Partida Rol por web

Finalmente os encamináis hacia el parque de atracciones, no sin antes pasar por Sewfury para recopilar algo de información, algo fundamental para vuestro "trabajo" ahí dentro. Por lo que sabéis Sewfury es un pueblo de muy pocos habitantes, de hecho no llega al centenar. 

Los habitantes de aquel lugar se dedican a la agricultura principalmente, y parecen simpáticos y curiosos, ya que los pocos viandantes que pasean por sus calles se vuelven para mirar vuestros coches. No están muy habituados a los forasteros.

El día está nublado, y se acercaba la hora de comer. Por suerte alguno de vosotros teníais algún sandwich...

Aquel día había empezado muy temprano, cuando el sol todavía no había salido. Por suerte para mí, alguien acostumbrada a madrugar para hacer deporte, el levantarme un par de horas antes de lo normal tampoco me iba a hacer tirarme de los pelos. Recogí un par de mudas en mi mochila así como el dinero que tenía ahorrado y algo de comida, y tras ponerme una falda ceñida de color negro y una blusa blanca acabé saliendo de casa.  Es mejor tener una buena apariencia, eso suele abrir muchas puertas. Estaba segura de que nos encontraríamos con viejos con pocas ganas de hablar y una sonrisa amable podía cambiar las tornas.

Aquella mañana, antes de reunirme con Sean, quedé con Wendy para que no se perdiera de camino al punto de encuentro.  Prefería no ser la única chica en el viaje y que ella se nos hubiera unido tras explicarle lo que planeábamos fue un motivo para animar aún más las cosas.  La verdad es que no tuve mucha conversación con ella porque ambas tratábamos más de ver más allá de un palmo debido a la niebla que se levantaba algunas mañanas.

El viaje en coche con Sean fue divertido, como siempre. Él parecía -a su modo- bastante emocionado por la idea del reportaje y eso a mí me encantaba. Me prestó una de las cámaras y yo me entretuve grabándonos, poniendo caras o diciendo absurdeces hasta que él ya se puso en modo serio y me dijo que prestara atención a lo que teníamos delante. Al llegar a Sewfury estiré los brazos, cansada de viajar, y miré a Sean. Tenía ganas de bajar del coche y estirar las piernas, y al sentir que mi estómago amenazaba con rugir pensé en el mejor sitio posible.

-Sería bueno que empezásemos por hacer una visita al bar- le dije- en esos sitios siempre te encuentras con una camarera cotilla que suelta información sin darse cuenta. 

Andy despertó cargado de energía, por fin el viaje hacia Whoopse Joy iba a ser una realidad. Subió a la furgoneta de de Hugh, no sin antes haberse asegurado que todo el equipo estaba en condiciones de no dañarse durante el viaje, y emprendieron la marcha hacia el pueblo, habían quedado en hacer una parada allí para recabar algo de información antes de dirigirse hacia el parque.

El viaje se hizo mas largo de lo normal, lo único que llenaba los silencios entre las escasas conversaciones entre Hugh y él era la radio de la furgoneta. Aunque Andy estaba mas preocupado por el material y no dejaba de volver la cabeza a cada rato para comprobar que todo seguía en su sitio.

Llegaron al pueblo y todos bajaron de los vehículos para estirar un poco las piernas e intentar recabar algo de información si aquellos lugareños estaban dispuestos a dársela.

-No veo mala idea lo del bar Alex, el alcohol suele soltar las lenguas. Dijo en un tono bajo, para no ser escuchado por quien no debía.

Wendy se levantó por la mañana temprano notando esa sensación de nerviosismo que solía acompañarla cuando iba a hacer algo nuevo, excitante, algo que se salía de la rutina. Tras desayunar lo primero que pilló por la cocina, maquillarse (porque una chica como ella jamás salía de casa sin haberse pintado los ojos al estilo oso panda) y vestirse con unos vaqueros y una sudadera negra, Wendy salió al encuentro de su amiga Alex, que era quien la había presentado al resto del grupo.

El viaje en coche fue algo incómodo para ella, ya que estar encerrada durante tanto tiempo con gente no le gustaba. Aún así, Alex animó el ambiente grabándose con la cámara y haciendo el tonto un rato. Era evidente que le encantaba ser el centro de atención, así que Wendy pensaba que se complementaban bien: a ella le gustaba estar detrás de la cámara y pasar desapercibida.

Cuando llegaron al pueblo, Wendy fue la primera en bajarse del coche a estirar las piernas con un suspiro de alivio.

