Partida Rol por web

3. Decidiendo Cruzar el Tunel Estrecho

Al encender ambas antorchas alumbran la cueva de pequeñas dimensiones y asustan a unos cuantos murcielagos inofensivos que salen volando por la entrada por la que ustedes estan ingresando.

La podedumbre es el excremento de los murcielago en el suelo de la caverna.

Explorando un poco, al fondo ven un estrecho tunel de tres pies y medio que serpentea hacia el sur.

Vamos, parece que hay un paso algo estrecho al sur.

Me dispongo a dirigir la marcha con ayuda de una de las antorchas. Mientras la segunda antorcha siga al final, iluminará lo suficiente como para caminar sin demasiado peligro de tropezar con algo.

De todas formas, mis pasos son lentos y seguros. No sabemos qué puede esperarnos en el interior de las cuevas.

Le cojo la antorcha a Threkor, sujetándola con una mano izquierda, mientras llevo la espada en la derecha apoyada en el hombro. Levanto bien la antorcha para que ilumine el camino a nuestro pícaro.

-Buff. Es un poco estrecho- Digo, entrando en el agujero detrás de él -Espero que nada nos ataque aquí,apenas podría maniobrar con mi espada.

4. La Cueva Grande

Los cinco, con Lux al fondo y Threkor al frente, avanzan por el estrecho tunel hasta que ven el final. La oscuridad es cada ves mas profunda, el tunel mide unos cincuenta pies de largo y se van internando cada ves mas en lo que podria ser un viaje sin retorno.

Avanzan apoyandose en las paredes humedas y asperas mientras ven a la arañas recorrer las paredes. El ambiente se vuelve lugubre y se preguntan si valdra la pena el riesgo y el peligro.

Poco a poco avanzan hasta llegar a una nueva cueva. Threkor se detiene y oculta la luz de la antorcha para no avisar a posibles moradores de su presencia. Tras una buena observacion le da el aviso al grupo de avanzar y se encuentran con una nueva camara vacia.

La cueva es de unos 30 por 60 pies, bastante amplia, y tiene dos tuneles mas, ahora mas amplios de unos 5 pies cada uno, que se dirigen uno en direccion sureste y otro en direccion suroeste. Aunque no tienen brujula, supongamos que se orientan bien.

Llegamos a una división. Dos caminos partían el principal y teníamos que tomar una decisión. Me coloqué delante de cada uno de ellos para intentar captar algo que viniera por los túneles. También busqué algún tipo de indicación o algo que me diera alguna pista de por donde continuar.

Yo iba en la vanguardia, así que debía ser el que asegurara el paso de todo el grupo. Una gran responsabilidad.

-"Grandes Tesoros", decían.... Bah, sólo veo tierra y rocas- Susurró el joven mago con evidente incomodidad mientras levantaba la antorcha e iluminaba aquellas paredes rocosas, en búsqueda de algo que le indicara que aquellas cuevas habían sido usadas por vida inteligente. Había leído que a veces en lugares así se podían encontrar pinturas rupestres o viejos símbolos tallados en la misma roca.

-¿Aún no sientes nada viejo amigo?-  Indagó a la pequeña víbora que serpenteaba curiosamente a su lado.

Paseé por la cueva, echando vistazos a uno y otro lado, buscando cualquier cosa que pudiese sernos de utilidad, pistas, pasadizos ocultos, lo que fuese. 

Luego me acerqué a ambos túneles, levantando la antorcha para intentar ver algo y agucé el oído.

-¿Y bien? ¿Qué os parece? ¿Derecha o izquierda? Uno nos llevará a grandes tesoros, el otro a grandes peligros...-Añado con voz críptica, pero acabando con un -Jejeje.

Exploran la cueva y no encuentran nada, solo escuchan el eco de sus propios pasos y murmullos y el vacio. Acompañado del frio y la sensacion de encierrio y asfixia por el lugar donde estan.

Alumbran las paredes y las bocas se los tuneles y no encuentran nada ni oyen nada. Threkor intenta discernir cual seria el mejor camino, pero ninguno da indicios de revelar si alguno es mejor o no.

Y Abel indaga a su familiar pero no encuentra nada. Luego rememora sus conocimientos doungisticos y poco se le es revelado, solo con exactitud, que aquellos no eran cavernas naturales, sino que habian sido construidas por alguien, ya sea buscando minerales como oro o simpelmente refugio.

Druco observo el lugar y tampoco encontro nada. - Habra que escoger un camino.- concluyo el clerigo y añadio - ¿Que dice tu instinto Threkor?-

Marlob tampoco encontro nada relevante, aunque valiente y decidido, era el mas pronto a nombrar la posibilidades de futuros peligros sin preocupacion alguna.

