Partida Rol por web

Aunque se hubiesen queadado con los unicornios, no les habrían hecho ningún mal pues el unicornio el es símbolo de la diosa a la que tanto Asdrul como yo seguimos. Aún así, estarán bien en el jardín pues aunque podrían ayudarnos con la estrategia, un rato de tranquilidad no les vendrá mal comenta a la infanta en tono amable Si está de buen humor hasta puede que Asdrul cuente alguna historia entretenida..

La Infanta levanta las cejas

¿Contar una historia...? Pero como va a...?

Miró a Asdrul, que saludó con un "Hablando, Alteza.." y sonrió

La infanta se sorprendió hasta el punto de que parecía que iba a asustarse o a salir corriendo, pero la calma general de los presentes caló en ella

Oh... vale... pues... venid, os acompaño al jardín Dijo a los dos animales, y los guió por un lateral del palacio, junto con un par de guardias... la muchacha sin embargo mantenia las distancias, que las fieras causaban impresión.

La Reina os guía y acompaña hasta el interior del palacio, tan o más hermoso que el exterior, y os ofrece asiento alrededor de una mesa, que casi está lista para la comida del mediodía (es media tarde, así que estáis comiendo algo tarde ya)

Bien... Dijo la Reina cuando comenzasteis. Descansen y repónganse. Esta tarde tendré mucho por contarles. Por ahora pueden quedarse aquí, hasta que decidamos algo en firme.

Levanta la vista y ve entrar a otro elfo, joven, al que saluda.
Os presento al Príncipe Alaril. Siéntate, hijo... te presento a Gaenos de Lazhánder, y Lía de Mielikki. Vinieron del 'otro mundo', y trajeron consigo un lobo negro, y un tigre blanco, que están en el jardín con tu sobrina.

La mirada que le echa la Reina es de: '¡Compórtate!', y le indica con un gesto de la cabeza que se siente, sin perder la sonrisa.

El príncipe, vestido con una camisa y pantalones de color pardo y verde, llega por unas escaleras, y su primera impresión es de desagrado, pero ante las palabras y gestos de su madre, hace una reverencia a los Enviados y les dedica unas palabras antes de sentarse a la mesa.

Bienvenidos a Véler, dama y caballero. Espero que disfruten de la estancia en Palacio.

 El caballero asiente ante el saludo del joven elfo.

 Sin más, deja a un lado sus arreos de combate asícomo el equapaje, junto con sus guanteletes. Su armadura completa de mithril decorada con símbulos sagrados, con un artístico gravado en forma de amanecer en el pecho de la coraza. Sus alas permanecen recogidas.

Es un placer conocerle responde educadamente con una reverencia al saludo del príncipe. Luego se dirige nuevamente a la reina

Gracias por vuestra hospitalidad, Majestad, esperaremos entonces vuestras noticias

Durante la exquisita comida, la Reina, el Príncipe y la Infanta os cuentan algunas cosas, charla poco importante, en realidad. Es después de la comida que Julia os lleva a la 'Sala de guerra' de la fortaleza: una sala iluminada artificialmente, en un sexto piso, en el interior de la ciudadela, uno de los lugares más inaccesibles durante un ataque.

La sala es rectangular, y en una pared hay una pizarra con un mapa militar de Véler, minuciosamente detallado, con el emplazamiento de ciudades principales, secundarias, y fortalezas, los Nodos, y las vías empedradas que comunican el Reino, que tiene una extensión de unos 1500km de punta a punta. También están dibujadas las naciones vecinas.

En mitad de la sala hay sobre una mesa una gran maqueta de la fortaleza, para trazar planes rápidamente en caso de asalto o asedio, y por supuesto unas cuantas sillas, alrededor de otra mesa, presidida por un trono. La Reina se acerca primero a la pizarra, y coge un pequeño tubo de pergamino que habia al lado, desplegando otro mapa, esta vez, uno del continente entero, que parece no haber sido abierto en, como minimo, años. Lo pincha en la pared con cuatro 'chinchetas', y coge una varilla a modo de batuta.