Menos mal que hemos llegado... Odio los coches. - se quejó en voz baja mientras miraba alrededor con languidez - Por mí vale, vamos al bar. Y ya de paso nos tomamos algo, tengo la boca seca del viaje.

Finalmente os bajáis de los vehículos y los dejáis en un descampado que han aprovechado para hacer "aparcamientos", aunque de dudosa legalidad. De todas formas no iba a ir la policía a multaros, pues estaba casi lleno de coches que irían antes que los vuestros. 

Sean parece callado desde que ha llegado al pueblo, la vista del parque de atracciones del fondo debía dejarle en shock. Era nostálgicamente perturbadora, y más cuando os fijábais en el color oxidado de lo que más sobresalía muy al fondo, en el horizonte: La montaña rusa. Todo esto debía de ser grabado obviamente, como escena principal del reportaje. 

Os dirigís hacia el bar más cercano, llamado "La ensaladera rosa". Parecía un bar de poca monta bastante sucio, tanto por fuera como por dentro. Habrían unas 5 o 6 personas en la barra y en las mesas. El camarero os miraba con semblante extraño, al ver la cámara. Los demás detuvieron su charla y se quedaron mirando con un rostro molesto.

El que estaba tras la barra, un señor calvo de unos cincuenta años, se tapó la cara.- Dejad de grabar, ¿qué hacéis?.- dijo molesto.- ¿Qué queréis?

Estar en Sewfury era el comienzo de toda nuestra aventura. Si el viaje había sido divertido –o le había dado diversión al silencio incómodo entre Sean y Wendy- me imaginaba que el resto del reportaje iba a ser mucho mejor que lo vivido hasta el momento.  Escuché las opiniones de los demás respecto a entrar en el bar y les sonreí al saber que estaban de acuerdo conmigo.

-Uh, el alcohol es un enemigo muy peligroso, pero será nuestro mejor aliado por aquí si la cosa se pone tensa.

Sean había empezado a dar sus órdenes como director que era y yo lo obedecí en todo momento, entregando la cámara al deportista. Ten cuidado con ella y si tienes alguna duda de cómo funciona nos lo dices- dije con tono amable, puesto que no era mi intención cabrear al que había puesto parte del dinero para la realización.

Me bajé un poco el escote de la camiseta antes de entrar, sabiendo que lo que nos encontraríamos ahí probablemente fuera un conjunto de camioneros o de viejos verdes dispuestos a hablar con una chica con una sonrisa encantadora.  Uf, la suerte está echada. Seguro que va todo bien, aunque probablemente sean bastante rancios en un principio.

Al entrar todo era tal y como me lo imaginaba, aunque me esperaba encontrarme casi con cavernícolas con cara de mala hostia.  Al menos he acertado en parte.  Ya desde el principio nos  pusieron mala cara por entrar grabando con las cámaras pero yo mantuve el tipo mientras Sean se explicaba.    Cuando él se sentó dejé un asiento libre entre él y yo para evitar fijarme en él o meterle mano y que eso arruinara el plan.

-Disculpe que entrásemos de esta forma. Mi nombre es Alex- le puse ojos de cordero degollado mientras le decía las palabras con un tono suave, casi hipnótico-  Mi grupo y yo estamos haciendo un documental para la universidad y decidimos hacerlo sobre pequeños pueblos con encanto y sus alrededores-  era mejor hablar bien del pequeño lugar en el que nos encontrábamos para ganarme la confianza de aquel tipo con car de pocos amigos.  Es difícil encontrar información en los libros y no se nos ocurrió nada mejor que venir aquí a conocer en persona todos los lugares interesantes de Sewfury.  Por cierto, ¿le importaría ponerme una cerveza? Estoy sedienta y hemos pasado mucha calor en el viaje- agarré mi camisa por la parte superior y la moví un par de veces, como fingiendo que estaba acalorada. 

Al entrar al bar Andy sintió una sensación de haber viajado en el tiempo hacia atrás unos cuantos años, aunque esos bares eran típicos de pueblos pequeños. Observó todo a su alrededor, los parroquianos que pasaban más tiempo en ese lugar que en su misma casa, el "jefe" o camarero, las botellas con mas polvo que años en el estante de arriba. Era todo lo que se podía pedir a un bar de película de Serie B.

Dejó que los demás se adelantaran y entró el último, no le gustaba que la gente se fijara en él, así que esa era una manera de pasar algo desapercibido. Se acerco a la barra y con un tono mas bajo de lo normal se dirigió al camarero.

