Partida Rol por web

The Headless Girl and Blind Boy

Jack in the box

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27/07/2014, 19:03
Director
Sólo para el director

Ficha básica con atributos principales. Cada habilidad, no mencionada, irá relacionada con un atributo según vayan surgiendo. Sistema Faith (Fides) Invención propia

Fortaleza: para actividades físicas que necesiten fuerza o resistencia, sea física o mental.

Ingenio: planificación, ideas, resolución de problemas.

Destreza: capacidad de realizar labores complicadas que no dependen de fuerza. A veces complementario a la fortaleza.

Entendimiento: conocimientos adquiridos

Suerte: porque no todo depende de la habilidad...

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29/07/2014, 23:18
Director
Sólo para el director

Primera pregunta: +5 fortaleza y +4 en destreza o +5 en ingenio y +4 en entendimiento.

¿Qué valoras más, la fuerza para proteger a los demás o el conocimiento? Fuerza para proteger

Segunda pregunta: +3 fortaleza, +3 entendimiento, +3 suerte o +3 destreza, +3 ingenio, +3 suerte

¿Eres la piedra o eres la honda? La piedra

Tercera pregunta: +2 fortaleza, +2 ingenio, +2 destreza, +2 suerte o +2 fortaleza, +3 destreza, +3 suerte

¿La llave de todo o el martillo de sueños? Martillo de sueños

Cuarta pregunta: +4 suerte, +2 entendimiento

¿Qué eres, pequeña eterna? Soy lo que soy

Fortaleza: 8

Ingenio: 2

Destreza: 7

Entendimiento: 5

Suerte: 8

Notas: 0 en Ingenio, mínimo 2, valor propuesto. 10 en Fortaleza y Suerte, para permitir mejora, rebaje a 8.

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05/08/2014, 14:26
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Sólo para el director
- Tiradas (3)

Motivo: Prueba

Tirada: 1d12

Dificultad: 8-

Resultado: 6 (Exito)

Motivo: Prueba

Tirada: 1d12

Dificultad: 2-

Resultado: 1 (Exito)

Motivo: Prueba

Tirada: 1d12

Dificultad: 10-

Resultado: 8 (Exito)

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05/08/2014, 23:37
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Sólo para el director

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11/09/2014, 01:43
Director
Sólo para el director

Fue dando saltitos y moviéndose por la arboleda que Brisa notó que a veces notaba algo de calidez que repentinamente volvía a tornarse en frío. Solo tenía que mirar a sus pies para darse cuenta que siempre que cruzaba el camino ondulante, la temperatura cambiaba. Aquel paso embarrado irradiaba una energía agradable que templaba los huesos de la pequeña y que eliminaba la humedad de la tela y el relleno de Trapos.

El viento seguía soplando, pero desde dentro de la protección del camino, la música había dejado de sonar. Estar ahí aunque agradable para el cuerpo era un poco desquiciante para el resto de los sentidos. El oído no escuchaba nada más que su respiración y el movimiento de Trapos sobre su cabeza, también el aroma del bosque había desaparecido, viéndose reemplazado por un olor acre. El color de todo cambiaba del verde que se veía fuera del camino a un tinte azulado.

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20/03/2015, 12:30
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Sólo para el director

Bump! 3 semanas >_<

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10/04/2015, 22:53
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Sólo para el director

Recuerdos:

0.0

El cristal detrás de la puerta se oscurece, tornándose negro alquitrán.

-Espejo, espejito mágico, ¿quién es la más mala del reino?- la voz es dulce y su rica tonada transmite toques otoñales, colorida... y muerta, pues en el fondo la niña conoce, la niña recurre a todo para contestar lo que ella solo sabe, pues para eso está, para ser preguntada y responder, día tras día, hasta la eternidad.

