Partida Rol por web

Como excepción ni sus fuerzas ni su puntería fallaron esta vez consiguiendo lanzar el canijo mutante de esqueleto forrado de Adamantium contra su presa, algo conseguía en ese lugar que sus poderes fuesen un vaivén, no obstante, lo que nunca fallaba era su suerte. El trepamuros había esperado que Lobezno se pegara con sus seis cuchillos a la presa, como un piojo a un perro, y que con él cayera donde pudiesen hacerse con la piedra, pero no así cuando pudo darse cuenta, el único hombre X capaz de vestir como un cowboy teniendo alma de samurái; había desaparecido.

–M!3%&a, m!3%&a, m!3%&a. ¡No habría más mierda en mi vida ni que Galactus se me cagase encima!- Se quejó sin finuras. –Pero… ¿no se supone que es el mejor en lo que hace? Pues lo que debía hacer era cargárselo, conseguir la piedra y seguir.- Suspiró. La kriptoniana no iba a ser la única en marcarse un buen chapuzón. -No voy a cargar TAMBIÉN con la muerte del único superhéroe inmortal. ¡Logan!

Y tras el viejo “chocho”, que el cara de Red no sabía lo que decía, se lanzó al mar en busca de un amigo caído. Confiando que quizás alguno de ellos conseguiría encontrarlo a tiempo, y pensó que si bien el Merlín descolorido o la “chica de los rayos X en los ojos” podían hacerse con el lobo mojado, él tal vez podría y tendría tiempo de hacer un tapón mullido, grande, e impermeable de telarañas con el que taponar el fondo. Bajo el agua, Parker puso empeño en encontrar su amigo vengador por si no lo encontraban los otros antes.

 O triunfarían o se ahogarían los cuatro. Fuese como fuese para él no había opción. No se dejaba un compañero atrás, si podía evitarlo.

De repente se encontraba en una isla ¿Y la selva? poco a poco empezaba a acostumbrarse a las extrañeces de ese mundo/dimensión o donde quisiera que le hubieran llevado.

Al tenderle la mano Pícara se sorprendió al ver que tras tanta bordería y corporativismo aún quedaba algo de raciocinio y compañerismo Esta empresa no es fácil y ella lo sabe...a su manera. Sin decir nada para no romper la fragil tregua que habían alcanzado, Pantera agarró la mano de Pícara que alzo el vuelo, algo que ya había experimentado de la mano de otra mujer y que le traía amargos recuerdos.

Al contemplar la escena protagonizada por los que habían llegado antes que él, en la que todo el mundo se zambullía sin pensárselo dos veces, y escuchar a Spiderman gritar el nombre de Logan, el africano enmascarado supo sumar 2+2 y se hizo una idea en mente (equivocada o no pronto lo sabremos) - Yo me bajo aquí, gracias por el viaje- le dice a Pícara mientras se suelta de su mano y se zambulle tras Spiderman, sus botas de Vibranium amortiguarían la caída, y su complexión atlética le ayudaría a poder funcionar bien bajo el agua.

Una vez sumergido, intenta hacerse una idea de la situación antes de ponerse en marcha.

Personalidad 2: Conque el próximo esbirro iba a ser una tía buena. Si es un pescaito con mallas.

Personalidad 1: Lo dije solo para darte ánimos. Además, se supone que a Aquaman tú no lo has visto, que lo sabes porque lo nombra Supergirl.

Personalidad 2: Pues vaya m&%$ de ánimos. Me has decepcionado.

Personalidad 1: Llorica. Si quieres llamo a una buambualancia.

Personalidad 3: ¿Queréis callaros ya? El gag de las personalidades múltiples ya dejó de tener gracia la primera vez. Así que Narrador, ya estás tardando en narrar el turno.

Pasaron de la jungla al mar. Pero ni en el primero estaba Tigra ni en el segundo Namora. Al guionista le gustaba que todo fuera un campo de nabos_{- si quieres te llamo a ti también una buambulancia-} Si no se movían, el agua les tragaría. Había oído eso de tierra trágame, pero lo del agua ya es absurdo- _{todos sabemos que lo absurdo no va con Masacre.-} Aceptó la mano de la joven y se agarró cuanto pudo- querrás decir que magreó cuanto le dejaron antes de pegarle un puñetazo- a Pícara.

-Gracias, guapa, no sé qué haría yo sin ti- _{eso creo que tiene un nombre, onanismo-} Si puedes pásame por el remolino.

