El camarero que se encuentra en la barra os ve entrar y os dedica una sonrisa que por lo menos a Dana le provoca otra. Realmente es guapo el muchacho.
- ¿Que os pongo chicos?.- Por lo visto no se anda con rodeos y va directo al grano.
Guau, que lindo barman... ¿tendrá novia? Con la sonrisa bien ancha me acerco hasta él.
-Algo dulce para mí... me encantan los tragos suaves- le guiño un ojo al tiempo que me siento en uno de los taburetes, mientras espero a que los muchachos ordenen lo suyo.
- Te puedo recomendar un malibu con piña, un licor 43 con baylis si te parece mejor. Lo que prefieras.
-Comenzaré con el malibú... la noche es joven y tengo tiempo de probar el licor más tarde. Por cierto, soy Dana- sonrío un poco tontamente. -Dime, ¿qué se puede hacer por aquí los fines de semana? la verdad es que el folleto no dice gran cosa...-
César prepara rápidamente el vaso con los hielos y el malibú y agita el zumo de piña. Te sirve la copa en un momento
- Pues aqui los fines de semana no se hace gran cosa. Por las mañanas la gente aprovecha para irse a hacer alguna ruta de senderismo o a pescar, pero por las noches la gente esta muy parada y no hay sitios para salir de copas, aparte del hotel claro. Aqui podeis quedaros el tiempo que querais.
- Bueno pues para eso estamos, para animar el local, ¿no, Dana?
Miro al camarero y le pregunto: - ¿Puedes hacer un mojito? Pero que no sea de estos que ya vienen hechos, sino artesano. Y oye, ¿alguna chica mona por aquí?
- Por aqui chicas guapas... - hace una mueca simpatica como diciendo que no- Estamos en crisis jaja. Aqui hay cuatro chicas nada más y estan todas con novio.
Veis como comienza a preparar un mojito y al momento se lo entrega a Luis.
Sonrío ante la pregunta de Luís. Tan típico... ¡hombres! siempre igual.
Después que el mozo sirve los tragos, vuelvo a la carga. Apoyo mis codos en la barra, como para alzarme un poquitín y pregunto.
-¿Y qué hace la gente joven de por aquí para divertirse?- bebo un trago del malibú que está delicioso.
- Aqui la gente que viene, vienen buscando relajación, aire puro de la sierra y esas cosas. Aqui no encontrareis nada parecido a discotecas o pubs, este sitio es muy tranquilo.- César te lanza una de sus mejores sonrisas, la cual te desarma por completo.
Mientras el camarero le dice unas cosas a Dana que no llegais a oir, desde el restaurante veis salir a dos personas, vestidas con el uniforme de cocina. Uno de ellos lanza una mirada con cierto asco hacia Inmaculada, la cual no le hace ni caso. El otro que va detrás sin mirar a nadie sube por las escaleras que dan a las habitaciones, desapareciendo de vuestra vista.
Tras seguir a mis compañeros a la cafetería me quedo en silencio, no tengo sed. Espero a que alguien proponga algo inteligente, en vez de preguntar lo que a mí me parecen sandeces y me siento en una silla, jugueteando con mi cartera y las tarjetas que hay en su interior. Echo una mirada fugaz a los dos hombres que subieron y me concentro de nuevo en la foto de el DNI, preguntándome cómo es que siempre me las arreglo para salir mal.
La puerta de la cafeteria se abre dando paso al frio que a estas horas se hace bastante notar. Los dos hombres que estan en la barra charlando entre ellos se giran a mirar a ver quien es, pero al ver que no lo conocen de nada siguen a sus cosas.
César les echa una ojeada y tras disculparse un momento con Dana se acerca a este nuevo huesped.
- Hola, buenas noches caballero, dígame.
Entro algo cansado por el largo viaje que he hecho.
Y digo:
Hola. Pues quería que me pusieses un café, porfavor. Y saber donde está la recepción, para poder reservar una habitación.
- El cafe se lo pongo ahora mismo, pero si quiere una habitación tendra que hablar con Eugenio, es aquel hombre de alli.- Señala a un hombre trajeado y bien arreglado.- Eugenio, mira a ver este hombre que quiere una habitación para pasar la noche.
El hombre que César señala se acerca educadamente hacia Eclestone
- Buenas noches caballero, dígame, ¿para cuantas noches seria? Si quiere tomese el cafe tranquilamente y ahora tramitamos esto, hay habitaciones libres asi que tomese el cafe tranquilamente si asi lo desea.
La conversación con César está resultando de lo más entretenida. A pesar de no haber un pub cerca, no me molestaría para nada continuar toda la noche allí, conversando con el lindo barman. Pero somos interrumpidos por la llegada de un nuevo huesped.
Apurando lo que me queda del trago, miro al recién llegado y luego aguardo a tener más pistas sobre él para hacer algún comentario a mis amigos.
De acuerdo. Muchas gracias.
Cuando haya terminado de beberme el café, voy al recepcionista para reservar una habitación.
Hola buenas. Quería reservar una habitación, para dos noches, por ahora. Y si puede ser que tenga buenas vistas mi habitación.
Le pregunto cuanto es:
¿Me dice lo que cuesta?