Partida Rol por web

Zoddert se recuperaba de la herida de bala en el hospital Bellevue de Manhatan. Por suerte no había tenido que compartir habitación con ningún otro paciente. Su condición de agente y su mal carácter habían contribuido a ello pese a la saturación de los servicios médicos de aquella zona de Nueva York.

Lo que más rabia le daba a Zoddert era el no haber podido identificar al autor del disparo. Le pilló totalmente desprevenido. Alguien le llamó por su nombre desde la espalda y para cuando se dio la vuelta tan solo pudo ver una gabardina con un sombrero tipo homburg apuntándole con un revolver. Detonó el arma tres veces y tan solo una bala impactó contra su cuerpo.

Creyéndole muerto o en las últimas, aquel tipo salió corriendo abandonando el lugar. No se descartaba ninguna hipótesis, pero todo hacía indicar que se trataba de un ajuste de cuentas. Se barajó en un primer momento que el incidente pudiera tener algún tipo de relación con el caso del asesino de elfos, pero finalmente se descartó por falta de indicios.

Pese a su convalecencia, Zoddert no se había quedado parado. Si lo había hecho en el sentido más estricto de la palabra. No podía moverse mucho, pues la herida en el pulmón casi le costó la vida, sin embargo, su cerebro siguió funcionado. No pasó un solo día en aquella clínica sin pensar en el caso al que le habían asignado. Revisó las pruebas una y otra vez sin llegar a ninguna conclusión hasta que finalmente, empezó a elucubrar teorías absurdas.

Una de ellas llegó tras observar una noticia en la NBC. Se trataba del programa de Miles Antarantil, un reputado periodista de raza elfa. Daba el noticiero de la mañana y aunque había mucho sensacionalismo en todo lo que narraba, era el único canal que Zoddert podía ver sin tener que levantarse cada dos por tres a pagar por el visionado de más canales.

- Verás... Miles... - Dijo la periodista que en esos momentos estaba conversando con el presentador del programa. - Creo que es bien sabido por todos que no hay avances en la investigación desde hace una semanas...

- Así es querida Shia... - Respondió Miles con su mejor sonrisa en los labios en el momento en que la cámara de televisión cogió un primer plano de su rostro. - Parece ser que la recién creada unidad de crímenes raciales del departamento de policía de Nueva York, está siendo un claro fiasco. 

En ese momento salió en escena una fotografía de archivo del grupo el día en que dieron la rueda de prensa presentando la unidad. Acto seguido pasaron a una fotografía captada desde la calle, en la que se mostraba a un hombre adulto, un humano sentado en el interior de un bar y como estaba rascándose la cabeza mientras parecía ahogar sus penas en una botella de alcohol. 

- Nuestras fuentes aseguran, que este hombre es Peter Johnson, quien está al cargo de la investigación y al frente de dicho grupo. - Soltó una risotada. - Parece que no le está sentando muy bien su nueva experiencia...

- No, Miles... - Tomó la palabra su compañera de tertulia. - Parece ser que el bueno de Pete, se ha quedado sin ideas. Si tiene que depender de un alcohólico que se resuelva o no el caso... ¡Más nos vale a todos los de nuestra raza refugiarnos en nuestras casas! 

- Si Shia... - Sonó la voz de Miles sin que la cámara le enfocara. - ¡Y que lo digas!

