Partida Rol por web

Me muevo de forma rápida hacia la derecha para flanquear a los caminantes y atacar al que está situado en esa posición, me acerco a él buscando su perfil, para obligarlo a girarse y que su torpeza juegue en su contra, mientras levanto el stick de hockey con ambas manos para golpear describiendo un amplio círculo con el stick. 

Por desgracia, el errático movimiento del caminante al girarse hacia mi es mucho más lateral y bajo de lo que yo esperaba por lo que mi golpe pasa muy por encima de su cabeza y, al no encontrar mi objetivo, me desequilibro por el impulso.

Corría a golpear al zombie que me había tocado en un orden no hablado, cuando me dirigía a este, Marcos había fallado el golpe hacia el zombie, posiblemente por un exceso de fuerza en el intento de matar de un golpe al caminante. Me dirigí a toda prisa hacia este y le di con todas las fuerzas que tenía con aquella arma barbárica que había recogido antes. Parecía un salvaje, pero tenía que hacer lo que había que hacer para defender a su grupo.

-¿¡Marcos, estás bien!?

Parece que en esta ocasión, el patoso es otro. Veo como Marcos falla en su impacto, y también como rápidamente Carlos va en su protección. Curiosamente, del que menos se esperaba es el que más resultados está dando, una ironía que la vida repite una y otra vez.

Me lanzo hacia el segundo zombie para impactarle el bate en la cabeza, algo que hago de forma un poco nerviosa ya que no me termino de fiar de esta mierda de arma. Y posteriormente me coloco delante de los otros dos esperando al tercer zombie.

                Marcos intenta una buena maniobra, es habilidoso con el stick e intenta darle al zombie de pleno con el palo, pero falla a último momento, el muerto se echa hacia adelante y lo toma de una pierna. Charlie golpea entonces al que está atacando a su compañero, dejando aquél con el que él iba a batallar en un principio. Alberto, por su parte, da un batazo a la cabeza de la mujer, la tercera muerta. El golpe le gira el cuello hacia atrás que se quiebra con un sonoro crack.

                Queda un muerto, que se echa en pos de Eva, quién está cuidando la puerta y ajena al peligro. Ella está buscando una forma de trabarla del todo y por eso mismo sus ojos se encuentran mirando otra cosa. No ve al el señor de corbata que se acerca, muerto hace tiempo, pero aún camina, y quiere comer...

Cuando el caminante me agarra la pierna pienso que todo se ha acabado hasta que Charlie llega hasta él y lo fulmina de un certero golpe en la cabeza.

- Si. Estoy bien. Gracias. - Consigo articular.

Respiro con más calma hasta que me doy cuenta de que el tercer caminante se aproxima a Eva y que está no lo ve llegar.

- Cuidado Eva. - Digo entre dientes mientras doy un rápido salto para interponerme entre ella y el caminante. - Te toca bailar con el feo, amigo, no con ella.

No me doy cuenta de que el muerto que queda libre va hacia Eva, y mucho menos de que ella no está por otra labor de igual importancia. Aún sigo preocupado por la mierda de bate que tengo entre manos. La primera acción que hice con él fue un auténtico fiasco, y la segunda ha salido bien por poco. Tengo claro que tendré que cambiar de arma más pronto que tarde.

Una vez me giro, veo como Marcos, sale disparado desde el suelo, que anteriormente había caído por una patosidad y sacude al otro zombie. Mi rostro es de extrañeza no terminando de entender esos reflejos de felino que parece poseer, pero que bien no servirá a todos.

Viendo que la situación parece controlada, echaré un vistazo rápido mientras todos se reúnen para proseguir

Algo hizo que Marcos reaccionara de una forma tan rápida y eficaz, quizás Eva y el entorno le trajeron recuerdos que no podía permitir que rondasen por su mente. Ahora todo funcionaba así, estas circunstancias te obligaban a tomar decisiones que eran vitales a todo momento, ya nadie pensaba en aquellos interminables e indecisos minutos a la hora de elegir menú en el Burguer.

Acababa de salvarle la vida a Eva pero la chica ni se paró a darle las gracias cuando el caminante dejó de hacerlo para siempre, se vio como su cara reflejaba un cambio de angustia a alivio y con la puerta abierta del edificio tiró del brazo de Marcos hacia el interior.

-Vamos deprisa! - dijo agitando los brazos al resto del grupo pero sin levantar demasiado la voz para no atraer al resto de muertos.

