Partida Rol por web

Junto a Hubert, el anciano hombre de rostro cansado parece dudar qué hacer, cuando el desconocido se lanza hacia la pared contraria, directo a lo que parece el panel de mandos de este lugar. El ex-comandante mira hacia atrás, planteándose si podría cerrar la enorme puerta el solo, puesto que todos los demás habéis ido en la dirección opuesta a la abertura.

La reacción de Hubert le hace perder las dudas, y decide que tomar como buena la advertencia del desconocido es lo mejor por el momento, así que se aleja, al igual que los demás, de la puerta.

Al contrario de Hubert, el hombre no parece decidido a ocultarse, sin embargo. Su objetivo parece ser encontrar algo que aferrar con fuerza y sea mejor arma que el cuchillo que empuña por ahora, similar al de su compañero ruso.

- Sea lo que sea que tienes pensado, ¡hazlo rápido! ¡Algo se mueve ahí fuera! - concluye hacia el hombre que corre al panel inclinado.

El hombre se detiene unos instantes enfrente del panel. Instantes que se os hacen eternos, puesto que el viento crece más y más, y cada vez más arena entra en el interior del edificio, como si la ventisca se fuera enfocando más claramente hacia el interior. Por supuesto, los cuatro hombres que acaban de entrar de la nada, no se olvidan de lo que huían.

Los segundos que el desconocido pasa frente al panel se os alargan como si fueran horas, y cuando creéis que no hace más que perder el tiempo, parece decidirse y aprieta, con algo de fuerza debido a la tensión contenida, lo que parece un símbolo tallado directamente en la roca.

El símbolo parece iluminarse, y la luz que emana parece ser absorbida por la propia roca. A lo largo de la piedra, siguiendo una columna que parece conectar directamente con la parte superior de la puerta, una línea de luz rojiza se traza. Al contactar con el dintel de piedra, todo el contorno de la entrada se ilumina. Las puertas por las que habéis accedido comienzan a crujir, con un ruido similar al que haría un terremoto, pero al contrario de lo que esperáis, en lugar de cerrarse parecen abrirse más y más.

Hubert se oculta más entre las cajas cuando la oscuridad del exterior se hace más intensa, mientras un remolino de arena se forma frente a la puerta. La arena gira en el aire, formando una columna espesa que se alza más alta que la abertura, tan densa que la tierra parece adquirir una consistencia mucho más sólida que la que le podría dar el viento. Entonces, la columna de aire se desmorona, y todo el viento se detiene. En el exterior, la oscuridad es ya absoluta, y os es imposible ver nada más allá del umbral de la puerta, que se ha abierto ya completamente.

El silencio es ahora absoluto...

Georgi se queda de pie donde está, sin soltar el cuchillo ni moverse, y pregunta al desconocido:

-¿Qué ha pasado aquí?¿Y dónde estamos?-

Con los ojos abiertos de incredulidad, Jeremy, no se podía creer lo que estaba viendo. - La jodida puerta se está abriendo más! - Pensó de forma nerviosa mientras el horror le entraba en el cuerpo.

- Joder, joder - dijo mientras volvía de nuevo su atención al panel de control y se pasaba una mano por la frente que había vuelto a sudar.

Había ocho símbolos. le parecía tan imposible descrifrar que haría cada uno como improbable que hubiera dado al botón de abrir más la puerta. Una puerta debería de tener solamente el "abrir" y "cerrar". Pero no había tiempo para ponerse a descrifar lo que quería decir cada runa.

Jeremy, ajeno a lo que pasaba en el marco mismo de la puerta, destinaba toda su atención al panel de control. - A ver, si esta runa es la que abre más, la que está al lado, por lógica debería de ser la que baja la puerta - Se dijo así mismo en un susurro, mientras apretaba la siguiente runa.

De todas maneras, ya se había formado el plan B en su cabeza. si esa runa no funcionaba apretaría las demás una detrás de otra, hasta que la puerta bajara.

La figura sigue estando delante de lo que parece un panel de control. cuando la puerta se abrió más, la figura miró estupefacta y con horror el resultado. Rápidamente volvió a girarse sobre si misma y mientras se pasaba una mano por la frente volvió a apretar algo del panel.

Paolo recuperándose poco a poco de lo que esta aconteciendo, y las palabras del ruso era acertadas.

Eso es ¿Que coño ocurre aquí? que alguien nos diga que hacer o donde estamos

La desaparición del viento parece dar un respiro a los recién llegados. El hecho de que las puertas se hayan abierto, parecen haber despertado sus dudas sobre el hombre que se encontraba en la sala, aunque al instante comprueban que parece tan confuso como ellos mismos.

Aprovechando el momento de silencio, olvidan el terror del que parecían escapar, y utilizan este instante de tranquilidad para lanzar preguntas.