"""Druco observo el lugar y tampoco encontro nada. - Habra que escoger un camino.- concluyo el clerigo y añadio - ¿Que dice tu instinto Threkor?-"""

Miré al elfo mientras escudriñaba los dos caminos. No captaba nada relevante de ninguno de ellos, así que tendría quw fiarme de mi instinto.

El de la izquierda me parece la mejor opción. No tengo ninguna verdadera razón para ello pero es el que yo cogería

Esperaba que ninguno tuviera ninguna objeción, aunque francamente no creía que ninguno de ellos supiera por donde ie tampoco.

Asiento con la cabeza. Me acerco al túnel de nuevo, levanto la antorcha y me asomo. Huelo. Escucho. Nada, esto no es lo mío. Me parecen exactamente iguales. Así que me aparto y cedo el paso al pícaro.

Según entro, miro a mis compañeros un instante, me encojo de hombros como diciendo "Que? A mi me da igual un camino que otro" y me meto en el túnel detrás de Threkhor.

-No te alejes amigo. Te guardo las espaldas.

5. El Tunel Sureste

Luego de debatir breve y consiso se aventuran hacia uno de los tuneles, el de la izquierda, el de los tesoros tal vez, como decia Marlob, o el de mortales peligros! Pero ¿Si no les esperaban peligros en este, estarian en el otro?...

Tras caminar un poco por el tunel sureste, este serpentea un poco para terminar hacia el sur y llevarlos a una cueva pequeña que tiene un altar en el centro, y en dos encastraduras dos priedas preciosas de considerable tamaño, un onice y un agata.

El techo es bajo, el lugar es oscuro y cerrado, solo sus antorchar alumbran en el lugar y las sombras bailan con el movimientos de las flamas. Todo se vuelve misterioso y extraño. ¿Que, y quien haria un altar en ese lugar en la montaña? ¿Y quien habia dejado esas piedras preciosas y con que objetivos rituales? Observan el entorno y no aprecian peligros aparentes ocultos.

-Si hay otro Clerigo en el lugar, y su deidad tiene presencia aqui, es recomendable ser respetuosos o podria recaernos una maldicion! - Adbirtio el clerigo.

Al parecer el instinto de Threkor nos había abierto una buena posibilidad, al menos no hemos encontrado alimañas todavía, y sí este extraño altar en medio de lo que me parece la nada...

-Voy de acuerdo contigo Druco, estos altares religiosos siempre suelen ser trampas, aunque no parece haber nada más extraño que ese par de piedras, tal vez, una puerta oculta cerca de ellas... especulaba tocándose la barbilla pues definitivamente desconocía lo que sus ojos captaban... evitando acercarse al altar buscaba minuciosamente por el suelo y las paredes algo que llamara su atención.

Yo me aparto silenciosamente y coloco la antorcha en algún soporte, sujeto mi espada firmemente, busco pared para cubrirme las espaldas y espero.

No es la primera vez que a partir de una situación así empiezan a venir enemigos.

Busco salidas. ¿Sólo la entrada por la que hemos venido? Vaya, esto puede ser una ratonera.

Mi mente militar analiza pros y contras, ventajas y desventajas para un posible combate.

Un altar en aquel sitio no era presagio de nada bueno. Si alguien había ocultado allí aquello era porque no deseaba que se conociera su presencia ni ubicación. El problema para mi eran aquellas dos gemas que atrajeron toda mi atención. Pero tampoco era estúpido. Alguna trampa las protegerla con toda seguridad.

Mientras buscó minucioso entre las paredes y el suelo, me permito acercarme poco a poco al altar, intentando no tocar nada pero dispuesto a averiguar si existe algún grabado sobre las piedras o el altar, aunque como explorador  soy consciente que, poco o nada sabré de grabados, sin embargo, no tardaría en hacerlo saber al resto del grupo esperando quien pueda entenderlos; sino logró encontrar nada continúo buscando entre las paredes y el piso, luego intentaré mirar hacia el techo.

Entrando de los últimos, el gnomo bardo va canturreando mientras toma notas en una pequeña libretita.

-(...)

Entonces al llegar

Vieron un altar

Pudiendo observar

Las joyas brillar

-Pfff no me acaba de convencer. Voy a observarlas de cerca.

 Se queda quieto. Guarda su libreta y, apartando el gran tambor (para su tamaño) que lleva colgado, se aproxima al altar, examinándolo cuidadosamente sin tocar nada.

-¿Que secretos ocultarás?

¿Algún día nos lo dirás?- tararea en voz baja.