Partida Rol por web

El combate se había convertido en una pelea de bar. Sin duda era divertido verles, pero había perdido la gracia. De repente, llegó Blackfyre, miró a Elric y le hizo un además para seguir al bastardo Targaryen. Seguro que a través de él se podrían enterar de las intenciones del rey, y podrían trazar un plan para convencer a todo el mundo de la inseguridad que sufrían con los hombres del Hierro acechando.

Se hizo camino entre la multitud para dejarse ver por el hombre, esperando que éste le hablara primero.

Asiento con la cabeza y sigo al gigantón en pos del Targaryen.

- Veamos que pasa. - me digo a mi mismo mientras camino junto a Ulfryd.

Charlando y bromeando entre ellos, los caballeros se dirigen hasta un gran pabellón con los colores negro y rojo de los Targaryen, donde entran tras dejar sus monutras a unos palafreneros. Cuando os acercáis os corta el paso un escudero.

- Lo siento mis señores, pero Ser Daemon se encuentra reunido en estos momentos.

Finalmente había ofrecido sus servicios , aunque fuera de manera temporal , a Lord Alarich . Su estadía en tierras lanister no estaba dando tantos frutos como quisiera pero por ahora era un mercader joven y desconocido al igual que ambicioso y esta era una de las mejores oportunidades ya que estaba cerca de la Roca y con rey muy cerca . 

Ademas al estar en el puerto con el gigante y campeón de las tierras a las que ahora "servía ", como había dicho Ser Paxter , le serviría de guardaespaldas gratuito mientras hacías sus cosas . 

Julia se preparó para encontrarse con Daemon. Buscó un vestido que fuera demasiado suntuoso pero si muy delicado y peinó y armó sus rizos con la ayuda de su criada, Imogen. Salió rumbo a la mansión de los Crakehall a tratar de dar con el Príncipe.

Ser Alarich hace saber al paje que acepta la invitación para que así se lo comunique a Lord Westerling. Acudiendo a la hora convenida.

La mansión de Lord Lannister es un caserón impresionante con estatuas encima del portal. El paje te lleva hasta el salón principal, subiendo la escalera. Allí está lord Westerling, reunido con más gente. Los hay jóvenes y viejos, apuestos y feos, fornidos o fondones, pero en cualquier caso son algunos de los mejores linajes de Occidente. Todos hablan en tono distendido, con copas de vino en la mano y bandejas con queso y pastas.

- Ah, Ser Alarich! Cuanto me alegro de veros.- Lord Westerling se acerca a recibirte dándote la mano.- Amigos, les presento a Ser Alarich Alander, el Caballero de Puerto Rojo.

"Ser Alarich os presento a Lord Yon Yarwick, Señor de Picas Cruzadas.  Mi cuñado Lord Doran Tarbeck, Señor de Torre Tarbeck. Lord Horas Reyne, Señor de Castemere...-te presenta también varios caballeros hacendados y parientes de aquí y allá. Te quedas solo con los nombres principales. Yarwick es un bigotudo veterano, lleno de cicatrices. Doran Tarbeck es pulcro y atildado, y viste en un estilo de las Ciudades Libres. Horas Reyne es pálido y de nariz ganchuda, con un ojo de cada color. - Y naturalmente ya conocéis a Ser Gawen Lannister, nuestro valiente almirante.

Ser Gawen ha estado en Puerto Rojo en algunas ocasiones. Es capitán de la Flota Dorada (la marina Lannister) y se pasa la vida cazando piratas y contrabandistas. Estás casi seguro que se ha acostado con tu hija Julia en alguna ocasión.

Una vez os habéis saludado todos, Lord Westerling prosigue:

Ser Alarich rechazó a los hombres de hierro hace poco en una feroz batalla. Ahora las cabezas de Sargon Stonetree y Meron Merlyn adornan sus murallas. Desgraciadamente secuestrar a Lord Doggett y al heredero de la casa Lorch en la misma incursión.

Las noticias provocan un coro de murmullos indignados.

