Partida Rol por web

The Headless Girl and Blind Boy

1.0 Gyrat

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03/09/2014, 01:22
Narrador

El nuevo mundo era fresco, mullido y olía a otoño. Brisa no recordaba haberse quedado dormida, pero estaba tumbada en la hojarasca de un bosque oscuro. El único sonido era el del viento silbando entre los árboles, ululando al pasar por los huecos dejados por algunas raíces que sobresalían de la tierra y volvían a meterse, haciendo que las ramas más finas vibrasen y entrechocasen, componiendo música, como si el bosque fuera una orquesta compuesta entera por instrumentos de viento.

La luz fantasmagórica tenía un tono verdoso que se extendía por todo el sotobosque, formando una gran cúpula que impedía que se pudieran ver las copas de los árboles.

El olor a humedad trae consigo la promesa de renuevos y a la vista tienen una camino embarrado que transcurre entre los árboles, dando vueltas a su alrededor, girando para un lado y después para el otro, como si aquel recorrido lo hubiera hecho un niño pintando con acuarela marrón sobre un cuadro.

Brisa se siente liviana; parece como si pudiera saltar como lo hacía en el Orbis. Pero por primera vez siente frío, sus dientes castañetean y sus extremidades están algo entumecidas por la baja temperatura.

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09/09/2014, 15:14
Brisa

Lo primero que sintió fue el olor. El olor a pasto húmedo de rocío, a hojas verdes llenas de vida, a aire puro y frío. Luego llegó la sensación en la piel. Una cama de hojas la acunaba mientras que la brisa, su tocaya, jugueteaba entre las ramas y acariciaba su piel en un gesto casi amistoso. Pero aquella brisa no era cálida y la sensación de sentir su roce en la piel no le agradó.

Frío! Una palabra conocida pero desconocida hasta aquel momento. Cuando vivía en su burbuja, cuando sólo era la Niña, nunca había tenido frío. Ahora, sus músculos sufrían pequeños espasmos y sus dientes castañeaban sin control. Brisa decidió que no le gustaba el frío. O al menos que no le gustaba sentirlo.

Se incorporó de un salto, sintiéndose llena de energía a pesar de todo. Mientras continuaba dando saltitos -descubrió que eso hacía que sus músculos se relajaras, que sus dientes se quedaran quietos y que una sensación cálida comenzara a recorrer su cuerpo- absorbió todo con la vista. Estaba en un bosque inmenso, lleno de árboles altos hasta el cielo. Tan altos que no dejaban ver el sol, algo que le entristeció. Sin poderlo evitar, el recuerdo del sol le trajo el recuerdo de Fira, su luz, aquella que había prometido acompañarla pero que ahora no estaba allí. Nuevamente eran ella y Trapos.

-Trapos! -hasta el momento había estado muy ocupada descubriendo el nuevo mundo que la rodeaba así que no se había ocupado de ver dónde estaba su búho guardián, pero ahora lo necesitaba. No quería estar sola en un lugar desconocido. No sabía por qué, pero la soledad le representaba desprotección.

-Trapos, donde estás? No juegues a las escondidas... primero tenemos que conocer el lugar o podríamos perdernos...

Con temor, abrazándose a sí misma para protegerse del frío, comenzó a caminar en espiral, alejándose un poquito más cada vez, en busca de su amigo.

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09/09/2014, 17:11
Trapos

El mundo que posiblemente la Niña había evocado al elegir su nuevo nombre apareció ante ellos. Era húmedo, oscuro y había muchos árboles. Y luego estaba el frío. Por fortuna, el ave de peluche no tenía huesos, por lo que el frío para él era menos molesto. Cosa que no quería decir que en el fondo no lo sintiera también.

Los árboles prometían numerosos insectos y aunque los de esta zona fueran algo vulgares no significaba que trapos no pudiera comerse unos cuantos para alegrarse el paladar. Fue al oír a Brisa cuando abandonó la idea de buscar insectos y la buscó con la mirada. El sitio era oscuro, así que tendría que guiarse por el sonido.