- El que sí está resolviendo bien su campaña electoral es el candidato a la alcaldía de Nueva York para las elecciones del año que viene del partido Republicano. Eldrën Ninwë, conocido también por ser el portavoz de la sociedad élfica de la capital del mundo moderno, Nueva York. Lleva casi dos meses de campaña aquí y allá... - Hiló la señorita Eloradan la siguiente historia, de manera magistral. - El 7 y 8 de enero los pasó en Filadelfia tenindo lugar un meeting cada día, en la cancha de los seventy sixers. Más tardes, el 9 y 10 de febrero los pasó en Bostón, donde asistió a una gala benéfica, regresando esa misma noche para entrevistarse con el alcalde de cara a la construcción del centro comercial más grande de América en nuestra ciudad. - Tomó aire. - Luego el día 13 voló a Providence, Rhode Island, por tal de interesarse por los afectados del terremoto que tuvo lugar el día anterior. Esa misma semana tomó otro avión, en este caso para viajar a Pittsburgh, dónde se dejó ver día 16 en un partido de hockey sobre hielo. - La bella elfa con gafas le dedicó una mirada a su compañero alzando una ceja y este le devolvió el gesto. - Pero no para aquí la cosa... Tras su regreso, tomó el tren día 19 de febrero marchándose hacia Búfalo. Probó de esta manera la nueva línea rápida y aprovecho para pasar allí la noche y asistir a una fiesta patrocinada por Thomas Bonbadil, mediano propietario de la ferroviaria Aires de Cambio. No obstante, para día 20 ya estaba de regreso, entrevistándose de nuevo con el alcalde sobre el tema de los asesinatos que se habían producido de dos elfos hasta la fecha. Y no tardó mucho en marcharse, pues día 22 apareció por el parque natural Moon Lake en un encuentro de juventudes élficas, regresando esa misma tarde a Nueva York.  

- ¡Vaaaya! - Dijo de forma teatral el presentador colocando las palmas de sus manos sobre la mesa de su escritorio y tirándose hacia adelante. - ¡Éste hombre no para! Es un mecenas del turismo por lo menos. - Hizo una broma sin ningún tipo de gracia. - ¿Y allí se detuvo?

- Pues no Miles... - Respondió entonces su compañera. - No se detuvo allí, pero si es cierto que tan sólo realizó un último viaje antes de que desapareciera de la escena pública por casi un mes... - Aclaró Shia. - Pasó día 23, 24 y 25 de febrero en Nueva York y día 26 partió a un acto del partido en Washington. Allí pasó, según dicen nuestros informadores una semana y desde entonces hasta ayer, no se supo nada más de él. Ayer reapareció en un partido de los New York Nicks, que por cierto ganaros a los Chicago Bulls, con 12 puntos del mediano irlandés, Ray Thompson.

- Es increíble, como ese pequeñín puede hacer cualquier cosa en un deporte en el que compite contra ágiles elfos, toscos orcos y humanos... - Trató de buscar algún adjetivo para los humanos, pero no lo encontró encogiéndose de hombros. - ¡Humanos! - Rió de forma exagerada. - ¡Bueno y para cuando es el próximo acto de nuestro ilustre candato a la alcaldía!

Aquellos dos tipos eran insoportables. Insportablemente insoportables realmente. Menospreciaban al resto de razas. Era algo habitual en la sociedad élfica, pero desde que le habían dado a Miles Antarantil, la oportunidad de conducir aquel programa, era cada vez más evidente que aquel espacio estaba dedicado al público élfico en exclusiva.

No obstante, algo pasó como una rayo de luz por la mente de Zoddert. El orco apagó el televisor con el mando a distancia. Muchas eran las fechas que pasaban por su mente en ese momento y aunque no recordaba todas ellas (podía comprobarlo en internet más adelante), algo le decía que tendría que cotejarlas con las fechas de las muertes. Ahora que se encontraban a 3 de abril y que milagrosamente el señor Ninwë había reaparecido, mucha coincidencia sería se aparecía por Nueva York una quinta víctima.

Tras la visita de su preciosa novia semiorca, Zoddert seguía pensando en aquellas fechas que se repetían una y otra vez en su cabeza... podía alguien tan importante ser el asesino al que buscaban? o alguien de su equipo? Le habría disparado en el pulmón? porque a él si era el último del equipo?

