Tendría que hablar con las dos "brujas" extranjeras ella sola, algo que no le hacía demasiada gracia. Hild era demasiado joven, aún le faltaba mucho por aprender, su madre había muerto demasiado pronto... sí, demasiado pronto, y la había dejado con su formación a medias. Esto era algo que preocupaba a la völva, tenía miedo de no saber tratar a la gente, a todas esas personas que confiaban en ella y, seguramente, la temían. No estaba acostumbrada a tratar con la gente y mucho menos con otras völvas... lo más probable es que acabaran engañándola.
Iba sumida en esos pensamientos cuando vio al scalda hablando con varias esclavas y una sonrisa asomó a sus labios. Ese hombre nunca cambiará.
- Yngwe... buen día tengas. Quisiera preguntarte si sabes dónde se encuentran ahora las dos esclavas extranjeras regalo a nuestro jarl... Si no me equivoco ayer disfrutaste de su compañía ¿verdad?
Yngwe sonrió - Eso es relativo, pues no puedo disfrutar más de la compañía que ahora mismo - Hild era tan dura... y son precisamente estas las mujeres que más dulcemente pueden comportarse, Yngwe lo sabía, y no necesitaba más que una oportunidad para demostrar a Hild lo que pudiera hacer por ella.
Las esclavas estaban en la casa del final del callejón de las pieles, en una de las casas en que duermen las esclavas
Yngwe había guiado cuidadosamente a Hild, apoyando su mano suavemente en la espalda de ésta, un poco por debajo del lugar protocolario.... cuando se hubieron quedado sin mozas alrededor Yngwe compartió sus inquietudes.
Si usaron veneno, no fue quien quiera que trajera la comida, solo parece haberle afectado a él...
¿Sabes lo que eso significa?.... Hild era muy capaz, pero hubiera necesitado su tiempo y Yngwe no quería dejarla en evidencia - Significa que si usaron veneno fue concretamente en su cuerno, por lo que no tenía sentido no-brindar y señalarse a sí mismos como sospechosos.... quien quiera que lo hiciera se encuentra oculto, anónimo y aparentemente complaciente...
- Gracias Yngwe, iré ahora en su busca.
Pero el scalda pareció tomar la decisión de acompañarla. Hild, ensimismada en sus propios pensamientos, apenas prestó atención a la mano que la sujetaba por detrás, en otras circunstancias seguramente le diría algo al scalda, pero en aquellos momentos su cabeza estaba demasiado ocupada con otros problemas como para preocuparse por una nimiedad como aquella.
- Los dioses me han hablado a través de los huesos... y ellos no me mostraron envenenamiento del jarl. Pero...
Las dudas comenzaron a atormentarla. Ella no era su madre, le faltaba experiencia, ¿y si no había interpretado bien los huesos? ¿y si se había equivocado?
- Yngwe... -No tenía muy claro si podía confiar en él, pero se arriesgó.- ¿Y si el traidor es uno de nosotros?
¿Qué? ¿Quien en nuestra propia aldea querría algun mal para el Jarl?
Mira, lo que sé es que ayer hubieron pruebas de un ritual de Sejdr, de alguna clase de maldición, y hay montones de indicios que se apuntan a sí mismos como culpables.... Aquellos que no brindaron, las esclavas suecas... ¿Tryggverson las regaló? Fué idea suya o hubo alguien que le indicara el presente... todo parece demasiado evidente
La Volva no reparaba en que si iba difundiendo por ahí que el traidor estaba entre ellos... ella sería la primera señalada, pero Yngwe tampoco quería bloquear las deducciones de Hild por lo que calló esto dejando que compartieran sus inquietudes.
Ya salían hacia la casa de las esclavas, pero Yngwe seguía susurrando - Esas esclavas casi no entienden nuestra lengua... o lo hacen ver, traté de indicarles por señas, que por cierto soy muy bueno, pero hasta que Sigurd no sacó su espada no empezaron a hablar... si hay alguna lengua con el Sejdr con la que puedas comunicarte tal vez sepamos más, pero te pido me dejes acompañarte, parecen inofensivas, pero no querría dejarte a solas con ellas
- Sólo era una idea... ya no sé qué pensar...
Se sentía perdida, todo aquello le venía demasiado grande para ella y era, en esos momentos, cuando más echaba de menos a su madre, ella seguro que sabría con más certeza qué estaba pasando.
- Desde el primer momento en que las vi yo tampoco me he fiado de ellas... me parecen demasiadas coincidencias y... he aprendido a no creer en las coincidencias. -Intentó sonreír aunque aquel gesto distaba mucho de ser cálido.- Te agradezco mucho que quieras acompañarme. A ver si sacamos algo en claro aunque... si ellas tienen algo que ver dudo mucho que se vayan a descubrir ahora sabiendo el destino que pueden correr.
-Si, yo estoy bien. Estoy... preocupado por tu hermana, parece que se encuentra algo indispuesta, seguramente solo sea que ha cogido frío por la noche pero ahora estoy preocupado de verdad-dijo movido por las palabras de la hermana de su esposa. en aquel momento escuchaste que alguien subía por as escaleras.
Empezasteis a subir las escaleras en dirección a la habitación de jarl donde se encontraban la esclavas pero en el mismo pasillo os encontrasteis con Jorunn que hablaba con el marido de su hermana en la puerta de su habitación.
Seguramente sea eso, ayer estaba acalorada y se quitó la capa pero siempre podemos preguntar a—Jorunn se llevó la mano instintivamente al cinturon sin agarrar siquiera la empuñadura del cuchillo pero dejo que el movimiento de su mano se convirtiese en un rascar de cuello cuando vio que se trataba de su amiga—a Hild...Ellos dos estaban presentes.
