Partida Rol por web

(+18) La Corte

El salón de fiestas

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20/10/2015, 01:13
Tavern

 Al ver llegar a mis primos, y tras las palabras de bienvenida de mi reina, no pude más que acercarme a ellos y darles a cada uno un caluroso abrazo:

 - ¡James, Alina, bienvenidos!. Sentaros, por favor....

 Les indiqué con un gesto que tomasen asiento en la mesa de banquetes y luego me senté yo:

 - Agradezco mucho vuestros presentes, aunque el placer de vuestra compañía es regalo suficiente. ¿habéis tenido un viaje agradable?.

 Mientras esperaba sus respuestas, le indiqué con un gesto a Bennett Aldrich, la criada, que me llenase la copa de vino, ahora vacía.

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20/10/2015, 01:43
Alina

Había estado esperando esto por mucho tiempo. Al fin iba a poder salir de casa e ir a una fiesta de verdad. Como siempre, me llevaba mi hermano. A pesar de su porte un tanto agresivo, tiene un corazón de oro. 

Hago una reverencia apropiada. -Primo querido. Prima. Es un gusto compartir la velada con vosotros - Sonrío con gracia al aceptar su amena bienvenida. - Nuestro querido primo siempre tan amable, al igual que vos majestad. Agradezco vuestras palabras yo también deseaba conoceros.- Bajo la mirada un instante para luego volver. -Tenéis una morada magnífica. -Digo un tanto apenada. 

-El viaje fue agradable, unos paisajes maravillosos a lo largo de todo el camino. ¿Verdad hermano?- Le sonrío cómplice.

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20/10/2015, 09:23
Raymond Lestraigh

Acabé de arreglarme cuidadosamente con la ayuda de mi paje en los aposentos que el Rey Tavern me había cedido. Hoy empezaba la misión que el príncipe Carell me había encomendado. Aún no sabía como llevarla a cabo. La fiesta sería una buena toma de contacto.

Me prendí la capa a los broches de los hombros y bajé hasta el salón de fiestas. Mi paje me había indicado que los invitados ya estaban allí.

Un lacayo anunció mi presencia. Caminé por el pasillo central sonriendo y saludando a los asistentes. Guiñé un ojo a una preciosa bailarina que estaba a un lado, esperando su momento de actuar, sonreí a un criada de hermoso rostro y me quedé de pie frente al rey.

Majestad. Hice una pequeña reverencia ante él. Gracias por el honor que me hacéis con esta fiesta.

Vuelvo mi cara hacia la reina sentada a su lado. Tomo su mano y la rozo levemente con mis labios. Mi señora, veo que los rumores sobre su belleza se quedan cortos ante lo que la realidad encierra.

Me siento en el lugar que el rey ha designado para mi sin dejar de sonreir y saludar a los asistentes.

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20/10/2015, 09:30
Raymond Lestraigh
Sólo para el director

Máster para mi misión necesito a la hija del rey...supongo que será un PNJ no?

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20/10/2015, 10:10
Tavern

 Antes de que pueda responder a mi prima llega nuestro invitado de honor. Tal y como manda el protocolo, me apresuro a responder a su saludo:

 - El honor es nuestro, Lord Raymond Lestraigh. Espero que este sea el principio de una gran amistad entre nuestros dos reinos...

 A continuación le indiqué que tomara asiento y le pregunté a Raymond:

 - Confío en que todo esté a vuestro gusto...

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20/10/2015, 13:44
Raymond Lestraigh

Por supuesto, Majestad. No merezco tanta amabilidad de vuestra parte. No soy más que un simple emisario de mi señor, el príncipe Carell.

Paseo mis ojos por la fiesta, buscando de nuevo la mirada de la bailarina que había visto al cruzar la sala.

Veo que la belleza de su reino se corresponde con la de sus mujeres, Majestad.

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20/10/2015, 14:00
Director

Notas de juego

Cambia el objetivo a la prima o a la propia reina

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20/10/2015, 13:57
Tavern

 Le dediqué al emisario una sonrisa llena de buen humor:

 - Os agradezco el cumplido, estoy seguro de que las damas de mi reino lo agradecerá...

 A continuación me di cuenta de que su atención estaba fija en la bailarina:

 - Ailara es la bailarina de la corte, por si os interesa saber quien es. Su danza es todo una maravilla, por el cual solo por verlo vale la pena vuestro viaje hasta aquí...

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20/10/2015, 14:03
Raymond Lestraigh
Sólo para el director

Notas de juego

Si te parece el objetivo es pedir la mano de la prima  y  el sexual es el mismo, acostarme con las mujeres del reino para que quede mal mi señor, incluida la reina.

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20/10/2015, 14:04
Raymond Lestraigh

Ailara...bonito y exótico nombre. Pues en ese caso estaré muy atento cuando empiece su danza, no me lo perdería por nada del mundo, Majestad. 