Una vez dentro de aquel portal pudieron ver la diferencia en la que aun no habían podido prestar atención al estar jugándose la vida de nuevo. El bloque no tenía nada que ver con el que fue su primer lugar de encuentro, este estaba situado en las cercanías del hospital, una zona que había sido defendida por el ejército, una guerra por asegurar el centro médico que causó grandes destrozos en las inmediaciones.

El grupo se encontraba ante una jungla de escombros, algún haz de luz lunar se colaba por las grietas de las paredes y de los techos, llegaban a verse las caras de inseguridad en algunos de ellos pero a pocos metros tenían que imaginarse lo que les esperaba.

A cada pequeño movimiento se levantaba una gran polvareda, todo estaba en silencio, podrían estar en una fosa común ahora mismo, no era ni de lejos un lugar seguro, tanto por los caminantes que podrían estar allí atrapados como por el riesgo de pisar en falso y que alguna pared o algún cascote se les viniese encima…

Avanzo con cuidado detrás de Eva, moviéndome con cuidado y vigilando tanto donde pongo los pies como lo que hay sobre nuestras cabezas, ya que no debemos olvidar que, a diferencia de muchos videojuegos, estamos en un torno 3D y que los caminantes pueden dejarse caer hacia nosotros por el hueco de la escalera o por un agujero entre los pisos. Eso sin olvidar que el propio edificio juega contra nosotros, escombros colgantes, restos de paredes, techos y suelos agujereados...

Mientras avanzo llevo el stick cogido con firmeza y no dudo en usarlo para comprobar la solidez de los escombros que vamos a pisar o para tantear en los huecos por si hay algún caminante atrapado bajo los escombros, siempre es mejor que coja el stick que una de nuestras piernas.

Aquel lugar era demasiado peligroso para andar a oscuras, demasiadas sombras que podían engañar a la vista en una situación de incertidumbre, Marcos y Eva andan por delante de Alberto y Charlie que tratan de pisar exactamente donde lo hacen los primeros.

Según avanzan pueden ver el hueco de la escalera totalmente obstruido por enormes escombros amontonados, Eva avisa al resto del grupo sobre un pequeño socavón en el suelo del portal - Cuidado chicos - dice mientras sortea el agujero con una zancada exagerada.

Apenas saben a dónde se dirigen pero siguen avanzando, no es un lugar muy espacioso pero al tener que ir rodeando montones de vigas y cascotes mientras agudizan sus sentidos progresan despacio. El camino se estrecha entre dos paredes, obligándoles a caminar de fila de a uno por un corto pasillo, palpando las superficies Eva da con una puerta en uno de los laterales - Chicos no sé si es seguro probar suerte, no hay ruidos al otro lado pero podemos terminar de echar un vistazo al pasillo antes de meternos ahí.

Las dudas empiezan a mostrarse ante mi. No por miedo, pues debería haber muerto en tantas ocasiones que ya no me preocupa ese tema, aunque sí debo sobrevivir lo suficiente hasta llegar a Sevilla. Tampoco por sentirme obligado a acompañar a este grupo y conseguir sus objetivos, que para nada son los míos. Tan sólo lo hago por unos niños que ni siquiera sé hasta que punto les conviene estar en este mundo de mierda en el que tan sólo puede aspirar a ser cada día un poco más inhumano que el anterior. Un mundo innecesario y estúpido en el que su futuro será, con suerte, matar a otros como ellos para sobrevivir. Un mundo donde la felicidad dependerá de si encuentran comida o bebida. En donde las relaciones y la socialización serán inutilizadas por el temor a que un cuchillo desgarre su garganta. En cuyo día a día estarán obligados a ver morir a su gente cercana con lo que eso implica. Volverse locos como todos poco a poco nos estamos volviendo.

Sorteo el socavón del suelo por pura suerte, pues inmerso en mis cabilaciones ni siquiera entendí las palabras de Eva, sólo escuché un susurro que ni siquiera me importaba. Mi carácter siempre agrio y amargado, con el suceso actual, se está ampliando a unos niveles que incluso yo mismo encuentro peligrosos. Con cada día que pasa, las dudas se hacen más presentes en mi, y tan sólo esos pequeños hacen que no desaparezca esa mínima esperanza que aún poseo de ver sana y salva a mi pequeña. Pero sigo estando demasiado lejos.

