Partida Rol por web

Segunda Oportunidad.

Segunda Oportunidad

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02/05/2013, 23:34
Lidia Stanford

Casi en unos pocos minutos nuestra suerte ha empezado a cambiar, aunque no siempre eso sea para mejor.Gritos y golpes comienzan a escucharse desde fuera, la tierra comienza a temblar poco a poco bajo nuestros pies. El chico joven,Edward se apoya en la pared haciendose el tranquilo, el bárbaro hace algún comentario sobre las balas de los cañones y como deberíamos colocarnos, un sonido fuerte ahoga su voz que casí queda en un susurro, mirando hacía afuera una de las lamparas comienza a tambalearse y sin pensarlo dos veces mi instinto es agacharme, flexionando las rodillas al lado de la puerta llevo las manos a la espalda cerca de las lumbares buscando mis armas-....pero que hago,recuerda estas en una carcel mis armas estaran muy lejos, en alguna habitación con un guardia seboso inspeccionandolas...-pienso y me centro en encontrar algún modo de salir de allí.

Notas de juego

¨Solucionado¨

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03/05/2013, 14:52
Director

Buscas durante un rato, con apremio, escuchando de fondo los constantes cañonazos. La celda está especialmente limpia. Salvo alguna piedrecilla desconchada de la pared o algo de polvo, no consigues ver nada. En la pequeña sala no hay ningún guardia.

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04/05/2013, 12:04
Clady Larsfolk

—Cañonazos— pienso con una sonrisa, reconociendo de inmediato el sonido. Estaba claro que no iba a morir de forma tan miserable. Tras elevar una breve plegaria de agradecimiento, empiezo a pensar cómo salir de aquí.

—Bien pensado— le reconozco a mi compatriota. Me pego a la pared y me deslizo hasta quedar sentada.

El guardia... parecía muy turbado con mi condena. Es una posibilidad escasa y remota pero... ¿por qué no intentarlo?— reflexiono mirándome los pies mientras me cubro la nuca con las manos.

—¡Guardia! ¡Eh, guardia! Soy Clady Larsfolk. Ambos sabemos que mi condena y las acusaciones son ridículas. Vale, no puedes ayudarme si me llevan a la horca pero nadie se dará cuenta de que he escapado en medio de un asedio. ¿Por qué no dejar la conciencia tranquila y sin ningún riesgo? ¿Cuántas veces te han obligado a mirar hacia otro lado en casos similares?— digo a voz de grito.

—Preparáos por si tenemos suerte y cuela— susurro a mis compañeros. 

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04/05/2013, 16:23
Lidia Stanford

LLevaba un rato buscando con apremio, escuchando de fondo los constantes cañonazos. Escucho a mi compañera de celda llamar a alguno de los guardias, al levantar la vista observo como la pequeña sala no queda ningún guardia.-No creo que te escuchen con este ruido..-Comento mientras continuo buscando, según comento esto me doy cuenta de que una piedrecita está desconchada en la pared o algo de polvo, no consiguo ver nada. Con los dedos intento sacar la piedra de la pared y la sigo con la mano esperando encontrar algo detrás de ella o poder arrancar un pedazo para abrir la celda.

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04/05/2013, 16:40
Lidia Stanford
- Tiradas (1)

Motivo: Sacar piedra o romperla

Dificultad: 0

Tirada (4): 8, 2, 6, 9

Guardados (3): 9, 8, 6 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 23, Éxito

Notas de juego

En este caso tienes que tirar músculo. Que sería tirar 2 y guardar 2. Te recomiendo repasar las reglas de juego para afianzar el tema de las tiradas :)

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04/05/2013, 17:02
Edward Lefevre

Edward no puede evitar dejar una pequeña risa sarcástica tras escuchar la pequeña escena montada por la nórdica. Acaso cree que puede engañar al guardia con esa absurda interpretación de inocencia y mas aun conociendo sus cargos? jajaja!

No creo que eso funcione ma dame arsfolk, creo que tendría mas suerte si intentara violar al guardia. Creo que de esa forma lograría que este le dedique algo de su tiempo... pero como dice la señorita Stanfod, no creo que ni siquiera le presenten atención en medio de un asedio. susurra mientras observa hacia afuera.

No deja de preguntarse quien estará atacando y porque, pero en el fondo tiene la esperanza de que esto podría cambiar su futura e indeseada reunión con ma dame la mort. 

Notas de juego

la mort = la muerte.