Tanto si  Pícara se acercó mucho al tornado acuático como si no, sacó una de sus granadas- _{de las 3 que le pedí al director-} y la arrojó contra el remolino. Algunos dirían que lo hacía porque creía que debajo del remolino estaba la criatura que lo invocaba y que la granada iría justo hacia el final del vórtice para al menos aturdir al enemigo responsable. Pero Masacre va a su bola- _{este tío no defrauda}- y seguramente lo haría simplemente para hacer su broma.

-¡Hoyo en uno!

Finalmente se dio cuenta de las palabras de Spiderman- recuerdas que es un hombre solo para lo malo- que nombraban a lobezno como el único superhéroe inmortal.

-Yo me siento herido emocionalmente, el único superhéroe inmortal Lobezno. Pero si a él cuando le cortan la cabeza ya ni se mueve- _{¿qué? No se pueden usar las mismas frases que en el offtopic.}

Kara no lo dudó ni un momento, al no volver a ver a Lobezno se lanzó directamentre contra el tifón que tarde o temprano los tragaría a todos. Solo había dos opciones, o que Kara supiese como jugar a ese juego, o que estuviese tan loca que no le importase perder la vida en el intento.

Pícara decidió ayudar a sus dos... ¿compañeros, aliados, molestos acompañantes? Lo que fueran, pero decidió tenderles un brazo, aunque no sabíamos si con el guante puesto o no, e izarlos para que la corriente no se los tragara igual que le pasó a la otra muchacha voladora. Spiderman y Gandalf eran más prescindibles, eso sin duda, sobre todo el primero, debían ser tan prescindibles que ninguna de las dos mujeres voladoras se preocupó en tenderles una mano para salvarles la vida. Total, el viejo había vivido ya durante eones, y el hombre araña... ¿hace falta que siga dando motivos para explicar lo prescindible que es su vida en esta partida?

El anciano demente, con problemas de mente, así como de verborrea y ya de paso de percepción espacial, decidió dar un pequeño saltito e introducirse en el interior del agujero acuático, eso hubiera estado bien, si lo tuviera debajo de sus pies, y no a unas cuantas centenas de metros. Si quería peces, tendría que mojarse el culo. (El narrador también sabe usar refranes al más puro Gandalf Style)

Y en vista de que nadie se había preocupado por él, el hombre araña se convirtió en el hombre araña ahogada, porque se tiró al mar, el traje se le empapó, se le pegó a la cara y empezó a sentirse incapaz de respirar con todo aquello en su cuerpo. Estaba húmedo, pesaba mucho y para colmo sus telarañas no salían. Empezó a agobiarse tanto, que tuvo que hacer todo lo posible por regresar a la isla, por fortuna no tardó mucho, pero allá abajo no había ni rastro del único superhéroe inmortal ^{en serio, Masacre, ¿tú te crees un superhéroe?}. Así que no le quedó más remedio que coger aire y pensar en otro modo de actuar.

Después de que Pícara hubiera hecho uno de los mayores esfuerzos de su vida; tenderle la mano al que ahora era el exmarido de su mejor amiga, éste se la soltó y se tiró al agua con la intención de poder ver el cuerpo metálico de Logan. Otro esfuerzo había sido tocar al salido de Masacre, que por suerte, en lugar de soltarse decidió lanzar una estupenda y maravillosa granada ^{te quedan dos, así que ya sabes,} contra el agujero y que Kara disfrutara de ella si se la encontraba y...

...

...

... y nada. Todo seguía igual, sin Lobezno, sin piedra y con un increíble agujero que tarde o temprano les absorbería. ¡Ah, y sin Kara!

Pantera fue el único que pudo percibir donde se encontraba la piedra que había soltado Aquaman, podía ver como lentamente se iba hundiendo en el profundo y extenso mar. Por el contrario, no había ni rastro de Lobezno por ninguna parte, ni tampoco de Kara. Pero estaba seguro de haber visto bien, es decir, Lobezno y Kara ya no estaban en ese plano, de eso no había duda.

Lo extraño era que la piedra era lo único que no arrastraba la corriente. Pero se hundía a una velocidad increíble, o decidía ir tras ella, o si la perdían, perderían el juego.

El fondo marino era extrañamente claro, aunque poco podía extrañarse ya T'Challa pues cada nuevo "mundo" tenía particularidades que lo hacían familiar pero extraño a la vez.

