El Instituto de Hills Valley

Construido allá por 1950, este instituto a impartido clases a miles de alumnos desde su apertura. Entre ellos se incluye la destacada familia King, quienes todos cursaron aquí antes de ir a la universidad.

El instituto ha ido creciendo y evolucionando con los años. Cuenta con su tradicional enfermería, su comedor, sus laboratorios de química y biología, un amplio gimnasio donde practicar baloncesto, su sala de informática... Además, en el exterior tiene un buen campo de rugby así como otro destinado íntegramente al Lacrosse, sin olvidarnos del atletismo. Los pasillos albergan casilleros desde siempre, muchos de ellos incrustados en las paredes del edificio.

Todos los empleados del edificio son supervisados por el director del centro. En este caso se trata de Percival Drake, un hombre serio y con fama de injusto y cruel.

La plantilla de profesorado es bastante amplia y dispar, la cual también es contratada personalmente por el director Drake.

En la actualidad, se está realizando durante este año una prueba en el instituto con la colaboración del alumnado del último curso, por ser, supuestamente, los más responsables. Se les a abierto una red con acceso a internet y, tras rellenar una solicitud, los alumnos que deseen participar en este nuevo modo de enseñanza, podrán hacerlo siempre que cumplan sus normas y traigan ellos sus propios portátiles o tablets a clase.

La biblioteca de Hill Valley está justo al otro lado de la calle, la zona en si tiene un bonito parque donde los jóvenes se reunen al salir de clase.

El personal del centro

Director: Percival Drake  

El cargo de director, no se lo lleva cualquiera. Drake está ahí por algo. Ya sea por su buena gestión del centro o la mano dura con los alumnos que así lo requieran.

No es un hombre accesible para los adolescentes salvo que sean enviados al despacho por alguna de las suyas.

  Prof. Literatura: John C. Miller
También es vuestro tutor. Un hombre serio y amable de entre treinta y cinco años y cuarenta y pocos.
Le gusta dar libertad a sus alumnos, pero manteniendo un puño de hierro sobre ellos.

Prof. de Ciencias (Biología, Física y Química):  Arthur Miller.

Hermano de John y marido de Monica. Se deja llevar demasiado por la lógica y se despista con facilidad. Aún así es más flexible que su hermano John y más paciente.

Prof. Ciencias (Matemáticas y Física): Monica Miller.

Al igual que su marido, es una mujer que deja llevar por la lógica y siempre buscará la explicación más coherente para todo. Suele ser bastante fría con el alumnado en general, prefiere mantener las distancias y que no la pierdan el respeto, aunque si alguien solicita su ayuda, estará ahí para apoyarle.

Administrativa: Clarice Robinson   

Clarice es la administrativa del instituto. Se encarga del papeleo, llamar a los padres cuando un alumno está enfermo o el director quiere hablar con ellos. Colocar expedientes del alumnado, recoger solicitudes, hacer pedidos de material y un largo etc. 
Es una mujer bastante efectiva en su trabajo, pero en lo que requiere hacer de "niñera improvisada" en alguna clase, deja mucho que desear y es que Clarice tiene demasiado trabajo que hacer como para estar pendiente de un grupo de adolescentes. Aunque tambien se vuelve bastante despistada si tiene mucho lío.

Enfermera: Carol Reynols

Hermanastra de Mandy Reynolds. Fruto del primer matrimonio de su padre. Al contrario que Mandy, Carol es adorable y encantadora. Seguramente porque su vida fue más humilde que la de Mandy. Trabaja de enfermera en el instituto y algunas noches hace guardias en el Hospital de Hill Valley.

Entrenador: Kevin Blake

Es tanto el profesor de gimnasia del instituto, como el entrenador de la mayoría de los deportes que allí se practican. Es exigente con sus jugadores, quiere de ellos puntualidad, disciplina, buenas notas.
Es capaz de dejar a su mejor jugador chupando banquillo durante uno o varios partidos como castigo por no respetar sus normas.

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Viernes 17 de septiembre.

Al llegar al instituto, tras descubrir las noticias al despertar, no os sorprendió ver a los coches del departamento del Sheriff en el lugar. Los alumnos hacían corrillos hablando de lo ocurrido la noche anterior. Algunos estaban claramente afetados como lo ocurrido, como Lisa Li Kong, quien descubrió lo ocurrido con su amado Tristán en las puertas del instituto y tuvo que ser trasladada al hospital por el ataque de ansiedad sufrido.