Pónganse cómodos... coge aire. Para poder comprender la situación actual, debemos remontarnos muy atrás, o bien hacer pausas explicativas continuamente... y eso sería explicarme muy mal, así que comenzaré por el principio de la historia.

Parece que Julia se preparaba para una larga charla, mirando cada poco el mapa.

Según nuestro calendario, estamos en el año 3108 C.I.  C.I. significa "Calendario del Imperio", que es como contamos los años en Véler, y la mayor parte del mundo. Empieza a contar los años desde que se fundó el 'Reino Blanco', que más tarde se convertiría en el 'Imperio Blanco'. -Señaló el Valle de las Maravillas con la vara-

Aunque el Reino Blanco era lógicamente un Reino, el Rey era elegido entre los más sabios del Consejo, que tenía un poder capaz de detener al Rey. Habitualmente los reyes eran elfos, a causa de su mayor longevidad y experiencia, y la mayoría de Consejeros. En el Valle convivían en paz con el resto de la población de enanos, medianosy gnomos. Se trata, como se ve, de una región fácilmente defensible, rodeada por escarpadas montañas, no muy altas, pero lo suficiente para impedir el paso a casi cualquier invasor.
El reino creció, y prosperó. En el año 1505, ascendió al trono el hasta entonces rey más joven: Inioch, un nombre muy respetado en todo el continente, incluso entre razas bárbaras, mientras mantengan algo de saber histórico.
Inioch tenía tres siglos cuando ascendió al trono, y unos poderes mágicos y una sabiduría increíbles para su edad. Se auguraba un reinado largo y próspero, pero jamás imaginaron que tanto.

Demostró ser un rey diplomático que mantuvo a raya con la pluma a las razas y los clanes bárbaros y monstruosos que ansiaban tierras en el Valle, y medió entre ellos a veces. Todo el mundo estaba sorprendido con él.

La Reina cambia de postura, adoptando una un tanto solemne, como si lo que fuera a contar fuese uno de los hechos más importantes de la historia.
El año 1810 apareció en el cielo, más arriba que las nubes, sobre la capital del Reino Blanco, una fulgurante estrella blanca, que a veces era visible incluso de día, y podía verse desde prácticamente cualquier lugar del continente.

Por aquel entonces, Véler, también era un glorioso reino en el Corazón de la Madre, que se extendía el doble de territorio que ocupa hoy. También teníamos nuestros propios problemas con monstruos y demás bestias, mas manteníamos el contacto posible con el Reino Blanco. Era una buena relación, a veces nos llamaban 'reinos hermanos'.

La aparición de la Estrella fue vista como una buena señal, y la influencia de Inioch el Bendito fue creciendo: su labia detenía guerras allá donde hablaba, y pequeños reinos se aliaban con él o se le anexaban. Las guerras se convirtieron en treguas, las treguas en paz, y la paz en prosperidad. En el año 2112, el mundo no conocía una sola guerra, los dos últimos clanes de orcos y trasgos firmaron un tratado de paz, mediado por Inioch el Bendito.

Como podéis imaginar, con el Continente en paz, la prosperidad fue... increíble. Los orcos y los gigantes aprendían de nosotros, los Ojos Crueles nos enseñaron su magia, y el Imperio Blanco creció en gloria, arte, poder y belleza, a la cabeza de un crecimiento mundial en todos los campos.

El rostro de Julia cambia visiblemente, pues lo que va a contar ahora no es nada agradable
A la muerte de mi padre, ascendí al trono de Veler el año 2687.
En el año 2691, Inioch tenia la inaudita cifra de 1530 años. Increíble incluso para un elfo. Fue el mago más grande que conoció el Continente, y aunque se rumoreaba que llevaba siglos alargando su vida mediante la magia, a nadie que no fuese un aspirante al trono le importaba, pues era un hombre incorruptible que seguía trabajando por el bien y la prosperidad del Continente. En aquél entonces, el resto de razas ya vivian al amparo del Valle, conviviendo orcos, elfos, trasgos, humanos, gigantes.. e incluso dragones en una armonía propia de un sueño.