-Estoy aquí, Pequeña- revoloteaba en círculos la zona para que le viera- yo siempre estoy aquí. Estaba- si le decía que buscaba algo para echarse a la boca ella podría sentirse menos querida. Así que sin que sirviera de precedente, le soltó una mentira, sí, aunque piadosa y tranquilizadora- reconociendo la zona. Claro que no he visto gran cosa, está oscuro y el viento dificulta mi vuelo-

Y para hacerle ver que nunca le abandonaría volvió a la posición que tanto le gustaba a él y que le recordaba a un nido. Su cabeza, que esta vez no era tan cálida como otras,el pelo era algo más frío. Y es que la temperatura le afectaba a ella más que a él, al estar hecha de carne, piel y huesos. Fue por eso que sentó sus posaderas en la cabeza de la chica, para que entrara en calor.

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16/09/2014, 00:14
Narrador

Fue dando saltitos y moviéndose por la arboleda que Brisa notó que a veces notaba algo de calidez que repentinamente volvía a tornarse en frío. Solo tenía que mirar a sus pies para darse cuenta que siempre que cruzaba el camino ondulante, la temperatura cambiaba. Aquel paso embarrado irradiaba una energía agradable que templaba los huesos de la pequeña y que eliminaba la humedad de la tela y el relleno de Trapos.

El viento seguía soplando, pero desde dentro de la protección del camino, la música había dejado de sonar. Estar ahí aunque agradable para el cuerpo era un poco desquiciante para el resto de los sentidos. El oído no escuchaba nada más que su respiración y el movimiento de Trapos sobre su cabeza; también el aroma del bosque había desaparecido, viéndose reemplazado por un olor acre. El color de todo desde dentro era distinto, pasando del verde que se veía fuera del camino a un tinte azulado desde el interior.

Una sensación muy curiosa, como cuando de noche te tapas y tienes calor y al destaparte tienes frío, o aguantas el mal menor o te decides a mantener la vigilia.

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19/09/2014, 11:21
Trapos

El frío que endurecía la felpa de Trapos parecía hacerse menor cuando la niña a la que acompañaba se adentraba en el bosque siguiendo un camino. Eso no quería decir que fuera algo necesariamente bueno, pues el paisaje se entristecía cuanto más dentro estaban y el sonido dejaba de oírse. Y si no se oía nada es porque ningún animal se atrevía a adentrarse en aquel lugar.

-Pequeña- tuvo que pegar el pico a su oreja para que le oyera- no es que piense que seguir el camino no sea la mejor opción, pero creo que debemos darnos prisa para ver a donde lleva sin detenernos demasiado. Los lugares raros suelen albergar seres raros.

Aún así, no era impaciencia lo que sugería la voz de trapos. Nunca increparía nada a su protegida. Era, más bien, un consejo. 

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20/09/2014, 21:01
Brisa

Al darse cuenta de que el camino era cálido pero deprimente y el exterior lleno de vida aunque peligrosamente frío para ella, Brisa se encontró por primera vez ante una verdadera disyuntiva.

Mientras vivía en su mundo privado, nunca había tenido que elegir. Las cosas eran como eran y siempre eran buenas. Su vida transcurría sin mayores contratiempos y las decisiones eran fáciles. Pero ya no estaba en su burbuja. Había pedido salir a vivir aventuras, sin tener en cuenta que vivir implicaba decidir a cada paso que daba.

Alternó un rato dentro y un rato fuera, pero aquello no la satisfacía. Entonces intervino Trapos, trayendo su cuota de sensatez como había comenzado a ser costumbre.

-Muy bien amigo... sujétate fuerte que allá vamos! -y sin ninguna otra muestra de aviso, se lanzó a la carrera, siguiendo el afelpado sendero, tratando de no fijarse en lo extraño que resultaba escuchar sólo sus pasos y el latido de su corazón.

