Partida Rol por web

FECHA: UNA SEMANA DESPUÉS DE LOS ACONTECIMIENTOS EN YINQUAN

LUGAR: OFICINAS DE LA BUREAU NOIR, NÚCLEO DE O-12. CONCILIUM PRIMA

Los agentes de O-12 están reunidos en torno a la mesa del intendente. Durante la pasada semana algunos de ellos recibieron atención médica especializada. Oni tuvo que seguir un programa intensivo de medicina física para recuperar la movilidad del brazo. McPherson necesitó una cirugía reconstructiva para la herida del hombro, mientras que a Brunn Hakin le tuvieron que clonar parte de sus intestinos perforados para implantárselos de nuevo. Afortunadamente, nada que la medicina de la Esfera Humana no pueda solucionar en unos días con el dinero suficiente.

Durante esta semana los titulares de Norstralia, especialmente en aquellos canales afines al EstadoImperio, sólo hablaban de la desarticulación de una célula terrorista de insurgentes japoneses infiltrados en las oficinas de MagnaObra, en Yinquan. Al parecer los terroristas estaban haciéndose pasar por técnicos de una conocida empresa de mantenimiento de las que no han trascendido datos, pero hay varios detenidos...

En ese momento la puerta automática se abre y a través de ella entra el intendente. Los observa uno a uno con una sonrisa, visiblemente satisfecho. Tanto que incluso pasa por alto que la señorita Prince haya puesto los pies sobre la mesa.

— Caballeros, señorita Prince... — dice estrechando la mano de cada uno de los mercenarios — Excelente trabajo. He revisado personalmente sus informes y hemos analizado en profundidad todo el contenido. Efectivamente, tal y como ustedes descubrieron, la red de contrabando descubierta por la operación conjunta entre Panoceanía y Yu Jing era sólo la punta del iceberg.

No esperábamos la infiltración de agentes del ejército combinado, aunque reconozco que es una opción que siempre está sobre la mesa... — empieza a explicar sentándose en una silla e indicando a aquellos agentes que seguían de pie a tomar asiento — Como entenderán, la presencia de agentes alienígenas capaces de suplantar identidades es algo que no debería salir del más estricto secreto. Por su parte, las autoridades de Yu Jing ya se están haciendo cargo de lo que hayan podido ver los empleados de seguridad de MagnaObra, y si no recuerdo mal, los soldados panoceánicos Bipandra y Angus ya están en su unidad correspondiente. Gracias a sus informes, debo señalar. Buen trabajo. Como miembros de O-12, nuestra misión es siempre velar para que las grandes potencias dejen sus eternas rencillas de lado y se centren en lo importante: la invasión alienígena.

El intendente se recuesta en su sillón de piel sintética:

— Hablando del asunto, si les interesa saber el estado del señor Gilberto Dos Santos... mejor que se olviden. Nuestros agentes sobre el terreno han analizado su coche y han encontrado restos biológicos compatibles con su sangre. Dada su desaparición, nos tememos que haya sido eliminado por el ejército combinado. En el cadáver de la asesina shasvastii encontramos una lista de objetivos potenciales. Ustedes, al parecer, eran la última entrada de ella. Se han librado de una buena.

Otro asunto en el que quisiera felicitarles es en la captura de Treitak Anyat. Promete ser una fuente de información interesante, ¿saben? Por supuesto, todo lo tratamos con máxima cautela, pero parece diferente a los demás morats. A Anyat no parece importarle la gloria personal o los motivos del Ejército Combinado, tan solo enriquecerse. Tiene más mentalidad de mercenario más que de soldado, curiosamente.

En cuanto al contrabando de VoodooTech... bien, hemos visto en su informe que se estaban enviando a Svalarheima. Eso es interesante, aunque desconocemos en la causa. Necesitaríamos desplegar un equipo en aquel planeta helado... — dice lanzando una mirada a los agentes allí presentes — Por otro lado, también hemos visto que los datos que robaron a Yu Jing fueron enviados a una célula terrorista localizada en la nave nómada Bakunin. O-12 normalmente no se involucra en estas cosas, ya saben, pero al estar relacionado... Tal vez sería conveniente enviar personal a investigar.

Ah, por supuesto, no se me olvidaba... — dice con una sonrisa — En estos momentos deberían haberles ingresado suficientes créditos en su cuenta bancaria como para estar tranquilos una buena temporada. Podrán comprobarlo cuando quieran, y supongo que estarán conformes con la cifra. O-12 ha tenido en cuenta la peligrosidad de la misión, y nos gusta obsequiar con ese pequeño "extra" a los agentes que se ven envueltos en situaciones especialmente... problemáticas.

Como los mercenarios habían podido comprobar, O-12 era un buen cliente. El funcionario en ese momento deja unos dossiers sobre la impecable mesa blanca.