Otros, como aquel lunático de Byron, aún andan encerrados, dando explicaciones a la policía o esperando a que alguien pague su fianza o que sus padres/tutor aparezcan para sacarlos de allí.

Para los veteranos, el lugar está lleno de rostros conocidos y de amigos o enemigos. Para los nuevos, es un mar de adolescentes que no paran de amontonarse y hablar sobre las noticias actuales.

Las puertas del instituto están abiertas, pues es la hora de empezar a entrar en clase, aunque todo el mundo parece quedarse rezagado en el exterior hablando unos con otros. Fuera no se ve ni al sheriff ni a sus ayudantes.

Un dia mas en la escuela. La noche anterior habia sido memorable y al final habia logrado alejar los recuerdos de esa fiesta loca hasta que vi las noticias y al llegar al Instituto irme enterando de la cantidad de heridos, el accidente y los muertos. 

En las fotos no se mencionaba el que yo habia visto y al parecer nada indicaba la presencia de una bestia de ojos azules que aun me daba escalofrios el recordarle. 

Era temprano. Asi que tome el tiempo de escuchar los comentarios de mis compañeros sin hacer mucho ruido ni mencionar nada al respecto. 

Las noticias del día siguiente fueron reveladoras, aunque algunas de ellas no me pillaron por sorpresa. No conocía a los muchachos de los que hablaba el periódico. A decir verdad, solo había visto el coche accidentado cuando volvía para casa de la fiesta. Sentí cierto alivio de haberme marchado de aquella rave pronto, porque lo que había pasado después no tenía nada de festivo. Joder, muertos y heridos en el bosque, ¿dónde me metí yo cuando eso pasaba?

La pasma no me gustaba, en L.A. solía significar redadas donde te podían joder bien jodido. Más si se enteraban tus padres. Aquí, tras la experiencia de anoche con aquel poli, ya no sabía que pensar. Por si las moscas apagué mi cigarro en cuanto vi la patrulla y lo pise bien pisado. Miré alrededor a los presentes y no me sonaba ninguna cara. La noche anterior no había estado demasiado atenta en la fiesta tampoco, tenía otra cosa delante que captó toda mi atención. Suspiré por el recuerdo de la noche anterior y me guardé de sonreír con todas las movidas que había en la puerta.

Entrecerré los ojos tratando de reconocer a alguien entre los presentes, pero nada vino a mi memoria. Opté por entrar a clase, por eso no de llegar tarde el primer día y tal y tal. 

La mañana había empezado de la mejor forma posible. Cuando el despertador del móvil comenzó a sonar, Diana y yo despertamos abrazados bajo aquella manta en el sofá del salón de mi cabaña. Dado que los demás habían ocupado las habitaciones, habíamos tomado la decisión de quedarnos allí, y el sueño nos alcanzó como despertábamos horas después, juntos y abrazados, disfrutando del calor del otro.

Recogimos la sala y comenzamos a preparar juntos un nutrido desayuno para todos, a la espera de que los demás fueran levantándose. En previsión de que se les pegaran las sábanas, puse música en el hilo musical, incluyendo las habitaciones, música marchosa con la que comencé a canturrear y bailar un poco alrededor de Diana, mientras preparábamos las cosas. Las risas que logré arrancarle fue lo ultimo bueno del día.

Porque, cuando se me ocurrió mirar mi facebook, el primer enlace que encontré fue al boletín digital del Hill Valley Telegraph. Eso me quitó las ganas de fiesta.

Nueve muertos en la fiesta, por las avalanchas que hubo al llegar la policía, a la que habíamos llamado nosotros. Bueno, Jason, pero podía haber sido cualquiera. Menos mal que habíamos salido de allí a tiempo.

Tristán... Apenas le conocía, había cruzado con él unas pocas palabras, y ahora estaba muerto. Lo extraño es que la noticia decía que no se confirmaban las causas de la muerte, pero el titular hablaba de que estaba mutilado. Eso no te lo hace una avalancha. Era imposible no recordar a los lobos... y al cabrón que parecía tenerles bajo control. ¿Ese era el destino que le esperaba a Tommy, si no hubiéramos intervenido? Un escalofrío me recorría la espalda sólo de pensarlo.