Ese año, el fatídico 2691, unos invasores humanos de allende el mar arribaron a las costas de Azra, prácticamente extinguiendo a sus habitantes tras la feroz batalla que plantaron, aunque al final debieron huir en masa hacia el Imperio Blanco, al Valle de las Maravillas.
Esos humanos eran salvajes y bárbaros conquistadores que no conocían la piedad y se deleitaban cruelmente en la victoria, saqueando todo lo que podían cargar. Los llamamos los Hombres de Hierro. Inioch, al que pude conocer poco, trató de conseguir una tregua con ellos, pero fue imposible: el año 2693 se lanzaron contra el Valle de las Maravillas, atacando directamente la Capital, y matando a Inioch.
Si bien el Imperio era poderoso... se hizo débil. Los humanos le llamaban burlonamente el "Imperio Blando", porque solo un puñado de veteranos elfos o dragones tenían alguna experiencia real en batalla, hacía 581 años del último tratado de paz, por lo que el 99% de los combatientes defensores del Continente no tenían ninguna experiencia verdadera en combate.

La estrella desapareció lentamente a la muerte de Inioch el Bendito, extinguiéndose completamente una semana después. La moral cayó a los pies de los guerreros que resistían, y yo... era una reina demasiado inexperta para manejar una situación como aquella. Ni siquiera mi padre había tenido que lidiar con guerra alguna, y ya mi abuelo no sufrió amenazas reales para Véler. Éramos débiles, en el fondo, demasiado débiles para esos bárbaros bien entrenados y sedientos de sangre.

Baja la mirada, entristecida, y se toma unos segundos antes de seguir.
Las razas fueron expulsadas del Valle de las Maravillas, y los elfos, muy especialmente los elfos oscuros, que compartían el color de piel con los Azracos, los habitantes de Azra. Los elfos oscuros fueron tratados con especial salvajismo, así como los medianos, los trasgos, los kóbold y los gnomos, pero nadie se libró de la ira salvaje de los Hombres de Hierro. Ni siquiera los dragones ni los ojos crueles, que volvieron a sus tierras ancestrales, abandonada toda esperanza.

Sus conquistas duraron unos años más, en los que cada reino trataba de salvar sus tierras de la inminente amenaza de los Hombres de Hierro. Y he de decir que yo hice lo propio con Véler. Sin embargo, se organizó una resistencia contra el Imperio de Kalash, a la que apoyé junto con otros reunos, y que duró activa con fuerza hasta el año 2799, año en que el último ejército rebelde fue aplastado en las Colinas de la Magia. Después de aquello, siguieron trabajando en sabotajes, asesinatos y asaltos otros cincuenta años, más o menos.

Buena parte de los líderes rebeldes fueron elfos oscuros, aunque también hubieron muchos enanos y gnomos que siguieron ese camino. También bribones y gente de dudosa calaña que no tenía otro sitio mejor donde emplear su espada.

De eso hace ya tres siglos. El mundo no ha dejado de ir a peor desde entonces. Muchas fronteras se han cerrado, y el corte del comercio ha mermado aún más el crecimiento y la prosperidad de todos los reinos y naciones del Continente, por si la caída del Imperio Blanco no hubiera sido varapalo suficiente. Desgraciadamente, las razas de corta vida tienen también una memoria histórica muy breve, y hace muchísimo tiempo que la esperanza de unir a las naciones como antaño se ha perdido. El Sueño de Inioch está muerto y enterrado, incluso entre los que lo vivimos.

Los elfos oscuros no han olvidado en absoluto, y muchos de los supervivientes fundaron su propia nación en la deshabitada e inhóspita isla de Trashia. Ellos... no son como nosotros. Véler vive en el mismo lugar que antaño, y mantiene como puede sus costumbres, ellos eligieron empezar de nuevo, y no les está yendo tan bien. Han dejado de lado buena parte de las costumbres y de lo que una vez fueron.
Por suerte, aún viven elfos oscuros afines a las tradiciones fuera de Vélen. Nueva Phélenner intenta reconstruir el Ducado de Phélenner, sito en el Valle de las Maravillas en época de Inioch, y convertirlo en una nación por derecho propio. Elogiable, aunque opino que bajo la bandera de Véler caminarían más deprisa hacia sus propios objetivos.

