Partida Rol por web

Maldita sea y hablado de trampas, Worgen espero que tengas algo que me ayude con este predicamento. - le digo al médico mientras intento derribar a las garras que se arrojan sobre mi.

parecía que había llegado un golpe a Zeref, por lo que voy a ver si tengo algo para ayudarlo, con mi AKM en una mano, "espera un momento, ¿con que te han herido y deja que vea que tienes?" le digo al elfo, mientras unos seres se no echan encima, "una pregunta, ¿que son esas cosas?" en principio parecía que este hombre tenía medio egipto antiguo en su casa, lo cual hacia que me diera un poco de repelus, eso sin estar sumando que había criaturas magicas protegiendo la casa, lo cual no debería extrañarme tras toda las defensas que tenía, estaba claro que este tipo se habría preparado para enfrentarse a cualquier cosa que intente invadir la casa, aunque con lo que se dedicaba, tampoco desentonava, solo quedaba saber el porque lo hacía o que ganaba con ello.

Decenas de manos se abalanzaron sobre nosotros, dí un salto para atrás mirandolas asqueado y sin poder reprimir el escalofrío que trepo por mi espalda. Su movimiento me recordaba fuertemente a las arañas - Alguna vez podríamos encontrarnos con un gato o algo más normal, no? Por que toda la gente que perseguimos es así de rara?! - Me queje apuntando a esos bichos pero demasiado perturbado por los bichos esos para concentrarme y disparar.

Sorprendido por la aparición de aquella manada de manos sin cuerpo, me lanzo hacia la habitación contra ellas, espada en mano, y asesto un tajo a la primera que se interpone en mi camino. 

-¡KIAI!

Parece que hoy me toca exterminar criaturas reptantes.

Notas de juego

(Que las tiradas esten en el anterior post ha sido accidental, mi wifi está yendo y viniendo constantemente y los posts se publican regular)

Las garras que se arrastran se dividen lo más uniformemente posible entre los objetivos disponibles y atacan desde todos los ángulos. Hacen todo lo que está en su poder para hacer que sus oponentes caigan propensos para que puedan infligir más daño. Las garras arrastrándose luchan hasta ser destruidas, siguiendo a los héroes por toda la casa si es necesario, aunque no salen de la mansión.

3 de ella caen en el primer embite , por cada golpe acertado de los heroes , no en vano luego caeran mas pero ahora su numero las hace peligrosas 

las garras se estaban acercando y estaban a punto de llegar por lo que saco mi arma y me pongo a disparar sobre las garras que pillo mas cerca de mi.

Conforme las criaturas siguen acercándose, yo continúo retrocediendo para mantenerme fuera de su alcance, esas cosas eran violentas y feroces, pero lentas como un caracol.

Con suerte podría mantenerme lejos de sus putrefactas uñas lo más posible mientras las derribaba a balazos, para luego poder ayudar a mis compañeros.

Traguen plomo criaturas despreciables! - les espeto a las manos mientras sigo repartiendo balazos a diestra y siniestra.

Era en momentos como este que mi arma demostraba ser una verdadera máquina de despedazar enemigos, pues cada una de sus balas era más que suficiente para acabar con esas manos cercenadas.

Pues ruedo sobre mi mismo para tratar de quitarme a las "criaturas" de encima... Aparta bicho!! y disparo al que tenga mas cerca.

-¡UGh!-Me quito la mano que me está estrujando y la lanzo al aire, para acto seguido cortarla por la mitad con mi espada.

Y con un floreo de la hoja, clavo a otra cercana contra el suelo. 

Estarás contento hoy, oni.

-Salganse de encima! - Esta vez el ataque de asco no me impidió hacerle un agujero perfecto a la que tenía más cerca. El que se subieran encima lo sacudió lo suficiente como para ponerse a destruir a esas abominaciones - En serio, no pueden ser más normales los hechiceros? - Se quejó apuntando a la siguiente sintiendo la imperiosa necesidad de darse un baño.

Los héroes logran defenderse garras trepadoras, y pueden investigar la sala del altar y el resto de la casa, si aún no lo han hecho. Un vistazo alrededor de la sala del altar revela un cuaderno sobre una mesa (no es necesario tirada de verificar). Este cuaderno contiene notas de Antoniee LeMere sobre la creación de estas garras rastreras.

Además, hay vagas referencias a otra creación. ("Khaiba, el trabajo definitivo") que aparentemente requirió varios cadáveres para crear. "Baker" y "la morgue" también son mencionados repetidamente.

Habiamós conseguido eliminar las garras, por lo que solo nos quedaba continuar la investigación, pero cuando conseguimos recuperar el libro de notas, veo tres cosas que no me gustán nada, "Esto no es bueno, hace referencía a una creacion, Khaiba, con el apodo de el trabajo definitivo, tiene otras dos cosas llamadas "Baker" y "la morge", no se si esto es una pista del lugar para conseguir los cadaveres para su "creación"" les digo a mis compañeros, enseñando el libro de notas.

Lo que acababámos de encontrar allí dentro confirma que no sólo eran asesinatos rituales, sino que tenían auténtico poder detrás. -Supongo que esto explica por qué cortaba las manos a sus víctimas. Debió de dejar de cortarlas porque pensaría que ya eran bastantes. Pero ¿para qué siguió con las cabezas? ¿Será ese trabajo definitivo?

La referencia a la morgue podría ser porque planeaba asaltarla...o porque algo iba a ocurrir en ella. 

-Voy a llamar a la morgue del condado, tengo un mal presentimiento. 

Marqué el número, me identifiqué como agente de la Unidad y pregunté a la persona al mando si había sucedido algo fuera de lo común o algún intento de allanamiento recientemente.

En definitiva el sujeto era un demente, la nigromancia es un arte peligroso, pues llega a seducir a sus practicantes de tal manera que algunos de ellos incluso llegan a sentirse dioses.

Son muy pocos los nigromantes que no pierden el norte, pero es que bailar con la muerte sin perder la cabeza en el proceso es complicado, será mejor que vayamos a esa morgue cuanto antes.

Sabrá el cielo que clase de abominación encontremos en ese lugar, así que será mejor que llevemos armas de las grandes. - comento bastante preocupado, pues tenía en claro que una morgue, sin importar que tan grande o pequeña fuera, era para los nigromantes como una dulcería para los chavales.