Tantas preguntas mareaban al bueno de Zoddert, nada que un par de enantiums no curasen, pero debía decírselo a alguien que pudiera contrastar sus datos, ya que en su estado le era imposible.

Pensó en su jefe, pero seguramente le mandaría a la porra, por ello pensó en Vaamar, ¿quien mejor que una elfa para investigar a un estirado de orejas picudas?

Zoddert cogió su Elphone X y mandó un escueto mensaje a su compañera: Ven a verme, tengo una nueva linea de investigación.

Frank agarró las llaves del coche patrulla y salió junto con Vaamar dirección al vehículo policial. La agente de raza élfica aceptó no ponerse a los mandos del volante sin rechistar. Enseguida salieron del parking de la comisaría dirigida por McGee. Como de costumbre, el tráfico de Nueva York era un caos y tardarían más de la cuenta en llegar a destino. 

El Hospital Bellevue , fundado el 31 de marzo de 1736, era el hospital público más antiguo de los Estados Unidos. Ubicado en First Avenue, en el vecindario de Kips Bay en Manhattan, Nueva York. Sin duda se trataba de uno de los lugares con más historia de toda Nueva York.

Manejaba cerca de 460,000 consultas ambulatorias que no eran de urgencias, cerca de 106,000 visitas de emergencia y alrededor de 30,000 pacientes hospitalizados cada año. Más del 80 por ciento de los pacientes de Bellevue provenían de las poblaciones que carecían de servicios médicos de la ciudad. El hospital ocupaba un centro de atención al paciente de 25 pisos con una UCI , comunicación de radiología digital y un centro ambulatorio. Además, tenía contabilizado un personal médico de asistencia de  alrededor de 1,200 y un personal interno de aproximadamente 5,500.

El silencio reinaba en el coche patrulla entre Celarian y Frank. Lo cierto era que habían coincidido muy poco hasta la fecha y prácticamente no había intercambiado ni dos frases seguidas. Tampoco tenían demasiado tiempo, pues andaban ocupados de aquí para allá siguiendo pistas y repasándolas una y otra vez, ya que realmente, desde hacía casi un mes, no encontraban nada nuevo que fuera destacable.

- ¡Jodidos atascos de Nueva York! - Gruñó la elfa golpeando contra la guantera del coche. - Bueno... La cosa esta complicada.  A ver que tiene Zoddert. Pero si no tiene nada bueno... - Chasqueó la lengua. - No se por donde seguir. Está la cosa muy estancada. Me sabe mal decirlo, pero creo que si no hay una nueva víctima, difícilmente descubriremos nada nuevo...

-Es bastante extraño que hayan cesado los asesinatos -indicó el orco, con un gruñido, permaneciendo pensativo-. Si era un asesino en serie, ¿por qué ha dejado de matar? ¿Quizá haya una relación entre los cuatro asesinatos que no hemos alcanzado a ver? O a lo mejor simplemente se trataba de un elfo que quería humillar al cuerpo de policía de nueva York e irse de rositas... Joder, espero de verdad que Zoddert tenga algo bueno entre manos.

— Sinceramente Frank, parecía que tenía algo. — Respondió Vaamar. — Espero que sea algo bueno. Quiero... necesito resolver este caso. Nos está desgastando muy rápido y si no lo cerramos pronto... — Chasqueo la lengua e hizo una pausa. —  No se Frank, es como si nos estuviera volviendo locos...

Frank siguió conduciendo. Por suerte salieron del atasco al cabo de unos pocos minutos. El orco sabía como moverse por aquella caótica ciudad y pronto encontró una vía alternativa que les conduciría mucho más rápido a su destino.

— Le he estado dando vueltas a eso que has dicho... — Hizo un gesto con la mano haciendo rodar su dedo índice mientras ordenaba sus pensamientos. — Que haya dejado de matar tiene que tener un sentido. Podría ser que hubiera seguido matando, pero que todavía no hubiéramos encontrado los cadáveres. Puede que el asesino haya dejado la ciudad. Puede incluso que le hayan trincado y ahora esté en chirona. ¡Hay tantas posibilidades Frank!

