Partida Rol por web

No me resulta difícil localizarlo ya que todos los pequeños saben dónde está. Cuando llego ya he dejado de intentar contarlos.

Localizo a la pequeña a la que le pregunte, no es difícil ya que ha conservado la posición a mi lado. Saco la bolsa y le doy tres monedas de cobre advirtiendo con la mirada a un par más grandes que la observan como una presa. Como haciendo un gesto para mi público vuelvo a tensar el arco con una flecha despacio para que puedan observar cómo hacerlo.

Uno de ellos por lo menos parece haber captado el mensaje.

Vuelvo a guardar el arco y la flecha dando por acabado el espectáculo y entro en el tenderete.

– Buen día señor. Mostrándole la moneda acreditativa de haber ganado una prueba de tiro con arco. – Vengo a canjearla por el premio.

A pero que interesante resulta que usted y una tal Eyapom de Fontmaragda compiten bajo la misma casa noble (Mismo umbriano) por lo tanto suman sus triunfos

Aqui tienen 2 premios para usted y Eyapom

Recibo lo que se especificaba como premio por la primera ganada al mismo tiempo que mí amiga Eyapom de Fontmaragda agradeciéndoselo al tendero con mucha más gracia por parte de ella.

Al ir a salir le indico que espere un momento. Al final tengo que posar mi mano suavemente sobre su hombro. Aun así tarda unos segundos en darse cuenta con lo entusiasmada que esta abrazada a su montura, un perro grande con su equipo para montarlo.

– ¿No es fantástico? – Me grita olvidando que estoy pegado a ella.

– Si, pero escúchame, un momento, – mientras saco un vial de mi bolsa de conjuros.  – Ahora iré a lanzar un reto para la prueba del duelo a tres sangres.

Preparo el vial para lanzarle el conjuro “objeto de almacenamiento de conjuros” para dejar preparada una infusión de curar heridas leves.

Antes de lanzarlo le entrego las riendas de mi montura y me giro para protegerla si fallara el lanzamiento.

Una vez lanzado el conjuro me giro pasándole el vial a Eyapom y recogiendo las riendas de mi caballo.

– Toma Eyapom guárdala bien y si cayera inconsciente como te ocurrió a ti sólo tendrás que verterlo sobre una herida.

Acariciando la montura, – te llamaré Nube. Mirándolo haber si la palabra le causa alguna reacción.

– Volvemos a la taberna y retaré a alguno de los participantes. A menos que ahora no puedas venir.

Me quedo esperando la respuesta de Eyapom. Mientras me coloco el anillo en un dedo guardando la bolsa de contención en mi morral.

Eyapom oye las palabras del Número 99 pero a nivel subconsciente está concentrada en otra tarea más urgente e importante.

¡Tiene que ponerle un nombre que le quede bien! ¡No cualquier nombre! Haber Bonito, si te gusta deja de lamerme un poco que me haces cosquillas… pero no es nada serio Montaña, no ese no, ya se serás Colina.

– Ya se Número 99 se llama Colina. Con el entusiasmo casi no acierta a recoger el vial que este le entrega.

Atiende ahora sus palabras mientras va probando en que dedo le queda mejor el anillo después  de haber guardado la bolsa en su morral.

– Sí seguro que quiere comer alguna cosa Colina. Caminando a su lado. – Antes de montarte te daré un ternasco bien hecho.

– ¿Por cierto que me decías antes de darme aquel vial, para que es?

Aquella tarde, tras una animada plática entre amigos me dirijo a la tienda de la Luna para cambiar mis puntos.

Muy buenas tardes, me gustaría cambiar cuatro puntos por una montura y un punto por bolsa de contenciín especial si tuviera la amabilidad. - Podría Usted mostrarme las monturas disponibles.

Al ver a los Wyverns me acerco con mucha cautela a ellos al tiempo que busco al que parece el mejor entrenado de ellos, hasta llegar a un hermoso Wyvern color negro como la noche, con una mirada que denotaba una gran inteligencia y carácter.

Muy bien muchacho, te ves bastante fuerte, creo que vamos a ser muy buenos compañeros. Dime ¿Cuál es tu nombre? - Le pregunto en perfecto dracónico.

Tras recibir la respuesta del Wyvern me acerco al mismo y tomo las riendas, para luego montar sobre su lomo,

Un gusto conocerte Alastor, mi nombre es Valinor, estoy seguro que sermos grandes amigos. - digo en dracónico antes de salir volando de la Tienda de la luna.

Bien, por lo pronto me quedaré la montura dinosaurio grande (5 puntos), el Diploma y Titulo 5 (5 Puntos) y la bolsa de contención (1 punto). Me sobrará aun así 1 punto que guardaré para el futuro.

Angie se acerco con las 6 monedas premiadas, tenia claro que tenia que terminar con la bolsa pero tampoco tenia prisa, solo necesitaba 1 sola moneda.

Buenos dias, me gustaria un anillo de 4 monedas, gracias.

- Bien, bien... aquí un caballero se hizo con un buen puñado de estas chapas. - Dijo el hombre nada mas entrar, retirandose el sombrero para observar de una forma más detenida a su interlocutor. Fue entonces cuando fue consciente de lo grande que era aquel tenderete, para tener cuanta cosa habá allí. Obra de magos, sin duda. Y como buen ignorante sobre la magia, aquello le planteaba una larga lista de preguntas que, por supuesto, no realizaría para no quedar como un pardo ignorante.

- Me pregunto que podría interesarle a un hombre como yo de un lugar como este... - Comenzó a decir, mas para si mismo que para nadie más. Pasó los dedos de la mano derecha, enfundados en el cuero de los guantes, por la espesa barba mientras observaba su entorno. Sus ojos pasaron por practicamente todos los elementos de la tienda, sin temor a señalar con el dedo y preguntar el precio de cada uno de ellos, con poca o ninguna vergüenza, pero mucha curiosidad.

- Bien, ganapanes, este es el trato. - Colocó sobre la mesa en un solo puñado delante de su interlocutor y rápidamente, comenzó a señalar. - Me llevaré eso. - Dijo, haciendo mención de el pergamino con aquel titulo y diploma. - Siempre he querido que se me trate como un noble y quizás este sea el primer paso para ser amo y señor de mi propia parcela de tierra. También me llevaré eso. - Señaló esta vez, una de esas bolsas de contención. No era él precisamente una persona fuerte, así que algo que cargara el peso por él sería lo mejor. Para entonces solo había gastado un tercio de sus monedas, y alzó la vista, observando uno de esos reptiles gigantes.

- Pardiez, el señor de la tierra. - Quien sabe que extraña visión se habría formado en su cabeza, pero señaló de forma efusiva con el dedo a uno de los triceraptors que allí había. - ¡Este será el fiel corcel que me lleve allá donde necesite! ¿Y que mejor nombre que el nombre de un padre no conocido? ¡Byrninson! - Y con el dedo, empujó cinco monedas más hacia el hombre. Aun así, le quedaban otras cinco monedas por dar uso.

- También me llevaré un anillo de esos de hacer trampas. - Señaló uno de esos anillos caros de cuatro monedas, buen uso podría darle durante alguna de esas pruebas que no eran, preisamente, su fuerte.

El gnomo esta presente en la entrega de premios y avisa a los ganadores que pueden canjear su premio por objetos para futuras aventuras fuera de la feria 

Muy bien hijos mios, si vais a seguir trabajando o teneis pensado para el futuro trabajar para Lord Jilokasin, hacedme una lista de objetos con el dinero ganado y vere que os puedo dar en forma de equipo extra