Sigo ignorando las palabras de Eva, aunque esta vez si las he escuchado. No me importa el destino. Hay algo que he comprendido en esta pesadilla, da igual lo que hagas, lo que tenga que pasar, pasará. Giro el pomo de la puerta despacio, poniendo el bate por delante, agarrado con una mano por si acaso tengo que asestar un golpe con la punta del mismo en ángulo recto y despejar el otro lado de la puerta. Si el pomo está cerrado, entonces intentaré forzar la cerradura para poder abrirla.

No tengo intención de escuchar a nadie. No tengo intención de hacer nada más que entrar en esa habitación y poder pensar un poco antes de que se me gire por completo el cerebro y me vuelva uno como ellos aún sin haber sido mordido.

Sigo a Eva con cuidado, evitando el socavón y fijándome mucho donde piso y como lo hago, sin dejar de vigilar el techo y los laterales. Cuando nos paramos delante de la puerta espero a que termine para decir:

- Antes de entrar en otra habitación debemos asegurarnos de que esta está segura.

Acuerdo con la cabeza al comentario de marcos, parecía que mas que simples ciudadanos. Nos estabamos convirtiendo en una especie de guerrilla urbana, verme a mi mismo en una situación como esa me hacía replantearme si podría volverme como aquellos que solo piensan en pura supervivencia como si de un animal salvaje se tratase.

-Muy bien... ¿Como aseguramos que esté segura? ¿Echamos un vistazo? 

El primer intento de Alberto de abrir la puerta resulta inútil, el grupo se mantiene alerta cubriendo a su compañero mientras intenta forzar la cerradura, apenas sin luz puede ser algo más complicado de lo normal, palpando la puerta logra encontrar la ranura a la altura de su cintura.

Con la guardia en alto y esperando a Alberto un golpe fuerte al final del pasillo pone en alerta al grupo. Sólo ha sido un golpe, no va acompañado de pasos ni de gemidos, de momento...

-Quizás sólo haya sido un cascote más - dice Eva enfrentando el flanco correspondiente.

Cuando oigo el ruido me preparo por si acaso, pero al no escuchar nada más me relajo algo, pero sigo atento.

- Voy a intentar acercarme para averiguar el origen del ruido. - Susurro a los demás antes de comenzar a moverme despacio, vigilando bien donde pongo los pies para no tropezar ni hacer ruido sin dejar de vigilar el techo. En lugar de moverme de frente hacia el origen del sonido, intento buscar un movimiento más lateral para poder mantener la atención tanto en el resto del grupo como en el posible origen del ruido.

Alberto consigue abrir la puerta, la madera cruje al desplazarse hacia el interior dejando ver las sombras de un apartamento vacío y destrozado. Parece un lugar tranquilo, ajeno al apocalipsis del exterior. Eva y él dirigen su mirada hacia el interior, Charlie algo más rezagado sigue cubriendo el pasillo con mucha atención.

-Parece un lugar seguro - dice Eva rompiendo el silencio con un leve susurro.

Marcos se dirigía hacia la oscuridad en busca del origen del ruido anterior, cada paso que daba separándose de sus compañeros se fundía más con la tenebrosidad del pasillo, por unos metros más dejaría de ver al grupo como siluetas difuminadas.

Cuando me percato de que han abierto la puerta del apartamento me paro en donde estoy, mirando tanto hacia atrás como hacia adelante, en busca del origen del ruido, manteniendo la posición por ahora a les espera de acontecimientos.

- Mierda no os quedéis ahí parados joder. - dice Eva a Alberto y Charlie que se quedan quietos en el umbral de la puerta pendientes a la expedición de Marcos por el pasillo - A lo mejor aquí hay algo que nos sea útil, aunque no creo que encontremos una salida en dirección al hospital.

Mientras Eva avanza por el salón del piso rebuscando por los muebles totalmente a oscuras y más nerviosa de lo normal, Charlie y Alberto pueden ver como su compañero con el stick en alto avanza para determinar el origen del ruido, de repente se para indeciso de seguir hacia delante y perder de vista a sus compañeros en la oscuridad o retroceder y ponerse a salvo. En ese momento de incertidumbre el ruido vuelve a escucharse, un golpe seco, sin repetición, la paranoia y la supervivencia te hacen imaginarte lo peor, y casi siempre aciertas.

Marcos cada vez estaba más cerca de su origen...