Partida Rol por web

Tras la reunión, cada uno de los equipos parten de la sala común, algunos (como los equipos técnicos) recogiendo las herramientas necesarias para las reparaciones, y otros rezagándose un poco más para intentar buscar un plan de actuación en una situación tan crítica.

Hans acompaña a la jefa de azafatas Kim Feldermann, Ohtorm y Janice hacia la zona de pasajeros, mientras que John y Chrysa parten hacia el hangar de emergencia a reparar la escotilla dañada, escoltados por Simon Tasker.

Se masca la tensión en el equipo técnico (Karghazz, Ron, Silven y Eugenie), por lo arriesgado de su encargo: salir fuera y reparar el timón. El médico Hargz se dirige hacia las cápsulas de hibernación.

Finalmente, el capitán y Paul van hacia el puente de mando a intentar hacerse con el control de La Duquesa y evitar el aciago destino que le depara...

Cuando la atractiva joven se coloca a tu lado, notas claramente su nerviosismo, el cual intenta quebrar al dirigirse hacia tí en voz baja:

-Bueno, por lo menos nos ha tocado la labor menos arriesgada de todas, ¿no?

Finalmente, y en silencio, llegáis a una pequeña sala con varios trajes de vacío colgados en sus armarios transparentes y la escalerilla que conduce a la escotilla del exterior. Muy serio, el ingeniero jefe se dirige a sus compañeros:

-Bien, Silven y yo nos dirigiremos hacia los controles del timón dañados. Eugenie se quedará cerca de la escotilla por si hace falta entrar o salir a por alguna pieza: aún no sabemos cómo nos vamos a encontrar el destrozo.

Y finalmente, se dirige a tí con el mismo tono firme:

-Jeremy (era Jeremy, ¿no?), te quedarás en el interior con el traje puesto. Lamentablemente solo tenemos tres trajes ligeros, así que tendrá que ser uno de estos -dice señalando unos viejos trajes naranjas con pinta de ser muy poco cómodos-. En el caso de necesitar alguna herramienta o de precisar tu ayuda, lo haremos por el intercomunicador que funciona a través de la escotilla.

Y sin más, saca su traje blanquiazulado del compartimento y empieza a ponérselo.

La joven ya se había adelantado y tiene casi todo su esbelto cuerpo dentro del traje, mientras notas un brillo de emoción (¿ansias de emociones fuertes, quizá?) en sus ojos.

El artillero vuelve hacia Chrysa y tú cargado con dos maletines de superficie flexible y os acerca uno a cada uno. Por el ruido que hacen al moverse seguramente se traten de kits de herramientas.

-En marcha -dice guiñando un ojo.

¿Esta usted segura?, sabe lo difícil que es mantener a un grupo de gente "normal" tranquila en una situación crítica, no ha tocado la misión menos peligrosa, pero deje que esa gente deambule presa del ´pánico por la nave intentado salvar su vida y vera como prefiere jugarse la con el vacío exterior.

Cojo el traje naranja y empiezo a ponérmelo cerca de Silven.

En un susurro le digo:

El traje viejo para el veterano. Y quedándome aquí a mirar.

Le guiño un ojo y añado:

Aunque lo más interesante para ver se está escondiendo.

-No puedo estar más de acuerdo con usted -te afirma el asistente al escuchar tu pesimista aseveración-. De todas formas, intentemos suavizar la situación y no proyectar una impresión tan catastrofista. Los pasajeros deben estar aterrados.

 La joven te susurra para que no lo pueda oír el jefe de ingenieros:

-A mí también me fastidiaría perderme la acción, sinceramente -dice aparentemente ignorando el piropo-, pero somos los que más nos conocemos la superficie de esta damisela, aunque seguro que nos vas a ser de gran ayuda.

Y dicho esto, termina de embutirse las mangas y ajustar los cierres.

Parece que la chica está demasiado nerviosa para apreciar mis esfuerzos. O no es el momento. O he perdido facultades.

Acabo de ponerme el traje y le hago un gesto de OK a Karghazz

Vamos a allá, contemos la verdad pero alentemos los ánimos, esto se arreglara ne pocas horas si hay suerte y si no la hay no habrá porque preocuparse pues estaremos muertos.

 Digo con seguridad, mientras me dirijo ha hablar con el resto del pasaje.

Cargo rápidamente con el equipo y me pongo en marcha.

Ya era hora de entrar en acción. Seguramente cuando esto termine diré que ya era hora de algo de tranquilidad, je.

El barullo que se oía tras la puerta de la sala común se detiene al instante en cuanto la misma se abre y aparecéis en el umbral de la amplia sala. Se han recogido todos los muebles y fijado en uno de los laterales para evitar accidentes.

Todas las cabezas de los pasajeros se giran hacia vosotros, y al parecer, las discusiones que habían formado corrillos cesan con vuestra llegada.

Bien caballeros y damas, no me voy a andar con rodeos, les expondré la situación tal cual es, pero no se desesperen, la tripulación y miembros cualifcados del pasaje están manos a la obra y en unas horas esperamos que todo haya vuelto  a la normalidad.

 LO que ha ocurrido se puede resumir de la siguiente manera, nuestro viaje  se ha interrumpido por algo que ha colisionado con nosotros desviándonos de nuestro rumbo, los daños producidos por la descompresión han generado una explosión con la perdida de una parte del casco,motores y timón están dañados y no se pueden reparar desde el interior, las compuertas de acceso  a ingienería han sido dañadas, los ingenieros y mecánicos de la tripulación apoyados por miembros del pasaje con experiencia  en operaciones en el vacío están realizando  reparaciones y reforzando el casco, así como el acceso a ingienría para solventar los problemas de motor y timón.

 Les ruego mantengan la calma, se esta haciendo lo posible porque se solucione lo sucedido y que este viaje llegue a buen término, si quieren realizar alguna pregunta con gusto responderemos dentro de nuestras posibilidades.

 Intento aparentar calma y seguridad al tiempo que el grave gesto de mi cara intenta trasmitirles lo crítico de la situación. 

La encargada te mira con horror cuando se da cuenta de que tu discurso está dando más información de la que estaba dispuesto a ofrecer, pero tal como avanza, ve que realmente los pasajeros estaban esperando más información, aunque ésta tuviese un cariz tan negro.

El grupo de pasajeros te mira con una mezcla de sorpresa y escepticismo, como si pensaran que tu información es una nueva treta de la tripulación para mantenerlos a raya. El varghr padre de familia que parecía llevar una de las voces cantantes en la discusión previa a vuestra llegada no puede ocultar su cara de enfado.

Uno de los pasajeros asoma su obeso cuerpo entre el grupo y ves que te sonríe. Pronto lo reconoces como el hombre al que rescataste hace poco de la habitación en llamas, ahora con ropa nueva y más aseado.

El equipo va saliendo en orden por la exclusa comprobando los cierres de sus trajes. Ves como la última en salir, Silven, te levanta un pulgar bajo el grueso guante antes de seguir trepando por la escalerilla.

Me acerco a la esclusa y la cierro cuando han salido todos.

Compruebo el comunicador y espero impaciente.