si logro situar el piso franco.

El piso franco está a dos calles de vuestra posición, no tiene pérdida y parece que la zona es buena. Al menos no estaréis en un zulo sin luz. Corso contesta a tus preguntas:

- En mi caso soy voluntario forzoso...o ayudaba al estado o acababa recluido...Adivina qué escogí... - te dice sonriendo - ...yo no tengo habilidades raras o eso creo...sé hacer cosas pero porque me enseñaron o las he visto hacer antes...mi misión es protegerte para que no te pase nada, al parecer eres valioso para la Agencia...es la primera vez que me piden proteger a alguien...

Te sorprende las palabras de tu compañero, pensabas que eras prescindible pero si envían a alguien para evitar que te pase algo eso significa que al menos no te matarán pronto y puede que hasta tengas tiempo de librarte de ellos.

- Bueno ¿tomamos esa birra? O mejor busquemos un sitio donde comer algo...me hablaron de un sitio cerca de aquí que preparan un xangurro bien rico...y ya que paga la Agencia qué menos que aprovechar y disfrutar un poco...

─Valioso... Sí, claro, supongo que sí. Qué putada. O no. Supongo que si no hubiera sido valioso me hubieran encarcelado de por vida o me hubieran pegado un tiro, así que... ─me encojo de hombros y pongo una mueca rara en la cara.

─¡Ostia, un txangurru!. Joder, centollo, que buena idea, eso sí que me alegraría el día. Vamos, pues ─el buen comer nunca estaba reñido con... bueno, nada. NO se me ocurre cuándo comer bien puede ir mal para algo. Ah, sí, claro, los vigoréxicos, esos tíos que se tiran todo el día en el gimnasio y luego no quieren comer de esto o de aquello porque engorda. ¡Joder! ¿¡Y para qué van al gimnasio!?

En otras circunstancias buscaría una tasca en el barrio chino, una de esos antros de aspecto tenebroso donde alguien que no lo conozca no entraría ni loco y que tienen propietarios a punto de jubilarse que no se han molestado en cambiar la decoración ni renovar casi ni el saludo pero que cocinan y se conocen la profesión como si hubieran nacido con el delantal puesto. Pero Corso tenía razón, paga la Agencia, así que qué menos que cobrárnoslo aunque fuera en esos detallitos...

- Si no hubieras sido valioso, te habrían pegado dos tiros y enterrado en una cuneta seguramente... - comenta Corso - ...así que agradece la suerte que tienes, y disfruta lo que puedas...

Vais al restaurante y pedís una opípara cena, xangurro, navajas, etc... Todo lo que sube el ácido úrico pasó por esa mesa antes de ser devorado por vosotros. Tras tomar un café y una copa para bajar la comida y cargar la cena en una tarjeta de crédito de la agencia camináis hacia el piso franco con tranquilidad. 

Corso se para y te señala un banco.

- Ese es nuestro objetivo, tenemos que entrar ahí y realizar un cambio en una caja de seguridad. No puede realizarse a la fuerza y lo peor de todo es que el banco está vigilado por personal privado de otra Agencia. Es decir que ahora mismo hay gente observando el banco... - hace una pausa y añade lo mejor de todo - ...y tenemos 72 horas para hacerlo. ¿Qué opinas?

─Oye, ¿se te da bien poner cara de mala hostia? Es que se me está ocurriendo un planazo... ─digo mientras paseamos─ Vamos al piso y allí te lo explico todo ─añado.

Hasta el momento sólo hemos sido un par de personas dando un paseo, pero para el plan es fundamental que no nos reconozca nadie, así que si están vigilando el banco es mejor no llamar la atención. No podemos "hipotecar" nuestras caras.

