Desde hace unos meses, están apareciendo personas muertas en extrañas circunstancias, algunas parecen víctimas de un ritual desconocido, otras han tenido una muerte "limpia". Lo que ocurre es que no hay huellas, no hay pistas, simplemente amanecen muertas sin previo aviso. Se investigaron como una epidemia silenciosa, pero cuando aparecieron cadáveres que habían sido sometidos a rituales inéditos, la investigación comenzó desde cero. La opinión pública está asustada y desconcertada, el canal local no habla de otra cosa, el gobernador le aprieta las tuercas a la policía para que termine con este turbio asunto como sea, los periodistas se hacen de oro escribiendo artículos y divagando en los cafés locales, los agentes están siendo señalados públicamente y su prestigio en una ciudad que apenas vivía crímenes más allá de ludopatías que generaban agresividad y algún alcohólico que resolvía una discusión a golpes hasta hace nada, ahora se ve en entredicho.
El jefe de detectives, el Ludwig Allen comienza a estar más irritable que de costumbre, su divorcio, los problemas económicos de la ciudad y ahora este caso, parece que todo va en su contra. Por ello, le han mandado dos nuevos "cadetes". Dos detectives recién graduados que trabajarán con él para ayudarle en la investigación y quitarle algunas tareas como los interrogatorios y entrevistas a supuestos testigos. Para él es otro marrón más, dos novatos molestando mientras siguen muriendo inocentes. Pero es lo que hay, se ha presentado alcoholizado a trabajar un par de veces, no está en posición de replicar al jefe de la policía, tiene que aguantar a los novatos le guste o no.
Esta partida narra la historia de tres bárbaros que se alistan como mercenarios para obtener dinero, como un gran número de jóvenes bárbaros hacen hoy día.
Hay quien dice que esto se hace para financiar a las tribus y que puedan mejorar sus infraestructuras y su calidad de vida, sobre todo en una época en la que la sequía comienza a ser preocupante en las Tierras Bárbaras y la fertilidad de sus suelos cae. También hay quien piensa que los bárbaros sólo quieren enriquecerse y dejar de lado a sus tribus, mudándose al Imperio.