¿Qué decir del resto...? Bueno, los orcos, los trasgos y los hombres lagarto han retrocedido en buena medida a la barbarie ancestral de su especie, los gigantes, los dragones y los ojos crueles se sienten a salvo en sus tierras, y los gnomos, los medianos y los kóbold no son rival para el Imperio de Kalash.
Por otra parte, el Imperio parece que está muy cómodo dentro de su rocosa frontera, y no parece tener intención de salir... por suerte.

Julia toma aire.
Alguna pregunta, antes de que pasemos a temas más.. actuales?

Lia comienza a negar con la cabeza como contestación a la pregunta de la reina pero se detiene. Bueno, sí... se llegó a saber qué era aquella extraña estrella?

La reina niega con la cabeza

No, en 883 años que estuvo marcando el firmamento, nunca llegó a saberse... alguna especie de señal del Destino, o... bueno, es probable que fuera cosa de algún dios, visto lo visto. La verdad es que todo al respecto de la estrella han sido y son solo conjeturas.

 Tras la exótica comida que le sirvieron los asistentes de la reina, todo un manjar digno de la realeza, posiblemente jamás había probado bocado semejante, en texturas, aromas, sabores, colores... toda una experiencia.

 Lia y el caballero fueron conducidos hacia la sala militar, pasando por distintos puestos de defensa y zonas de alta protecció, pero sin por ello perder la belleza arquitectónica que dominaba en el palacio. Finalmente llegaron a la sala, con la pizarra, la maqueta del palacio, los mapas... todo aquel hambiente le resultaba lejánamente familiar. Mientras Julia se preparaba para darnos información, el paladín se dedicó a inspecciónar las defensas de la maqueta, disposiciones, barreras, sistemas de defensas pasivos y activos del palacio. Podrías aprender varias cosa al respecto si tubiera el tiempo necesario, estos tres últimos siglos Julia ha recibido clases intensivas de defensa...

  Sir Gaenos se mantuvo reservado, guardando las formas y los protocolos de buena educación. cuando la reina se dispuso a empezar el relato, el caballero se sentó en una de las sillas cercanas, prestando toda la atención a la exsplicación que e avecinaba, siguiendo elrecorrido de la varilla por el mapa, asintiendo de vez en cuando, reflexionando en otras para hacerse una idea de la utopía que debió ser un continente sin guerras...

  Finalmente Julia hizo una pausa, aprovechando para preguntar dudas. El caballero niega con la cabeza.

 - De momento ninguna, por favor, proseguid, su majestad.

Julia asiente y empieza a hablar sobre Véler, señalando en el mapa. 

Además de esta fortaleza, hay en Véler otras seis ciudades grandes, y otro villas menores, además de numerosas aldeas. Los cuadros verdes son fuertes, y los puntos azules, nodos de agua, los marrones, de tierra, y los blancos, de magia blanca.

Véler no ha conocido una guerra en su propio suelo desde los asaltos orcos de 1830, pero hasta el 2066 estuvimos en guerra con algunos extranjeros, por lo que el reino tiene una decena de grandes fortalezas, y las ciudades tienen sus propias defensas, también. La prosperidad del reinado de Inioch nos permitió prepararnos, al menos mientras sentíamos que la guerra podía volver.

La enviada de Shóndakhul apareció cerca de Nyb *Señalándolo con el bastoncillo* Desgraciadamente, nuestro pueblo todavía está muy resentido con los humanos, y apenas se le prestó atención, salvo la Guardia de la ciudad, que la mantuvo bien vigilada.

