El Sol caía en el horizonte y la noche lo envolvía todo. A esa hora las bestias salían a cazar, todos corrían mayor peligro por la noche. Nix estaba agotada, cubierta de mugre y sudor.
Volvieron a la aldea caminando, ya casi nadie tenía más que dar. Cuando el hada habló con los demás miembros del pueblo y explicó lo acontecido muchos hablaron de celebrar, de agasajar a los heroes. Ella no se quedó, al contrario, y por primera vez en mucho tiempo se fué a dormir con la caida del Sol.
Sabía que las bestias acecharían al pueblo pero tranquila estaba, porque ni ella ni ningún otro eran niños ya. Todos podían defenderse.
Se recostó en su cama, en la que ahora apenas entraba, y se dispuso a dormir. Era un descanso merecido pero su mente decidió hacerle un par más jugarretas -¿Qué era esa bestia del bosque? El hada no lo explicó y fue ella la que nos dijo que era seguro darle los frascos- se volteó incómoda -aunque pudo haber sido otra ilusión o algo-.
Intentó pensar en otra cosa, recordó el día en general y no pudo evitar pensar en aquella ninfa; en ellos alimentándose de su cuerpo. Recordó el evento con cierto placer pero decidió que no era momento de atenderlos. Con lo último de sus fuerzas, entonces, se obligó a dormir.
Un gusto el haberlos tenido de compañeros. Después conversamos por el off.
No puedo dejar de mirar aun con mas admiración a Elsa al haber logrado derrotar a ese monstruo que se había quedado algunas de las pociones.
Volvemos a la aldea y cuando estamos a punto de entrar me coloco al lado de Elsa dándole la mano. – Ya veras como te aceptan después de lo que has hecho.
Me quedo un rato con ella en las celebraciones y cuando la mayoría se han retirado la miro a sus claros ojos. – Si quieres venir a mi casa mantengo mi promesa.
Noto una tensión como nunca había sentido al invitar a alguien a venir a mi casa. Me molestaba pero en nada comparable a esta sensación.
Ha sido agotador. Realmente AGOTADOR.
No han tenido tiempo ni de beber agua en todo el camino de vuelta. Han matado a otros Súper-Adolescentes, y hay tantas preguntas que ni el más sabio de la tribu podría resolverlas ¿Sobrevivió el árbol? ¿Habrá más tribus adolescentes? ¿Por que tante gente y tan poderosa se oponía a nuestra supervivencia?
Por no hablar de los omiosos mensajes en la cueva.
Hay mucho que preguntarse, pero por el momento, sólo hay una cosa que preocupa a Mishra, y no son las celebraciones, ni los extraños sentimientos.
"Elsa... te lo prometimos. Volverías como una heroina. Como una grande entre nosotros"
"Y ahora... SASHA, Hermana mia ¿Te importa? ¡Me muero de cansancio!" dice yendo a su casa, sólo con su querida cama en mente, y con el licor de uvas que preparaba, como lo que le apetecia como antes de echarse a dormir.
"Maggaddón ¿Te vienes? Creo que te debo una disculpa por el viaje"
Más adelante tendremos que ocuparnos del resto de problemas. Y la verdad es que le debo algo al mago por todo lo mal que le he tratado durante la aventura.
Sin duda habrá fiesta, y habrá mas aventura, habrá tiempo para explorar estos poderes que la adolescencia nos ha otorgado e incluso habrá el misterio de que hay más allá de la adolescencia.
Y Mishra Grey, la Ranger del pueblo, estará para resolverlos todos esos misterios y apuros.
Pero eso ya será... Mañana. Cuando esté bien descansada
Imagen final. Mishra, Su amado arco, y el Sr. Dientes
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