Positivo a Navegante por ser un gran contador de historias.  En su partida de 7mo Mar, "Escape de la Isla de la Muerte", nos puso en la frontera de la exploración de ese mundo renacentista que se subía a los barcos para descubrir aquellas maravillas de naturaleza y pueblos en su "periferia" marina, con consecuencias tan duras como las de nuestra propia línea del tiempo.  Como master mantuvo el realismo y las posibilidades del heroísmo todo el tiempo, lo que hizo de esta una partida realmente disfrutable. 

Personalmente me gustó cómo le sacó provecho al sistema Hitos, manteniéndonos "dentro de personaje y época", sacándole jugo de una manera a la de director de teatro, que aunque implica esmerarte un poco más al postear que lo normal, al final te deja feliz por el resultado conjunto logrado, contigo y los demás jugadores.  

En particular, sus "escenas de memoria individual" me parecieron el toque genial a la partida.  Las pensaba con cuidado y con ellas redondeaba a los personajes en retrospectiva de tal forma que la escena que transcurría en el "presente" tenía más sentido.  

En todo momento Navegante se tomaba el tiempo para escribir bien, con una calidad de novela que uno compraría en alguna librería del barrio.  Y si se tardaba un poco más en su ritmo propuesto debido a ello, la verdad nadie lo veía mal, por el resultado que traía.  Comprometido master se sentía todo el tiempo.

En resumen, todas estas razones hay para aventarse de cabeza y sumergirse en cualquier partida que proponga Navegante.  Mantengan su compromiso en ellas y verán una historia genial desplegar sus velas.

He jugado con Navegante en su partida Escape de la Isla de la Muerte. Un máster más que recomendable. La aventura que nos planteó tuvo variedad de situaciones: acción, emoción, suspense, peligro, misterio, asombro, fantasía, conflicto, evolución, recompensa. Como director, sabe cómo contar una historia, dosificando la información pero dándola, y cuándo y cómo mover la narración o no moverla. También hay que destacar que supo afrontar los problemas que fueron amenazando la partida y consiguió que la termináramos de forma impecable, coherente, cerrada, en un tiempo razonable. Además, sus textos no sólo eran los apropiados, sino interesantes por sí mismos. Por último, a nivel personal, se comportó con educación y respeto en todo momento.