Y luego estaba el asunto de Ryan y Tala. ¡El accidente! Eso era lo que habíamos visto de camino. Mira que les dije que tuvieran cuidado... No me extraña que el doctor King estuviera tan preocupado en el hospital... Todo encajaba.

Sin duda, después de las clases tendría que ir al hospital, aparte de para ver a Tommy, para verles a ellos también.

Comentamos todo el asunto con los demás cuando se levantaron, desayunando con pocas ganas. También tuve que compartir con Shyl lo que había contado Gus.

Decidimos marcharnos pronto de la cabaña, pasar por casa para tranquilizar a nuestras familias sobre todo, aquellos a cuyas familias les pudiera importar el asunto, y cambiarnos para ir a clase. Llevé a Diana a su casa, y la dejé para ir a la mía a cambiarme de ropa tras darme una ducha rápida. Había quedado en pasar a buscarla para ir a clase, y así lo hice en el menor tiempo posible, a lo que ayudó que en mi casa no hubiera nadie, para variar.

Y así, con cara de preocupación, cansados y algo agobiados, llegamos al instituto. Al aparcar, envíe un mensaje a Gus y a Jordan para avisarles de que estaba por allí, y sonreí a Diana no sin esfuerzo, dándole un beso antes de bajar del coche.

Por un segundo, pensé que todo había sido un sueño. El día anterior resultó increíble en múltiples sentidos. Tuvo cosas malas, como el accidente de Mel y lo sucedido a Tommy, pero también buenas, como haber conocido a Amber y los demás. Y después estaban las cosas muy buenas, maravillosas, todas aquellas nuevas sensaciones y momentos junto a Jayden. El día había concluido de manera perfecta, juntos, acurrucados en aquel sofá bajo las mantas, arropados también por el calor de la chimenea, pero sobretodo por nuestros mutuos besos y cercanía.

Y al día siguiente, durante ese instante en el que pasas de dormir a estar despierto, temí que todo aquello no hubiera pasado en realidad. Pero no, no estaba en mi casa, sino en la cabaña de Jayden, abrazada a él y sintiendo su calor. El despertador del móvil nos había avisado con tiempo para llegar al instituto. Preparamos el desayuno para los demás, ocurriéndosele a Jayden poner música para despertarles, y mientras lo hacían bailó incluso a mi alrededor, haciéndome reír. Pero las risas pronto cesaron.

En otra situación habría sido la primera en conectarme y consultar las redes, pero Jayden se me adelantó, haciéndome conocedora de lo que sucedía para poder leerlo yo misma. Llamé de inmediato a mi madre, queriendo hacerle saber que estaba bien, antes de que se encontrara con las noticias y le diera un patatús. También le pedí que informara de que la chica que iba con Ryan sería Tala, a quien ya conocía. Por supuesto le pedí discreción, aunque fui breve y le dije que ya le daría después más explicaciones.

Durante el desayuno también comentamos el asunto con los demás, y en cuanto terminados cada uno se dirigió a su casa. Jayden me acercó a la mía, prometiendo pasar a buscarme después. Dejé las cosas, me duché, me cambié de ropa y hablé un rato con mi madre para tranquilizarla. Justo terminaba cuando escuché el coche de Jayden, apresurándome a salir para ir con él al instituto.

Al llegar y aparcar el coche miré por la ventanilla un segundo, viendo cómo la gente se agrupaba para charlar, a pesar de que ya se podía entrar en clase; y entonces me fijé en los coches de policía. Me volví hacia Jayden, tratando de sonreírle y ocultar mi preocupación, queriendo evitarle más cargas. Me había conmocionado todo aquello, pero para él la situación era peor, dada la cercanía que tenía con Tommy y Ryan.

Nos dimos un beso dentro del coche y salimos, poniéndome la mochila y volviendo junto a él, dispuesta a caminar juntos hacia la entrada.

- Luego… Quiero ir al hospital, imagino que tu también. Además de Tommy también están allí Ryan y Tala. – le recordé, aunque seguramente no hiciera falta. - ¿Quieres que vayamos juntos? Aunque si prefieres ir con Shyl para que podáis hablar, lo entiendo. Parecía bastante afectada... - lamenté cabizbaja, antes de sacar el móvil. - Voy a escribir a Mel, a ver qué tal se encuentra.

Busqué la conversación con mi amiga, dispuesta a escribirle, y fue entonces cuando lo vi. Mis ojos se abrieron como platos, incluso diría que me puse blanca.

