Partida Rol por web

El capitán os mira, esperando impaciente ver la respuesta de Hans mientras se endereza con un acallado gemido.

Un golpe metálico resuena a lo lejos como un gong.

Bien cuente con ello pero necesito estar investido oficialmente de esa "Autoridad" que usted dice".

 Digo mientras pienso  ellos solo corren peligro, yo ademas tengo que lidiar con la gente.

La abarrotada e improvisada sala cercana al muelle donde han reunido al pasaje es un caos. Antes de llegar ya eran audibles algunos de los gritos por encima del barullo general discutiendo acerca de quién y quién no podrán subir en las cápsulas.

Como te han indicado, hay espacio para dos tripulantes y diez pasajeros tan solo, con lo que la decisión es más que complicada.

Por favor un momento de atención, el capitán y el Sr Jeremy están intentando hacerse con la situación como última medida se procederá a la evacuación de la nave, si bien solo 10 pasajeros y dos tripulantes podrán dejar la nave en  la cápsula de emergencia. Grito alzando la voz por encima del sonido ambiental. espero un minuto  que me atiendan y prosigo.

 Sera necesario que se algunos se sacrifiquen para que al menos alguien pueda salir vivo de esta,piensen en que medio sería el mejor para seleccionara los que tengan que partir en la nave de emergencia y expóngalo, en caso de no llegar a un a consenso se producirá un sorteo que determine quien irá en la nave.

Tu comentario tan directo produce un revuelo impresionante entre los presentes. Entre las voces que más se hacen notar Ghranz, defendiendo que él y su familia sean rescatados y Khaspar (aunque este último aún agradecido por tu rescate del incendio). Hay voces que claman que sean las mujeres y los niños los rescatados, mientras que otros abogan por orden de edad.

Incluso alguno plantea que el bote sea tripulado por dos civiles para dejar dos huecos más a los pasajeros, dejando a toda la tripulación a bordo.

Tras un par de minutos en los cuales no parecen llegar a ningún consenso, la jefa de azafatas vuelve a reclamar silencio, ofreciéndote otra vez la palabra.

Confío plenamente en el buen hacer del capitán y el señor Jéremi ,pero la situación que nos aborda debe ser resuelta inmediatamente, por si los  dioses no lo quieran, la nave debe partir, así pues les ruego, aunque entiendo perfectamente su malestar, que aparten por unos segundos de su mente todo lo que nos esta aconteciendo y que y que con la mayor frialdad y valerosidad y heroísmo recapaciten y decidan.

Personalmente, y con todo mi respeto hacia ustedes, creo que los niños deben ser evacuados y que los ancianos, perdónenme  deberían quedar excluidos y que los sitios libres se sorteen  entre mujeres y hombres por igual. Pero esta es solo mi opinión,   

La turba se queda muda ante tu sinceridad, y algunos, a estas alturas, empiezan a darse cuenta del estado real de la situación y de los sacrificios que vais a tener que ir haciendo.

Sin abrir la boca, y con un silencio solo roto por murmullos, los asistentes empiezan a ayudar a subirse a la cápsula de escape a los niños vargr y a los más jóvenes (Renee Phillip, Keven Umpree,...), mientras ancianos como Khaspar Handro se resignan mirando en un rincón, éste sonriendo quizá por haber vivido su última aventura como Viajero...

Dirigiéndome a la jefa de azafatas: Ahora le toca a usted el ingrato deber de elegir a los dos miembros de la tripulación que más capacitados estén para guiar la cápsula.

Me acerco al entrada y valoro el espacio que queda y cuantos pasajeros pueden aun entrar.

Los pasajeros que han entrado miran aliviados pero también compungidos a los que se han quedado en el hangar. Solo quedan los dos estrechos puestos frente a las consolas para pilotar el bote salvavidas vacíos.

Todos contemplan en silencio cómo la cápsula se desliza por los raíles de la rampa de expulsión, y la compuerta de salida se abre hacia la negrura del exterior salpicada de fragmentos de hielo y roca, resultando curiosa esa dicotomía de belleza y letalidad.

A tu lado, notas como la jefa de cocinas está entonando en baja voz una plegaria.

De camino a la zona de ingeniería, el renqueante capitán se detiene y contempláis con silencio a través de una de las escotillas exteriores cómo un objeto surge de vuestra nave y empieza a alejarse en mitad del campo de asteroides despidiendo en su parte trasera una estela de plasma: la cápsula de escape ha salido con éxito.

Señorita Felderman, le rogaría que abriera el bar para los que al contrario de la jefa de cocinas queramos unos momentos menos espirituales, aunque las personas inteligentes debieran hacer lo mismo que ella. Le digo ala jefa de azafatas con una una cansada sonrisa en la boca.

 Nada podemos hacer por ayudar al capitán y al Sr Jeremy y la espera see hace mas agradable frente a una barra y una copa.

Bueno, parece que al menos algunos tendrán una oportunidad. 

Quién me mandaría quedarme aquí.

Vamos allá, capitán. Quizás lo que queda de esta nave pueda salvarse.