Vuelvo a mirar a la bailarina entre las personas que pueblan el salón. 

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20/10/2015, 14:11
Tavern

 A continuación centré de nuevo mi atención en Bennett y le volví a pedir vino, esta vez con palabras, mientras le enseñaba mi copa vacía:

 - Chica, tráeme vino...

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20/10/2015, 15:48
Bennett Aldrich

 Tras dirigir unas pocas a la bailarina, la doncella devolvió la sonrisa al invitado del reino vecino y volvió a la mesa de banquetes, junto al rey, con una jarra de vino para verterlo sobre su copa.

 - Ahora mismo, alteza. - Se limitó a contestar y a acatar su orden, ligeramente apurada, ahorrándose cualquier excusa. 

 Una vez terminó de llenar la copa del rey, decidió asegurarse de que la fiesta se encontraba a gusto de todos antes de apartarse. 

 - ¿Desean también los invitados de sus majestades vino, cerveza u otra cosa? - Preguntó, aun sosteniendo la jarra de vino, al afortunado círculo de personas que disponían de aquella mesa, esperando que también los recién llegados se encontraran satisfechos. 

 - Espero que la noche se encuentre a gusto de todos. Me encuentro a vuestra entera disposición - Aseguró.

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20/10/2015, 16:24
Raymond Lestraigh

Muchacha, sírveme un poco de ese vino, que como sea igual de delicioso que la que lo escancia, no pienso parar de beber.

Vuelvo mi rostro hacia el rey todavía con el recuerdo de la sonrisa de la criada en mi retina. 

Gran reino....

Extiendo mi copa hacia la hermosa criada para reclamar ese vino que ofrece.

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20/10/2015, 16:35
Karg Smite

Incliné la cabeza tras el cumplido de Raymond.- Siempre tan agradable... recuerdo esa vez en la que estuve a punto de rebanar el cuello de tu padre. No lo hice porque me daba pena... pero los tiempos cambian. Ahora seréis nuestros aliados, al parecer...- Dije sonriendo. No estaba de acuerdo con este pacto, pero era cosa del Rey.

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20/10/2015, 16:51
Raymond Lestraigh

Miro con displicenciaa ese tal Karg. No he venido para hablar con él y de poco me serviría entrar en polémicas y discusiones. Lo que tenga que hablar lo haré con el rey. Pongo la mejor de mis sonrisas y levanto mi copa hacia Karg.

Entonces...brindo por las buenas decisiones.

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20/10/2015, 17:32
Tavern

 Bebí un sorbo de vino, mientras miraba a Bennett, tratando de recordar si la había visto antes:

 - Llevas poco a mi servicio, ¿verdad?. Creo que esta es la primera vez que he te visto... - Le pregunté, lleno de curiosidad a la criada. - ... ¿Cuanto llevas aquí, en palacio?.

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20/10/2015, 17:38
James

 Miro a mi hermana y luego asiento. Bonitos paisajes querida hermana. Mientras la llevaba a tomar asiento en la mesa para luego disfrutar de la fiesta. Luego llego un caballero de un pueblo vecino que conociamos claro, en guerra con su familia tanto tiempo y ahora la paz.

 No solo de este reino joven caballero. Hacía imagen también a mi hermana, que ella era una verdadera señora y poseía una gran belleza claro que tuvo sus injusticias en el pasado pero todo pasa por algo. Querida hermana espero que tengas sed o hambre. Dije llevando un vaso con vino hasta sus manos.

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20/10/2015, 17:43
Ailara

Finalmente llegó el turno de Ailara.

Salió al pasillo central, el cual dividía las dos hileras de comensales, y que terminaba en un espacio, separando la mesa de las autoridades del resto.

Avanzó dando pasos largos pero lentos, deslizando los pies por el suelo a cada movimiento, con el rostro tapado por un fino velo rojo, dejando solo sus ojos a la vista, los cuales tenía clavados en la mesa real.

Acompañaba cada paso con un movimiento de brazos, extendiéndolos hacia el frente, haciendo un pequeño giro, como si quisiera alcanzar a alguien de la mesa del rey, pero sin aclarar a quién. Al menos esa era la impresión que pretendía dar.

Mientras avanzaba, los comensales fueron callando poco a poco, con los ojos puestos en aquellos simples pero hipnóticos movimientos ejecutados a la perfección, cuchieando en voz baja algunos de ellos. Quien sabía qué.

 

Cuando llegó al espacio más grande, aquel que dividía la mesa real de la del resto de los invitados, hizo una pausa, rápida, y cayó de rodillas con rapidez, mirando al techo de la sala, con los brazos extendidos y ligeramente reclinados hacia atrás, con sus manos abiertas, permitiendo ver toda la extensión del Henna que llevaba en ellas.

