Mundo Friki: Videojuegos

Argumento

Junto a otros tres aventureros, tú, uno de los campeones de Trazere, tienes la misión de liberar la ciudad del reinado de terror impuesto por el Señor de la Entropía. Para ello deberás explorar las mazmorras y laberintos de la ciudad haciendo frente a multitud de peligros, resolviendo enigmas y luchando con innumerables enemigos.  

Clasificación

Temática:
Juegos a los que puede adaptarse:

Datos técnicos

Empresa: Image Works

Tipo de juego: RPG

Opinión de moucho

He querido que mi primera “crítica” de un videojuego en Umbría fuese para éste por dos razones. La primera de ellas es creo que los juegos antiguos son los grandes olvidados de esta sección, aun cuando muchos de nosotros recordamos con especial cariño a algunos de ellos, juegos que marcaron una época de nuestras vidas. La segunda es que Bloodwych fue el juego que me introdujo en el mundo del rol, muchos años ha, estando yo cursando el desaparecido BUP y contando con un Atari ST de 512K para mis momentos de ocio. Culpa suya es que, en mis inicios, creyese que los bardos eran buenos guerreros (¡infeliz de mí!)

Bloodwych salió en 1989, era un juego de dungeon crawling clásico, en primera persona, pero que contaba con una característica curiosa, la posibilidad de jugar dos jugadores simultáneamente en el mismo ordenador. Para ello de dividía la pantalla en dos tal que así:

¡Anda que no me he pasado tardes de verano con mi amigo Dani jugando a dobles a este juego! Teniendo mucho cuidado, por supuesto, de no lanzar un megahechizo cuando el otro grupo estaba enfrente… Era bastante gracioso cuando estábamos luchando los dos contra un enemigo, uno frente a otro, justo se moría y va y lanzas un rayo a plena carga, que por supuesto impactaba de lleno contra tu compañero y le mataba la mitad de los aventureros. ¡Cómo echo de menos aquellos tiempos!

El juego en sí era muy sencillo, pero no por ello menos entretenido. Empezabas, como no, en una sala de reclutamiento controlando al campeón que habías elegido inicialmente. Allí podías formar tu grupo de aventureros. Había cuatro profesiones (guerrero, bardo, mago y ladrón) y cuatro reinos de magia (colores en realidad). En mi caso lo que hacía era formar un grupo equilibrado, con el guerrero y el mago delante para lucha cuerpo a cuerpo y el mago y el arquero detrás para pegar a distancia, abarcando entre todos los cuatro reinos de magia. También había un modo de comienzo rápido en el que te asignaban ya un grupo determinado.

Después entrabas en los niveles mazmorra, y ¡hala, a la aventura, a subir niveles!… El desarrollo del juego es el esperado de un juego tipo dungeon crawling: recorrer la mazmorra, matar monstruos, abrir cerraduras, detectar trampas, y buscar entradas secretas, objetos mágicos, pócimas, comida… Todo mediante un interfaz sumamente sencillo e intuitivo, como podéis apreciar en la captura anterior.

Naturalmente, también tenía sus defectos, entre los que destacaría que la interacción con otros personajes era más bien nula, ya que si bien podías conversar con ellos mediante una lista de frases predefinidas (las mismas para todos y en todo momento), en la práctica servían más bien para poco, incluso con los comerciantes de las mazmorras. Por cierto, siempre me quedará esa duda, ¿qué narices pinta un fulano con un tenderete montado en medio de una mazmorra llena de monstruos?

Otro defecto, el principal para mí, pero que no me impidió en ningún momento jugar una y otra vez gozando de así de horas y horas de diversión, era que nunca pude lograr terminarlo. Llegaba un momento en el que no podía acceder al siguiente nivel, la Torre del Caos, creo, pero ya no lo recuerdo muy bien. Sé que había una puerta que daba acceso al siguiente nivel y para la que no tenía llave y no la podía abrir. Pero lo dicho, me lo pasaba pipa igualmente volviendo a jugar desde el principio. Hasta tenía mis propios mapas de las catacumbas, hechos a mano, por supuesto.

¡Ah!, por lo visto en la versión para MS-DOS había un bug, una puerta que no se abría o un muro que cerraba un pasillo o algo así. Al parecer la única manera de que funcionase bien era empezar en modo rápido.

Bueno, no sé vosotros, pero ahora mismo me está apeteciendo un montón jugar una partida de mesa en este plan, de “pim-pam-pum” como dirían algunos, diversión pura y dura.