-Una botella de agua natural, por favor.

Abrió la botella y se volvió para salir andando poco a poco hacia el porche del bar, giro su mirada hacia la derecha y no pudo dejar de observar la montaña rusa que se dibujaba en el horizonte, se quedó de esta manera durante unos minutos, como atrapado por una extraña sensación que no le permitía apartar su vista de ese amasijo de hierro y madera.

Después de esto volvió a entrar al bar y vio a Alex intentando conseguir que se le prestase atención de una manera que al 90% de seres humanos del sexo masculino y también un buen porcentaje del femenino no les pasaría desapercibida.

Wendy estaba ocupada observándolo todo con aire aburrido cuando aquel chico que se creía líder le puso una cámara en la mano y se dirigió a ella como "la amiga de Alex". La joven fotógrafa le dedicó una mirada cargada de ironía mientras alzaba una ceja.

No te preocupes. Las cámaras son lo mío... amigo de Alex - añadió esto último con un poco de retintín, evidentemente molesta porque aquel tipo llamado Sean no hubiese dedicado ni dos segundos de su ajetreada vida a aprenderse su nombre. Aún así, con una cámara en las manos, Wendy se encontraba en su elemento. Así que se apartó con un chasqueo de la lengua del grupo y comenzó a calibrar aquella pequeña maravilla tecnológica. Mientras lo hacía, murmuraba para sí misma con aspecto satisfecho, como quien tiene un magnífico tesoro entre las manos.

La chica siguió al resto del grupo tratando de encontrar el mejor encuadre, aprovechar la luz al máximo, mientras se internaban en aquel bar de mala muerte. Desde luego, un sitio pintoresco, encantador... Un excelente destino vacacional donde los haya, se dijo a sí misma con ironía tras observar la cara de pocos amigos del camarero.

En seguida Alex comenzó a trabajarse a los lugareños como solo ella sabía hacerlo. Wendy le dedicó una media sonrisa mientras le guiñaba un ojo a la que era una de sus clientes preferidos. Ajustó la lente para que capturase el gesto coqueto de la chica, su forma de moverse y expresar con el cuerpo lo que Wendy no podría expresar ni en mil años. Ella había nacido para estar al otro lado. La joven se ajustó el oscuro flequillo sobre la frente para que no le molestara durante la grabación.

Por el rabillo del ojo, observó como Chico Silencioso abandonaba discretamente el bar para volver un rato después. Wendy no dijo nada. Respetaba la necesidad de la gente de pasar desapercibida, pues ella misma a menudo se encontraba en una posición. La fotógrafa le miró con curiosidad. Andy se llamaba, por lo que había pillado en el coche.

Yo tomaré otra cerveza - dijo suavemente haciéndole un gesto a Alex. No quería llamar la atención sobre la cámara, que aún seguía grabando a pesar de que el hombre del bar les había indicado no muy amablemente que la apagara.

El camarero mira un rato la cámara hasta que le parece que la han apagado. Cuando deja de sospechar se da la vuelta y le sirve una cerveza a Sean.- ¿Un documental? ¿Vosotros? ¡No tenéis pinta de reporteros!.- dice mientras observa a los presentes. Al escuchar a Alex todo se clarificó.- ¡Ah! estudiantes... ya decía yo.- decía mientras hacía esfuerzos visuales por no mirarle el escote a la joven. De vez en cuando se le colaba una mirada indiscreta, pero nada más. Se dio la vuelta y fue a por el agua y la cerveza de la chica.- No podéis entrar grabando sin permiso... pero disculpas aceptadas.- Al fin y al cabo parecía un buen tipo, algo rudo, pero buen tipo.

Acepté de buena manera la cerveza. Cualquier cosa por intentar convencer a alguien de que nuestras intenciones eran las mejores para el pueblo. No creo que ninguno mirase de buena manera que uno jóvenes revolvieran la tierra más de lo que ya lo habían revuelto otros anteriormente. Gracias, buen hombre. Sé que puede parecer un poco raro que estemos haciendo un documental por aquí, pero Spielberg empezó así. Di un trago para hacer énfasis y darle tiempo para pensar sobre quien era Spielberg si es que alguna vez había oído ese nombre.