-Soy yo, soy yo- repitió la voz al otro lado del cristal ahumado, con una ligera inflexión como si sopesase aquella respuesta, como si tratara de trocarla en lo que realmente esperaba escuchar. -Sí, claro que sí, soy yo, ¡soy yo! ¡Al fin!-

Antes de que la puerta del árbol volviera a cerrarse, la neblina oscura se dispersó y a través del espacio, del tiempo y posiblemente de la imaginación, el cristal, transparente ahora, mostró una figura de espaldas, de una joven de largos cabellos del color del sol y enfrente suya una sala repleta de hornacinas con cabezas, cada una más bella que la anterior y todas sobre cojines coloridos repletos de brocados. Pero la puerta se cerró. Lo que había tras el espejo era una historia para otro momento.

 En otro lugar, en otro tiempo, una joven trataba de alcanzar a nuestra solitaria niña. Tras tanto tiempo finalmente consiguió vencer la barrera, aunque solo consiguiera que su voz llegase a ella.

Las palabras llegaban en tono melodioso, como si una sirena cantase y la atrajese. -Luz, sublímate, ilumina su mente. Oscuridad, difumínate y vuelve a mi, deja marchar a la cría. La pena se ha cumplido, todo pasó una vez y ha vuelto a pasar, déjala marchar-

-Porque al igual que nosotros lo somos todo, tú eres todo- fue la réplica de la luciérnaga. Azul era una individualidad y en ese mundo no existían las individualidades. La niña no pertenecía allí. El colibrí era la representación de todos los colibrís, no podía morir porque de aquel colibrí bebían todos los demás colibríes que poblaban los mundos a lo ancho del tiempo y del espacio. Y lo mismo pasaba con las piedras, los árboles y cada uno de los distintos peces del río. Todo aquel mundo era un todo. 

-Wendel, no seas celoso y ábrete al fin-cantó la luciernaga con voz de mando, su abdomen refulgía soltando destellos, sabiendo lo que iba a pasar a continuación y esperándolo con alegría.

Una figura apareció en la corteza del árbol, debajo de su piel, como si pertenecería a la planta. Se dibujaba el contorno de una figura menuda que se movía con ligereza, haciendo que a su paso la corteza se removiese para dejarle pasar. De rama en rama y finalmente hasta inflar levemente la puerta con su corporeidad. Pareció sacar una llave que encajó desde el otro lado y giró. La puerta se abrió y detrás no había nadie. Wendel, el abridor de puertas, había dejado de existir en aquel mundo.

 -Hay muchos mundos ahí fuera. Te esperan grandes aventuras. Encontrarás amigos, otros te harán sus enemigos, conocerás el pesar pero también la alegría. Descubrirás tu destino. Ya ha transcurrido demasiado tiempo y va siendo el momento. Ve ahora o te quedarás aquí para siempre-

Alejándonos del escenario, el árbol va reduciéndose de tamaño, dejándonos ver la soledad de aquella puerta mágica. La cabaña entra en enfoque pero también se va haciendo más pequeña, hasta que entran en escena las montañas, el gran lago que la niña llamaba su océano y todo aquello entra en un solo encuadre. Un mundo redondo, independiente, alejado de cualquier tamiz del universo, único, son su propia flora y fauna y que ahora desde lejos se ve tan pequeño, tan poca cosa. Sobre este mundo cargado de vida, de inocencia, recuerdos olvidados y nunca recordados flota una esfera de cristal con una abertura en su parte superior. Aquel sol, que la niña decidió llamar y que se describió como una simple esfera, se ve hueca, totalmente apagada, pues la luz que debía iluminarla se encuentra allá abajo, alumbrando la marcha de la niña de los mil nombres y dando su vida a cambio. Como tantas otras Firas antes que ella, que alumbraron a la eterna joven día tras día durante una eternidad. Una pequeña montaña se puede ver en la esfera de cristal: son los cuerpos de cada Fira que fue, cada Fira que existió, cada Fira que dio su vida, que se amontonan una vez expira, en un ciclo de renaceres y muertes que al fin ha sido roto. 