Vaamar estaba tardando  más de lo que cabía esperar. Era cierto que Nueva York era famosa además de muchas cosas, por sus atascos, pero ya había pasado más de una hora desde que contactara con aquella elfa y todavía no había llegado.

Realmente no hacía tanto, pero sí era mucho tiempo para Zoddert. Estaba loco por salir de allí y ya llevaba demasiado tiempo encerrado entre cuatro paredes. Necesitaba salir y ver la calle. Allí dentro se sentía como un pájaro enjaulado y tarde o temprano acabaría por enloquecer.

Había dormido por la mañana un buen rato y aunque intentaba volver a hacerlo, no tenía más sueño. Dormir era lo único que le complacía. Al fin y al cabo el tiempo que pasaba durmiendo se restaba al que le quedaba para salir de allí.

El resto de su tiempo lo pasaba pensando en el caso del asesino de elfos y en su asesino frustrado. Aunque ya estaba saturado de aquello y decidió poner un rato la televisión. O bien el mando se había quedado sin pilas, o es que ya tenía que volver  a pagar por ver alguna de las mierdas que echaban por la televisión. Entonces sonó la puerta y entraron al interior de la habitación dos caras conocidas. Se trataba de Frank y Celarian.

Finalmente y pese al atasco que existía en aquella ciudad, tan solo tardaron cuarenta minutos en llegar hasta el hospital. Estacionaron en al aparcamiento de pago, ya pasarían el ticket al departamento si les salía muy caro. Sabían dónde iban, ya habían visitado a Zoddert con anterioridad. Séptima planta habitación 734.

Entraron por la puerta principal del ala de habitaciones y tomaron el ascensor. Junto a ellos subieron varios enfermeros y una mujer anciana que caminaba ayudada de un bastón. La velocidad absurda a la que se desplazaba casi hizo sacar de quicio a un joven doctor que estaba aguantando la puerta hasta su llegada.

Finalmente comenzaron a subir. Se detuvieron en todas y en cada una de las plantas hasta llegar a la séptima. Entraron y salieron de aquel ascensor gente de todo tipo. Desde doctores, médicos y personal del hospital, pasando por pacientes, gente que venía a visitar a sus familiares y hasta el cartero que parecía venir de entregar un paquete.

Fuera como fuera, llegaron al séptimo piso y caminaron apresuradamente hasta la habitación en la que se encontraba su compañero herido. Al encontrarse frente a la misma tocaron antes de entrar y al abrir la puerta, se toparon con la clásica habitación de hospital. Un pequeño lavabo a la entrada y pasillo que daba a la estancia principal, en la que únicamente había un armario empotrado, dos mesitas de noche y dos camas.

En una de ellas se encontraba el bueno de Zoddert tapado con una sábana blanca y peleándose con el mando de la televisión. O bien se había quedado sin pilas, o es que ya tenía que volver  a pagar por ver alguna de las mierdas que echaban por la televisión.

-Dudo que lo hayan trincado. -El orco realizó un gesto de negación con la cabeza-. Ese tipo era realmente listo. Salvo en el caso de Polvo Lunar, supo cubrir muy bien sus huellas, sin dejar ni un solo hilo del quetirar. Si ha dejado de matar, tiene que haberlo hecho voluntariamente, aunque no se me ocurre ninguna opción...

-Frank, compañero! Celarian! como me alegra veros! Cof Cof (tosió fingidamente fingiendo ser un enfermo terminal).

-Amigos míos, no puedo morir sin pasaros la información que lleva unas horas quemándome la cabeza, es muy poco probable, pero si no tenéis ningún hilo del que tirar, quizás saquemos algo en claro de esto. Cof ... Cof...

