Partida Rol por web

No te sientes diferente con el collar, sólo que vistes con un poco más de estilo.

Maestro, Calimero, hacia donde seguimos ahora??

Pues supongo que al lugar donde se encuentra el tipo del bastón... Seguro que alguien sigiloso podría quitarselo, o, al menos, asestarla una puñalada en la espalda. O mejor, un flechazo entre ceja y ceja mientras contempla su precioso tesoro. -Comento a Kwin.

Bien, ¿alguien sabe el camino?. Si está despejado, mejor que mejor. La bajas no son buena cosa, y menos ahora. Y no es porque dude de vuestra habilidad luchando, solo que no quiero entretenerme... -Digo de forma aclaratoria. No es plan de mosquear a unos tahedoranes con ganas de venganza...

Mientras debatís qué camino tomar, por las escaleras abajo aparecen un monton de guerreros enemigos gritando y agitando sus espadas como una tromba enfurecida. No sabeis si quieren cargar contra vosotros o huyen de algo que viene detrás de ellos

WAAAAAAAAAAAAAAAAA

Mientras los veis venir, son bastantes porque no paran de aparecer por las escaleras, os dice uno de los tahedoranes amigos.

-Tranquilos, nosotros nos ocuparemos de ellos! tenemos ganas de resarcirnos por estos dias de prisión y tortura!! Empezad a rezar!!

Flash!! Uno a uno, los enemigos segun van subiendo por las escaleras, van cayendo bajo los filos de las espadas curvas de vuestros tahedoranes en una masacre de sangre y sonidos estridentes. Cuando todo acaba, los amigos se limpian la sangre de las cuchillas y volveis a escuchar ruido de gente subiendo por la escalera. Os preparais para otro enfrentamiento cuando veis que la gente que aparece tiene armaduras de la Horda Roja. La gente explota en júbilo y risas. Entre los nuevos hombres que suben, se encuentra el gran Zemalnit, con una espada normal en su único brazo. Acto seguido empieza a impartir ordenes:

-A ver! Tenemos dos frentes abiertos que han de cubrirse inmediatamente en los flancos inferiores del patio de armas! Necesito veinte hombres en cada uno! Vamos!!

Los hombres acatan las ordenes al segundo y desaparecen por las escaleras abajo, vosotros os quedais sin saber muy bien que hacer. Ante vosotros queda el Zemalnit y otros dos hombres de confianza. El legendario luchador manco mira a Kiwn y a Calimero con aprobación:

-Lo conseguisteis... era el plan más estúpido e increíble de todos... pero cuando escuchamos la explosión de la torre supimos que teníamos posibilidades. Buen trabajo!-  Luego repara en Amorgos y la saluda con la cabeza:- Bienvenido a la revuelta tahedorán! Pronto nos vengaremos de los que nos atacaron! Soy el Zemalnit pero como puedes ver me faltan dos cosas... mi brazo y mi espada Zemal...- Dice con aire triste pero al momento se recompone.

-Pero una de esas dos tiene arreglo! Mi brazo nunca volverá... pero mi espada sí! Hemos descubierto donde tienen oculta a Zemal! Está en los aposentos de Tah Vordomant! En cambio el Gran Maestre está preso en la torre del mago Eik, suponemos que le está torturando con su magia para sonsacarle los secretos de la tercera aceleración!- Dice malhumorado.- No podemos perder más tiempo! Debemos separarnos! Mi grupo irá a por un objetivo y vosotros, al otro! ¿Qué objetivo elegís? La espada de fuego o el Gran Maestre?

Es un honor poder luchar con vos y con la Horda Roja digo como muestra de cortesía. Tal y como están las cosas, tampoco es que de tiempo a mucho más Nosotros no podemos empuñar a Zemal, así que será mejor que vayamos a por el Gran Maestre. Sin embargo, sé que está custodiado tras una cerradura mágica. No se me ocurre como podemos salvar ese problema...

La cerradura puede ser mágica, pero no las visagras ni la puerta. Y seguro que donde esté tiene ventana. Con un equipo de escalada, podría sorprenderle, e incluso, acabar con él sin que se diese cuenta. Aunque, con más explosivos como los que usé seguro que todo sería más fácil. Por cierto, la próxima vez, dadme explosivos que funcionen bien. Bastante he hecho con la bomba con 5 segundos de diferencia antes de que explotase... -Comento al Zelmanit. No podía estar ni un segundo más sin decirle que la bomba era defectuosa.

¿Escalar por la ventana? Perfecto. Lo de tirar la puerta abajo ya se me ocurrió, aunque imagino que si alguien se ha tomado la molestia de encantar la cerradura, no va a haber dejado la puerta y las bisagras muy asequibles... El problema de los explosivos es que no queremos hacer daño a los que estén en la habitación, así que deberían estar muy bien medidos.

Al oir el tema de los explosivos el Zemalnit comenta:

-No... no es buena idea... el Gran Maestre seguro que está débil, una explosión cercana podría acabar con él... aunque realmente no sabemos nada sobre su estado. Respecto a lo que has dicho de la cerradura mágica.- Dice mirando a Amorgos.- Algo nos han dicho los guardias, creo que se necesitan dos llaves mágicas para abrirla, pero no tenemos ni idea de donde están.

Bueno, subamos a los aposentos y allí decidiremos qué hacer, total el camino es el mismo para los dos objetivos.

