Partida Rol por web

Cuando los PJs llevan un par de horas caminando escuchan unos caballos por detrás.

Perfecto. Pensé al escuchar el trote de unos cuantos caballos, no supe cuántos en principio. Que yo sepa no hay ninguna compañía de Jinetes libres por esta zona de Gondor... ¿Rohirrim? No creo que sea posible, tan lejos de Rohan...

-¿Oís eso? ¿Jinetes? Voy a intentar desviarme un segundo a ver si averiguo algo... Seguid como si no pasara nada por si se acercan, os alcanzo enseguida.

Disimuladamente, me desvío un poco del camino y me intento camuflar tras unos arbustos a la vera del camino, para escuchar e intentar divisar a los cercanos jinetes.

-De acuerdo, nos quedamos aqui.-Respondo.-Pero date prisa, hay que buscar a Saldur.

De acuerdo, ve con cuidado, tal vez no sean amigos.

Tras despedir al pícaro, me acerco a la orilla del rio a ver si se puede pescar algo aunque sea con la daga e intentar conseguir algo de alimento.

Escuchais los cascos de dos caballos y sus jinetes. Thorondir intenta esconderse pero es visto por los jinetes, que se detienen y gritan al pícaro; ¡¡Mostraos, quienquiera que seáis, en el nombre del rey de Rohan!!

Todos veis a dos jinetes, uno de ellos con el estandarte de Rohan.

¡Bienhallados, jinetes de Rohan! - Saludo

No añado nada mas pero si veo que se acercan salgo a su encuentro para hablar con ellos.

Yo me mantengo escondido entre las hierbas con mi capa de viaje tapandome entero.

¡¡Identificaos inmediatamente, vos y todos los que se ocultan!!. No temais si no teneis nada que ocultar. En caso contrario la justicia del rey caerá sobre cada uno; dice un jinete a Garen.

Dicho esto, susurra algo al otro jinete que se da la vuelta al galope.

Salgo a su paso con calma.

-Saludos, Rohirrim. Thorondir es mi nombre, los campos de Pelennor mi hogar. Mi compañero que os saluda es Garen -evité mencionar a Morko, no nos convenía que supiesen de él o podrían reconocerle como semiorco y buscarnos problemas.

Me acerqué a ellos y a Garen para poder conversar cara a cara.

-Lejos de la justicia del rey de Rohan os halláis, caballeros. Estas tierras están bajo la jurisdicción de su majestad Aragorn II. Pero de todas formas no hay necesidad de clamar al rey para que me muestre. Me encontraba buscando alguna baya que pudiese servir de alimento entre esos matorrales, pues nuestro viaje hacia Valleyport está siendo largo y fatigoso.Varios días llevamos sin comer -mentí-, ¿no tendríais, por casualidad, alguna pequeña ración para un par de pobres viajeros hambrientos?

Thorondir de Pelennor y Garen, no? En lugar inhóspito y salvaje os encontrais para ser sólo dos caminantes. Hacia donde os dirigís y con qué propósito. Que los jinetes de Rohan estén lejos de su tierra no es de tu incumbencia, a no ser que hableis por boca de Gondor, cosa harto difícil, contesta el jinete de forma sarcástica.

Tambien nos acompañan Morko y Aramil, que se han quedado junto a la orilla avivando el fuego y tratando de pescar algo que llevarnos a la boca.

Lanzo una mirada ceñuda casi de espaldas para que no me vean mientras se acerca Thorondir ya que no ha dicho nada de las figuras que los jinetes estan viendo y parece que trata de ocultar.

Estamos de camino hacia Valleyport y los asuntos que nos llevan alli son de nuestra incumbencia dado que no son importantes ni peligrosos.

Mi compañero no habla por Gondor, por supuesto, pero tiene razón en que es a ellos ante quien debemos responder.

La noche caerá y no tenemos comida, aunque si quereis compartir nuestro fuego antes de que cada uno prosiga su camino estais invitados.

Dicho eso comienzo a marcharme como si ya estuviera todo claro

Llega el jinete que unos minutos antes se fue, junto con una veintena de jinetes más. Entre ellos destaca sobre todo uno con un caballo mas grande y fuerte y una armadura mucho más costosa y reluciente.