Como dice mi preciosa y bellísima compañera, estamos haciendo un documental sobre sitios con encanto. Pero bueno, no pasa nada por no querer participar en él, le  añadiremos en los créditos como agradecimiento por tan cálida y servicial ayuda. Seguro que alguien se fijara en los créditos y vendrá para visitarla, aunque lo dudo mucho. Nadie lee los créditos. Normalmente la adulación y la psicología funcionan en estos casos, no es que sean lucidos estas personas que no han salido del pueblo en su vida. Sé que es un poco psicópata manipularles de ese modo para conseguir información. Pero, cualquier cosa por un buen documental. De todas formas no se preocupe, en cuanto nos términos estas refrescantes bebidas nos iremos a visitar otros sitios. ¿Alguna idea de adonde ir? He visto conduciendo hasta aquí un parque de atracciones. Estaría bien visitarlo.

Objetivo conseguido- pensé a medida que el hombre de la barra se iba soltando.  La idea de que éramos estudiantes lo tranquilizaba, quizá porque la idea de que gente profesional viniera a investigar no le hacía gracia ni a él ni a nadie del pueblo. Cuanto más idiotas e inexpertos parezcamos, mejor.  A los paletos de pueblo les parecería mucho más sencillo lidiar con unos jóvenes que con gente “preparada”.

Me quedé escuchando como Sean hablaba para saber por dónde teníamos que dirigir nuestra intervención, ya que él era el director y a quien había que hacer caso. Lo mío, en cambio, se trataba más de seguir un guión y resultaba más sencillo.  Sonreí de forma inconsciente cuando se refirió a mí de esa manera.  Al ver que Sean directamente lanzaba la pregunta sobre el parque ella prefirió guardar silencio para responder en función de lo que el hombre les dijera. 

Andy tomó dos tragos de la botella de agua antes de oír a Sean hablar del parque de atracciones, casi como si la frase no hubiera acabado siguió la frase para que "parque de atracciones" pasara desapercibido. Había costado que soltaran la lengua y que no nos vieran como una amenaza como para tirarlo todo por la borda.

-Recuerda que hemos de grabar primero en la vieja mina de plata, si nos sobra tiempo podemos grabar algunas cosas mas.

Había estudiado aquel pueblo y la mina de plata quedaba a unos cientos de metros del parque de atracciones, así que no seria descabellado dejar los vehículos en la mina y trasladarse andando al parque para no levantar sospechas.

Andy se dirigió esta vez al camarero, que lo miro de una forma extraña, como si nunca hubiera visto a alguien vestido de esa manera y con ese aire melancólico que desprendia.

-Deberíamos avisar al Sheriff de que vamos a estar grabando por los alrededores para que no se preocupe al ver dos coches desconocidos, ¿no es así?

Sin esperar una respuesta volvió a mojar su garganta con otro pequeño trago de agua, tras eso se sentó en una mesa esperando la respuesta del tipo de la barra.

Wendy observó la escena en silencio, con una sonrisa divertida en los labios. Sean alias "El Estirado" se tomaba muy en serio su papel de líder y trató de disimular el interés por el parque, pero a la joven fotógrafa le pareció de lo más evidente. Menos mal que los encantos de Alex podían suavizar cualquier metedura de pata de los hombres.

La muchacha vio que el Chico Silencioso abría la boca para intentar disimular también, mencionando una mina de no sé qué. Lo cierto es que no veía qué demonios podría tener de interesante una mina para un documental de estudiantes, pero aún así a Wendy le pareció una buena estrategia de distracción. Minipunto para ti, chico, se dijo mientras cogía su bebida y se sentaba en la misma mesa que él discretamente. No quería sentarse en la barra porque el camarero se daría cuenta de que la cámara aún estaba encendida, y si venían en grupo lo más lógico sería permanecer juntos y no sentarse cada uno en un lado del bar como si tuvieran la lepra.

Salud - dijo escuetamente mientras le daba un sorbo a la cerveza y colocaba la cámara con cuidado a su lado como si estuviese apagada. Wendy intentó que la cámara apuntase en dirección a la barra con la esperanza de que algo quedase recogido, aunque aquel material le parecía menos interesante que... que algo realmente muy poco interesante. Como hacía cuando estaba nerviosa, Wendy comenzó a jugar con uno de los piercing que llevaba en el labio. Necesitaba un poco de acción. Los lugareños la ponían nerviosa.

-Gracias, igualmente. Andy miro a Wendy al responder y vio que estaba jugando con uno de sus piercings, por lo que apartó su mirada rápidamente de ella, no quería parecer un tipo extraño, más si cabe, que se queda embobado mirando como una chica juega con sus abalorios.