- J-Jayden... - terminé musitando. - M-mira... - le mostré la pantalla del móvil, estupefacta.

Abrí el dibujo y se lo mostré a Jayden:
 

Antes de que Violet llegase a entrar, una mujer vestida de traje, la dió el alto. Estaba seria y llevaba un pequeño listado en sus manos. Los que la conocíais de cursos anteriores o de echar las solicitudes para acceder al curso la conocías perfectamente. Era Clarice Robinson, la administrativa del instituto.

Alto jovencita. Dijo a Violet. Buenos días. Añadió con un tono más relajado. Su rostro no me suena y, debo asegurarme de que pertenece a este centro y sabe llegar a su aula. Miró a su lado, no muy lejos estaban los Miller, hablando con la policía. Nombre, por favor.

Cada uno de los profesores, reaccionaba de manera distinta. John Miller se puso serio, muy serio. Estaba enojándose por segundos. Monica Miller se llevó las manos a la boca, tapando así su sorpresa y buscando refugio en los brazos de su marido, el cual permanecía inmovil, como si estuviese analizando cada palabra dicha por el agente, mientras alzaba el brazo y arropaba a su mujer bajo el mismo.

Atención! A todos los nuevos en el centro y a los que ayer no asistieseis a clase, pasaros por aquí!! Exclamó bien alto Clarice, para que todos pudiesen escucharla.

Como si hubiera leído el pensamiento, al salir del coche Diana me comentó su deseo de ir al hospital después de las clases, no sólo por Tommy sino también por Ryan y Tala. De hecho, me preguntó si quería que fuéramos juntos, dejando abierta la posibilidad de que prefiriese ir con Shyl, ya que se había mostrado muy afectada por todo lo sucedido.

Sí, yo también había pensado en ir después. -Reconocí, sonriente- Podemos quedar allí con Shyl y los demás, supongo que Gus y Jordan también irán. La verdad es que... ir... prefiero ir contigo. -Los colores se me subieron al confesar aquel deseo, y es que estar con ella era lo que más me apetecía, y aunque había cosas que tenía que hacer, si podía hacerlas con ella a mi lado sería mucho mejor- De hecho, igual éstos pueden contarnos algo más del tema, se quedaron en el hospital tratando de enterarse de más.

Fui a sacar el móvil, tratando de comprobar si me habían respondido, pero antes de desbloquearlo Diana quiso enseñarme algo en su teléfono. Estaba como conmocionada, pálida, tanto que me preocupé por qué sucedía, teniendo que hubiera recibido una mala noticia, pero al ver la pantalla de su móvil, me quedé pasmado, incrédulo ante lo que me enseñaba. Aquello no podía ser, era la representación de algo que habíamos visto, pero nadie más... ¿No? Vi quién había mandado el mensaje, y la fecha, y tragué saliva sin poder creerme que aquello fuera posible.

P-pero... esto... -No era capaz de decirlo, porque era obviamente imposible, y aún así allí estaba. Respiré profundamente, mirando alrededor nuestra, y rodeé a Diana con un brazo sobre sus hombros, agobiado por aquello y por la idea de que ella también se asustarse. Besé su frente, con cuidado de no incordiarle en las gafas, y desbloqueé el móvil puesto que el led indicaba un mensaje- Gus y Jordan están en el parque, igual saben algo también de Tala y Ryan, ¿vienes? -Le pregunté forzando una sonrisa, añadiendo algo más en un susurro- Del tema este habrá que hablar con Mel, aunque... es delicado.

Despertarme en la cabaña de Jayden se me hizo en parte raro y en parte agradable. Tras los terribles acontecimientos de la noche anterior, me acosté intranquilo, pero al final dormí del tirón. Al despertar, saludé cordialmente a todos y en especial a Jay por su hospitalidad, pero luego el desayuno se nos atragantó a todos.

El aviso de Jayden me puso en alerta y confirmé con mi móvil la terrible noticia. Habían hecho practicamente una redada en el bosque provocando nueve muertos...también habían descubierto al tal Tristán muerto y desentrañaban el misterio del accidente que habíamos visto.

