¡Bienvenido a Strixhaven!
La misión de la Universidad Strixhaven es descubrir y preservar el conocimiento mágico, para diseminar ese conocimiento de una generación a la siguiente, de promover estudios abiertos y libres de la magia en todas las formas, y mejorar las vidas de las personas de todo el mundo a través del uso de la magia.
Y ahora, entrarás como estudiante en la prestigiosa universidad. ¿Qué te deparará?
Enlaces reclutamiento > Warhammer 40k y Pathfinder
Las Puertas Sangrientas narra el destino del Equipo de Asalto 123-B de la Brigada Penal Auxiliar de los Sepultureros de Gilead durante un asalto a Tora Armis, una ciudad colmena rebelde, en el Mundo Colmena de Gilead Primus. Los Agentes se enfrentarán a una lucha feroz y deberán mantener la calma si quieren sobrevivir a la batalla.
En un taberna de un poblado de Hispania se encontraban dos hombres en una taberna vacía. El mas cercano a la puerta vestía como un simple mendigo, ropas viejas, sucias y bastante rotas, sus botas estaban casi sin suela, el cuero estaba rajado, los pantalones que lo seguían eran grisáceos, aunque no parecía su color original, para completar el pantalón varias manchas lo acompañaban de distintas sustancias. Portaba una camiseta sencilla y en algún momento blanca, pues ya lucia amarillenta con manchas negras como si se limpiase en ella. Su pelo era corto, negro e igual de sucio, parecía que el mismo se lo hubiese cortado en algún momento. Su cara, al contrario que todo lo demás se encontraba completamente limpia, dejando a la vista a un joven con mirada astuta y ojos claros.
Enfrente de él, sentado en una mesa se encontraba un hombre completamente diferente, sus ropas se veían limpias y de gran calidad. Botas que brillaban, pantalones podrían decirse que recién comprados debido a su buen aspecto. En la cintura una espada fina colgaba con una empuñadura dorada y una funda negra. También llevaba una camiseta blanca, aunque completamente limpia y cubierta con una especie de cazadora de cuero negra sin mangas, que daba la impresión de ser una especie de armadura básica. Su pelo también era negro, aunque este lo llevaba en una coleta recogida, su rostro era de alguien más adulto que la persona que acababa de llegar, y sus ojos amarillos se clavaban en el pobre hombre que tenía delante. Su mano, la cual agarraba una jarra, dejaba a la vista unas uñas alargadas como garras, y en el dedo anular un anillo de color rojo con dos líneas negras, una que cruzaba de arriba abajo y la otra de izquierda a derecha juntándose en el centro del anillo.
- Roberto, por fin descubrí el secreto que guardas. – El hombre con ropas destrozadas se sentaba en otra silla y cogía otra de las jarras dando un gran sorbo. – Leticia me lo ha contado todo, que pertenecéis a una orden que controla el mundo de los no muertos, que nada pasa sin que vosotros lo decidáis, el significado de los colores de los anillos y como os manejáis, creo que ya no me lo podrás negar ¿verdad?
- Sin duda, Gonzalo, siempre tienes que descubrir lo que te propones, no puedes evitar enterarte de todo. – El hombre llamado Roberto no mudo la expresión, aunque se levantó de la silla y empezó a caminar, dando la impresión de nervioso, aunque ni mucho menos, pues solo fingía delante de su compañero para poder llegar con disimulo a la puerta y poder cerrar el pestillo sin llamar demasiado la atención. – Creo que se le ha olvidado contar algo importante. Nadie que no tenga el suficiente respeto por la secta debe contar nada, y cuando lo cuenta, debe ser por que tengas alguna deuda con ese vástago, ya que demuestra que alguien con nuestros recursos ha encontrado a alguien valido. – Su voz era tranquila, el hombre que después de cerrar se había dado la vuelta a su interlocutor, en su rostro se veía una sonrisa, aunque sus ojos estaban clavados en su presa.
- Gracias por compartir este gran secreto conmigo, veo que amplias la información por que sabes que soy un hombre de confianza para vos. ¿Cuándo formare parte de la orden? ¿Cuándo conoceré a los demás miembros? – La voz del mendigo se puso chillona. La emoción era demasiado para él, un vampiro que desde su creación hacía cien años no había conseguido nada, ni destacar, ni poder, ni ser más que uno ser que vivía durante años sin nada más que su inmortalidad.
- Lo siento Gonzalo, ni siquiera yo conozco a todos los miembros, estamos esparcidos por el mundo… Y no, no te cuento esto porque formes parte de la secta, sino por que debes entender el mensaje mas importante… Nadie que no pertenezca a la secta vive con dicha información, y si alguien se le escapa la lengua correrá la misma suerte que él. – Cuando el mendigo comprendió lo que iba a suceder ya era demasiado tarde, pues la espada de Roberto fue desenvainada y decapito a su antiguo compañero…
“Bajo la sombra de las murallas de la antes populosa ciudad de Mitterburg, hacinados en sus cloacas, un grupo de hombres y mujeres desarrapados se congregan en torno a una improvisada hoguera. Hubo un tiempo en el que fueron llamados héroes, príncipes o eruditos. Ahora pordioseros y gentes de mal vivir.
Apartas la mirada de las llamas mientras buscas un trozo de madera con el que alimentar el fuego. No puedes evitar observar a tus compañeros. Cada vez sois menos. La peste verde se ha llevado a unos cuantos. La vida como aventurero ha hecho el resto.
La hoguera crepita y las chispas vuelan al recibir su combustible, iluminando unos rostros sombríos faltos de toda esperanza. Un grito resuena en la distancia. Nadie parece escucharlo.”
Falanda, la ciudad portuaria más importante de Goldar es también la puerta al Sacro Santo Imperio. Pero es tanto la puerta de entrada como de salida: Muchos, perseguidos por las deudas, la justicia o la propia Inquisición, dan con sus huesos en ella.
No es de extrañar pues que muchos comerciantes o mecenas en busca de aventureros encuentren en sus tabernas y posadas la carne de cañón que lanzar contra sus enemigos o embarcarlos aventuras sobradas veces inalcanzables.
- Y que lugar mejor que este para buscar quien lo haga...