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12/10/2014, 01:27
Narrador

Importaba mucho que al entrar en el sendero Brisa eligiese seguir un sentido o el otro, pues esto no era Oz, donde todos los caminos de baldosas amarillas llevaban a la ciudad Esmeralda; aquí uno llevaba a algo malo y el otro a otra cosa también mala. Pero daba igual, pues el bosque no se hacía más ralo en ninguna de las direcciones, ni cambiaba de especie de árboles, ni las hojas eran más grande, ni la vía dejaba de ser un mero barrizal; si Brisa hubiera tenido que elegir no habría tenido razón de saber la diferencia entre dirigirse hacia un lado o el otro.

Así pues sigamos a la rápida brisa del oeste, corriendo como un crío en velocípedo tratando de llegar a ninguna parte.

Brisa reduce la marcha, pues ante ellos se bifurca el camino. Un alto poste en la intersección reza:

<- Poblado oscuro

Poblado luminoso ->

Unos pocos pasos más allá, en sendas direcciones, hay un cartel más grande que de igual forma da la bienvenida, seguido de un recuento de habitantes.

100 98 habitantes en este lóbrego poblado

100 101 habitantes en esta brillante aldea

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17/10/2014, 14:21
Brisa

Así como el viento que da su nombre, así fue como la niña avanzó por aquel camino cálido pero extraño, dejando atrás metros, cuadras o tal vez kilómetros de bosque igual. Si su cuerpo no hubiera acusado cansancio al llegar hasta la bifurcación, Brisa podría haber supuesto que sus pasos no la habían hecho avanzar ni un ápice.

Llegó a la bifurcación y por primera vez se sintió en un aprieto. En su burbuja no había tenido maestros que le enseñaran las letras ni su significado. En verdad, tampoco le había hecho falta. Pero ahora allí, en aquel lugar, sus ojitos inquietos recorrían las formas de uno y otro letrero, sin tener idea qué querían indicar cada uno, o sin sospechar que la próxima hoja del libro de su Destino, se escribiría a partir de aquella simple elección.

Sin embargo, a diferencia de cuando habitaba en su mundo particular, esta vez Trapos era más que un peluche con un ojo medio afuera y poca pinta de búho.

-Trapos, qué dicen esos carteles? qué camino debo seguir?

Notas de juego

Y así es como dejo el destino de la Niña en manos de la seta XD

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20/10/2014, 00:06
Trapos

El camino, si no hubiera sido porque Trapos ni siquiera se apartó un momento de encima de la niña, habría sido cansado. Por fortuna, el final del camino estaba cerca al difurcarse éste. Lo malo es que podía llegar a un sitio mejor.

El búho de felpa no se sorprendió cuando ella pidió su consejo, para eso estaba él, para aconsejar. Le gustaba que fuera ella quien decidiera su propio destino, sin embargo, en ningún sitio estaba escrito que él no pudiera echarle una mano. Así que sin reprenderla en lo más mínimo y sin guardarle rencor, respondió.

-En el de la izquierda...- al darse cuenta de que que Brisa igual no sabía a qué se refería con eso levantó su ala y señaló la izquierda- ahí, pone que está el poblado oscuro. Al otro lado, el luminoso y brillante.

A bote pronto, la segunda idea sonaba mucho mejor, más agradable y próspera. Pero Trapos desconfiaba hasta de su pico y cualquier cosa le olía a trampa, más en el caso de algo tan evidente. Claro que tampoco le apetecía mancharse más de barro ni tierra, y el de la izquierda prometía eso y más.

-¿Qué te apetece más, un poblacho pobre y oscuro o una aldea aparentemente bonita y llena de luz?- a pesar de que le daba la opción de decidir vendía mejor la aldea de la derecha, aún a expensas de que podía ser una trampa para bobos.