- Eso significa que las  mayores casas de la costa norte han quedado sin liderazgo. Sin Dogett, sin nietos disputarán la herencia. Lorch se quedará en su castillo: su hijo era el único capaz de sacarle de sus libros. Y Banefort se está pudriendo por la soriagris. Sin las galeras de esos tres, nos quedamos sin defensas.

- ¿Y vuestras galeras, Ser Gawen?- pregunta Lord Reyne.- ¿No van a proteger nuestras tierras y aldeas?

- Las galeras de Ser Gawen estarán ocupadas, Lord Horas.- interviene Lord Westerling.- El Rey Aegon planea otra invasión de Dorne, y se llevará tantos barcos y tantos hombres como pueda al Sur.

La consternación es general entre los nobles. Lord Tarbeck incluso se cubre el rostro con unamano, cerrando los ojos.

- ¿Estás seguro de eso, Warren?- pregunta.

- Como de que hay siete dioses, Doran. Mis fuentes de la capital son exactas. Su Majestad planea emular la gloria del joven Dragón y doblegar a los Martell.

- Eso sería una gran hazaña.- Lord Yarwick se atusa los bigotes.

- Sería un suicidio complicado.- bufa Lord Reyne.- Aegon el Conquistador fracasó teniendo dragones. El Joven Dragón murió en el empeño, y con él muchos de los mejores guerreros de Occidente.

- ?Por eso el rey  ha venido? ¿Para sacarnos oro y espadas? ¿No tenemos bastante con la rapacidad de Lord Lannister?- se lamenta un caballero calvo al que no conoces.- Sus impuestos son mi ruina.

- Encima de leones, dragones.- Protesta otro.

- ¡Y los Krakens! No os olvidéis de los Greyjoy. Sin galeras ni caballeros, saquearán nuestras tierras. Nuestras hijas serán sus esclavas.

Se eleva un coro de quejas y protestas. Los impuestos, las malas cosechas, los bandidos. Los impuestos, los impuestos, los impuestos, ahora otra guerra...

- Amigos, amigos, calma.- interviene Lord Westerling.- Todos recordamos lo que fue la Danza de los Dragones*, la "Conquista" de Dorne**, el Kraken Rojo***. Por eso hemos de disuadir el Rey de esa empresa.

- ¿Cómo, Westerling?

- Con otra conquista. Pero no de Dorne, sino de las Islas de Hierro. Hemos de atraer los ojos del Rey hasta ese nido de piratas y violadores. Hemos de desencadenar sobre ellos un dragón.

Estás cerca de la calle del caserón Crakehall cuando oyes un terrible estruendo: se ha roto una rueda de carro y el contenido del mismo (lanzas y alabardas) cae del mismo. una lanza se apoya un momento en el pavimento y luego cae sobre un caballo, hiriendo al animal en el flanco. El rocambolesco accidente provaca que el animal salga disparado con un relincho. La pobre muchacha que va montada encima chilla sin poder controlarla...

Asiente a Lord Westerling dándole su público apoyo, aunque es necesario hacer una pequeña apreciación

- El Rey tiene claro su objetivo, glorioso sin duda si se llevara a cabo. No hay que olvidar que supuestamente las Islas de Hierro responden ante su Rey, aunque no hay que dejar de recordarle que Lord Doggett y el heredero de la casa Lorch se encuentran en manos de esos desgraciados. No solo hay que llamar su atención sobre el asunto, sino obligarle a responder a la forma en que han atacado a Occidente.... en el pasado, en el presente... y sobre lo que podrían llegar a hacer si nuestros hombres y nuestros barcos se marchan de aquí ahora. No creo que podamos hacer que un Rey olvide sus aspiraciones, pero si pudiéramos hacerle ver que este es un paso previo para asegurar su éxito... quizá ante la idea de "tomar" barcos de las Islas de Hierro para su gran empresa... y asegurando así a la vez las costas Occidentales... 