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05/05/2013, 15:03
Lidia Stanford
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: musculo

Dificultad: 0

Tirada (2): 2, 5

Guardados (2): 5, 2 (Se tiran de nuevo solo los dieces guardados)

Total: 7, Éxito

Notas de juego

a eso le sumon los 2 puntos de musculo o no?

sin sumar= 7

sumados 7+2=9

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05/05/2013, 15:52
Director

Intentas tirar de la piedra pero no parece ceder, aunque fijándote más llegas a la conclusión de que el desconche tendrá que ver más con el deterioro por el tiempo que por cualquier otra causa. A pesar de eso la pared en general es bastante firme y no hay grietas o huevos que puedas aprovechar.

Notas de juego

No, simplemente se suman los dados. El sistema lo hace automático.

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05/05/2013, 16:40
Director

Pasan unos minutos realmente agobiantes. El tronar de los cañones continúa pero sigue sonando lejano, sin que parezca que los disparos se acerquen. En ese momento Clady grita al guardia y unos minutos después este aparece con gesto malhumorado. Va a responder cuando una figura se alza detrás como una sombra y descarga sobre él el pomo de un sable. Con un estertor ahogado, el guardia cae redondo al suelo.

La situación es un tanto ridícula, debido al panorama que se presenta en las celdas. La rubia nórdica acuclillada en una esquina, con las manos en la nuca y la cabeza gacha. El enorme nórdico estirado en el suelo a un lado, con las manos cubriéndole la cabeza. La joven y atractiva morena estaba agachada a un lado intentando levantar un trozo de piedra. Por último, el joven atractivo y el encapuchado se mantienen pegados a las rejas de la celda contigua.

Esta es la escena que se encuentra una joven pelirroja. Recoge las llaves del guardia, se cala el sombrero y lanza una sonrisa sesgada, con el sable en una mano y las llaves en la otra.

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05/05/2013, 16:54
Keira Lemacks

Keira miró hacia las celdas, estudiando con mirada de gacela a los prisioneros. Sus ojos ambarinos hicieron un rápido barrido y sonrió al ver la inquietud en aquellos hombres y mujeres.

- Hola, me llamo Keira Lemacks... - Saludó haciendo una reverencia. Las llaves las cogió con la mano del sable y la otra la utilizó para sacarse el sombrero y hacer una floritura mientras agachaba el torso. - Vengo del Black Dragon, estamos anclados cerca del puerto... - Volvió a calarse el sombrero, bajando el ala y cubriendo ligeramente su mirada. - Veo que estáis en un serio problema y he venido a haceros una propuesta... - Hizo una pausa teatral mientras recorría a aquellos prisioneros con la mirada. - Se os puede dar una segunda oportunidad. Podéis decidir tomarla y correr hacia el barco que está atacando la ciudad o bien quedaros aquí y morir mañana en la soga. La decisión es vuestra... - La joven continuó sonriendo, segura de sí misma.

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05/05/2013, 22:24
Edward Lefevre

Su exceso de confianza y curiosa tranquilidad parecían justificarse con la llegada de la señorita de los hermosos ojos ambarinos que le recordaban la puesta de sol sobre el horizonte, parece que su cita con la muerte se postergaría de momento. A pesar de todo, muchas preguntas resonaron a coro en su mente ¿Acaso habían venido a rescatarlos directamente o tal vez solo era simple casualidad? , pero había tiempo de pensar ni cuestionar, nada podría ser peor que la orca.

Avanza tranquilamente con la mirada fija y se presenta con una reverencia - Ma dame, mi nombre es Edward Lefevre y es un enorme placer contemplar los aquellos ojos que logran opacar el mismísimo ocaso, pero como ya sabemos no hay demasiado tiempo para eso y si consideramos las opciones... recorre con su mirada las sofocantes rejas de la prisión esbozando una sonrisa ¿el barco o la soga?, creo que no me molestaría volver a sentir la salada briza del mar sobre mi rostro. 

Mira hacia atrás por un momento analizando al resto de sus eventuales compañeros, para luego volver su mirada a Keira -Y creo que todos pensarán lo mismo, definitivamente correr hacia el barco es una estupenda idea. se queda expectante con su sonrisa característica. -Definitivamente primero salimos y después vendrán las preguntas...

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05/05/2013, 23:09
Karinna Leva

El encapuchado ladeó la cabeza con evidente interés cuando la jovencita de la sonrisa aviesa apareció y les propuso una "segunda oportunidad".