Luego se fue inclinando poco a poco hacia adelante, imitando al movimiento de una serpiente, hasta quedar de rodillas, con todo el torso pegado al suelo, en lo que a muchos les recordó a ciertas posturas sexuales de la mujer.

Alzó la pierna derecha, estirándola en la horizontal, y ayudada por los antebrazos, comenzó a erguirse lentamente, al tiempo que basculaba la pierna levantada hasta el frente, finalmente terminó de pie, con los brazos extendidos en cruz, y la pierna diestra al frente. Dio un fuerte pisotón para volver a la posición bípeda, al tiempo que se arrancaba el velo y lo lanzaba hacia uno de los laterales, exclamando un fuerte suspiro, y mirando a la mesa real con rostro de cierta lascivia.

Tras esta presentación, los músicos siguieron sus indicaciones, y una melodía de los palacios orientales del sur, aquellos construidos sobre los oasis en pleno desierto de fuego, de toques misteriosos y seductores.

Ailara comenzó a mover sus caderas en un vaivén perfecto, harto difícil para alguien no entrenado en esas artes, mientras acompañaba con los brazos, apuntando en la dirección que sus caderas marcaban, de arriba hacia abajo, con las muñecas permitiendo la ondulación de sus manos, mientras tanto, se mordía el labio con deseo, sus ojos estaban cerrados.

Separó la pierna izquierda de la derecha, y sobre la diestra comenzó a girar muy despacio, sin levantar los pies del suelo, atrapando a todo aquel que la observaba en su red hipnótica.

Cuando terminó de dar un giro completo, la múscia se acalló, y al poco, comenzó a sonar únicamente un tambor y cascabeles.

Ailara cambió su proceder, y el movimiento de sus caderas se intensificó, y por ende la zona donde la espalda pierde su buen nombre, mientras contraía el vientre rítmicamente.

Juntó los brazos casi extendidos por encima de su cabeza, y a cada cierto tiempo, el tamborilero daba una nota fuerte en su intrumento, momento el cual, Ailara daba una sacudida más vistosa con sus caderas. Hizo esto a veces también girando, para que todo el mundo tuviera una vista completa de su gracilidad.

Tras terminar, se arrimó a la mesa real, justo enfrente de la reina, las notas fuertes del tambor aumentaron la velocidad, pero esta vez, en vez de un movimiento fuerte hacia uno de los lados, aprovechaba para ir bajando la cadera, primero de un lado y luego de otro, metódicamente y en pasos bien diferenciados.

Al llegar casi al suelo, hizo lo mismo pero a la inversa, quedando de espaldas a la mesa real, momento el cual, estando todo ensallado, la música aumentó de manera endiablada, y la bailarina, con los brazos de nuevo extendidos hacia arriba, con el torso reclinado ligeramente hacia adelante, y las caderas hacia atrás, comenzó un frenético movimiento de pelvis, los cuales eran cortos hacia cada lado, pero muy rápidos, como en el batir de un sonajero. Los perqueños cascabeles repiqueteaban sin cesar, mientras añadía movimientos ascendetes y descendentes.

Finalmente la música cesó de nuevo, para cambiar a un ritmo más movido, de baile.

Ailara comenzó a Bailar, esta vez moviéndose de un lado a otro, de atrás adelante, dando pasos entrecruzando las piernas, con su vaivén de caderas y hombros, al tiempo que movía sus brazos de diferentes maneras, siempre ondulando sus manos de manera brillante.

Tras una media hora de intenso bailar, Ailara terminó su número, quedando de rodillas frente a la reina, como postrándose para saludar a los reyes.

Había finalizado, ahora tocaba esperar el veredicto.

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20/10/2015, 18:15
Tavern

 Una ve más, no pude más que quedarme boquiabierto con el espectáculo ofrecido por Ailara. Sin poder gestionar palabra, lo único que pude hacer fue aplaudir de manera entusiasta, felicitando a la bailarina:

 - ¡Excelente!.

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20/10/2015, 18:22
Bennett Aldrich

 - Hm. - Sonrió por el cumplido de Raymond. - Sois muy amable, milord. Espero que el vino sea de vuestro agrado, Lord Reymond. - Dijo complaciente antes disponerse a servirle el vino para dirigirse luego al rey y responder a su pregunta, asintiendo. 

 - Así es, majestad. Sois muy agudo. - Observó, disimulando su sorpresa por su reconocimiento entre tantas otras doncellas. - Llegué a palacio hace dos meses y tres semanas. - Parecía que iba a añadir algo más, pero entonces miró al frente y decidió callar y dejar que los asistentes a la fiesta disfrutaran del próximo baile, y también ella. 

 El baile la entretuvo y la sorprendió, y se limitó a mirarla, sonriente, cuando Ailara acabó. La aprobación requerida era la de las personalidades importantes.