-Joder, es culpa mía-me reproché dolorosamente en silencio. Me sentí observado por todos en el salón, tenía la sensación de ser un asesino en serie al que acababan de pillar y no me sentía nada cómodo. Dejé mi tostada sin tocar y me despedí-Bueno chicos, me voy, ya nos veremos en el Instituto, gracias por todo Jay-dije cabizbajo y desaparecí por la puerta como alma que lleva al diablo.

Cogí mi coche y me dispuse a coger camino a mi casa directamente, pero a los quinientos metros, tuve que parar en el arcén y bajar a vomitar.-Mierda, ¡joder!-grité enfadado conmigo mismo tras limpiarme la boca con la manga de la camisa. Me apoyé en mi coche y le dí una patada a una de las ruedas de la rabia que tenía-Estúpido, gilipollas, tenías que haber pensado un poco, sesos de mierda!-seguía gritándome a mi mismo para terminar llorando de impotencia y pensando en las familias de los chavales muertos. Jamás me lo perdonaría.

Subí al coche y completé el trayecto en absoluto silencio, pensando en la fiesta, los lobos y las muertes. Tras llegar a casa me dí una ducha rápida, me cambié de ropa y me fuí directamente al instituto, dándome de bruces con varios coches de policía.

Me sentí absurdamente perseguido, como si me estuviesen buscando a mí por haber matado a nueves inocentes chavales. Aparqué en el primer sitio que ví y cogí camino de la entrada del edificio. Había muchos corros de estudiantes cuchicheando y elucubrando qué es lo que pasaba. Yo me mantuve lo más alejado de la muchedumbre, me quería sentir como el Hombre Invisible para que nadie me viese ni reconociera así que fuí a paso ligero con la cabeza gacha. En un momento dado poco antes de entrar, creí ver a Jayden y Diana cerca de mí, pero no quise llamarles, en ese momento me sentía demasiado culpable como para abrir la boca y enfilé directamente a la puerta de entrada.

-Llego tarde!!! Cojones, llego tarde!- Me había dormido, ¡cómo no!

Mi primer día de instituto y llegaba tarde. Y eso que Gill me había despertado, pero haciendo el remolón en la cama , al final... Pero bueno, era normal, después de la jodida fiesta del bosque estaba destrozado.

La noche había terminado de lo mejor. Y tan solo la despedida de Rylee fue lo peor. Joder! Aún sentía el sabor de sus labios! Y eso me puso de buen humor. Pero tenía que salir de allí zumbando o tendría mi primer parte por llegar tarde. Salte de la cama, me aseé como pude. Minutos mas tarde estaba en la cocina, bebiendo un poco de leche desde el propio envase y salí a por la moto del garaje.

- ¿Que coño me he perdido?- Mascullé al llegar al aparcamiento del instituto. Dejé la moto en un rincón y le puse la cadena.

Había gente por todos lados típico en un instituto, claro pero la gente estaba como acongojada, asustada y dispersa mentalmente.

Pare a un empollón de esos para preguntarle algo. - ¡He, coleguito! ¿Qué coño pasa?- Cuando me lo contó no pude mas que palmearle la espalda y darla las gracias a mi manera.

¡¡Mierda!! Así que al final hubo movida de la buena. Cuando se entere Rylee se va a poner muy nerviosa. La busqué con la mirada pero había demasiada gente. Supongo que la veré después.

Pero entonces la mujer esa nos llamó al atención. Genial! Tengo hasta comité de bienvenida. Nos reúnen en el patio, nos pedirán los nombres... joder, solo falta que nos rapen, nos den ropa "nueva" y que nos digan que a las 19.30 se apagan las luces. Igualito que King Country.

Estuve tentado de encenderme un cigarrillo pero miré a mi alrededor cuando algún "compañero" me hecho alguna mala mirada. Tranquilo Leo, recuerda que ahora eres de los bueno... no la cagues ahora o volverás a donde tu ya sabes.

De lejos vi como Leonard llegaba tarde y aunque me rei porque estaba segura de porque se habia quedado dormido me preocupe de que se metiera en problemas. 

Por lo pronto mantuve la distancia. Habia cosas que tenia que asimilar y tenia que averiguar si estaba haciendo lo correcto, pero ya lo extrañaba. 

Por otro lado ver las noticias me ha dejado perpleja y queria hablar con el para saber que pensaba y si debiamos informa de lo que sabiamos pero tampoco es que supieramos muchos. 

Todo era tan complicado que preferia que el me dijera algo primero.