Wendy, por el nombre me recuerda a la chica del cuento de Peter Pan, aunque a simple vista no tengan nada que ver la una con la otra. Parece simpática, o al menos ha venido a sentarse junto a mí. Andy Andy, centrémonos en el parque que es, en principio, a lo que hemos venido a este pueblo.

Mientras Andy pensaba todo esto con imágenes incluidas en su mente, se quedo "en babia" durante algunos segundos, con la mirada perdida en un punto fijo y con la botella de agua en la mano sin llegar a estar del todo apoyada en la mesa. En conjunto era una imagen graciosa si no eras el protagonista.

El viejo comienza a pensar sobre lo que le dice Sean, aunque por el aspecto del bar seguramente le daría igual salir o no en los créditos, pero al menos lo estaba pensando, que ya era un paso.- El parque ese no es más que un parque abandonado, porque... porque... no pudieron pagarlo.- parecía algo más nervioso ahora.- Eso que se cuenta... son... tonterías.

La idea de Andy parecía buena, avisar al Sheriff podría evitar posibles catástrofes, como ser confundidos con vándalos.- El Sheriff no os permitirá ir a ese lugar, de hecho no tiene nada de encantador... pero es importante que le aviséis, igual os lo permite... nunca se sabe. 

Andy se levantó y se dirigió hacia Sean.

-Si no os importa podría ir a hablar con el Sheriff para los permisos, he visto que la oficina esta calle arriba, no esta muy lejos, podría hacerlo antes de que acabéis de tomaros las bebidas, y si por lo que sea tardo más esta cerca como para ir a buscarme.

Andy deja la botella de agua en la barra y al incorporarse de nuevo, esta vez en voz baja, vuelve a hablar con Sean:

-Una cámara sería de gran ayuda para grabar lo que pueda suceder en la oficina.

Andy se queda unos segundos esperando la respuesta de Sean mirando por última vez la fila de botellas polvorientas del estante de arriba, preguntándose cuanto tiempo llevarían ahí.

Esa mención casi subliminal del parque de atracciones surtió efecto. Aunque no me extrañó, aquella reacción del camarero solo daba a entender que había algo que ocultar. Y aunque ya lo sabíamos, yo quise seguir insistiendo. Daba gusto comportarse como un psicópata de vez en cuando. ¿Y qué es lo que se cuenta sobre ese parque? ¿Hay alguna leyenda urbana o algo por el estilo? Esas cosas llaman siempre la atención. Recuerdo un pueblo en Omaha que se hizo famoso porque unos chavales enterraron unos huesos y dijeron que habían encontrado un cementerio indio. Al final se acabo descubriendo el pastel claro, pero para entonces ya habían atraído a un montón de turistas como ratas. Farfullé todas las mentiras que pude sin que se notara en el menor tiempo posible. Si quieres ocultar tu intención miente y mucho. Es un consejo que se aprende si quieres colarte en los mejores antros para que nunca sepan tus verdaderas intenciones.

Una voz aguda y casi asustada se unió a la conversación. Con un gesto amable pedí que Andy se volviera a sentar, sin apartar la vista del camarero claro. Un segundo Andy, deja que nos términos esta cerveza y después podremos ir todos juntos a hablar con el Sheriff. No creo que el sheriff fuera a perder el tiempo por una persona que dice estar grabando el documental hasta que no viera pruebas de ello.

Wendy puso los ojos en blanco cuando Sean siguió hablando sobre el parque con muy poca discreción. Si pretendía ser sutil, desde luego que no era lo suyo. Y era evidente que el camarero no parecía muy cómodo hablando sobre el tema, por lo que la chica simplemente permaneció sentada en su mesa mirando la situación tras su espeso flequillo negro y degustando lentamente su cerveza.

Le dio lástima El Chico Silencioso, porque realmente había tenido una buena idea que les podría permitir ganar tiempo. A fin de cuentas aquel bar era más aburrido que un velatorio. 

A sus órdenes, Señor Sargento - murmuró la chica en voz baja mientras apoyaba la barbilla en la mano con aspecto evidentemente aburrido. La cámara seguía grabando. Vaya pérdida de tiempo de grabación, se dijo para sus adentros. Cambiando de opinión, Wendy se tomó todo lo que quedaba de la cerveza de un golpe y se levantó repentinamente - Yo necesito fumarme un cigarro, os espero fuera.

Cogió la cámara y su mochila y se dirigió a la puerta del bar mientras tarareaba algo para sus adentros.