Un barco... será divertido.

Apreció de inmediato el descaro despreocupado que daba la confianza en aquella mujer y, en la oscuridad, esbozó una sonrisa de orgullo por ella. No eran muchas las que podían ir con un arma, por muy bien que las manejaran, y lucirlas sin que miradas reprobatorias las recorrieran de arriba a abajo.

Con su mutismo habitual, asintió conforme. Quizá se habría acercado a los barrotes, pero el joven montaigne ya estaba en pleno despliegue de encanto y diplomacia... casi prefería la diplomacia descarada de la joven norteña.

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05/05/2013, 23:50
Lidia Stanford

Después de escuchar a mi joven compañero, alardeando y pavoneandose cual especie en celo delante de la nueva anfitriona, contemplé como los gestos del hasta ahora impasible hombre encapuchado cambiaban.

Dejemonos de galanterías.- Dije colocandome de pie.- La respuesta creo que es obvia, así que señorita....lemacks, puede abrir la celda.- Contesté afirmando lo que todos en su sano juicio pensaban, hacíendo un gesto con mi mano.

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06/05/2013, 00:16
Eskjö Hrafnsön.

Entre el ensordecedor sonido de los cañones, Clady llama al guardia para que se acerque. Justo cuando éste se acerca para hablar con la mujer rubia, el pomo de una espada le golpea la cabeza y aparece una pelirroja tras el cuerpo del guardia que cae inconsciente. La chica pelirroja nos dice llamarse Keira Lemacks que nos propone irnos de allí, y dice venir del navío que ataca a la ciudad, el Black Dragon.

"Black Dragon, no me suena ese nombre... Desde luego no es el mío..." pienso inquieto. "Si hay otro barco en la ciudad, eso quiere decir que se habrá encontrado con mi barco. Me pregunto que habrá ocurrido... ¿Lo habrán abordado?"

En cualquier caso tampoco tengo mucha elección, y esta es la oportunidad que esperaba.

- De acuerdo, pero yo quiero encontrar mi arma. Es herencia de familia y esas cosas y me vendría muy bien para abrirnos camino. Debe haberlas guardado cerca.

Doy unos pasos hacia la puerta acompañando al resto del grupo. Empezaba a sentirme oxidado dentro de aquella celda tan pequeña, y al fin sentía que volvía a tener mi destino en mis manos. Era una sensación agradable, el volver a sentirse uno dueño de su propia vida y su destino.

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06/05/2013, 12:34
Clady Larsfolk

— Tened un poco de fe... y preparaos por si viene— susurro a mis compañeros, que no parecen nada convencidos de que el guardia se acerque.

Por suerte, parece que el guardia sí me ha escuchado, aunque viene con cara de pocos amigos. Mis preocupaciones se acaban a golpe de unos preciosos ojos ambarinos. Con calma, me levanto y me aliso la maltrecha, arrugada y desastrada falda del vestíbulo. 

Observo atónita como el chico vuelve a intentar cortejar a la siguiente mujer que entra en escena.

—¿Tres de tres? ¿En serio?— pienso entre asombrada y divertida

— Pues parece que el pobre ha tenido la mala suerte de venir a hacerme caso. Y de todas formas, sólo era cuestión de que se acercase un poco a las rejas para poder intentar conseguir esas llaves. Buenas tardes señorita. Por mi parte, aceptaré esa oferta— digo sonriendo a mis compañeros, mientras el guardia yace en el suelo—.Y al igual que mi compatriota, me gustaría recuperar mi hacha. Pero tampoco es una reliquia ni nada parecido, puedo sobrevivir sin ella.

Como de costumbre, el más callado de nuestros compañeros de celda se limita a asentir. Misterioso hombre, como poco.  
 

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06/05/2013, 13:07
Keira Lemacks

Keira se había mantenido ligeramente apartada de las rejas mientras que cada uno iba aceptando su oferta. Enarcó una ceja y sonrió al escuchar al apuesto joven. Habría que ver si sabe manejar tan bien el arma como su lengua... Su mirada entonces se dirigió hacia el encapuchado y asintió con un leve gesto de cabeza. A través de las sombras que dibujaba la capucha en su rostro le parecía haberlo visto sonreír. Son muy diferentes, espero que no causen problemas... Sus ojos ambarinos se volvieron hacia la hermosa joven y su sonrisa se amplió mientras negaba con la cabeza. Entonces su recorrido pasó por un enorme guerrero. Uhmmm... Su mirada recorrió el torso musculoso del nórdico. Reclamaba una espada y Keira supo enseguida de que arma hablaba. Lo miró a los ojos mientras la sonrisa se borraba de sus labios. Fue entonces cuando escuchó hablar a la joven rubia y la miró, evaluándola como al resto. Ella era la que había llamado al guardia, la que había intentado tomar la iniciativa en aquella celda.