─Vale, lo que se me ha ocurrido es hacernos pasar por guardias civiles con una orden judicial de apertura de la caja. Tienes el número de la caja, ¿no? En el País Vasco hay mucha guardia civil, cambian a menudo y suelen haber jóvenes (reciben un plus de peligrosidad que los jóvenes están más ávidos de conseguir que los que ya han hecho callo). Van en pareja ─hago un movimiento de vaivén con el dedo entre él y yo─ y yo podría pasar por el veterano, tal vez no por edad, pero sí por ser vasco de origen (eso es un punto). Tendría que ir a un cibercafé para averiguar a quién le corresponde firmar la orden, o sino, llamaría a los juzgados para enviarle una carta al señor juez para hablar de la condicional (que te metan en la trena siempre es por causa criminal, así que el juez es de lo penal, que puede ordenar redadas, registros y apertura de cajas). Con esa información y alguna respuesta de los juzgados colgada por internet cojo el logo, copio el formato, la firma (tampoco es que la vayan a reconocer en el banco, pero bueno, por hacerlo bien) y ¡zas! ya tenemos la falsificación que necesitamos para que nos lleven directos a la caja de marras. Nos conseguiré un par de motos de la guardia civil, un par de uniformes, las pipas, los tricornios, todo... Yo me tapo las expansiones y los tatus. No spresentamos allí, pedimos por el director, si no está mejor y todo, así será alguien más fácil de poner nervioso. Si tuviéramos tiempo podríamos investigar a ver a qué hora llega el director y a qué horas sale a merendar, por ejemplo, pero como sólo disponemos de 2 días, casi que vamos a saco. Yo creo que a media mañana puede estar bien, o ha salido a merendar, o a visitar clientes VIP, o está liado con algún cliente en su despacho, cualquiera de esas posibilidades nos favorecen. Le enseñamos el papelito al subdirector y nos lleva directos a la caja, sólos con él. Si hay un segurata celoso lo mandamos de vuelta con mala cara y un "¿Qué pasa, que te crees que vamos a robar? Vuelve a tu sitio, gañán" o algo así. El subdirector nos abre la caja y le haces firmar un acta/diligencia que también falsificaré como que nos llevamos el contenido de la caja, que aquello forma parte de una investigación, patatín-patatán, y que se tiene que callar la boca o se arriesga a que le metamos un puro de los gordos. Si el tío es lo suficientemente tarugo puedo intentar dar el cambiazo. A las malas ¿le podrías dejar inconsciente? Preferiría llevarme el contenido de la caja como guardias civiles, así si alguien se pregunta algo irán a pedirles explicaciones a ellos, para variar. No me caen muy bien, la verdad... ¿Qué te parece?

El plan, que según era costumbre en mi, aunque Corso no lo sabe, ha ido tomando cuerpo según iba hablando. A veces tener a alguien delante a quien contarle "el rollo" va muy bien para estructurarlo. Vamos, que si no me llega a pedir opinión lo mismo vamos ahí a improvisar algo...

─¡Aiba la ostia! ¡Que esto es gabachilandia! ¡Olvida lo de la guardia civil, quería decir gendarme! Gorro estúpido, corbatilla, "gendarmerie" a la espalda... bah, en el fondo son lo mismo pero en gabacho. Bueno, ¿qué te parece? ─digo adelantándome a su réplica, siempre con chispa, ingenio vivo.

- No me convence tu idea...normalmente cuando la policía hace acto de presencia lo primero que hacen es llamar a sus abogados...y pueden impedirte la entrada hasta que comprueben esos datos...y eso es llamar a la comisaría judicial, lo que nos metería con más policías... - hace una pausa y añade - ...veo más sencillo pedir abrir esa misma caja y dar el cambiazo...sólo hay que saber a quién pertenece y falsificar la información, disfrazarnos un poco y ya está...es similar al tuyo pero sin meter a los gendarmes de por medio...que aquí son tan jodidos o más que los de nuestro país...

En ese momento duda por si se tratara de una mujer la dueña de la caja de seguridad.

- Si no siempre podemos pedir abrir una, buscar un número cercano a esa...pedir inspeccionar la sala para comprobar la seguridad y ahí actuar rápidamente...tú eres bueno abriendo cerraduras ¿no? pues yo me encargo del guardia, puedo noquearlo en cuestión de segundos sin hacer demasiado ruido...luego habrá que salir cagando leches pero no creo que sea difícil eso...¿Qué opinas?

─Bueno, a lo mejor eso pasa en Francia, pero en España te aseguro que la Guardia Civil no funciona así. Si vienen con una orden, la cumples si no quieres más problemas. Y si vienen sin orden, casi que también. Si colaboras con ellos puede que te desembaraces de ellos rápido, si no... En fin, que no tienen fama de educados y flemáticos, esos son los bobbies británicos… ─reflexiono en voz alta, compartiendo con Corso una información que tal vez desconocía.

Pero el chico tiene razón, es mejor mantener un perfil bajo. Nada de polis. Un ambiente más distendido, más de simple trabajo, hará las cosas más sencillas y fáciles.