En cuanto se percata de lo que está pasando, Pantera endurece sus músculos para bucear hacia la piedra, que no estén sus aliados no significa que hayan muerto, lo ha podido comprobar al volver a ver a la rubia voladora.

La piedra se hunde rápidamente y no hay tiempo para pararse a planificar, _{tampoco para escribir demasiado}, pero está preparado para que el "mundo" se desestabilice al cogerla, como pasó con la selva tropical del "mundo" anterior.

Cuando Pantera dijo que se bajaba, Pícara no tardó en abrir la mano ni un suspiro. ¿Qué, si se moría ahogado? Ahora ni Tormenta podría acusarla de dejarle morir.

Con otra perspectiva de las cosas cuando sentía que todo iba bien, la muchacha dio vueltas alrededor del agujero chupador de agua mientras Masacre hacía cosas. Ella no impidió que su pasajero sintiera el movimiento de su vuelo, de hecho se permitió el lujo de zarandearle de vez en cuando, para que notara dónde estaba y quién le mantenía vivo. Miraba a todos lados, pero parecía que los que caían al agua no sobrevivían de ninguna manera.

Venga, Masacre, di alguna de tus locuras. Si han acabado con el hombre pez, ¿no debería estar deshaciéndose el paisaje? Tendríamos que salir volando hasta la nueva escena. ¿No habrá muerto el calamar?

Las personas no son lo que parecen ser.

Este mundo es un lugar embriagado de poder oculto, magia ancestral que ni el mago más apto para ésto, sabría reconducir. ¿El destino de todo es mi destino?, ¿el mar que nos rodea resultará nuestra perdición o nuestra bendición?

Esas y otra preguntas retumbaban en la mente, ahora distraída por la situación, del anciano.

Unos volaban, otros podían aferrarse con sus telarañas, ¿y él?, ¿qué solución podía tener?. Su rostro reflejaba el sentir por los que se disponían a zambullirse por el lugar donde surgió aquel personaje.

No podía echarse para un lado, mirar de frente era la única opción, la única salida. ¿De verdad? - le dijo una vocecita en su interior. ¿Es la única vía?, ¿no crees que el abismo sea lo correcto?, ¿dudas de tus decisiones?

Al final se paró en seco antes de saltar al agua. Miró al cielo en busca de algo o de alguien que acudiese en su ayuda. Alzó los brazos, abrió la mano derecha y pronunció unas palabras en su lenguaje.

Miraba al cielo, a las nubes en busca de alguien esperado por él.

¿Llegaría en su ayuda?

Masacre disfrutaba del vuelo tanto como podía. Pícara, su amor platónico- _{uno de tantos-} le sujetaba, y él a su vez, se dejaba sujetar cuanto podía- _{vamos que no perdía ocasión para magrear.}- Su momento culmen fue cuando ella le pidió un chiste. Al final iba a ser verdad lo que decían las revistas que él no leía. A las mujeres les gustaban los hombres graciosos, no los guapos- _{ya, claro, a otro con esas}- y aquella era su mejor oportunidad de conquistarla para siempre.

-Claro que sí, esto, esto, hay muchas cosas graciosas que decir ahora, cada cual más hilarante que la anterior- pero con presión no le salían los chistes.

Así que se encogió de hombros. La vez anterior había tirado granadas, pero no iba a volver a hacerlo. Así que su aparición en esta escena, viñeta o lo que fuera iba a limitarse a ese encogimiento de hombros- _{si esto fuera Motel Gore, los críticos te iban a fundir en este turno.}

-Yo haría muchas cosas, muñeca, pero esta vez no se me ocurre nada, mi órgano más grande no es el cerebro precisamente- _{como nos gusta presumir}- y las granadas me las cuentan.

Debía de ser un día de mucho, calor… más bien un mes de mucho calor, por no decir, un año de un calor letal y mucha sequía (casi igual que aquí, vamos…) Pues tras Spidey se habían zambullido otros hasta que aquello recordaba una piscina llena de críos en mitad de verano, incluso tras Pantera negra se lanzó al estilo bomba una granada acalorada. Pero ni todos los esfuerzos sumados consiguieron rescatar aquél compañero que, finalmente, no solo dejarían atrás, sino que sumarían a la kriptoniana a lo de abandonarlos en el fondo de aquél gigantesco wáter hawaiano. ¿Qué es lo que había pasado? ¿Qué es lo que había hecho? El trepamuros casi se ahoga en el intento patético de heroísmo cenizo y de enderezar su épico error. “Garrafal” en sus consecuencias porque el Narrador lo quiso así.

