Partida Rol por web

"No es que vigilar un cargamento de vino sea la máxima aspiración de mi vida, pero si al Gran Maestre le parece algo tan importante como para venir a pedírmelo en persona, no me puedo negar."

- Gran Maestre, si sospecháis que puede ocurrir algo, quizá sería bueno que fuésemos a esa posada antes de que caiga la noche, recibamos allí al comerciante, y le acompañemos hasta la mañana siguiente, cuando llegue aquí. si os parece bien, por supuesto.

La voz del Gran Maestre pretendía ser amigable, pero la base era la seriedad y la disciplina:

-Tah Amorgos, esto te lo digo a tí, pero es igual de importante para tus alumnos.- Dijo reparando en ellos.- Lo más importante para un luchador es la disciplina, y si el entrenamiento acaba cuando el Sol se pone, el entrenamiento ha de terminar cuando el Sol se ponga, aunque haya cualquiero cosa que lo interrumpa. Hay que concentrarse en lo que se hace. Cuando acabe el entrenamiento, os ireis a cenar y a descansar. Las puertas de la escuela se cerrarán hasta mañana, cuando luzca el primer rayo de Sol. Ése será el momento en que salgais para dirigiros al "Colofón Dorado" y contactareis con mi comerciante. No antes.

El Gran Maestre, después de todo era un viejo anciano, y a los ancianos no les gusta que los jóvenes les repliquen.

El gran maestre tiene razón, debo calmar mi ansiedad, mis ganas de agradar a Tah Amorgos me han llevado a ser el peor alumno hoy

Alpenor se inclina reverentemente cuando el gran maestre se dirige a él, y no deja la posición hasta que este no abandona la sala, momento en el cual se dirige a Amorgos.

Y bien maestro... vos direis que debemos hacer

Curiosa misión ha encargado el Gran Maestre, sobretodo a un maestro de la espada como Tah Amorgos...

"Los viejos y sus ideas anticuadas." Pienso con disgusto. Aunque nunca he demostrado un carácter rebelde, si no más bien reservado, intentando no llamar la atención, no significa que esté de acuerdo con todas las normas de Uhdanfiún. De hecho, si de mi dependiese, cambiaría gran parte de ellas.

- Ya has oído al Gran Maestre - en mi voz se puede apreciar un cierto mal humor, que, claramente no se debe a la pregunta de Alpenor, si no a la respuesta del Gran Maestre -. Sigamos con el entrenamiento hasta la puesta de sol. Luego cenaremos, descansaremos, y mañana al alba estaremos en las puertas, aguardando a que las abran para ir a buscar a ese comerciante al "Colofón Dorado". Y si entre tanto le ocurre cualquier cosa, mala suerte. Puede que esté tan sólo a unos metros de una ciudad llena de Tahedoranes e Ibhatanes, pero como las puertas estarán cerradas... mala suerte.

Amorgos parece molesta, ahora seguramente sus golpes doleran algo más...Maestra...no sería más adecuado vigilar el "Colofón Dorado" durante la noche? No entiendo exactamente por qué tenemos que esperar hasta que el alba despunte. Dice Kiwn no muy convencido de cómo puede sentarle a Amorgos estas dudas que afloran en el muchacho.

Miro a nuestro maestro, maestro lo que usted ordene nosotros lo cumpliremos a cabalidad, no se olvide.

-Sigan con el entrenamiento.- Dijo el Gran Maestre y antes de retirarse dijo:

-Si cumplen el encargo como es debido, quizá obtengan un favor especial.

Continuais con el entrenamiento un poco fastidiados por no poder el al Colofón esta noche, pero fue idea del Gran Maestre, no se puede discutir.

Luego os retirais a uno de los comedores secundarios (no podeis ir al principal ya que está siendo preparado para el festín de mañana), cenais gachas y sopa frias y os vais cada uno a sus aposentos. Amorgos a su habitación particular y los Ibhatanes a las barracas llenas de estudiantes.

Luego de la comida me retiro a los aposentos. Mañana tendremos una misión de cuidadores, pero por lo menos saldremos un rato a la ciudad. Mmm ojala ese vino valga la pena la custodia.

Maestro una consulta, que tipo de arma llevaremos mañana ante cualquier emergencia o cual será nuestro plan de defensa. ¨Podriamos discutirlo

- El arma de un Ibhatan, al igual que la de un Tahedoran, es la espada. ¿Qué otra cosa íbamos a llevar si no? Cuando encontremos al comerciante, veremos como es de grande la caravana. Creo que lo más sencillo será repartirnos alrededor y procurar que nadie se acerque, apartando el gentío, como una especie de escudo humano. Pero se aceptan sugerencias.

-Yo se señor que nuestra arma es una espada maestro, pero no me parece que cortemos en dos a una persona por acercarseo querer robarse un poco de vino, mi pregunta iba a si ibamos a llevar als espadas de madera para apartar a la gente y en caso de emergencia ya usar nuestras espadas de verdad.

Una vez repuesto de la sorpresa y tras escuchar las palabras de Ashcare, Alpenor le replica:

Yo supongo que si el Gran maestro quiere que vayamos no será para apartar multitudes, pues eso puede hacerlo un guardia cualquiera. Supongo que la misión será mas bien cuidar de que nadie intente un asesinato. Algo mas hay tras ese mercader me parece a mi.

Tras pensarlo durante un rato añade:

Si me lo permitis Tah Amorgos, tal vez deberiamos pensar en como distribuirnos. Quizas no deberíamos ir todos juntos. Por ejmplo uno podría ir camufaldo entre la multitudo, otro podría esconderse en la carreta etc...

El Sol se pone y la primera Luna empieza a alumbrar por las ventanas de los comedores. Algunos de los estudiantes se han ido a sus aposentros mientras hablabais sobre el plan que llevareis a cabo.

Maestra, hay algo que me preocupa. No sabemos nada del comerciante, ni la ruta que va a seguir ni quien es, ni cuantas personas estaran con el... Creo que estamos preparados para hacer de escolta, pero una ciudad puede ser un peligroso nido de serpientes. Por eso, para anticiparnos a cualquier sorpresa, uno o dos de nosotros podrian seguirnos de cerca mientras actuan como si fueran transeuntes; si nos asaltan, no esperaran un ataque sorpresa de los miembros de nuestro equipo que no se hayan mostrado como guardaespaldas