Y tampoco podía descartar la idea de que un gracioso hubiera cambiado los carteles ni el número 100 tachado en ambos. Si iban al oscuro su número volvería a ser 100, y quizá eso agradara a los aldeanos. No obstante, trapos quería descansar donde fuera, su cerebro necesitaba un baño tanto como su cuerpo. De haber tenido dedos, los hubiera cruzado, pues tenía una mala sensación sobre ésto.

Notas de juego

El búho no elige, "sugiere". Eso sí, da las opciones a conveniencia. De todas formas como jugador lo de la aldea de la luz suena demasiado bonita... y más en un cuento gótico xDDDD

Pero Trapos es así, como animal nocturno le apetece echarse una cabezadita en una aldea luminosa.

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20/10/2014, 16:13
Brisa

Brisa escuchó con atención las palabras del búho. Cuando éste hubo terminado, sus ojitos mostraban determinación. Extrañaba la luz del sol, extrañaba a Fira a pesar de haberla conocido brevemente y, por sobre todo, sabía que la oscuridad representaba estar arropada en su cama, bajo un techo, tendiendo que dormir hasta que la luz volviera a inundar el lugar y ella no quería eso. Había salido de su burbuja a vivir aventuras y durmiendo no iba a conseguirlo.

-Está decidido. Nos vamos al pueblo luminoso. Seguro que allí podremos encontrar otras niñas y otros búhos que quieran jugar con nosotros. Y si no, sabrán indicarnos el camino que nos lleve a vivir aventuras, amiguito!

Con renovadas energías, Brisa tomó el camino de la derecha, yendo a los saltitos sin darse cuenta de que, con los bamboleos y rebotes, podía estar incomodando a su amigo que seguía apostado sobre su cabeza.

Notas de juego

Cita:

El búho no elige, "sugiere". Eso sí, da las opciones a conveniencia. De todas formas como jugador lo de la aldea de la luz suena demasiado bonita... y más en un cuento gótico xDDDD

A Potty también le suena a trampa, pero la Niña es la Niña y no ha salido muy bien dotada en inteligencia XDDDD (además de que todavía es pura candidez)

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10/04/2015, 23:33
Narrador

Aquel mundo perteneciente a Eurus contenía dos dioses menores, dos thuellai, malvados, que regían Gyrat. Nuestros protagonistas no lo sabían, pero en la bifurcación acababan de elegir a uno de ellos: Kaikias. Del resto de criaturas mitológicas no se hablará hasta más adelante.


Y así fue como Brisa eligió el poblado luminoso, sin haberle puesto demasiado pensamiento, dejándose guiar por su eterno compañero. Pero se nos ha olvidado decir algo más, pues finalmente en un lugar situado dentro del tejido del tiempo, la Niña ahora conocida como Brisa comenzaba a sentirse cansada, a notar el peso de las horas.

Serpenteando entre los árboles, siguiendo el camino, el paisaje no cambiaba, con los árboles altos repitiéndose con una variedad característica de la poca imaginación. Hasta que llegado un momento, estando fuera del camino para descansar de aquel malestar que causaba estar dentro, escucharon una voz aguda que se entretejía con el viento silbante y ululante, que parecía cantar:

Oh my, oh geez, i'm here between trees.

I grow, I'm no newt, water comes and my boots take root.

Look my limbs, how they wiggle, they're branches, strong and nimble.

Birds, come to rest and make your nest, have your fest, if you want a tree I'm the best.

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16/04/2015, 15:45
La Niña

Al principio todo era energía. Saltos, carreritas, mini juegos para pasar el rato. Pero a medida que los minutos se transformaban en horas, las piernas pesaban más, los pies acusaban dolor, los brazos no querían levantarse y el ánimo en general, se iba apagando. Por primera vez en su vida, la niña que ahora se llamaba Brisa acusaba cansancio y aquella sensación no le gustaba nada.

Salió del camino para sentarse un ratito -algo le decía que aquello podía funcionar para volver a sentirse bien- y el frío la golpeó. Ya no se sentía contenta con su decisión. Ya no era una criatura afortunada que iba a vivir aventuras. Era una pobre infeliz a la que le dolía todo el cuerpo, que tenía hambre, que sufría la falta de calor y que, además, no estaba haciendo nada interesante. ¿Cuánto faltaba para el poblado? ¿Cuando iba a cambiar el paisaje?