–¡¡¡¡Nooooo, LoooOOOOogan!!!! Lo siento. Ha sido culpa mía. Esto no debía de ocurrir así.- Se quejó medio ahogado cuando escupió toda el agua que se había tragado y los pulmones ardiendo consiguieron llenarse de aire con dolor. Quizás les quedaba otro inmortal para escucharle quejarse “ab eterno” respecto a que también tenía su condición de mutante con poderes regenerativos  pero eso no restaba el dramatismo perpetuo con el que Parker rodeaba su vida. Pues al fin, había conseguido sumar otra alma más a su lista extensa de muertes de las que sentirse responsable. “Gran poder, gran responsabilidad” Quizás Parker no entendía del todo el concepto de “responsabilidad”.

Cuando las lágrimas y los lamentos amargos cesaron, e incluso esa vocecita en su cabeza llamada “sentido arácnido” que le decía que todo iba muy mal ya que estaban en un lugar sin regreso donde los poderes de lanzar telarañas no funcionaban (como si eso fuese nuevo, “lo de quedarse sin fluido arácnido al momento menos oportuno” digo), el cabeza de red se incorporó renovando su convicción y voluntad propia de un protagonista de cómic.

La voz de pícara resonaba por encima de él, dándole nueva perspectiva. ¿Cuándo terminaban con un enemigo de ese juego el paisaje se borraba? Quizás era lo que estaba ocurriendo pues no había donde más ir. Quizás no. En su cabeza resonaba la voz ronca de Lobezno repitiendo las normas. “Avanzar o morir” o algo así. Pero fuese el camino hacía el siguiente eslabón, o fuese el camino a rescatar a un amigo, o, sencillamente, una nueva forma de morir… su destino pasaba por el fondo de aquél desagüe.

Cerró los puños haciendo acopio de valor mientras se quitaba la máscara que casi le ahoga. –Si voy, o, mejor dicho, si vamos a morir en una dimensión desconocida, en un universo muy muy lejano, donde ni siquiera hay pizzas con las que apaciguar nuestros rugientes estómagos ¡que más da!¡A la porra la identidad secreta!- Llenó los pulmones con todo lo que permitieron, puso cara de decisión frunciendo las cejas y se lanzó de nuevo al agua.

Y con ello, ya sé que copié con gran descaro el estilo de narrativa del Director y del jugador que hay setaando tras Masacre, pero es que ni todos los chistes del mundo se le ocurrían a este guionista, ni los más paupérrimos pues estaba de pega y sufría más por si su portátil y única herramienta de conectarse y de trabajo se había escacharrado que de sacar un post medio-decente para cumplir en la tónica.

Sencillamente el hilarante calor que estaban sintiendo todos los personajes, o mejor dicho, las personas que había detrás de cada personaje, estaban haciendo que los post de aquella viñeta fueran mucho más mediocres que los anteriores. ^{Ni que el narrador fuera Cervantes,} Así, con el fin de continuar el estilo narrativo, el director decidió dar un poco de gracia a todo el asunto aprovechando las pifias de los increíbles personajes de aquel divertido juego. Y es que, si había un experto en pifia además de Spidey, ese era el anciano.

Y para sorpresa de todos, especialmente de Gandalf, escucharon un sonido ensordecedor, entre un aullido y un chillido insufrible.

Su invocación había resultado mucho peor de lo esperado, y es que convocar a un águila para que viniera de una dimensión a otra y le ayudara era especialmente complicado. Además de que las águilas solo salían al final para resolverlo todo, y cuestionando así la veracidad de todo el mundo narrativo de Tolkien. Así que lejos de aparecer una de aquellas aves, lo que apareció fue un ser demoníaco al que Gandalf conocía como nazgul y que además iba montado en un ser alado y tan peligroso como su jinete.

¡Así que ahora había que eliminar a un nuevo enemigo que nada tenía que ver con Zodiaco!

