Pues tirame un dado a ver si logras darte cuenta hacia dónde se dirigen.
Tirada oculta
Motivo: Dado
Tirada: 1d6
Resultado: 5
Motivo: ¿Me daré cuenta?
Tirada: 1d6
Resultado: 4
No me has dicho de cuantas caras, he elegido 1d6, ya que es el que mencionabas en creación de personajes.
Cuando te das cuenta tu mujer desaparece junto a la bailarina, y no sabes exactamente por dónde se han debido ir...
Siempre será 1d6. No logras saber dónde han ido exactamente...
Veo al Rey buscando "algo", preocupado.- ¿Qué buscas? te noto inquieto.- digo cerca de su oído.
- Estaba buscando a mi esposa, ¿sabes por donde han ido?. - Le pregunté a mi confidente en voz baja.
- Emmmm pues la verdad es que no. ¿Te preocupa algo? ¿Quieres que la busque?.- dije, preocupándome por el Rey.
Motivo: Pensar
Tirada: 1d6
Resultado: 2
- No especialmente, solo quería hablar con ella... - Le respondí en voz baja. Probaría a mirar a nuestras habitaciones, a ver si había llevado a la bailarina allí. - ... Vuelve y disfruta de la fiesta.
En caso de que no la encontrase, preguntaría a alguien del servicio, los criados suelen saber donde está todo el mundo.
Mire a mi hermana y asenti cuando declara eso. Técnicamente no era perderse sino tomar otro pasillo que lleva a un lugar que nadie conoce y vamos que sino vendrá la noche y es peor. Como siempre le ofrezco mi mano para poder llevarla.
Al darse cuenta de que la gente se retiraba dedujo que la fiesta acabaría pronto, por lo que se permitió empezar a beber a buen ritmo ahora que tendría menos trabajo y podría relajarse algo más. Al menos así se le haría más ameno recoger más tarde antes de marcharse ella también, cuando todos lo hubieran hecho.
Mientras bebía miraba de vez en cuando a Karg y a Raymond, no sólo por si necesitaran algo, si no porque eran las dos personas más distinguidas y conocidas que quedaban presentes y sin duda llamaban la atención sobre las demás.
El Rey se marcha de la sala, y Karg parece algo aburrido...
La fiesta se estaba acabando, y debido a el aburrimiento decidí irme a mi lecho.- ¡Eh! doncella.- le dije haciéndole un gesto para que se acercara.
Mientras bebía, la chica pasó la mirada por la gente que quedaba en el salón, dándose cuenta del aparente aburrimiento de Karg, a quien no tardó en acercarse.
- Disculpad que os moleste, milord. Sólo quería asegurarme de que estáis cómodos y la situación es de vuestro agrado. ¿Queréis más vino, o más comida? ¿Hay algo que pueda hacer por vos? - Se preocupa.
- Si, acompáñame en mis sueños, bella doncella... hoy yacerás conmigo.- dije acariciando su cuello, mientras me levantaba para ir a mi habitación.
La reina entra a la sala, y poco después lo hace el rey, que finalmente se siente tranquilizado cuando la ve allí. Todo el mundo se pone de pie, excepto Karg, que va a sus aposentos.
Me acerco a mi reina y le beso el dorso de la mano, feliz de verla:
- Os he estado buscando, querida, ¿queréis que nos retiremos a descansar?. Haré que nos traigan algo para conciliar el sueño a nuestros aposentos, si lo deseáis...
Bennett alzó las cejas, sorprendida y algo nerviosa tras la orden de Karg. - Tal vez preferiríais la compañía de una profesional, Lord Karg... - Sugirió antes de terminar de beberse de una sentada lo que quedaba de su copa de vino, esperando sin mucho optimismo que cambiara de opinión. - Sólo soy una criada. - Intentó aclarar con una ligera sonrisa nerviosa y algo tensa, aunque dispuesta a seguirle, sirviéndose rápidamente una última copa antes de acompañarlo a su habitación.
- Una dama desleal a la que no voy a tener más remedio que ponerle una sanción disciplinaria si no quiere obedecer...- dije señalando un guardia. El rey entró en aquel momento, poco después de la reina.- Veo que ya habéis encontrado a su majestad la reina.- dije sonriendo.
En ese momento me fijé en lo que estaba diciendo Karg y le pregunté:
- ¿Ocurre algo?. ¿Que problema tenéis con una dama?.
- Quiero que esta noche yazca conmigo en la cama, como otras veces ha hecho, majestad, y se niega.- dije negando con la cabeza.- Ya sabéis que quien no cumple órdenes debe ser azotado si se niega.
- ¿Quien es la dama en cuestión?. - Miré a mi alrededor, en busca de la señorita que se negaba. Quería escuchar su versión de la historia y juzgar por mi mismo.