Sin embargo, el otro hombre parece no tener tiempo de contestar, y vuelve a girarse sobre el panel. Tras escuchar como su mano golpea la roca, de nuevo un haz de luz de color rojo viaja desde ese extraño panel hasta la puerta de entrada, completamente abierta ahora. Un zumbido surge de la puerta, y durante un momento la entrada se enturbia, como si una niebla distorsionara lo que os llega desde el exterior. Sin embargo, nada pasa. El hombre vuelve a concentrarse en ese panel, y presiona otro lugar.

Otra línea de color cruza el techo por la columna que conecta el panel con la puerta, y con un crujido, empieza a cerrarse. Los enormes goznes que la sostienen crujen cuando la piedra se desplaza, reduciendo el tamaño de la abertura.

Entonces comprendéis que el silencio previo no era sino una falsa tranquilidad, un preludio a lo más aterrador que podríais haber visto. Como si el ojo de un huracán hubiera pasado sobre vosotros, el vendaval retorna en el instante en que todo el exterior se oscurece más todavía. El contorno de la puerta parece dar ahora al espacio cerrado, pues incluso la tierra parece haber sido engullida por la oscuridad. Entonces, la fuente del viento parece formarse frente a la puerta, que se cierra demasiado despacio.

Una forma oscura y alargada se arrastra serpenteando entre la oscuridad, evidentemente suspendida en el aire. Cuando la forma se sitúa frente a vosotros, la oscuridad se ve quebrada por dos tonos de color: unas motas anaranjadas distribuidas a lo largo de la figura negra, que se asemejan a lejanas estrellas en el espacio; y varios círculo de afilados dientes blanquecinos, que rodean orificios en varios lugares de la alargada criatura. Orificios que se asemejan a bocas, y de cuyo interior parece surgir el viento que arrastra la arena oculta por la oscuridad del exterior. Un viento que ahora que veis su procedencia, os hiela la sangre mucho más que antes.

Con su contoneo, lento pero incesante, la figura empieza a adentrarse por la entrada, que todavía no se ha cerrado lo suficiente. Su cuerpo negro parece absorber toda la luz que llega hasta él, puesto que incluso la estancia en la que estáis parece oscurecerse mientras se adentra más y más en este lugar.

Sin la certeza de si la puerta se cerrará a tiempo de atrapar a la informe criatura, vuestros cuerpos parecen reacios a moverse, paralizados por el terror que os embarga. Tan solo un enorme esfuerzo os permite dar órdenes a vuestros músculos para tratar de luchar contra el fatídico desenlace que de seguro llegará si continuáis bloqueados por el miedo.

-¡CORRED HACIA EL PANEL!- grita Georgi mientras comienza a avanzar lentamente hacia "eso" que está entrando. Avanza con cuidado y mucha atención, con intenciones evidentes de cortar lo que está entrando con el cuchillo que empuña en su mano derecha.

Jeremy se había puesto muy nervioso, aunque conseguia mantener los miembros de su cuerpo bajo control. Mientras apretaba botones, haciendo un esfuerzo para usar la lógica y no empezar a probar aleatoriamente, notaba como sus pulmones subían y bajaban a una velocidad cada vez mayor y su corazón bombeaba sangre tan fuerte que podía oir el paso de la misma por las arterías de las orejas.

Cada vez que apretaba un botón se giraba para ver su resultado y maldecía cuando la puerta no se cerraba. hasta que finalmente, la lógica se impuso y uno de los botones dió la orden de cierre. entonces todos los nervios salieron en tropel de él y no pudo más que dejarse caer al suelo de rodillas viendo como se cerraba la puerta.

Pero ese momento de tranquilidad dura más bién poco. Cuando en la entrada se materializa un ser horrible y fuera de toda imaginación posible. Jeremy levantó la cabeza y se permitió un segundo para evaluar la escena que tenía delante de él. Cuatro personas había en la habitación, diseminadas por la misma, aunque bastante cerca de la puerta. Sabía que una de ellas era Hubert, o al menos eso le había parecido. Y aunque no lo conocía más que de unas recientes sesiones de psicología, le parecía que eran amigos de toda la vida. no conseguía determinar quien era, ya que todos estaban girados hacia la puerta.

En ella había un ser claramente amenazante, horrible, y abrumador. Jeremy hubiera entrado en choc si su mente no hubiera sido préviamente avisada mediante las imágenes que había visto en la sala anterior y las figuras de las que había escapado, lo que le parecía siglos antes.

Estupefacto se quedó en el suelo arrodillado viendo como uno de ellos hacía el amago de enfrentarse a ese ser de pesadilla. inconsientemente agarraba la herramienta con fuerza, mientras evaluaba la necesidad de levantarse y ayudar, aunque deseaba que la puerta se cerrara y la calma retornara.

el hombre que hay manipulando el panel finalmente consigue que la puerta empiece a bajar y en ese momento cae arrodillado de espaldas al panel viendo como la puerta se mueve con lentitud. Parece cansado como si hubiera hecho un gran esfuerzo y su pecho se mueve rápidamente.

