Partida Rol por web

Se sorprendió al oír varias voces en el interior de la caseta, ¿No había dentro sólo una persona? Eso ahora ya daba igual, por lo menos conocía los nombres de los integrantes del grupo que se cobijaba en el interior de esta. Se aclaró su garganta y comenzó a responder.

- Buenas noches señores Gork, Donk y Lurk. Somos viajeros cansados en busca de refugio para pasar la noche protegidos de los peligros del pantano. Imagino que igual que vosotros. ¿Os importaría que nos uniéramos a vosotros para pasar la noche? Cuantos más seamos más opciones tendremos de defendernos de los depredadores nocturnos, como ese cocodrilo que está por aquí.

Las voces del interior parecían algo incómodas.

-Aquí no refugio! Esto es casa de Cráneosangre, vosotros no!-dijo sin mucha habilidad. Dentro se escuchaba el ruido de más gente moviéndose. Como mínimo había 3 o 4 individuos. Maechen parecía impacientarse pero dejó que hablara el goblin sin intervenir.

Dejando que el cocodrilo se entretenga con el tronco, regreso sobre mis pasos hacia la cabaña para advertirles de que sea como sea no pueden estar ahí mucho tiempo antes de que el reptil regrese...

Ertheniel tenía claro que no eran enanos. Un nombre como cráneosangre le cuadraba más con reptiloides. Hombres- lagarto, gobloins, kobolds... ese tipo de cosas.

-Tenemos comida, oro y mercaderias. Salid y negociemos, amigos! 

Nayle se mantuvo en silencio confiando en que les hicieran razonar. Aunque fuesen goblins no los iban a expulsar de su casa sin más.

-Tienen oro-dijo una de las boces-Donk díselo a ma'!-dijo hablando entre ellos. 

-Esperar ahí-les dijo.

Al cabo de un par de minutos se volvió a escuchar voces dentro.

-¿Cuantos sois? Mama quiere hablar con vosotros-dijo

En el interior parecía haber más gente de la que le hubiera gustado y cuanto mayor número de gente más nervioso se pondría el grupo. Pero aquellos no tenían pinta de querer que entrará nadie en el refugio y a sus compañeros eso les daba igual si fallaban sus negociaciones los del interior morirían porque ellos así lo veían justo.

Parecía que habían sido tentados por las palabras del semielfo, o más bien por lo material. Siempre lo material.

- Somos cinco.

Ertheniel iba a a mentir y a decir 3 para luego incluir a Fyrh y a Nayle pero el condenado goblin, una vez más, dijo la verdad. 5 eran más amenazantes que 3 y podía ser suficiente para que esa "Mama" no quisiera ni salir. En cualquier caso, ya era tarde, asi que se encogió de hombros y esperó con las manos en la espalda.

De nuevo hubo revuelo dentro de la lona. La verdad es que no dejaba de ser cómico teniendo en cuenta que a la choza le faltaban dos paredes y que andando unos metros podrían veres las caras, pero continuaron hablando a traves de la puerta.

-Vale, vale... eeeh, mama dice que podeis entrar pero teneis que entrar sin armas. En casa solo armas los Craneosangre-dijo otra voz que sonaba más profunda como la de un enano con sobrepeso.

-¿De acuerdo?

Aquello era estúpido y no tenían toda la noche para perder.

Se movió con su habitual silencio gatuno dando la vuelta a la choza hasta uno de los lados sin paredes desde donde podía ver a los “presuntos goblins”, pero ella se mantenía en las sombras. Se colocó el arco de nuevo a la espalda para tener las manos libres.

- No. – dijo secamente atrayendo su atención. Probablemente podrían verla ahora; a ella y a la espada que lleva al cinto, el arco a la espalda junto a la lanza y el bastón.

- Si dejo mis armas fuera podría montarme una tienda. – continuo con más sentido del humor.  

- Nuestras armas se quedan con nosotros. Si quisiéramos atacaros ya lo habríamos hecho sin avisaros. – les explicó sencillamente – Incluso estamos entreteniendo al cocodrilo que os esperaba a la puerta de la casa por si era vuestra mascota. – añadió para dejar claro que estaban mostrando mucha paciencia.

- Dejadnos pasar la noche con vosotros y esto será para mamá – dijo con tono más conciliador mostrando el espejo de acero pulido y reflejando la luz – A todas las chicas nos gusta ver lo guapas que somos. Seguro que a mamá le interesará, ¿eh? – añadió con una sonrisa - ¿Qué dices mamá? – le preguntó alzando levemente más la voz para dirigirse a la matriarca.

El semidrow le pidió con la mano calma a la tabaxi.

Ertheniel trató de sosegar los ánimos.

-Mostrad vuestro rostro al menos, amigos, No sabemos con quién tratamos y en manos de quién nos estaríamos poniendo de entrar desarmados.

El goblin sonrió. Habían conseguido la aceptación para poder pasar la noche en aquel lugar y no se derramaría la sangre. El goblin iba a aceptar cuando Nayle salió de las sombras y habló rompiendo la invitación que les habían ofrecido y además amenazando a los del interior, diciéndoles que si hubieran querido podían haberlos atacado. Había dicho que lo iban a hacer a su manera sin embargo, así iba si a ella le interesaba. Estaba visto que no. Y a pesar de que trató de reconducir sus palabras su gesto y la tensión de su cuerpo decían lo contrario. La miró sin saber que hacer o decir sus hombros se descolgaron con impotencia y sólo la voz del semielfo le ánimo sorprendiéndole más conciliador.