El orco levantó la mano temblorosamente, en dirección a Vaamar, como intentando ser reconfortado por una mano amiga antes de que le llegara la hora.

-JA JA JA! Lo siento chicos, solo fingía, llevo días en este sanatorio y creo que estoy perdiendo el juicio, esta broma es lo mas interesante que me ha pasado desde que recibí un tiro en mi pobre pulmón. Cof... Cof...

-ahora en serio, El candidato a la alcaldía de Nueva York, Eldron Ninbo, he estado tragándome esta bazofia de televisión racista élfica y el muy cabrón viaja mas que Willy Fog, pero siempre que recala en Nueva York hay un muerto! Ahora ha vuelto y no me extrañaría que volviera a morir otro pobre desgraciado.

-Mirad, las fechas coinciden, El 7 y 8 de enero los pasó en Filadelfia, el 9 y 10 de febrero los pasó en Bostón regresando esa misma noche, Luego el día 13 voló a Providence, Rhode Island, Esa misma semana tomó otro avión, en este caso para viajar a Pittsburgh, dónde se dejó ver día 16 en un partido de hockey, Tras su regreso, tomó el tren día 19 de febrero marchándose hacia Búfalo, pasó allí la noche, para día 20 ya estaba de regreso, día 22 apareció por el parque natural Moon Lake regresando esa misma tarde a Nueva York.  realizó un último viaje antes de que desapareciera de la escena pública por casi un mes... Pasó día 23, 24 y 25 de febrero en Nueva York y día 26 partió a un acto del partido en Washington, una semana y desde entonces hasta ayer, no se supo nada más de él. Ayer reapareció en un partido de los New York Nicks.

El Orco vomitó los datos que había ido apuntando en una libreta que le habían facilitado las enfermeras del hospital.

-No estoy diciendo que sea él necesariamente, aunque todo puede ser en esta vida, pero alguien de su equipo... El motivo? Crear una ola de temor en los elfos y un sentimiento de empatía del electorado hacia él que haga que gane las elecciones con su discurso bien dirigido. Sé que puede parecer una locura, pero si no tenéis mucho que hacer, quizás podáis seguir esta "pista" lo haría yo mismo, pero estos matasanos no me dejan salir, exención de responsabilidad del Cuerpo de Policía dicen. 

Finalmente y pese al atasco que existía en aquella ciudad, tan solo tardaron cuarenta minutos en llegar hasta el hospital. Estacionaron en al aparcamiento de pago, ya pasarían el ticket al departamento si les salía muy caro. Sabían dónde iban, ya habían visitado a Zoddert con anterioridad. Séptima planta habitación 734.

Entraron por la puerta principal del ala de habitaciones y tomaron el ascensor. Junto a ellos subieron varios enfermeros y una mujer anciana que caminaba ayudada de un bastón. La velocidad absurda a la que se desplazaba casi hizo sacar de quicio a un joven doctor que estaba aguantando la puerta hasta su llegada.

Finalmente comenzaron a subir. Se detuvieron en todas y en cada una de las plantas hasta llegar a la séptima. Entraron y salieron de aquel ascensor gente de todo tipo. Desde doctores, médicos y personal del hospital, pasando por pacientes, gente que venía a visitar a sus familiares y hasta el cartero que parecía venir de entregar un paquete.

Fuera como fuera, llegaron al séptimo piso y caminaron apresuradamente hasta la habitación en la que se encontraba su compañero herido. Al encontrarse frente a la misma tocaron antes de entrar y al abrir la puerta, se toparon con la clásica habitación de hospital. Un pequeño lavabo a la entrada y pasillo que daba a la estancia principal, en la que únicamente había un armario empotrado, dos mesitas de noche y dos camas.

En una de ellas se encontraba el bueno de Zoddert tapado con una sábana blanca y peleándose con el mando de la televisión. O bien se había quedado sin pilas, o es que ya tenía que volver  a pagar por ver alguna de las mierdas que echaban por la televisión.