Se vuelve hacia el resto de nobles, especialmente hacia los que conoce por su importancia

- ¿Qué guerra se ha podido ganar con rebeldes... con tantos frentes abiertos? Hay que hacer sentir al Rey en su Reino, recordarle que estas también son SUS tierras y conseguir que nuestros problemas los sientas como propios. No hay otro camino... no que termine bien para nosotros, desde luego. Evitar la campaña en Dorne será otro asunto a largo plazo que en nada nos beneficiaría abordar ahora.

- Alander tiene razón. El Rey tiene que escucharnos.- Salta Lord Reyne.- Basta de quimeras.

Muchos otros se muestran de acuerdo. Lord Westerling pide al criado que rellene las copas y interviene:

- Ser Alarich ha comprendido perfectamente mi punto de vista. no sirve de nada conquistar Dorne si se pierde Occidente. Dorne es sólo un desierto. No vale los huesos de un solo arquero.

- Debemos hablar con Lord Lannister para que interceda ante el rey.- propone un joven caballero.- nadie es menos amigo de aventuras que Lord Roman.

- ¿Queréis contrariar al Rey? Hacedlo por vuestra cuenta y riesgo. Aegon ha arruinado hombres mejores que nosotros .  TRecordad como esquilmó la casa Plumm tras morir el pobre Ossifer en plena noche de bodas.

- Murió feliz.- murmura Lord Yarwick. Algunos se ríen.

- Su hijo morirá pobre.- continúa Gawn, sirviéndose vino tinto.- Tampoco necesita decretos para dejarnos sin marinos. SUs hombres recorren los puertos de Occidente ofreciendo buenas soldadas y ricos botines a quien se una a la Armada real, que se está reuniendo en Tres Torres. Ya han desertado buenos hombres de mis galeras.  No les culpo; lord Roman paga poco.

En el Puerto de Lannisport se pueden encontrar toda clase de mercancías. Desde la Calle de los Orfebres, donde se venden vajillas de oro y plata, y cada tienda tiene guardias armados, hasta la Calle de la Lana, con sus enormes almacenes.  Aquí has hecho tú buenos negocios.

- No he dicho que se deba contrariar al Rey, ni hablarle de olvidar la campaña de Dorne... al contrario. Solo he dicho que hay que hacerle notar los riesgos que suponen las Islas de Hierro... contra su propia corona, contra su propia autoridad, ya desafían la paz del Rey al secuestrar nobles que le han jurado lealtad a este. Convencerle... de que aborde antes el asunto de la rebelión de esos piratas, porque hay que llamarlo por su nombre: rebelión. Lo que ocurra luego... ya se tratará luego, pero nuestro asunto de mayor urgencia son esos piratas.

- Nosotros no convenceremos al rey de nada.- Bufa Lord Tarbeck, desesperado.- Está obsesionado con Dorne. Ya será la tercera vez que lo intenta. Y será otro descalabro. Ni su mujer, ni su hijo ni su hermano pudieron hacerle cambiar de idea.

- Pues lo hará su bastardo.- Dice Lord Warren.- A Daemon Fuegooscuro le escuchará, señores. es su hijo favorito. Su orgullo. ¿Acaso no lo favorece sobre todos los demás, incluso sobre su heredero? ¿No le dio Fuego Oscuro, la espada de Aegon el Conquistador? Pues que la use contra Pyke, y no contra Lanza del Sol. Si Daemon cree que hay gloria y honor en nuestra causa, hará que su padre también lo vea.

Julia se sobresalta con el rudo sin entender al principio lo que pasa. Apenas ve a la niña corre para tratar de trepar al caballo y frenarlo.

En el Puerto de Lannisport se pueden encontrar toda clase de mercancías. Desde la Calle de los Orfebres, donde se venden vajillas de oro y plata, y cada tienda tiene guardias armados, hasta la Calle de la Lana, con sus enormes almacenes.  Aquí has hecho tú buenos negocios.

La tripulación suele ir a la Ballena Verde, donde suele haber marineros del Mar Angosto. Tu si tienes dinero prefieres el Ancla y el Ocaso, que es un lugar más decente.