─Vale, plan B: pedimos por las condiciones para guardar algo en una de sus cajas fuertes. Un diamante, unos cuantos brillantes, una gargantilla, unas acciones de una empresa del otro lado del mundo… lo que te parezca mejor. Nos disfrazamos y nos falsifico unos carnets de identidad franchutes. Me dejas hablar y yo le explico al director que quiero depositar aquello. Nos acompaña a las cajas, le noqueas, abro la caja fuerte, la vaciamos, creo una réplica de lo que sea que haya dentro, forzamos alguna otra caja y la vaciamos también, pero sin réplica, para despistar, así parecerá que hemos entrado para robar una caja diferente.

El plan no está mal, pero tiene algunos puntos débiles, como el convencer al director sin llamar la atención, el no hacer ruido o el ser capaz de abrir la caja en poco tiempo. Podría salir bien, pero si ya veo las debilidades, imagínate lo que no veo…

─Me preocupa que baje el de seguridad, aunque imagino que podríamos apelar a la confidencialidad para que nos dejen tranquilos. A las malas siempre podría tasear al dire mientras te encargas del segurata…─ continuo hipotizando─ Una cosa: lo de “no puede realizarse a la fuerza” ¿crees que se puede combinar con simular el robo de otra caja? A las malas podrían pensar que la inteligencia española se ha equivocado de número, porque la réplica estará allí mismo…

- Bueno, pues manos a la obra... - dice tu compañero - ...lo primero es llamar a nuestro contacto y que nos confirmen la caja a robar, eso es lo más importante. Luego falsificas esos documentos de identidad y nos preparamos para el golpe...pero aún queda mucho para ello así que habrá que descansar y disfrutar de un helado para bajar la cena... - dice mientras te pide uno, lo notas tranquilo a pesar de que al día siguiente entraréis en acción y es posible que nada salga como planeáis.

Tras comprarte un helado de tu sabor favorito os sentáis en un banco con vistas al mar a madurar el plan. Aún es temprano aunque ya es de noche pero queda mucha noche por delante.

- Tendremos que tener cuidado y planificar un escape seguro...si nos cogen la situación será jodida. Primero porque somos extranjeros y lo segundo porque IDESS no dejará que podamos hablar así que nos matará de alguna forma...así que mañana necesitamos estar muy centrados...

Entre las sombras a unos metros de vuestra posición parece que alguien os está observando.

Número de caja, documentos de identidad, disfraces, tal vez una moto potente para la huida... No, la cosa no es tan sencilla como quiero hacer ver. Hay muchos detalles que podrían conducir al fracaso y el fracaso, en este caso, acabaría trágicamente. Pero tampoco soy un novato asustadizo que no haya roto un plato nunca. Siempre he salido adelante. Siempre tengo, literalmente si quiero, un as en la manga. Sólo tengo que conseguir que no me peguen un tiro. Incluso si me atrapan y me identifican no acabarían conmigo, mis poderes son demasiado valiosos... Bueno, ya se verá. Ese sí soy yo, siempre improvisando alguna salida.

Os están observando, puedes ver al menos a un hombre en las sombras. Intuyes que no es el único, ya que en algunos momentos parece volver su mirada a su izquierda. Puede ser un equipo de IDESS, pero algo te dice que no son de la agencia M española. 

Corso te mira y te dice:

- Los has detectado ¿no? Un equipo del DGSE por la forma que tienen de operar, veo dos pero hay dos más fijo si utilizan el equipo estándar para estas misiones de interceptación de agentes extranjeros...habrá que actuar...¿se te ocurre algo?

Nos están vigilando, mierda. ¿Qué hemos hecho que sea tan "cantoso"? A lo mejor hay algún topo en nuestra agencia. Puta mierda. No sólo me meten en situaciones chungas, además lo hacen mal...

─Nada de enfrentamientos directos. ¿Te gustan las motos? Tengo debilidad por las motos de gran cilindrada. Vamos al callejón más cercano y verás a lo que me refiero ─digo mientras saco de debajo del banco una chupa de cuero de motorista para cada uno y un par de cascos de moto─ Ante todo seguridad ─añado sonriendo.

Mi poder me permite generar objetos de todo tipo, incluso máquinas no demasiado grandes o materiales no demasiado extraños, pero lo que no me permite es regenerar tejidos. Mucho mejor que si me caigo la que sufra sea una chupa y no mi piel.

Sin más preámbulos me dirijo hacia el callejón más cercano al que no puedan llegar antes que nosotros o interceptarnos por el camino. Vamos, que hay que alejarse de esa gente. Como no me dejen, me meto en la playa y hago aparecer una moto de cross o una acuática. Y que les den.