 Tras pasar la noche inquiera y dando vueltas en la cama, consigo al fin conciliar un sueño profundo sólo para despertar al poco por una música que empieza a sonar por toda la casa. ¿Dónde estoy? Al principio me siento desorientada al haber dormido tan poco y en una habitación desconocida, pero en seguida me ubico.

 Me visto y recojo y me dirijo al salón, donde los chicos están preparando el desayuno de buen humor, o así es hasta que Jayden, en primer lugar, comprueba las noticias de la mañana. ¿Qué? Tristán mutilado y nueve muertos al huir de la policía. NUEVE. Me aparto de los chicos para que no les moleste el humo del cigarro que voy a dejar que me sirva como desayuno y que espero que me sirva para gestionar el sofocón, ese sentimiento de... Culpabilidad. Jason y yo fuimos los que llamamos a la policía... Bueno, él, pero yo le animé. No me imagino cómo debe sentirse él ahora mismo. Yo... creía que hacíamos lo correcto. ¿Verdad? Recordar al hermano de Shyl reprochándonos anoche el haber llamado a la policía no me ayuda a aclararme. Tommy lo necesitaba, y también Tristán... Además, tal vez la policía habría llegado de todas formas tras el accidente de miniKing y Tala... Pero no tenemos cómo saberlo.

 Tampoco dejo de darle vueltas durante el trayecto a casa junto a Shyl, tenso y en silencio, y que aprovecho para mandar un mensaje a mi padre para decirle que estoy bien. Acabo de llegar, ¿Cómo me he metido en esto? 

 Al llegar a casa me doy una ducha rápida y vuelvo a salir al insti, al que además de alumnos también ha acudido la policía. Hoy tampoco va a ser fácil. Trato de actuar con relativa normalidad, esperando no llamar la atención. También lo hace Jason, al que avisto entre la gente. Estoy preocupada por él, así que quiero acercarme a preguntarle cómo está, pero se apresura a entrar al insti, mientras que yo voy a tener que pasar por una especie de... ¿Control de nuevos? 

 Me acerco a Clarice para pasar al insti cuanto antes, si es desapercibida, mejor. - Eh... Yo soy nueva, pero vine al insti ayer. - No va a colar. Lo más seguro es que por venir un sólo día no deje de contar como nueva.

yo soy nueva? Creo que si verdad?

Jayden me comentó que él también había pensado en ir al hospital, proponiéndome quedar allí con Shyl y sus amigos, pues en realidad ir, prefería hacerlo conmigo. Sonreí de forma tenue, algo ruborizada, contenta por escuchar aquello, pero lamentando que todo esto tan bonito que me estaba pasando fuera rodeada de esas feas circunstancias. Además, también me preocupaba lo que sus amigos pudieran pensar. Estaba casi segura de que a Shyl no le incomodaría mi presencia, pero a Jordan y Gus no los conocía.

Comentó entonces que estos quizás supieran algo sobre cómo estaban las cosas, pero antes de que mirara su teléfono no pude evitar mostrarle el mío, impactada por aquella imagen que no recordaba y no había relacionado con los hechos.

Jayden se mostró tan confuso como yo, cosa que expresó con balbuceos y un suspiro, arropándome por los hombros tras observar a nuestro alrededor. Su beso en mi frente me reconfortó, permitiéndome incluso cerrar los ojos un instante y sonreír. No entendía nada, ¿Qué podía significar aquello que me había enviado? Ni lugares ni horas cuadraban…

Entonces Jayden me propuso ir a ver a Gus y Jordan, encontrándose estos en el parque, pues parecían saber algo de los chicos hospitalizados. Además, en un susurro, me habló del tema relacionado con Melissa.

- Si, vayamos… - acepté con preocupación. Lo último que quería era llegar tarde a clase, pero me urgía más saber qué tal estaban los chicos; además, dado el revuelo que parecía haber montado en el instituto, algo me decía que no sería un día normal de clase. – Sobre lo de Mel… - dije bajando también a voz. – Sí, habrá que hablar con ella, lo que no sé es cómo abordar este tema.

Mel era algo solitaria, le habían obligado a serlo, pero sabía que si se decidía a contar algo sobre aquello a alguien, sería a mi.

Mi espalda se erizó entera cuando me dieron el alto, más cuando vi la cara larga de quién me lo daba. Parecía una de esas mujeres con un palo metido en el culo. Miré la lista de sus manos y luego pensé en que quizás mis padres habían olvidado apuntarme, como una de tantas cosas.