En Lathalsyr... apareció Mizzran de Sélvetarm, cerca de los avisperos... *Julia sonrie, recordando* Lathalsyr era una ciudad con una larguísima tradicion de apicultores, y la miel que se producía encantaba a los gigantes... y podéis apostar que demandaban GRANDES cantidades... *deja de sonreír, parpadea y toma aire* Por supuesto, hasta que las cosas empeoraron con ellos y se dejaron de mieles. La apicultura cayó en picado. Desde entonces Lathalsyr ha decaído mucho... pero me estoy yendo por las ramas...

Mizzran está utilizando el resentimiento de los elfos oscuros, áureos y argénteos para ponerles a su lado. Dice que quiere ser una especie de adalid de la nueva gloria de Véler, mediante la conquista y la guerra. Y la idea está gustando demasiado, y si saltase una chispa contra algún vecino, no sé si podríamos apagar las llamas. Y por supuesto, hasta ahora nuestra única posibilidad de prevenir esto, o un alzamiento con Mizzran al frente, era alinearnos con Sivreas de Véron...

Sivreas apareció en Déntoras, y aunque su influencia no es tan fuerte como la de Mizzran, exigía muchísimo de nosotros para que intentase acabar con Mizzran: un enorme templo y montones de cosas más. Por supuesto, no es algo que Mizzran no pidiese, y si se lo hubiéramos dado a los dos, habrían acabado por matarse por sí solos, de eso estoy segura.
Por ahora, supuestamente estamos deliberándolo, pero no me extrañaria que en estos mismos momentos estuviesen habiendo altercados en Lathalsyr, o estuviera el Selvetarmita buscando alguna excusa para guerrear contra algún vecino...

La Reina os mira a los ojos
Esas dos serpientes están enponzoñando las mentes de mi gente, y, como todos, llevan muchos siglos de frustración, como yo, viendo que el reino retrocede, y no hay salida para reparar lo que se está perdiendo. Están desesperados por una salida para lograr algo mejor, es como si... no pensasen en lo que una guerra implica.
Sí, yo tampoco es que haya conocido muchas, pero soy muy mayor, tengo 921 años... los que tienen un par de siglos o tres menos, aún creen que es algo heroico y glorioso de lo que se puede sacar algo bueno, aún cuando la experiencia haya demostrado justo lo contrario. Véler sigue siendo una de las grandes potencias del continente, pero una guerra tendría que irnos muy bien, muy, muy bien, para sacar algo bueno de ella.

Es prioritario eliminar a Mizzran, y cuanto antes se olvide el pueblo de él, mejor. Mizzran es un guerrero terriblemente poderoso y rápido, muy, muy rápido. Es capaz de desenvainar y golpear más rápido que el ojo. Utiliza dos espadas cortas y armadura ligera, pero es simplemente invencible, al menos desde nuestro punto de vista. No ha habido guerrero que haya llegado a hacerle un 'marca' en entrenamientos, ni siquiera cuando le atacaron ocho de nuestros mejores soldados a la vez, en una exhibición.
Apostó una gran cantidad de cristales para quien lograse tocarle, y nadie fue capaz. Desconozco si vuestras capacidades son iguales o superiores, pero por lo que más queráis, no subestiméis sus espadas, u os destrozará en un parpadeo. Es un enviado del Dios de la Guerra... y es digno de él.

Si como dices Mizzran y Sivreas están enfrentados y no tenemos que enfrentarnos a ambos a la vez, creo que podremos con ellos. No es algo de lo que me sienta orgullosa, pero hace pocos días nos enfrentamos a otro enviado de los dioses malignos y le vencimos. Aún así, sería idóneo que Sivreas no se enterase de nuestro enfrentamiento con Mizzran para que no esté preparado contra nosotros, pues el elemento sorpresa que en estos momentos poseemos es de gran importancia. tras una pausa en la que se queda pensativa

Decís que dos de los puntos fuertes de Mizzran son su gran rapidez y fuerza... hum... creo que podría contrarrestarlas, si sale bien..