Mientras todo eso sucedía, Masacre y Pícara continuaban de cháchara sobrevolando el agujero que tarde o temprano tragaría a todos. Gandalf contemplaba con el rostro descompuesto como su aliago sobrenatural, se había convertido en un enemigo infernal, y Spidey y Pantera simplemente se dedicaban a nadar entorno al remolino sin mucho éxito. Y es que aunque no tuvieran los poderes de aquaman, si querían nadar hacia... donde fuera, necesitarían hacer al menos una tirada para resolver aquel turno.

Pícara estaba decidiendo si usar a Masacre como bate para reventar alguna cabeza que otra cuando el grito de ese lagarto volador le destrozó los oídos. Por poco no dejó caer a su pasajero y miró con enfado al bicho.

¡Eh, pajarraco! ¡Ve a gritar a tu madre! le hubiese gustado lanzar a Masacre para que le diera el coñazo como había hecho con todos ellos, pero al final no lo hizo, claro. Si en el fondo era buena gente.

Masacre, ¿te apetece montar a caballo? Creo que ha venido a buscarnos sin esperar la respuesta de su acompañante, voló hacia el bicho.

Sobrevolando, evitando sus fauces y cagándose en él por sus gritos, Pícara esperaba que Masacre no disparara hasta que estuvieran sobre él. Ella podría intentar estrangularle mientras él le disparaba.

En este mundo las cosas no son lo que parecen, ¿o sí lo son?. Provocar algo trae consecuencias, Gandalf acababa de comprobarlo en sus propias carnes. Lo peor no era eso, sino que puso en peligro la vida de varios de los que tenía cerca. Era difícil averiguar si había sido error de cálculo propio o puesto en jaque por Zodiaco.

Los habitantes de esta tierra no nos someteremos a tu poder - le dijo el mago con voz atronadora.

Las piernas, además del bastón que portaba, eran pilares en su débil estructura. Sin ellos sería parte del otro mundo. No hincaría las rodillas a ningún enemigo, por muy poderoso que resultase, jamás.

Miró a sus compañeros y les advirtió del peligro que corrían. Les hizo ademán para que huyesen de allí, él se enfrentaría al Nazgul frente a frente.

Antes de tomar la iniciativa, pensó si ese enemigo sería tan fuerte como de antaño en la Tierra Media.

Tragó saliva, respiró, se preparó para lo peor, miró con cariño a sus compañeros de viaje, el chico de las telarañas, el que vestía totalmente de negro, otro que se hacía llamar Masacre y, por último pero no menos importante, la muchacha con el mechón blanco en el pelo.

De su boca salió una sola palabra:

Gracias.

Y se lanzó contra aquella bestia. Procuraría alejarlo de allí, era el único modo.

Mientras el viejo mago barbagris vociferaba esgrimiendo su espada prendida en llamas y Pícara se planteaba esgrimir al buen Masacre como porra nuestro amistoso vecino Spiderman intentaba, sin lograrlo mucho, nadar hacía el remolino que debería engullirlos pero que curiosamente se le resistía.

Bajo el agua movía los brazos con decisión clavando sus dedos como si por la corriente pudiese trepar con la misma agilidad que por un muro, a su vez miraba a lado y a otro en busca de la piedra que podría permitirles la única victoria, mismo esfuerzo que hacía a su tiempo también T’Challa quién no solo la jerarquía había hecho de él el rey de Wakanda.

De pronto, sintió su corazón dar un terrible vuelco, como si fuese a apagarse o estallar, su cabeza chillaba como si sentido arácnido retumbase a través de un megáfono. Nunca había sentido nada igual, pues ése era el poder de un Nazgûl.

Sin pretenderlo se llevó ambas manos a los oídos en un estéril intento de apagar aquella alerta.

Sus instintos se apropiaron de sus acciones y se convirtió en el animal que solo existe para lucha por sobrevivir, por huir de aquél enemigo atroz. De aquél depredador que ninguna batalla tenía aparentemente sentido y es que el terror que infundían los espectros del anillo era completamente irracional. Al menos mientras estuviesen al agua estarían a salvo pero eso no podía saberlo, o recordarlo el cabeza de red en aquél momento de necesidad.

Con mayor necesidad movió sus brazos para nadar, y avanzar hacia el centro mismo, la que esperaba que sería la salida, o la entrada a un nuevo escenario.

Tras la insulsa escena anterior, que el Narrador principal achacaba al verano- _{pero que ambos sabemos que es porque no teníamos ni idea de qué hacer en ese turno}- Masacre quería resarcirse. Y esta vez podía hacerlo. Pícara se acercó al pajarraco para que le disparara, no obstante, sacó las katanas, creyendo que su novia- ya estamos delirando- se acercaría al máximo a su presa.