-Frank, compañero! Celarian! como me alegra veros! Cof Cof (tosió fingidamente fingiendo ser un enfermo terminal).

-Amigos míos, no puedo morir sin pasaros la información que lleva unas horas quemándome la cabeza, es muy poco probable, pero si no tenéis ningún hilo del que tirar, quizás saquemos algo en claro de esto. Cof ... Cof...

El orco levantó la mano temblorosamente, en dirección a Vaamar, como intentando ser reconfortado por una mano amiga antes de que le llegara la hora.

-JA JA JA! Lo siento chicos, solo fingía, llevo días en este sanatorio y creo que estoy perdiendo el juicio, esta broma es lo mas interesante que me ha pasado desde que recibí un tiro en mi pobre pulmón. Cof... Cof...

-ahora en serio, El candidato a la alcaldía de Nueva York, Eldron Ninbo, he estado tragándome esta bazofia de televisión racista élfica y el muy cabrón viaja mas que Willy Fog, pero siempre que recala en Nueva York hay un muerto! Ahora ha vuelto y no me extrañaría que volviera a morir otro pobre desgraciado.

-Mirad, las fechas coinciden, El 7 y 8 de enero los pasó en Filadelfia, el 9 y 10 de febrero los pasó en Bostón regresando esa misma noche, Luego el día 13 voló a Providence, Rhode Island, Esa misma semana tomó otro avión, en este caso para viajar a Pittsburgh, dónde se dejó ver día 16 en un partido de hockey, Tras su regreso, tomó el tren día 19 de febrero marchándose hacia Búfalo, pasó allí la noche, para día 20 ya estaba de regreso, día 22 apareció por el parque natural Moon Lake regresando esa misma tarde a Nueva York.  realizó un último viaje antes de que desapareciera de la escena pública por casi un mes... Pasó día 23, 24 y 25 de febrero en Nueva York y día 26 partió a un acto del partido en Washington, una semana y desde entonces hasta ayer, no se supo nada más de él. Ayer reapareció en un partido de los New York Nicks.

El Orco vomitó los datos que había ido apuntando en una libreta que le habían facilitado las enfermeras del hospital.

-No estoy diciendo que sea él necesariamente, aunque todo puede ser en esta vida, pero alguien de su equipo... El motivo? Crear una ola de temor en los elfos y un sentimiento de empatía del electorado hacia él que haga que gane las elecciones con su discurso bien dirigido. Sé que puede parecer una locura, pero si no tenéis mucho que hacer, quizás podáis seguir esta "pista" lo haría yo mismo, pero estos matasanos no me dejan salir, exención de responsabilidad del Cuerpo de Policía dicen. 

Celarian escuchó atentamente todo lo que Zoddert tenía que decirle. No obstante eran datos y más datos. Difíciles de memorizar si no podían apuntarlas todas en un cuaderno. No obstante, Zoddert ya lo había hecho y sería fácil de cotejar con las fechas de los asesinaros. Vaamar quería hacerlo por su propia cuenta. No era que no se fiase de su compañero, pero para aclarar sus ideas necesitaba hacerlo. Por ello, antes de decir nada, sacó su teléfono móvil y abrió la aplicación donde tenía guardados los archivos de los casos para consultarlas en cualquier momento.

- La primera muerte fue el día 12 de febrero. - Cotejó el dato con las anotaciones. - El candidato esta en Nueva York. Partió el 13, pero estaba aquí para el segundo asesinato día 18 de febrero. Luego se fue en tren a Bufalo y estaba aquí para el tercer asesinato día 21... - Chasqueó la lengua. - El cuarto fue día 25 a su regreso día 22 del parque nacional y luego se volvió a ir y ya no apareció hasta ayer... - Se quedó un rato pensativa. - Curiosas coincidencias... - Miró a Frank. - ¿Qué piensas, Jefferson?