Refunfuñando, tomó a Trapos de su cabeza y lo abrazó con un poco más de fuerza de lo necesario. Tener al peluche cerca le brindaba algo de confort y todavía no era consciente de que aquellos apretones podían dañar o al menos incomodar a su amigo.

-¡Me aburro! Trapos... ¿Cuando llegamos? ¡Quiero vivir aventuras, quiero que deje de dolerme todo y que mi panza no haga más ruido! ¡Quiero ver el sol y conocer a la gente del poblado luminoso! ¿Donde está el pueblo? Trapos, ¡esto no es justo!

A mitad de su pataleta, una voz ventosa llegó hasta sus oídos. Parecía entonar una melodía que Brisa no conocía. Las palabras se le antojaban extrañas, atractivas. No eran palabras que ella usara. Claro que ella tampoco conocía muchas. Sin embargo, algo en su cadencia o tal vez su entonación despertaba su curiosidad. Sonaban casi como una invitación.

Olvidándose de sus penas (maravillosa cualidad de la niñez, poder dejar todo atrás en un abrir y cerrar de ojos), la sonrisa volvió a resplandecer en su rostro.

-Hey Trapos! Allí hay alguien que nos quiere ver. Estoy segura de ello. ¿Habremos llegado al poblado? -miró a su alrededor, pero el paisaje seguía tan monótono como cuando había comenzado su paseo. Pero como nunca había estado en un poblado antes, tal vez aquello era lo que le impedía reconocerlo. Sin dejar de sostener a su amigo, aunque la presión que ejercía ya no era tan intensa, empezó a caminar hacia esa voz, buscando a su portador.

-¡Holaaaaaaa! ¿Quieres jugar conmigo?*

Notas de juego

*Vuelvo a sentirme Tubby 4 XDDDDD

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24/04/2015, 01:21
Trapos

El camino se tornaba largo, monótono. El búho creía que el pueblo no estaría muy lejos. Las señales, por otro lado, tampoco indicaban ninguna distancia. ¿Estaría el poblado oscuro más lejos? A saber. Ya habían tomado esa dirección y la Niña parecía emocionada por ir a aquel lugar.

Y Trapos no le iba a llevar la contraria a su compañera, era ella quien debía vivir su propia aventura y Trapos debía simplemente, velar por ella. En realidad una brújula no les vendría mal entre tanto bosque.  Aunque el ave no tenía dedos lo suficientemente bien articulados como para manejar bien ese objeto y quizá Brisa no supiera como interpretar esa brújula. Les quedaba confiar en su instinto y fuerza de voluntad. No rendirse, seguir avanzando.

Sin embargo, el animal de felpa no era el único que estaba hasta las plumas de tanto camino. La pequeña, que disimulaba su abatimiento con optimismo, tampoco podía ocultar su cansancio. Si las cosas no cambiaban,  podrían acabar mal.

Pero las cosas cambiaron. Trapos no sabría decir si para bien o para mal. Uno de los árboles, o eso creía el peluche ya que allí solo había árboles, comenzó a cantar. Evidentemente, su protegida no pudo evitar dejarse llevar por el canto, por la única cosa que rompía con la monotonía del lugar. El protector era más cauto. Él debía ser cauto por los dos.

-No creo que sea un poblado- le dijo con ternura a Ella, como solía hacer. Los poblados equivalían a casas y habitantes, pero no se veía gran cosa allí. Después cambió el tono de voz a uno menos dulce. Por supuesto, no se dirigía a la que ahora se llamaba Brisa, si no lo que él creía un árbol. - Identifícate, ¿quién es el que canta?

Notas de juego

Vuelvo a sentirme Tubby 4 XDDDDD

Más te vale no serlo, o asustarás a Trapos.