Partida Rol por web

Unidos

Prólogo 2: Una oferta que no puedes rechazar

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04/02/2014, 21:28
Director

Completamente perdido, rodeado de una negrura antinatural, no ves más salida que pedir ayuda al hombre que había pasado por delante del laboratorio hace un momento. Tu grito alerta al guardia de tu presencia, ya que el hombre se creía solo aquí abajo.

- ¡Eh! ¡Tú! ¿Tienes algo que ilumine? A mi linterna le ha dado por irse de vacaciones, y no se qué cojones ha pasado con las luces.

Tras comprobar que este apagón no tiene nada de natural, conseguís encontraros el uno al otro no sin varios problemas de orientación. El guardia lleva una linterna, pero compruebas que la luz que emite es poco más que la de la pantalla de un viejo móvil. Difícilmente veis el suelo y las paredes, y entre ambos os abrís paso hasta el ascensor.

- No entiendo lo que ocurre esta noche, pero desde luego algo se cuece por aquí. A ver si mis compañeros saben algo - dice una vez estáis en el ascensor, tras darle al botón para subir a la planta baja.

Una vez el ascensor se detiene, el guardia se despide de ti y se marcha a buscar a los otros vigilantes. Tú solo, tratas de completar tu cometido: borrar todas las pruebas. Cada paso te desorienta un poco más, aunque esta zona del edificio permanece más grabada en tu memoria que el sótano. Agradeces haber estudiado los planos que Helen te dio y haber memorizado cada rincón una vez te estableciste aquí. Sin embargo, te lleva tiempo y trabajo dejar cada cosa en su lugar, y para cuando terminas y sales del edificio, jurarías que está amaneciendo, pues el horizonte parece amarillear con una luz tan tenue que no sabes si la emite el sol o una lejana farola.

Una vez te alejas del edificio lo suficiente para que nadie escuche tu voz, sacas tu teléfono y llamas a tu cliente. La conversación es breve, y la notas agitada al otro lado. Es vaga en detalles, y por el ruido de fondo jurarías que va en un vehículo. A duras penas puede explicarte que ha tenido que abandonar su edificio y que toda la misión parece correr peligro. Te menciona que están transportando un cubo hacia no se qué casa junto a un lago con una cascada, porque su base iba a ser atacada y no tenían otra opción. Todo en menos de un minuto, atropellando unas palabras con otras, mientras escuchas las ruedas de su vehículo chirriar de vez en cuando. Trata de decirte que tienes que ir allí, pero desgraciadamente no sabes ni dónde está ese lugar ni puede reunirse contigo a medio camino. Se despide rápidamente, asegurándote que se pondrá en contacto contigo en cuanto la cosa esté más tranquila, y casi parece no tener tiempo para escuchar tus hallazgos de hoy.

No te aparta del caso, pero tampoco parece darte órdenes claras. Es como si, por el momento, te dejara completamente solo.

Notas de juego

Y con esto concluimos tu prólogo. En breve tienes el primer mensaje de la siguiente escena.