Hizo una pequeña inclinación de cabeza para saludar a Jorunn y su familia.
- ¿Cómo se encuentra el jarl?
Era lo más importante en aquellos momentos, aunque el retazo de conversación que alcanzó a escuchar le hizo levantar las cejas con curiosidad.
- ¿Qué es eso que me tenéis que preguntar?
Jorunn miró a su amiga y trató de sonreir como hacía siemrpe que estaba delante de otras personas.
Sigue con dolores, pero confío en tu pronostico amiga mía. ¿Podrías preparar algo para mi hermana? AL parecer cogió algo de frío anoche— La joven noble lanzó una mirada que reflejaba preocupación a su cuñado. Eso es lo que dice ella, pero estaremos ás tranquilos si la preparas una infusión o unas friegas.
Yngwe saludó a las hijas del Jarl con una amistosa inclinación de cabeza, y al protocolario marido con algo más de etiqueta. No quería adelantarse a Hild, tenía curiosidad por saber qué creía que podía averiguar, y saber si esto podía ayudarlo a él mismo a encontrar alguna pista viable.
Pasó totalmente por alto que la hermana de Jorunn cogiera frío anoche... Yngwe lo había oído muchas veces de sus propias acompañantes y ya sabía cual era el motivo, pero se guardó de expresarlo Tan solo, por la presencia de Jorunn, no pasó por alto sin embargo que Jorunn mencionara el "diagnóstico del Jarl"
Eso dejaba a la hermana de Jorunn y su marido conocedores de lo que pasaba, ¿les habrían pedido que guardaran el secreto? Era justo que lo supieran, ¿pero que habrían pensado ellos mismos de esto?
- Sí claro... Pero antes quisiera ir a hablar con las esclavas de anoche.
¿Ha cogido frío? Hild miró de reojo al marido de su amiga pero no dijo nada. El estado de salud del jarl aún era incierto y la völva estaba atando unos cabos cuyo resultado no le estaban gustando nada. Movió la cabeza para alejar aquellos aciagos pensamientos mientras saludaba al grupo familiar.
- Gudrid... después te llevo una infusión y algún ungüento para que te hagan friegas. Pero ahora si nos disculpáis, quisiera acabar cuanto antes con mi visita a las esclavas.
Saludó con una inclinación de cabeza dispuesta a proseguir su camino.
Herjolf volvió a cerrar la puerta de su habitación con cara de preocupación mientras los demás os dirigíais al cuarto del Jarl. Allí estaban las dos jóvenes brujas y una mujer de la aldea atendiendo al Jarl que seguía quejándose de su malestar y agarrándose la barriga mientras maldecía.
Había pasado algo más de media hora cuando algunos comerciantes empezaron a salir, todo ellos a pies o llevando algún animal de carga. Hacía frío y todos se arremolinaban unos a otros mientras comentaban alegres los sucesos de la noche anterior, los niños mas pequeños dormitaban en los brazos de sus madres y los mas jóvenes correteaban luchando con palos. Entre ellos iba también un hombre a caballo, con cara de sueño cuya barba llegaba a las crines del caballo, cabalgaba despacio al ritmo de los comerciantes aunque no hablaba con ellos.
Hazme una tirada de percepción.
Los comerciantes se conocían, solían verse en las fiestas y mercados. Colocaban sus carromatos unos al lado de otros y al final trababan amistad entre ellos.
El hombre con barba a caballo no hablaba con nadie, y eso le resultó sospechoso al berserk. Lo miro de arriba abajo buscando algún otro detalle sospechoso mientras se acercaba al caballo para darle el alto.
Motivo: Percepcion
Tirada: 2d10
Resultado: 2, 7
7+2+2=11
Antes de que la völva desapareciese, Jorunn consiguió asirla de la mano. EL rostro de la rubia noble mostraba preocupación y desesperación, su boca estaba tensa en una linea totalmente horizontal.
Hild...Mi hermana está enferma...dice que cogió frío anoche...pero es imposible....iba abrigada, no se destapó...Hild...puede que padre realmente tenga una indigestión nada más. Nunca le ha pasado cierto pero...tengo mucho miedo por Gudrid
Aquellas palabras la dejaron pensativa. ¿Y si la amenaza no iba contra el jarl? ¿Pero por qué Gudrid?
- ¿Temes que alguien quiera hacerle daño a tu hermana o al hijo que espera? ¿Pero por qué? -Había demasiadas cosas extrañas en todo aquello, tendría que volver a hacer una consulta a los dioses pero en esta ocasión la pregunta debería ser distinta.- Tranquila Jorunn, después de hablar con las dos esclavas y cuando vaya a prepararle un ünguento para Gudrid consultaré a los dioses. Pero ahora será mejor que nos demos prisa. Yngwe ¿vienes?
Ya sabes...su hijo bueno... aunque padre desea que yo sea su heredera, por el momento él es el heredero... De todos modos ¿Sospechas de las gemelas?
Jorunn no entendía porque sospechar de unas esclavas, pero probablemente su amiga tuviese alguna razón para hacerlo. De todos modos no estaba de más expresar sus dudas. No creo que esas esclavas tengan más utilidad que la que los hombres quieran verlas Hild...¿Acaso te dijo algo anoche el hermano del marido de mi hermana?
Estais en la puerta de la habitación de las esclavas y el jarl. Podeis hablar con ellas sin que os de paso a la habitación ;)
Efectivamente, Thorgímm se dio cuenta de lo que no le cuadraba. Aquel hombre había estado durante la cena pero apenas había hablado con nadie. Pero lo que de verdad le llamaba la atención al guerrero era el caballo. ¡Llevaba la misma guarnición que los caballos pertenecientes a los hombres que había matado el día anterior!