-Esta noche cenamos paaat- chs, cambia de chiste que ese ya lo hiciste antes, o mejor, calla.

Masacre sacó sus machetes- _{ehem, katanas}- y rajó al aguilucho por la mitad. La sangre salpicó a todos menos a él y a Pícara. Ésta, agradecida por su azaña, le dio un beso pasional, que casualmente no le costó la vida ni los poderes.

Por desgracia, masacre  descubrió que se había dormido unos instantes y había soñado lo anterior- _{además, te tienes que esperar a que el dire interprete las tiradas}- así que ahí seguía él, volando con Pícara. La cual, viendo que la miraba, le dedicó una sonrisa. Era lo único que llevaba puesto, pues su cuerpo estaba completamente desnudo.

Por supuesto, aquello volvía a ser un sueño- ya te vale, céntrate- allí estaban todos vestidos, tanto el anciano como el trepamuros- _{¿y tú que sabes si se ha desnudado para bucear o no?}- así como pícara, él mismo, y los 2 unicornios rosas que cabalgaban a su lado para ayudarle a luchar contra el animal convocado por Gandalf.- _{Y no, esto ya no es un sueño, si no uno de los delirios normales de Masacre.}

T'Challa no mostró mucho interés durante aquel asalto, así que nadando a duras penas consiguió acercarse a la piedra que cada vez estaba más profunda. Debía seguir intentándolo, y sobre todo esforzándose un poco más, si quería conseguir pasar a la siguiente parte de la aventura, ya no solo por él, si no porque conseguir la gema era algo vital para lograrlo.

Pícara, que todavía llevaba consigo a Masacre, se acercó hasta el ave ^{por llamarlo de alguna forma} con la intención de estrangularlo. Pero en cuanto vio que sobre aquéllo había un jinete cubierto con una capa, sin rostro, y protegido por una armadura férrica, se quedó bloqueada sin saber a quien atacar. Al menos Masacre pudo acercarse lo suficiente para caer sobre el ser volador y desenfundar sus katanas o machetes ^{o navajas de los scouts} y entonces llegó uno de los grandes delirios ^{que ya no sabíamos si eran de Masacre, o de la seta rancia que había tras él,} y se creyó que todo lo que iba a suceder era verdad. Por suerte, aún estaba más cuerdo de lo que todos pensaban y se dio cuenta de que con un par de katanas no se podía rasgar ni la dura piel de aquella cosa, ni la dura armadura del nazgul ^{con forma de dementor armado} contra el que se estaban enfrentando.

Y entonces llegó el momento épico de Gandalf, ^{con el que también empezaba a ser divertido meterse} y se "lanzó" hacia el nazgul. Cuando el jugador que había detrás del anciano narró que se "lanzaba", tanto los VIPS inexistentes de la partida, como el resto de jugadores que leían sus posts, se quedaron sumamente extrañados. Aquella bestia venía volando, mientras que Gandalf estaba sobre una pequeña isla en movimiento que pronto iba a ser tragada por aquel agujero. A pesar de eso, una potente luz solar salió de su bastón, los astros que rodeaban el nuevo escenario que había convocado Zodiaco empezaron a brillar para cargar el bastón del anciano, y tras aquellos segundos el espectro del anillo se vio deslumbrado y dolorido por el poderoso ataque del anciano. Al menos el viejo era útil enfrentándose a las criaturas que pertenecían a su mismo plano de existencia. Aún así, el nazgul no había sido derrotado, Masacre seguía encima, ^{pero tirado sobre la bestia pues tanto movimiento le había hecho marearse,} y con Pícara buscando una forma por donde atacarle.

Al ver al hombre sobre el bicho con alas, Pícara resopló. Un hombre tenía que ser. Volando como estaba, se echó el pelo para atrás

¡Eh, cariño! ¿Qué tal si dejas que Transportes Pícara te de un paseo? Dejemos que el loco y tu pajarito se hagan amigos.

Pícara se lanzó contra el jinete con los puños por delante. ¿Quién podría sobrevivir a una caída desde esa altura contra el mar? Por poco de física que conociesen, el golpe contra el agua sería como caer contra el cemento.

¡Dale un beso a mis puños, guapo! se permitió gritar cuando estaba a escasos centímetros de golpear en el pecho del hombre.