Ha pasado un año desde que se formaron las nuevas manadas en la Ratonera. La situación ha empeorado mucho respecto a cómo se encontraba entonces, el Enemigo ha avanzado con gran contundencia y las defensas del Kaos han ido cediendo terreno hasta el último baluarte de los defensores de Gaia que se encuentra contra las cuerdas con ataques umbrales y redadas de la corrupción mundana cada semana. Las influencias de los lobos se han reducido o exterminado por los traidores del Wyrm y las manadas de jóvenes han tenido que viajar a otros Túmulos en busca de ayuda desesperadamente, sin embargo; ninguno ha regresado todavía.
Ante la agónica situación, Protege-Lo-Que-Importa viajó al reino Ancestral para reunirse con Ave Fénix y solicitar su ayuda. A su regreso el Gran Anciano realizó un ritual olvidado y rechazado por todas las tribus, por sus grandes connotaciones en el porvenir. Ese rito lo llevó en secreto y se lo llevará consigo cuando muera. Sin embargo, tras completarlo, aparecieron en la ciudad muchos cachorros a la vez, como si respondieran a la llamada de auxilio de Joan, siendo llevados por los miembros de la Estirpe de Rata al antiguo Casino y Túmulo de la Floresta. Al amanecer del día siguiente, el Theurge regresó muy debilitado y envejecido para solamente haber pasado una noche, pues el precio que había pagado éste, era su propio tiempo.
Poco le queda al Anciano que envejece a cada día que pasa como si se tratase de años, pero ha ofrecido, de nuevo; un hilo de esperanza al Clan en forma de una nueva generación de lobos para luchar por Gaia