Partida Rol por web

Siguiendo las indicaciones de los guerreros, sigues camino hacia los Páramos de Poniente, una región que le hace honor a su nombre. Los paramos se extienden por kilometros, donde los único que se ve son pastos amarilos y secos, mientras caminas empiezas a ver que a lo lejos hay pequeñas granjas.

El sol sobre tu cabeza es abrasador, por más que tratas de cubrirte, la ausencia de árboles deja muy pocos lugares con sombra y por más que está cerca de el Bosque de Elwynn, son pocas las veces que llueve en esa desolada región.

Tras caminar unos minutos puedes ver a lo lejos una torre solitaria que se eleva en el horizonte, la misma concuerda con la descripción que te dieron en el bosque y te empiezas a sentir más tranquilo de tener tu objetivo  a la vista. Lo que no te esperas es que al volver la vista puedes ver a los granjeros, los mismos son unos robots de dos metros que están cultivando el trigo (una  de las pocas plantas que pueden crecer en esa región), el robot te mira y con una voz robótica dice.

¡Presencia humana debe ser eliminada, gloria a la Hermandad!

Antes de que puedas reaccionar, el robot empieza a cargar hacia ti, si bien no tiene armas sus dedos son guadañas de granjero, por lo que podría fácilmente penetrar tu armadura.

El cambio del agradable bosque a este desolado lugar afecta un poco al humor de Crom que camina ceñudo en dirección a su objetivo. Hace bastante calor y la armadura que lleva puesta no le ayuda precisamente a refrescarse. A lo lejos divisa por fin su meta y aprieta el paso caminando entre los campos de trigo. Su sorpresa es mayúscula cuando descubre a los "granjeros" y más aún cuando uno de ellos, enloquecido, carga contra él.

-No te puedes fiar de nada que construya un gnomo -comenta Crom para si mientras echa mano a su martillo y le pega un tremendo golpe en un lado de la cabeza a su asaltante.

Logras atacarlo antes que él siquiera empiece a levantar su garra, con martillazo que resuena con fuerza le vuelas la cabeza haciendo que el robot se apague y se quede inerte mirandote.

Luego del inesperado ataque sigues viaje hacia la torre, al llegar varios guerreros agarran sus espadas y te miran con desconfianza.

¡Alto! Antes de pasar por aquí deberías probarnos que no eres un miembro de la Hermandad, siendo picaros y asesinos son expertos en el engaño y queremos una prueba de que tu no lo eres.

Al mirar para arriba, hay varios arqueros desde la cima de la torre.

Crom esperaba esta reacción por parte de los centinelas, por otra parte bastante lógica. Llevándose la mano al bolsillo, el paladín saca el medallón.

-Esto me lo ha dado el alguacil Dughan, por mis servicios prestados en el Bosque de Elwynn contra las amenazas que acechan en la región. Soy un amigo. He venido a ayudar en lo que pueda.

Cuando das el medallón ves que un hombre vestido con una armadura de placassale de la torre.

¿Así que en el Bosque de Elwyn nos manda ayuda?... Un solo paladín puede ser fuerte y valiente pero esperabamos algo más de ayuda, en especial a la hora de luchar contra la hermandad.

Se saca el guantelete y te da la mano.

Gyrian Stoutmantle, soy el líder de la Milicia de la Gente. Nosotros creemos que Ventormenta nos abandonó y formamos nuestro propio ejercito para luchar contra la hermandad que queriendo destruir a Ventormenta conquistó nuestros territorios, nos hechó de nuestas casas y atrapó a varios de nuestros vecinos, hijos y esposas como esclavos.

Empieza a caminar y te dice que los sigas. Empieza a subir la torre y te pide que lo acompañes. Desde arriba ven un baldío enorme, puedes ver algunas casas y ves un pueblo.

Esto es nuestra tierra, solo unos cuantos kilometros de tierra arida y despoblada. ¿Puedes ver esa ciudad? Esa ciudad se llama Arroyo de la Luna, hace años fue una prospera ciudad mercante pero hoy en día es un pueblo fantasma vigilado por la hermandad.

Cierra su puño y golpea la baranda de observación con fuerza.

Cada vez que atacamos la ciudad la encontramos vacía, sin importar cuandos miembros de la hermandad matemos, la ciudad sigue vacía. No sabemos a donde se llevan a los nuestros y como puedes ver es la única ciudad en kilometros.

Te mira a los ojos fijamente.

Mi familia murió en la purga de Stratholme, recuerdo esa tarde cuando Arthas, nuestro principe se convirtió en un monstruo. Mis hijos y mi esposa fueron unos de los que murieron, yo se lo que es perder a un hijo y a una esposa y ser incapaz de traerlos de vuelta. No se si tu tendrás hijos, pero se que son pocos los paladines que lo hacen.

Te pone una mano en el hombro y notas el dolor correr por su cuerpo.

Espero que nunca pases por lo mismo que pase yo. Son muchas las veces que sueño con volver a verlos, ahora quiero luchar para que los ciudadanos de los Páramos del Poniente puedan volver a ver a los suyos.

Apunta a la ciudad.

Mañana asediaremos Arroyo de la Luna, incluso levantaremos cada piedra si es necesario. ¿Lucharás conmigo paladín?

Crom estrecha la mano del líder del grupo.

-Crom Hammerstorm a su servicio, señor. No creo que Ventormenta os haya abandonado. La prueba está en que estoy aquí para colaborar en todo lo que pueda.

Crom acompañó a Gryan a lo alto de la torre. La vista no era muy agradable, aunque seguramente antaño fue un lugar más acogedor. Desde allí escucha la historia de Arroyo de la Luna y el misterio de las desapariciones.

-Tal vez su escondrijo está bajo tierra. Os ayudaré en todo lo que os haga falta. Contad conmigo para el asalto de mañana.

A la mañana siguiente un numeroso grupo se reunió en las puertas de Claro de la Luna, al principio parecía un pueblo fantasma, podías ver incluso montañas de polvo en las ventanas como su hace años que nadie las hubiera abierto. De todas formas algo te dice que no están solos.

Un grito rompe el aire y uno de los hombres de la milicia cae muerto con una flecha que le atravieza la garganta.

¡Cubranse! Nos atacan desde las casas.

Rápidamente un grupo se esconde detrás de un murito de madera, Gryan te mira con decisión.

Recuerda lo que te dije, desaparecen bajo tierra así que la entrada no debería estar muy lejos, suelen hacer eso, aparecer, atacar y desaparecer, esta vez vamos a seguirlos hasta los confines del infierno.

Te hace la señal para que lo sigas y se mete en una casa, al entrar ven a dos hombres y Gryan no duda en atacarlos con su mazo desmayandolo de un golpe en la cabeza.

No lo mates lo necesitamos vivo.

Llega la mañana siguiente y con ella el intento de todos por dilucidar el misterio de Claro de la Luna. Tal y como había pronosticado Gryan, los hombres de la Hermandan salen de todas partes como hormigas en un hormiguero. La teoría de la base subterránea cobra fuerza ¿Pero dónde estaba la entrada? El paladín acompaña a Gryan a una de las casas donde atacan a dos hombres.

-De acuerdo -Crom también ataca con su maza buscando incapacitar a su oponente.