— El mundo helado de Svalarheima o los traicioneros y oscuros rincones de la extravagante Bakunin... La decisión es suya. Por supuesto, pueden tomarse un descanso y disfrutar de su bien merecido sueldo... Pero personalmente me gustaría que aceptaran, y pronto. Ya saben, siempre es mejor enviar agentes con experiencia en el asunto, y siempre es mejor actuar antes de que se enfríe el rastro. —  el agente sonríe afable — ¿Qué me dicen?

Me encantaria ayudar señor, moviendo su brazo prosigue, pero a pesar de que ya termino la terapia, siento que debo darle un poco mas de tiempo a mi brazo para tenerlo al cien, asi que por mi parte me tomare una semana mas, volteando a ver a sus compañeros masculinos, me alegra ver que ustedes tambien salieron bien de sus tratamientos, por cierto ¿como siguen?

Glory infló los carrillos y exhaló exageradamente, con las manos en la nuca y los pies sobre el escritorio. 

—Cagarme de frío y estar a la sombra suena tentador, pero realmente preferiría un destino tropical. ¿Por qué nadie comete delitos en un mundo paradisíaco? 

Volvió a suspirar.

—Pero las deudas no se pagan solas. Dónde sea que nos llueva más pasta estará bien.

Ante la pregunta de Oni, Richard murmura malhumorado algo ininteligible, mientras que Brunn levanta un pulgar y sonríe en señal de que todo bien.

— Lamento que no hayan podido hacer turismo en Paradiso... — dice alegre el intendente — Aunque con la guerra tal vez no sea el destino ideal, ¿eh?

El funcionario de O-12 se recuesta satisfecho en su sillón:

— Bien, sabía que podía contar con ustedes. — acerca un dossier interactivo a los pies de Glory — Échenle un ojo. Estoy seguro de que este destino les parecerá suculento. Plus por peligrosidad. — concluye con una sonrisa.

FECHA: 5 DÍAS DESPUÉS DE LA REUNIÓN CON EL INTENDENTE DE LA BUREAU NOIR.

LUGAR: A 56 KILÓMETROS AL SUR DE LA CIUDAD MINERA DE QUANXUE.

Volver a trabajar en terreno Yu Jinnense era un dolor de cabeza. El viaje en la nave destinada al transporte de tropas ya había sido incómodo, pero encontrar alojamiento en Quanxue había sido peor aún. Las pesquisas realizadas habían llevado a los agentes a un depósito de suministros abandonado, y de ahí habían tenido que "tomar prestado" un pequeño vehículo oruga para llegar hasta donde estaban. Tuvieron que dar un rodeo para esquivar un extenso campo de mina y otra zona considerada como tierra de nadie, plagada de viejas defensas automáticas abandonadas pero aún en funcionamiento, cuyos cañones se desenterrarían en menos de un segundo para vaporizar el pequeño vehículo oruga. Todo para llegar a esas instalaciones donde estaba llegando material y personal del Ejército Combinado.

Tras echar un nuevo vistazo, Glory se levantó el visor multiespectral, apoyó el fusil de francotirador sobre la nieve que cubría la pequeña colina y resopló. El HUD de su unidad personal de protección ambiental indicaba una temperatura ambiental de -47.2º C / -52.96º F. Oni estaba a su lado, también tumbado para que su silueta no se recortara en el horizonte. El hacker había registrado con su dispositivo al menos tres torretas de cañones magnéticos hiperrápidos. A sus espaldas, oculto por el montículo helado, el vehículo oruga ronroneaba a ralentí con Richard tras los mandos. Si detenían el motor, lo más probable es que se les congelara y no pudieran volver a arrancarlo. Lo cual, a 56 kilómetros de la ciudad y en medio de aquél lugar estéril y helado, era una muerte segura.

Los agentes se miraron entre sí, de nuevo repasando mentalmente el plan que habían trazado unos minutos antes. Las cargas de demolición llenaban la parte trasera del vehículo oruga. Tan sólo faltaba acercarse, acceder al complejo, colocarlas en los lugares designados y salir pitando antes de que todo volara por los aires. Ciertamente, algo mucho más fácil de decir que de hacer. Nadie les habló de las malditas torretas de cañones magnéticos.

Pero, qué demonios, así era la vida del mercenario. Cuando el empleador pagaba tan bien y por adelantado siempre había gato encerrado. Nunca fallaba. Especialmente cuando mencionaban un "plus por peligrosidad".

Glory y Oni empezaron a arrastrarse por la nieve, de vuelta hacia el vehículo oruga donde esperaban el bakunin y el usariadno y los explosivos. Había llegado el momento de ponerse en marcha. Todos eran conscientes de que necesitarían una buena dosis de suerte, pero preferían pensar que no la estaban presionando demasiado. Era mejor así.

***FIN***