Subis los seis por la escalera con el cartel de "Aposentos" y llegais a otra zona del castillo, tambien muy bien amueblada. Algunos guardias enemigos os esperaban nerviosos con las armas desenvainadas. El Zemanit os hace una señal con la mano para que espereis atrás y le dejeis solo.

FIS IS SIFIS IFS IF ISS FIS

Cuando volveis a pestañear, los guardias están fuera de combate y el Zemalnit ya había envainado su arma con la única mano que tiene. Por algo es el mejor guerrero de Ritión. Continuais asombrados hasta que llegais a una puerta bastante grande, adornada en colores dorados y azules. A la derecha un cartel dorado reza "Torre del Mago Eik" y un ventanuco que da al exterior.

-Aquí está el mago con el Gran Maestre! Teneis que averiguar cómo entrar! Nosotros continuaremos más adelante para llegar a los aposentos de Tah Vordomant. Por cierto señor Calimero... Yo he visto a ese mago luchar en la Academia y sucumbieron ante su magia mas de diez tahedoranes en poco tiempo, quizás el factor sorpresa sea su punto débil, pero no te recomiendo que vayas sólo a por él...

Buena suerte!

Ante vosotros está la misteriosa puerta de la torre del mago. A la derecha de ésta está el cartel y un ventanuco para somarse afuera. A la derecha hay una estatua de piedra negra de un hombre con los brazos estirados y la palma de las manos hacia arriba. En la pared a vuestras espaldas, hay tres cuadros con marco dorado.

Cita:

Señor, nadie más merece empuñar el arma que tanto le costo ganar...Haremos todo lo posible por recuperar a Zemal y hacerles pagar por su osadia -dice con aparente decision aunque por dentro los nervios le esten jugando una mala pasada. No me gustan los magos...

Luego,Kiwn hecha un vistazo a los cuadros mientras al pasar la lado de la estatua piensa, ¿se podrán mover esos brazos?

Uhm... -mascullo, pensativo- ¿Y si le disparase una flecha?. Luchará bien, pero no creo que sea capaz de esquivar una desde cerca. Mi idea es llamarlo, que se asome al ventanuco, y entonces... ¡Zás, flechazo en la garganta!. Eso acaba con el mago más pintado. Otra idea es que llaméis a la puerta, y le entretengáis lo suficiente como para que me de tiempo a degollarle sin que se entere. O, también podríamos buscar las llaves de la cerradura. No sé, ¿se os ocurre algo mejor?

Me quedo mirando la estatua, que no deja de tener un aspecto curioso. Al darme cuenta de que Kiwn también la está estudiando, se me ocurre que...

Tal vez podría ser la apertura para algún tipo de pasadizo secreto. Los castillos están llenos de ellos.

Tal vez, como mecanismo oculto, una estatua enorme sea algo demasiado obvio. Pero nunca se sabe. También podría haber algo tras los cuadros... así que dejo que el ibhatan examine lo que vea más conveniente, y me acerco a la pared, palpándola para ver si suena a hueco o hay algún ladrillo suelto. Examino también los cuadros, e intento descolgarlos.

Votaría por buscar las llaves de la cerradura, si tuviese la menor idea de por donde empezar digo distraidamente Pero lo de llamar a la puerta es algo tan sencillo y absurdo que incluso puede que funcione.

Mientras Calimero debate consigo mismo como acabar con el mago Eik, examinais la estancia.

La estatua de piedra tiene los brazos extendidos y las palmas de las manos hacia arriba. Tratais de empujarla pero no se mueve, como segunda opción buscais en ella algo parecido a una palanca o similar, pero sin suerte.

Si la estatua es misteriosa, los cuadros lo son aún más. Son tres cuadros, pero la pintura que hay en ellos es la misma, en los tres cuadros está representado un hombre aristocrático, con uno de esos vestidos tan extraños, en la misma pose: De piés apoyado en un tronco de árbol.

Recuerdo que una vez me enseñaron dibujos que se movian. Al principio pense que era magia, pero luego resulto ser el mismo dibujo repetido muchas veces con pequeños cambios en brazos o piernas que daban la sensacion de movimiento si se visualizaban seguidas -comenta Kiwn volviendo a observar los tres cuadros.

Un hombre y un arbol...No he visto muchos cuadros en mi vida, pero estos son de lo mas extraños...Que esta haciendo esa persona?? -se pregunta mirando otra vez.

Mientras los demás buscan, sigo pensando cual sería la mejor opción para abordar el torreón.

Si supiese dónde están la llaves... Si fuese mago, ¿dónde las guardaría?. Seguro que en mi torreón y en mi cinturón. Creo que se hace más posible la idea de llamar a la puerta...

Si fuesen como una imagen en movimiento, irían de derecha a izquierda ¿no? Por delante, yo los veo iguales... quizá oculten algo en el marco...

Me acerco a la pared y descuelgo el cuadro de la derecha, para examinar su parte posterior.

Tras examinar detenidamente los cuadros uno por uno, os dais cuenta de que no son exactamente iguales. En dos de ellos la mano del hombre que está apollada al árbol está desnuda, pero en el de la derecha se aprecia que tiene un brazalete dorado en la mano. Qué extraño.

Amorgos con cautela descuelga el cuadro de la derecha y encuentras un hueco en la pared, en la que hay un brazalete dorado, con el grabado de una llave, igual que el que cogió Calimero en el almacen secreto de los prisioneros tahedoranes.

Maestro, ese brazalete es como el que tiene Calimero - el aprendiz mira a la estatua-. Quizas haya que ponérselos a la estatua.