El jinete que hablaba con vosotros murmura algo al de la armadura lujosa y éste os echa un rápido vistazo a todos.

Un soldado consigue ver el rostro de Morko y grita: ¡¡un orco, señor!!, permítame darle muerte.

El jinete lo manda callar y os habla.

¡¡Silencio soldado!! Si no sabes distinguir a un orco, podrías matar a tu madre pensando que es una de esas bestias. Esta criatura no es un orco, dice al soldado.

Se dirije a Morko: ¿entiendes mis palabras, joven? sin dar tiempo a que conteste dice: espero no verte con tu padre o parte de tu familia, en tal caso mi espada hablará antes que mi lengua.

Me dicen que no teneis alimento. Mal asunto, pues estos parajes no ofrecen mucho que llevarse a la boca. No puedo ofreceros nada, pues nada llevamos encima. No obstante nos dirigimos a una posada que está a un dia de camino a caballo. Si apresurais la marcha podeis llegar en dos dias a pie. Allí podreis comer y dormir caliente si vuestra bolsa tiene algunas monedas. Se encuentra a unas 4 millas al sur en el camino tras la entrada al bosque Druadan. Suerte en vuestra travesía.

¡¡Sigamos rohirrin!!

La situación se nos complica compañeros. Parece que encontrar alimento será complicado, y si a nosotros nos han visto desde lejos, tal vez a Saldur tambien, y el esta solo asique deberiamos darnos prisa para juntarnos de nuevo. - mi preocupación aumenta con las malas nuevas - De camino, deberiamos mirar si la pesca es posible porque no se como llegariamos a la posada que nos acaban de recomendar.

Morko, a mi me vale con tu fuerza y lo que nos has demostrado con los lobos, pero si que deberiamos pensar alguna manera segura de poder entrar en Valleyport. Ocultar tu rostro no siempre ayuda e incluso a veces puede llamar la atención aun más alguien que se afana tanto en ocultar su rostro.

¿seguimos?

Tras el encuentro con los Rohirrim, volvimos a quedarnos solos en aquel paraje.

-Deberíamos reunirnos con Saldur cuanto antes y poner rumbo a esa posada, quizá allí podamos hacernos con provisiones para el resto del viaje y continuar. Esperemos que ningún otro animal hambriento haya atacado a Saldur en nuestra ausencia...

Justo cuando la comitiva se va, el jinete que vió a Morko pasa a su lado y le lanza un escupitajo verde pálido de un cuarto de libra (llevaba tiempo acumulando sustancia) en toda la cara, y murmurando; ¡¡orco apestoso!!, con una mirada de odio.

Morko reacciona instintivamente lánzandole una piedra que previamente coge del suelo, con tan mala suerte que le dá en toda la cabeza al jinete que cae del caballo.

Ante tal revuelo, se giran todos, Ástomer a la cabeza viendo como se levanta dolorido el soldado.

¡¡Qué ha pasado aquí!! grita. De forma casi ininteligible el soldado le cuenta muy acaloradamente el ataque del semiorco por la espalda, omitiendo el detalle del escupitajo.

Se dirige a vosotros; ¿es cierto lo que cuenta? ¡¡hablad!!

Sé que estoy posteando muy rápido y que a algunos no os da tiempo a actuar, pero es sólo por solidaridad con Saldur que está solito y asustado. Para que entre en juego lo antes posible, ok?

Si estuvierais todos, haría esta escena más larga, pero como no es así, la estoy resumiendo todo lo posible para partir de nuevo todos en escena principal.

-Ese hombre me ha escupido en la cara.-Respondo.-Lamento haber fallado, lo lamento de veras, pero ese maldito cobarde ha sido el que ha empezado.

-¿Crees que yo quería ser asi?.-Añado arrancandome la capucha y dejando ver mi cara.-¿Creéis que mi madre quería que yo fuera asi? Llevo desde que puedo levantar esta espada cazando orcos. Ahí tenéis las pruebas. -Mientras digo esto me saco del cinturon una bolsa pequeña de cuero y la dejo caer a los pies de los caballos.-¿Merezco que me escupan en la cara por haber nacido asi? ¿Por lo que otro hizo?