Logras convocar la moto y montáis en ella. El problema es que ellos también disponen de vehículos por lo que en el momento que parece que os alejáis un poco ves por el retrovisor a dos peugeot blancos y por lo menos a cinco motos también de gran cilindrada que os están persiguiendo. 

Corso va de paquete y eso realmente te impide que logres ir a toda velocidad ya que los movimientos bruscos podrían hacerlo caer, lo que te limita en una persecución bastante.

Los coches aceleran y parece que su misión en caso de no poder capturaros, es acabar con vuestras vidas. Así que tendrás que dar lo mejor de ti...

¡Maldición! Contaba con unos segundos de ventaja para poder escapar gracias a la inmediatez de mi poder, pero esta gente había aparcado bien cerca.

─Si es una persecución lo que queréis, una persecución es lo que tendréis.

Acelero con la moto tanto como puedo hasta darme cuenta que el tirón es demasiado para Corso, que va de paquete. Mi compañero de misión tiene una posición difícil: además de esforzarse por mantenerse sobre la moto va a convertirse en mi escudo humano como aquella gentuza la emprenda a tiros.

La moto tiene un buen motor, pero los vehículos de nuestros perseguidores también, así que por ese lado no voy a conseguir gran cosa. Toca ganarles por maniobrabilidad.

─¡Agárrate bien, pista de obstáculos!

Giro y sin más contemplaciones me meto en una zona peatonal esquivando un pilón de esos que ponen para que los coches no puedan pasar. Me adentro en el paseo con agilidad, evitando sillas y personas por igual, estas últimas poniendo mucho de su parte para no ser arrolladas. Es lo que tiene el instinto de supervivencia. Hablando de él, yo a veces parezco un especialista en ignorarlo.

─Y ahora, unos bachecitos.

Esto es una escalinata, poco menos que un suicidio para quien decida bajarla con una moto de estas características, como mínimo para la moto. Pero la moto me importa bien poco, siempre puedo convocar otra nueva. La cuestión es que aguante sin partirse.

La bajada es abrupta pero veloz. Siento como Corso se me agarra como una lapa a pesar de la chaqueta. Una lástima que no sea una mujer. en más de un sentido, porque su peso no mejora el descenso, aunque eso no me detiene.

Saltan chispas por el roce del motor contra un par de peldaños, pero al final llegamos hasta abajo con la moto de una pieza. Detengo nuestra carrera un instante para recuperar el aliento (que había estado conteniendo sin darme cuenta) y echar un vistazo a la escalinata. Ya me había quitado de encima a los coches, ahora a ver quién es el guapo de los motoristas que me sigue...

Y seguimos trayecto como si tal cosa, ahora yo mucho más relajado.

─Hice motocross de chaval, ¿sabes? Siempre me han gustado las motos, por lo de la libertad y todo el rollo. Toma esta bolsa, son abrojos, si aparece alguien más siguiéndonos, espárcelos.

Los coches quedan detrás, pero las motos es otro cantar. Dos de ellas se pegan la hostia padre bajando por las escaleras, pero otros dos conductores logran superar el obstáculo y bajan a gran velocidad siguiendo tus pasos. No son aficionados.

Las motos siguen acelerando y están cada vez más cerca tuya, tendrás que hacer algo más para despistarlos. Corso echa un vistazo para atrás y ve que las motos llevan un acople para un subfusil...por lo que en breve empezará la hora de las balas.

- Acelera macho, que estos van a por nosotros...ya tienen el arma preparada...han decidido que mejor muertos que capturados...

Al poco de decirlo, se escuchan las primeras balas silbar en el aire. Por suerte no aciertan aunque es cuestión de tiempo que alguien falle.

En ese momento tiras los abrojos para evitar que te sigan, las dos motos se los comen de lleno y puedes ver por el retrovisor que se pegan una buena hostia. Seguramente acaben en el hospital, ahora lo que toca es ocultarse y volver al piso franco a ver si han descubierto algo los agentes o sólo os detectaron en ese momento.

- La cosa se está poniendo interesante... - dice cuando os alejáis ya sin que os persigan - ...demasiada coincidencia que nos hayan descubierto recién aterrizados como quien dice...me da que vigilan la zona por algún motivo, y es ajeno a nosotros pero tuvimos que ver algo que no debimos ver... - Piensa tu compañero ya que es demasiada coincidencia que os persiga un equipo operativo de esas dimensiones.