Parece evaluar la escena pasando su mirada por cada uno de los presente, hasta llegar a la puerta donde sus ojos se abren como platos al observar a la criatura de pesadilla que se alza frente a ellos. Arrodillado en el suelo parece acunar algo entre sus manos.

La reacción de los recién llegados a la sala da a entender que no es la primera vez que se encuentran con lo que sea que acaba de aparecer en escena. Por el contrario, el hombre junto al panel permanece un instante petrificado, como si visión de lo que acaba de acceder por la puerta hiciera tambalearse la realidad de su mente. En ese instante, el hombre de acento ruso se gira, encarándose a la enorme mole negra con tan solo un cuchillo en la mano...

Con parsimonia, parece ajeno a lo que le rodea, sus pequeños ojos fijos en sus presas... vosotros. Parece que nada de lo que le rodea pudiera afectarle, y que no temiera cualquier consecuencia... Entonces las puertas se cierran con fuerza, cuando la criatura todavía no ha introducido más que la mitad de su cuerpo. Las enormes estructuras de piedra se encuentran con el cuerpo negro y deforme, y la fuerza que ejerce en su cierre es suficiente como para bloquear el movimiento de la criatura.

Las aberturas rodeadas de dientes se abren todo lo que pueden, definiendo una forma circular cada una de ellas, y de ellas brota un grito que no suena, un aullido silencioso que arrastra un viento aterrador y más fuerte que un huracán. La fuerza que ejerce el viento que emana de ellas os hace caer contra el suelo, y golpea vuestra piel con una fuerza tal que parece que miles de alfileres os arañan. Sentís como si vuestra piel fuera arrancada a la fuerza de vuestro cuerpo, arrastrada por ese viento, y durante ese desgarrador grito tenéis que cerrar los ojos para evitar que sufran consecuencias fatales.

Tras unos dolorosos segundos que parecen una eternidad, en los que sentís que todo va a llegar a su fin, la criatura parece dejar de lanzar ese viento hacia vosotros. Con terror abrís los ojos, cautelosamente, para encontrar que tan solo parece que está tratando de recuperar las fuerzas. Su cuerpo parece forcejear para soltarse de la puerta, mientras se hincha y deshincha por momentos, como si recobrara el aire. Su contorno parece difuso, y aquí y allá su forma se vuelve vaga, mientras unos tentáculos negros se forman y desaparecen rápidamente. Como si tratara de encoger su cuerpo, deformarlo para poder librarse de la presión de la puerta, la parte oprimida se encoge y se transforma en dos alargados tentáculos que emite hacia la puerta, sujetándola y tratando de abrirla de nuevo.

La enorme estructura de piedra parece resistir la fuerza de la criatura, pero no sabéis durante cuanto tiempo. Tampoco estáis seguros de si volverá a lanzar otro grito como el que acaba de emitir, pero estáis seguros de que queréis estar lejos si eso sucede, o acabar con él antes de que tenga ocasión de hacerlo.

El hombre que está en el panel, sigue tendido en el suelo sobre sus rodillas, parecía que no podía apartar los ojos de esa desagradable criatura mientras mantenia la boca semiabierta, pero el viento emitido por la misma hizó que intuitivamente se llevara las manos a la cara protegiendola del dolor.

Aunque el grito de esa criatura aprecía que había terminado, al menos por el momento, el hombre seguia cabizbajo con las manos en la cara y los ojos cerrados, mentalmente debatiéndose con oscuras partes de su cabeza que ni siquiera sabía que existían. Parecía que el dolor que había sufrido no le hubiera afectado, pero no era cierto, y tampoco había conseguido hacerlo salir del estado de estupefacción.

entre las manos, que tenía en la cara, se podía entrever un objeto, como una herramienta, que no había soltado en ningún momento. Con ojo avizor se podría ver como unas lagrimas brillantes desfilaban entre los dedos.

Georgi se levantó dolorido sacudiendo la cabeza para tratar de quitarse el embotamiento. Sentía el cuerpo como si se hubiese arrastrado sobre alambre de espino y todo lo que quería era poner distancia entre esa cosa y el pequeño grupo del que ahora formaba parte. Buscó con la mirada el cuchillo que traía en la mano y pudo verlo a un metro por detrás de su posición, asi que retrocedió a buscarlo sin dejar de vigilar a la criatura mientras murmuraba -Y yo me quejaba de Siberia...-

Una vez cogido el cuchillo preguntó, o mas bien ordenó, dirigiendose al único que parecía conocer este sitio:

-Tenemos que salir de aquí YA! ¿Por dónde?-´´