- Tendréis vuestras armas cuando lleguéis al Black Dragon... - Les dijo mirando fijamente al enorme guerrero. - Las calles están llenas de guardias. Tened cuidado, pero no matéis a nadie. En nuestro barco no aceptamos a asesinos... - Les dijo remarcando la palabra asesinos. Había hablado con firmeza y un ligero brillo en sus ojos. Se sacó nuevamente el sombrero para volver a hacer una nueva reverencia y tirando las llaves hacia la celda de la rubia dio media vuelta y subió las escaleras. Cuando estaba arriba, justo antes de doblar la esquina y perderles de vista, volvió a girarse 

- Cuando lleguéis, seréis bienvenidos... - Les dijo y desapareció igual que había aparecido. Ahora era cosa de ellos... 

 

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06/05/2013, 13:29
Director

La pelirroja se marcha con la misma celeridad con la que ha aparecido. Las llaves caen en la celda a los pies de Clady y volvéis a estar solos, acompañados como siempre del lejano retumbar de los cañonazos.

Notas de juego

Ya no podéis elegir a Keira.

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06/05/2013, 16:48
Edward Lefevre

Luego de escuchar las palabras de Keira Lemarcks, se siente algo aliviado de que no acepten asesinos en aquel barco. -No es que confíe del todo en su palabra, pero si eso fuera cierto significaría una de dos cosas. Una que en realidad nadie de aquí es un asesino y solo han caído por casualidad...- niega con la cabeza cuando ve de reojo al enorme nórdico con apariencia de haber matado a mil hombres solo por saborear su sangre- o que al menos nadie intentará nada estúpido en el barco. 

Edward asiente la cabeza y una enorme sonrisa aceptando los términos y observa como Keira desaparece dejando las llaves en los pies de Clady. Permitidme ma dame- se agacha gentilmente y recoge la llave en un acto de caballerosidad mientras observa de reojo la situación fuera de la celda, luego simplemente abre la puerta y extiende su mano con su típica sonrisa -después de vos... 

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06/05/2013, 17:16
Karinna Leva

No se anduvo ni con rodeos ni caballerosidades, de hecho, la mera mención de la palabra "caballerosidad" refiriéndose a su figura resultaba irrisoria. Mientras el atractivo joven montaigne seguía con sus blablabla galanes apoyó una mano en su codo, empujando levemente hacia arriba como si de una barrera se tratara y pasó por debajo para alcanzar la ansiada libertad.

Una vez fuera de la claustrofóbica estancia se giró hacia los que, para bien o para mal habían de ser sus compañeros de destino.

Quizá aún podamos apañar algo.

Volvió a darles la espalda con un ondeo de la capa que le cubría y avanzó por el empedrado pasillo, empujando la puerta que separaba los calabozos de la estancia principal donde los guardias debían estar. Pero se hallaba vacía, o al menos vacía de gente consciente. No iba a detenerse a comprobarlo.
"Nada de asesinos" habían dicho, bueno, menos mal que por su parte no había sangre derramada por su mano y las otras dos mujeres tenían vía libre para ejecuciones sórdidas. Al llegar a la puerta principal apoyó la espalda en la pared contigua y aguardó a que alguien más grande y más apto cruzara el umbral para ir abriendo paso.

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07/05/2013, 09:54
Clady Larsfolk

Observo como el joven recoge la llave a mis pies.

—Madre mía... menuda pompa...— pienso mientras hago una inclinación de cabeza, dejo pasar al hombre encapuchado, que parece tener especial prisa. Después, tomo la mano de Lefevre y salgo de la celda. 

Miro al pobre guardia, que se ha llevado una buena por acudir a mi llamada.

—Al menos no podrán acusarle de nada... — pienso mientras camino por el pasillo, siguiendo el rastro de una capa ondeante. 

Mi única pena, al huir de la cárcel es no poder verme las caras con el simpático personajillo que me ha arrojado a la celda. 

—Pero no importa, ya nos volveremos a ver.