 El caballero escucha con atención todos los comentarios y contempla los gestos de la reina, leyendo entre líneas. Cuando esta hace una pausa y Lía habla el caballero comenta.

 - No tengo muy claro de que nuestro primer objetivo tenga que ser Mizzran. Pues me da la sensación de que Sivreas puede resultar más escurridizo. Si conoce el destino de Mizran, puede tener tiempo para prepararse, tal vez a la sombra durante un tiempo.- Hace una pausa.- Mizzran, honrando la batalla y la guerra me costaría verle escurriendo el bulto. En cualquier caso, tan pronto como nos recuperemos del enfrentamiento contra uno vendrá el otro.

 El paladín habla de forma serena, sin mostrar gran emoción en sus palabras.

Tal vez nuestros... objetivos difieran ligeramente. Aunque si desaparece del mundo me alegraría, no me importa que Sivreas se vaya, pues lo que deseo es la estabilidad del reino... Es por eso que preferiría que el primer blanco fuera Mizzran.

Por favor, considérenlo, aunque llegados a este punto... la decisión es suya. Decidan loq ue decidan, estamos a su disposición. Sivreas no parece tan peligroso, quizá pudieramos intentar acabar con él por nuestra cuenta, de ser necesario.

Si cada uno está en una ciudad, y por lo que veo bastante alejadas, ¿qué opciones reales tienen de enterarse del destino del otro en un plazo digamos.... de una noche...? lo pregunto porque, si esas opciones son prácticamente nulas no tendríamos que preocuparnos por ir primero a por uno u otro...

 El caballero alado asiente ante las observaciones de las dos damas élficas.

 - Antes de nada me gustaría recalcar que, los heraldos que los dioses han enviado no son inofensivos, todos a su manera han demostrado una gran solbencia, es por eso que estamos aquí.- Dice irando a su majestad.

 Tras dar un vistazo al mapa mira a Lía y asiente.

 - Si el plazo de tiempo es tan corto tal vez tengaos alguna oportunidad. Pero tendríamos que conocer sus paraderos en todo momento.

Gracias por el consejo... tendremos en cuenta su poder, aunque no lo exhiba como Mizzran.

En una noche... no se recorre la distancia entre las dos ciudades. A caballo, a paso rápido, al menos doce horas, eso por las carreteras.

Os mira a ambos
Pero... ¿No necesitaréis descanso después de luchar con uno de ellos?

 El caballero mira el mapa mientras mueve levemente sus alas.

 - Imagino que surcando los aires iremos más veloces de que si fueramos a lomos de un corcel.- Hace una pausa mirando a Lía y después de nuevo a la reina.- Respecto al descanso todo dependerá. Pero creo que no haría falta, pero de hacer falta, descansando la noche, por la mañana Lía podría preparar de nuevo sus oraciones durante el alba. En cualquier caso sería necesario tener toda la información posible acerca de las aptitudes que han mostrado esos heraldos.

El transporte no sería un problema, siempre que haya la misma especie de árbol en ambas ciudades podría desplazarnos de uno a otro* en un instante... Respecto a la recuperación de las heridas y el descanso, con una noche creo que será suficiente...

La Reina se sorprende cuando Lía explica la condición del 'mismo tipo de árbol', pero no hace ninguna pregunta al respecto, y se limita a responder
Sí, sí... bueno, hay muchos tipos de árboles por el bosque, pero las secuoyas están por todo Véler.

En cuanto a información sobre el enemigo... Sivreas no ha demostrado grandes poderes, salvo desaparecer a simple vista. Ha sido más prudente en ese aspecto. Mizzran... todo lo que les he explicado antes.
Siempre podríamos... preparar algún regimiento que no dejase pasar nadie de Lathalsyr a Déntoras durante un día, evitando así que Sivreas pudiera enterarse por accidente de que habéis matado a Mizzran. Eso sería enormemente contraproducente, no solo para vuestra seguridad de cara a enfrentaros a él, si no que si se siente amenazado por Véler, sus represalias... podrían muy bien llegar hasta aquí.
Refiriéndose al palacio.