0.1

En Interludix, la cueva del fin de los tiempos, o del inicio de los tiempos según algunos sabios que creen saber de su existencia, nada comienza, nada finaliza; pero ésta vez algo sí pareció comenzar cuando la columna central se iluminó y letras como cortes en la piedra empezaron a cincelarse por una mano invisible: El Orbis ha caído, la niña ha salido.

Al decir la niña la última palabra, los dados dejaron de rodar, las ruletas de girar y las cartas se mostraron, las reglas acababan de ser escritas y el destino fijado. Hasta entonces todo había sido posible, pero las preguntas fueron respondidas y muchas puertas se cerraron para toda la eternidad, dejando tan solo un manojo de caminos bifurcados, broma de Moiras, que muestra opciones que son tan solo trampantojos. La Dama del Lago, mensajera de las Moiras acababa de adjudicar un final a la Niña y con ello un nombre.

Y de ahí leyó El Guardían, del libro de la Dama del Lago, el verdadero nombre de la niña.

-Serás fuerte y diestra, Spica será tu estrella, búscala si te pierdes-

-Dime, pequeña eterna, ¿como te llamarás?- Era tan difícil que acertara su verdadero nombre, como peligroso. Pero si pretendía navegar por los mares estrellados, combatir contra la locura de los bosques del silencio y caminar por las arenas del desierto rusiente, la niña debía tener un nombre.

Milenios atrás, cuando todo era considerado el TODO, con mayúsculas, y los dioses deambulaban en silencio, desperdigados, solitarios, sin contacto, pues los seres omniscientes no encontraban uso para la charla banal, y los seres inferiores no existían, el puzzle del TODO estaba completo, enmarcado y a la vista de todos. Pero el acuerdo fue firmado, el marco desapareció y el puzzle desarmado y desmigajado en el viento.

Havā, Kada, Nasim, Zephrine, Brisa, tantos apelativos recibía el Anemoi, sin importar culturas, países o incluso mundos, pero su nombre acababa de ser conjurado, su pieza encontrada y el puzzle comenzado de nuevo. El céfiro soplo y su aliento envolvió la creación, viento suave, adalid de la primavera, pero no consiguió entrar en Interludix. La niña no notaría sus efectos hasta salir de aquel lugar cortado del tejido del tiempo.

¿Como afectaría la lepra a los humanos? Tampoco importaba, pues la niña tal y como era ahora y como fue en el Orbis, dejaría de serlo en el momento que entrara en un nuevo mundo. La Niña era el común denominador, el caldero de donde se extraía cada una de las innumerables pequeñas, todas distintas exteriormente pero con un mismo interior. 

Entonces una figura se formó en un lateral de la roca, delgada y alta, parecía moverse con fluidez, como si aquella roca más que eterna fuera en realidad flexible y alguien jugara bajo su piel. Haciéndose de rogar, bailó, saltó e hizo una pirueta, antes de llevarse una mano a los labios, como si pidiera silencio. Se acercó y pareció soplar, inflando levemente la puerta, surgiendo bisagras, un pomo y finalmente la hoja en sí, como si fuera una puerta hinchable surgiendo de la nada, pues eso era. Pareció sacar una llave que encajó desde el otro lado y giró. La puerta se movió lentamente y Wendel se despidió antes de que el umbral expedito desvelara su verdadera figura.

Empezó a soplar viento, proveniente del mundo más allá de la puerta, como si el aliento del céfiro finalmente hubiera localizado a la chiquilla y envolvió a la niña, transformándola en Brisa.

En la cueva del fin de los tiempos, la columna central se iluminó. Cincelado como anteriormente ocurriera con las palabras que surgieron a la llegada de la niña, surgió un dibujo, como si siempre hubiera estado allí y hubiera esperado la eternidad para revelarse. Conformado como un mosaico, el dios alado era un inicio...

Eurus había renacido.

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30/11/2015, 19:10
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