Partida Rol por web

Apenas soy consciente del resto de mi entorno, con la vista fija en el capitán. La llegada de Alejandro sin duda no me deja indiferente pero parezco demasiado decidido, o demasiado enloquecido, como para desviar tanto mi atención.

Me abalanzo sobre Don Fernando con la boca entreabierta y mis colmillos goteando aún su sangre, los jirones de sombra, como imitándome, se lanzan contra los tentáculos similares creados por el Capitán de la guardia enzarzándose en una maraña de tinieblas. Si fuera capaz de ver a Alain lanzarse hacia mi presa reaccionaría al respecto, al menos para alejarle de mi víctima y quizá también para mantenerle fuera del peligroso círculo que formamos Fernando y yo cuerpo a cuerpo.

Habilmente Santiago salta sobre Fernando quien no logra escapar de la agilidad felina de este y queda atrapado entre su cuerpo, se nota que a fernando la herida del cuello le impide mucha actividad

Moriras pronto....

Mondragon parece no ser muy diestro con la espada pero su fe y fiereza le mantienen en alto...

De pronto una felcha encendida se clava en tu espalda y comienza a arder tus ropas, ninguno se dio cuenta de donde provino el flechazo pero pueden ver una sonrisa en el rostro de Alejandro

Miro a Santiago y al fin puedo respirar tranquilo al notar que el monstruo tampoco es que sea inmune

¡Bien hecho!!! Sonrio mientras desenvaino la espada Maldito monstruo..te estaba buscando

Sin pensarlo un segundo y al ver la indecisión de Mondragón me lanzo contra él espada en alto realizando un semicírculo con la hoja sobre mi cabeza.

La sangre hierve sin contingencia por mis venas ampliando mi deseo por hacer a tan simple humano conocedor del secreto de la muerte.

No sabes si por torpeza o habilidad pero Mondragon logra detener tu ataque y tropezar hacia atras asombrado por el repentino actuar tuyo mientras que busca la forma de volverte a contraatacar pero es demasiado lento y torpe

¡Por todos los cielos!!!

Asombrado por lo que acaba de suceder volteo a mirar hacia todos lados buscando el origen de esa flecha y como somos blanco facil para una emboscada

¡Al suelo o cubranse con algo!!! grito mientras me muevo buscando un lugar seguro e intento mirar hacia todos lados

Un gruñido animal se escapa de mi garganta al fallar el primer golpe, pero, sin pensarlo dos veces, me lanzo en un segundo ataque contra mondragón, esta vez con un mandoble ascendente mientras exclamo mirando a mi presa fíjamente a los ojos:

Vamos... ¿No era esto lo que anhelabas?

Daniel observa meticulosamente al arquero preguntándose quién es, ya que es la primera vez que coinciden... o al menos, eso es lo que Daniel recuerda.

Quién es este nuevo invitado en la fiesta? Se trata de un amigo o de un enemigo?

Daniel se mueve hacia Francisco mientras le agarra por un brazo intentando empujarle hacia alguna pared cercana. Lo que Daniel quiere es ser en un principio un mero espectador en la lucha entre Santiago, el capitán, Alain y el que acaba de lanzar la flecha.

 Al ver la flecha clavarse en el cuerpo de Santiago me lanzo sin dudar hacia los contendientes e intento ayudar a Santiago interponiendo en lo posible al capitán entre el posible arquero y nosotros, tirando de ambos hasta algún punto más resguardado.

- ¡Aguantad, os acercaré a un portal en el que podamos resistir el ataque!. ¿Pero qué le habéis hecho a ese individuo, Santiago, que os persigue con tanta saña?.-

- ¿Nos cubriréis, caballeros, o preferís seguir a la expectativa?.-

Con mi espada en la mano camino lentamente hacia Santiago y el Capitan Fernando

¡Juana!! grito para que ella me escuche ¡Cuidad mi espalda...!!! Y camino hacia los dos hombres que se encuentran en la lucha sin importarme los demas

Santiago ha recibido un flechazo y ha saltado a un lado herido por el fuego que le quema endemoniadamente mientras que el Capitán aprovecha para recoger su espada y amenazar a Alain y Alejandro mientras intenta detectar a los posibles arqueros ocultos

¡Alejaos de mi!!! Exclama mientras que la quemadura de Santiago se hace mas fuerte

Lastimosamente Mondragon no puede contener la embestida del ataque Capadocio y aunque no eres un diestro en las armas le haces una herida penetrante en el abdomen que hace que caiga de rodillas ante tus pies

Padre nuestro... Susurra tomandose el abdomen sin levantar la cabeza

 Saltando hacia la oscuridad al ver que los combatriente se separan y que el capitán se hace de nuevo con su espada les grito: - ¡Cubríos prestos en bajo los portales! Que sean enemigos de Santiago no quiere decir que sean vuestros aliados, don Fernando.-

 Temeroso de que aunque sea un miserable mendicante pueda haber una flecha con mi nombre intento fundirme entre las sombras de la plaza procurando además arrojar lejos de mí las luces que pueda haber en mis cercanías.