No me jodas, como no esté en esa lista y haya venido al puto cole tras la noche de la hostia que tuve…

Di un par de pasos hacia donde estaba la administrativa. Caminaba con hombros caídos y mis acostumbradas ganas de nada. Si no fuera porque estudiar en casa era aburrido de cojones, no estaría en este sitio donde sentía que no tenían nada útil que enseñarme. Suspiré y miré a la mujer.

-Buenos días… Soy Violet Benson- indiqué, mirando de reojo su lista. –Mire, no sé si mis padres me inscribieron al final, pero si hay algún problema puedo llamarlos- si es que dejaban su mierda a un lado para hacerme caso, cosa que dudaba. Les haría la ola cuando supiera si estaba inscrita o no.

Luego mis ojos recorrieron al resto de los presentes. Los chicos, los profesores, el personal… Absolutamente todos parecían afectados por lo que había ocurrido. Yo, como chica nueva que no conoce a nadie, me sentía un poco fuera de lugar. Comenzaba a no encajar desde el principio en aquel puzzle que era el entramado social del instituto. No era nada que me preocupara, al menos en ese momento, pero mi corazón sentía cierta congoja. Si una mierda así hubiera pasado en mi anterior instituto, estaría melancólica, cabreada y triste.

Cuando mis ojos volvieron a echar un ojo a la lista, tuve que llevarme las manos a las orejas. MI-ER-DA. Qué potencia tenía aquella mujer en la voz. Eso y que anoche bebí como pez necesitado de agua. No tenía resaca, gracias a dios. La resaca siempre transformaba los días de mierda en puto infierno.

Veamos... nueva en la ciudad, nueva en el instituto.... si, creo que eres nueva xDD

Un poco tonta me acerque a la mujer de color que preguntaba por los nuevos. Lamente no haberme identificado antes pero yo tambien era un novata en todo sentido. Despues de todo, y despues de la noche anterior ademas de las noticias que aun se comentaban entre todos me faltaba mucho para comprender realmente como funcionaba este nuevo mundo a mi alrededor.

Veamos... Dijo Clarice mientras comprobaba la lista. Benson, Benson... No había muchos alumnos apuntados en ella, en cuanto vió que Violet metía la cabeza, retiró el listado de su campo de visión.

Violet Benson. Pronunció al fin. Veo que le gusta el cotilleo, quédese aquí detrás mía y no se mueva. Miró a Amber cuando esta se presentó frente a ella. Entornó mucho los ojos. Sí.. te recuerdo de la clase del profesor Miller de ayer. Busco a los que ayer no vinieron a clase, los que vinisteis no sois problema. Comunicó a Amber mientras observaba como una jovencita de pelo rubio y mirada inocente, se acercaba a ella y la miraba sin decir nada con un sonrisa muy tonta en la cara.

Puedes irte, ya sabes cual es tu clase... Respondió a Amber mientras miraba a la inocente criatura. Bien jovencita. Dijo seria a Rylee. Ella no solía ser tan seria ni estricta, pero después de lo que ocurrió en clase el día anterior, cuando se quedó al cuidado de los chicos... ¿Me vas a decir como te llamas o vas a estar todo el día mirándome embobada?

Mietras Clarice iba quedándose con los nuevos a su lado, Jason corrió hacia el interior del edificio, tratando así de ocultarse del resto del mundo. Pero una voz muy familiar le detuvo.

¿Dónde crees que vas, jovencito? Su madre y profesora en el instituto, le había visto y parado la marcha. Estaba enojada, Jason lo sabía perfectamente. Sólo le llamaba "jovencito" cuando se enfadaba de verdad. Le iba a esperar un día muy duro. ¿De verdad? ¿Una fiesta en el bosque? Preguntó a Jason casi como si la hubiese organizado él.

No quiero que digas ni una palabra. Vamos dentro, vas a tener que explicar muchas cosas, jovencito. A ellos y a nosotros. Dijo señalando a los agentes que estaban con ella.

La familia Miller al completo entró en el instituto acompañados de la policía. Todos pasaron junto a Clarice, Amber, Violet y Rylee, la cual seguía como embobada mirando a ... ¿la nada?

Una vez dentro, se fueron todos a una de las salas vacías, donde Jason iba a pasar un rato bien acompañado.